Alerta Salta
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Taller de contrainformaciónc/ despacho
Nº 8
Reclamos y definiciones
Una vez finalizada la lectura de alegato público, cerca de dos mil personas
marcharon el viernes 11 hacia la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación
para reclamar respuestas concretas contra la criminalización de la protesta. Los
detalles de la reunión, los reclamos y las respuestas.
Cerca de dos mil personas marcharon el viernes 11 al mediodía hacia la
Secretaría de Derechos Humanos para reclamar respuestas concretas contra la
criminalización de la protesta.
Una vez finalizado el alegato público en las escalinatas de Tribunales, la
delegación de Alerta Salta comenzó la marcha avanzando por la avenida
Corrientes. En el Obelisco, se unió a la nutrida delegación del Movimiento
Teresa Rodríguez (MTD) y en Corrientes y 25 de Mayo se sumaron los integrantes
del MTD de Solano y del MTD Maximiliano Kosteki, de Guernica.
Al llegar a la puerta de la Secretaría, la policía los esperaba con un cordón
que custodiaba la entrada del edificio. Sin embargo, en el quinto piso, el
asesor Daniel Ciesa recibió a la delegación con una frase inesperada:
-"No estábamos al tanto de esta reunión".
La carta presentada ocho días antes, los llamados telefónicos para confirmar la
entrevista, la publicación en los diarios de la marcha hacia la Secretaría o,
finalmente, los gritos que provocaron las palabras de Ciesa consiguieron que,
finalmente, el secretario Eduardo Duhalde y el jefe de gabinete de asesores,
Rodolfo Mattarolo, se hicieran presentes en la sala de reuniones. La delegación
de Alerta Salta estaba compuesta por Marina Schifrin, Pepino Fernández y la
doctora Mara Puntano y representantes del Movimiento de Trabajadores Desocupados
de Solano y Guernica, el Movimiento Teresa Rodríguez (MTR), el Equipo de
Educación Popular de la Universidad de las Madres de Plaza de Mayo, la Red de
Intelectuales, Artistas y Académicos, la Universidad Trashumante y la vaca.org.
También se sumaron a la reunión dos integrantes de Madres de Plaza de Mayo,
Línea Fundadora.
En concreto, los reclamos planteados fueron:
Se solicitó un pronunciamiento explícito de la Secretaría en contra de la
criminalización de la protesta.
Se pidió que, en particular, exprese su oposición con respecto a los fallos de
la Cámara de Casación, en los casos de Marina Schiffrin y los trabajadores
ferroviarios, y sobre el acoso judicial a Pepino Fernández.
Que la Secretaría se comprometa a que los derechos sociales postergados –causa
real de las protestas- no desaparezcan de la agenda pública.
Que la Secretaría se comprometa a monitorear de cerca la situación de Salta y
San Luis, como focos de conflicto de los derechos humanos hoy.
Que el Poder Ejecutivo envíe al Parlamento un proyecto de ley de amnistía para
acabar con los procesos judiciales iniciados y comience a trabajar, consultando
a los propios damnificados, para reformar el Código Penal en aquellos puntos que
entran en conflicto con los derechos civiles garantizados por la Constitución.
La respuesta del Secretario Duhalde y el jefe de gabinete, Mattarolo fue:
Que trasladarían estas preocupaciones al Presidente.
Que estaban decididos a implementar una delegación de la Secretaría de Derechos
Humanos en Salta
Que ya habían comenzado a trabajar en un informe sobre la situación de los
derechos humanos en San Luis
Ante esta respuesta, se solicitó una audiencia con el Presidente, con carácter
de urgencia, para reiterar los reclamos.
Las definiciones más importantes
La primera en hablar fue la docente Marina Schifrin, condenada por un corte de
ruta en defensa de la escuela pública, hace siete años en Bariloche. Preguntó,
concretamente, qué había sucedido con el proyecto de la ley de amnistía.
