Raúl Sendic |
"Para Cantarle al Hombre, Para Gritar tu Nombre Compañero Sendic"
Melba Píriz -Cristina Dubra
"Los tamboriles de luz
corazonan los mundos
los pobres enhebran señales
con tu nombre azul
llevan a Rufo
de un aljibe a otro aljibe de brumas
descifran los parches
de piel estaqueada de un pueblo
latires que denochan
humanías tajeadas y aclaran
que Rufo no se entrega
ni once inviernos ni jamás
..........................
..........................
si todos si todas
corazonan el mundo
y baten la luz del tamboril de brumas
si el Plata es un tangal azul
en vísperas de gran llamada
entonces
Raúl Rufo Bebe Sendic
querido Comandante sin latones
se entrina el urunday
el ceibo filial enroja su alamen de gala
nos echamos todos a volar en el cielo
invadido de los sures
en alas de la gaviota inmortal
muy artillada en su plumon
la milonga más hermosa
y añorada de tu dulce milonguera
Libertad
bendito tu seno desconocido
tu pezón donde maman los candombes
en la tierra
en las olas
en la estrella
y con Sendic"
( H. Guido- J Huasi)
Aquella noche, aquella noche de setiembre de 1973, nueve militantes del M L N,
nueve hombres encapuchados, esposados y agredidos traspasaron el tenebroso
umbral del Penal de Libertad, con rumbo desconocido. Los rodeaba el silencio, el
silencio de la voz y el de la verguenza.
La dictadura, ensoberbecida, inauguraba, en un despliegue de orgullo, el nuevo
suplicio.
Y ahí estabas tú, Raúl, junto a tus compañeros de lucha y entrega, los tupamaros
rehenes, los rehenes tupamaros.
Ahí también estabas tú, Raúl el rehén, compartiendo, y no podía ser de otro
modo, hasta la última gota de aquel cáliz "no bendito" que sólo la miseria
humana es capaz de ofrecer a sus semejantes.
Pero la memoria del pueblo no flaquea. Se puede matar a un hombre y es posible
que sea sencillo, pero ¿cómo cortar sus raíces y cómo borrar las huellas que ha
dejado?. Cuando son válidas y profundas, tal tarea se vuelve ímproba, como la
del huracán insistiendo en quebrar al junco, pero viendo con impotencia, que
pasadas sus rachas más furiosas, éste se levanta enhiestamente y sigue erguido y
seguro, rodeado de la devastación de la fuerza, mientras germina y asoma
nuevamente, la savia limpia y purificadora que sigue, con tenacidad,
construyendo el futuro.
Así es. Y siempre hay compañeros preocupados en recoger y difundir todo lo que,
como nutriente vital, nos sirva de ejemplo.
Uno de ellos, como muchos, no tardó en acercarte a tí, en la etapa que se inició
cuando recuperaste, junto a todos, la libertad amnistiada y supo recomponer una
partecita de la verdad a través del diálogo sencillo, de pocas palabras, tan
tuyo, pero de tan hondo significado que llega a doler el alma, las vísceras y la
inteligencia.
Los escuchamos compañeros:
"En total Sendic estuvo varias veces en nueve cuarteles, a lo largo de doce
años. En cada uno competían con el anterior en la tortura. Una vez, en plena
dictadura, por algún subterráneo de la libertad nos enteramos que lo habían
mantenido largo tiempo en un aljibe. Cuando Alba, su hermana (excepcional, como
todos ellos) lo vió, Raúl no hablaba. Ella lo reconoció por los ojos ( tenía el
pelo larguísimo, la barba crecida, las uñas largas). Alba le habló y habló, para
que dijera algo, explicara como se sentía. Finalmente, llevándose la mano al
pecho, Raúl dijo: Siento algo por acá.
El aljibe está en Durazno, me amplió aquella mañana. Y agregó: tenía el
inconveniente de que cuando llovía mucho, se inundaba "
¿ Qué más podemos agregar a tales monstruosidades? Describir el aljibe, el
estaqueamiento, el sufrimiento sutilmente buscado y vuelto a buscar, creado y
fundido en las propias entrañas del submundo del terror, estaría de más.
