Medios y Tecnología
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La insurrección inoperante
¿Es la Red eficaz como contrapoder?
Jaime Richart
Aunque se supone que buena parte de las 5.000 personas que visitan una web
contracapitalista son los mismos visitantes de otras web de la misma
naturaleza, y que por lo tanto el número de los visitantes que giran no va mucho
más allá de los 10.000, imaginemos que son compartimentos estancos, que los
visitantes son esos 5.000 en cada una y que éstas son 20. En total habrán
visitado webs de izquierda radical contracapitalista, en este país o en
esta Red, cien mil personas...
Serían cien mil personas bramando contra el sistema neoliberal y contra tantos
de sus abusos dentro y fuera del país. Pero si esas cien mil personas no hacen
otra cosa que vociferar contra todos y contra todo alimentándose unos de otros
de la misma repulsa e incluso del mismo odio que genera el marco sociopolítico
de referencia, no habrá más que una bolsa más o menos grande -una burbuja, como
ahora se estila- de libertarismo, de protesta inaudible y de rencor.
Si esto fuera así, habrá que reconocerse que es urgente hallar los resortes que
hagan saltar la ideología contracapitalista al exterior para ir contaminando
severamente a la opinión pública. Para convencerla no de que sus ideas, que no
tiene, no valen, sino de que es preciso dar la espalda al Poder y menospreciar
la información permanentemente manipulada.
Y aunque la virtud principal del revolucionario es la paciencia, decía Mao,
la ganancia en recursos del Poder para poner mordazas al pueblo hoy día se va
incrementando en la misma medida que crece la confusión, el aturdimiento y el
sopor del pueblo fuera de la Red y aun dentro de ella.
La Red debiera verse como un mera arma logística más frente al Poder, no por
potente menos complementaria. Pero si no se consigue encontrar los mecanismos
organizativos adecuados para trasvasar el espíritu y el sentimiento
manifiestamente rebelde que anida en la Red, a los espacios comunes de la
sociedad, estas webs no serán más que recintos carcelarios donde los
presos se pasan el día golpeando los barrotes, además inútilmente porque los
carceleros ya están insonorizando los recintos...