El secretario Duhalde contestó:
-Para nosotros la amnistía no soluciona el problema de fondo, sólo soluciona
hacia atrás. Pero no para adelante. Nosotros formamos una comisión de juristas y
movimientos sociales para reformar el Código Penal, sobre todo el artículo 194
que es el que se utiliza mayoritariamente para criminalizar la protesta. Pero no
se llegó a un consenso sobre los alcances de esa reforma. Y la decisión del
gobierno era ir adelante con el tema sólo si había consenso de las
organizaciones interesadas.
Luego, explicó que la principal dificultad residía en elaborar una ley de
amnistía que englobe casos tan disímiles. Y confesó: "El Gobierno Nacional no
tiene una política definida en cuanto a la criminalización de la protesta
social"
Schifrin y Roberto Martino (MTR) coincidieron en expresar que la falta de
consenso no exculpaba al gobierno de su obligación de elaborar una solución para
estos casos. "Si hay un proyecto mejor que el que existe, el gobierno debe
enviarlo al Congreso", dijo Schifrin. Viki, del MTD de Guernica, aseguró que si
bien una ley de amnistia era necesaria para terminar con las causas abiertas,
también era necesario trabajar "para adelante", reformando el Código Penal. El
secretario Duhalde preguntó, entonces, si todos los presentes estaban de acuerdo
con la amnistía. La respuesta fue positiva. Luego, preguntó si todos estaban de
acuerdo también con la reforma del Código Penal. Martino, del MTR, le aclaró
entonces que una cosa no quitaba la otra: "queremos la ley de amnistía y también
la reforma del Código. El consenso se construye en la medida en que se avance en
dirección a la no criminalización. El Ejecutivo podría entonces mandar el
proyecto de ley de amnistía y trabajar, con más tiempo, el consenso alrededor de
la reforma del Código".
La delegación señaló, entonces, el porqué de la urgencia de resolver estos
temas: el punto de inflexión lo han marcado los fallos del Tribunal de Casación
en las causas de los trabajadores ferroviarios y en el de Marina Schiffrin. En
esos fallos, los jueces han dejado por escrito no solo que se considera un
delito el reclamo de derechos humanos impostergables, sino también la
participación popular. "La única forma legítima y verificable de la expresión
soberana del pueblo, es el sufragio. Por medio de éste, el pueblo rechaza o
acepta las alternativas que le propone la clase política. Otros tipos de
presunta expresión de la voluntad popular, distintos del sufragio (tales como
reuniones multitudinarias en plazas o lugares públicos, encuestas, huelgas,
lock-outs u otros medios de acción directa, vayan o no acompañadas por las
armas, etc.) no reflejan realmente la opinión mayoritaria del pueblo, sino a los
sumo, la de un grupo sedicioso", dice textualmente el fallo del Tribunal de
Casación que confirmó la sentencia de tres meses de prisión en suspenso y dos
años de prohibición de participar en manifestación de la docente Marina Schifrin
. Palabras que, con idéntico sentido, han repetido los jueces que condenaron a
los trabajadores ferroviarios y procesaron a Pepino Fernández. Esta coincidencia
no es casual: desnuda una misma política.
El secretario Duhalde coincidió en la similitud de los fallos.
Mara Puntano preguntó cuál es el sentido de una Secretaría de Derechos Humanos
si no puede actuar en situaciones concretas de violación de esos derechos. Y
recordó que no le mandaron un fax ni un mail para adjuntar a las causas, a pesar
de que ella le envío los datos de los 600 procesados. También subrayó que la
criminalización de la protesta social es una política del gobierno y citó al
ministro Aníbal Fernández, quien prometió perseguir a los piqueteros con el
código Penal en la mano. Duhalde manifestó su desacuerdo con esta lectura de la
política oficial. Dijo que para él, este gobierno no criminalizaba la protesta.
Que esa fue una manifestación puntual ante los hechos ocurridos en el Ministerio
de Trabajo y, a modo de prueba, recordó que el ministro Tomada ahora tiene
denuncias por falso testimonio por haber retirado la demanda contra aquellos
piqueteros. En otro tramo de la conversación, Duhalde reconoció que el gobierno
no era homogéneo y convivían distintas posiciones sobre el tema.