Paysandú, Paso de los Toros, Rivera, Flores, Colonia, Durazno, su gente, no
merecen tal cosa.
Y tú tampoco la mereces, tú, tan luego que supiste arrancar desde dentro de la
oscuridad en que te quisieron sumir, la vida misma, y en ella te plantaste como
un desafío.
Y desde ese desafío seguiste iluminando, a través de pozos, de muros, de rejas,
de vigilancias y de censuras.
Y desde ese desafío seguiste iluminando, transformaste el dolor en ternura y la
ternura en poesía.
Tú, como tantos uruguayos, padres y madres, habitantes involuntarios de
"nuestras cárceles-infierno"; acunastes hijos lejanos, los llevaste de la mano
hasta la escuela, y adolescentes ya, estudiastes con ellos, elegiste con ellos,
soñaste con ellos...
Venciendo -cuando no- la censura, venciste el tiempo, las lejanías, los adioses
y palabra tras palabra, iluminastes los encierros con las cartas que para tus
hijos escribiste desde la prisión.
Raúl y el Pueblo
Ese pueblo que tanto quisiste, por el cual diste tanto de tí mismo en renuncias
y abandonos, hoy te devuelve tus desvelos transformados en reconocimientos. Ya
entraste, Raúl, definitivamente, dentro de cada hogar uruguayo y aún argentino
para quedarte allí, compañero fiel y querido, no solo como un recuerdo, sino
presencia viva en la mente y el corazón de nuestros pueblos. La muerte, tuvo al
fin que reconocer su derrota.
En la necesidad de tender puentes entre tú y nosotros, un grupo de compañeros,
que conformamos La Comisión Nacional de Homenaje a Raúl Sendic, hemoSendic "
"Los tamboriles de luz
corazonan los mundos
los pobres enhebran señales
con tu nombre azul
llevan a Rufo
de un aljibe a otro aljibe de brumas
descifran los parches
de piel estaqueada de un pueblo
latires que denochan
humanías tajeadas y aclaran
que Rufo no se entrega
s recorrido varios barrios montevideanos, haciendo llegar una muestra itinerante
sobre tu vida, tu pensamiento y tu accionar. De La Teja, al Cerro, del Cerro a
Sayago, Pocitos, Colón, el callejón de la Universidad. La respuesta, siempre la
misma, sorprendente por su magnitud, impactante por su peso, el enorme respeto
indiscutido y por esta vez total, que tu presencia impone.
El anecdotario de esta experiencia es amplio y gratificante. Se reunió
invariablemente en torno a tí la gente, ya madura, que aportó sus recuerdos con
orgullo: "y fui con él a la escuela...", "lo conocí en...", "...aquel día me
miró y me saludó", "Cuando yo estaba en Paysandú...".Y también los jóvenes, que
conociéndote, sin dudas, a través de las historias familiares cotidianas,
quieren saber siempre más sobre vos. Estuvo aquel muchachito flaco, alto y
desgarbado que nos dijo: "soy blanco, y nunca vi a alguien más parecido a
Aparicio", y la gurisa universitaria que pidió permiso para sacar notas de tus
reflexiones sobre la deuda externa y el problema de la tierra ya que le servían
para lo que estaba estudiando. No faltó aquella parejita que iba a hacer un
periplo latinoamericano, Perú, Guatemala, Mejico, Cuba, que con su filmadora
trató de captar la escencia de tu pensamiento allí expuesto, para llevarlo con
ellos y poderlo compartir. En la adhesión al trabajo expuesto no dejaron de
acercarse argentinos, ya que tu imagen, como tu vida trasciende nuestras
limitadas fronteras.
Pero si hay algo que se respira, que se palpa, que golpea y hasta emociona en
estos encuentros, es la unción con la que aquellos que se congregan en torno a
este puente, tratan de aprehender lo más posible ante el gran abanico abierto de
tu vida. Este es el pueblo, Raúl, tu pueblo.
Ojalá Raúl que podamos, no tan lejos alcanzar aquella estrella que titila con tu
acento:
Habrá Patria Para Todos.