Duhalde expresó que no cree que el gobierno tenga intención de criminalizar,
pero que la justicia, sobre todo en algunas provincias, van en esa dirección.
"Es cierto que el gobierno nacional no impulsó ningún proyecto para despenalizar
la protesta, pero hay varios estamentos del gobierno que lo estudian", aseguró.
"Hacemos mucho trabajo invisible" se justificó.
Vicky, del MTD de Guernica, preguntó entonces porqué no es visible una política
de derechos humanos. "No nos pueden decir que no quieren ser mediáticos.
Nosotros necesitamos que lo sean. El conjunto de los luchadores tiene que saber
que no están solos".
Pepino Fernández preguntó cómo una secretaría de Derechos Humanos permite que
torturen, o fumiguen a la gente, como ocurrió cuando fue preso en Salta. El
secretario Duhalde admitió tener límites jurisdiccionales. Aseguró que como
forma de solucionar esas ausencias decidieron crear una delegación de la
Secretaría en Salta Ya hay dos, una en Santiago del Estero y otra en Neuquén.
Jojó Lucero Belgrano (Universidad Trashumante) expuso sobre la situación en San
Luis. Denunció los abusos a los derechos humanos ejercidos por el gobierno
provincial. El sometimiento del pueblo a un Plan que los obliga a ser el
ejército privado del gobierno. La vigencia del artículo 242 del Código de
Procedimiento Criminal que autoriza a la policía a allanar y detener personas
sin orden de un juez. Y denunció cómo se comenzó a criminalizar la protesta: a
través de la persecución (física e ideológica) a luchadores sociales y la
detención y luego encausamiento de los detenidos en movilizaciones. Reclamó,
finalmente, por la demora de la Secretaría en pronunciarse al respecto e
incluso, de presentarse en San Luis cuando más se los necesitaba. Y recalcó que
San Luis está abandonado, y silenciado por los medios nacionales, situación que
obliga aún más a que dicha Secretaría se pronuncie clara y contundentemente.
El secretario Duhalde comentó que la Secretaría decidió instalar un Observatorio
en San Luis. Dicho observatorio, precisó ante el pedido de detalles, consistirá
en una persona de la Secretaría que coordinará actividades con organizaciones
sociales y cátedras de Derechos Humanos de San Luis, pero no estará de manera
permanente en la provincia. También aseguró que ya se estaba trabajando en un
documento sobre la situación de los derechos humanos en esa provincia.
El secretario Duhalde se excusó de poder hacer más, alegando los escasos
recursos humanos y económicos de la Secretaría. También dijo que hay poderes
judiciales provinciales y ejecutivos provinciales con más poder juridiccional
que los nacionales. Ejemplificó con Salta. Roberto Martino le respondió:
"estamos reclamando por los derechos que establece la Constitución Nacional. Los
que están en falta son otros. Nosotros somos las víctimas", sostuvo. Destacó el
gesto del juez de la Corte Suprema, Raúl Zaffaroni, quien recibió la semana
anterior a Pepino Fernández y representantes del MTR. "Son gestos: en Salta lo
tratan como a un delincuente y aquí lo reciben en el Palacio de Justicia. Esos
gestos también dicen algo. Y no se necesitan recursos para llevarlos a cabo,
sino políticas claras." Reclamó, entonces, que el Secretario se pronuncie
públicamente en los momentos oportunos para dejar en claro ante la opinión
pública qué significa un compromiso con la defensa de los derechos humanos: "es
un obligación de esta Secretaría pronunciarse, por ejemplo, en los casos de los
fallos del Tribunal de Casación o cuando Aníbal Fernández sale a correr a l os
piqueteros con el Código Penal o cuando un fiscal quiere filmar a los
manifestantes".
La doctora Puntano señaló "en el campo popular con poco se hace y se puede
lograr mucho. El fundamento de que no tienen fondos ni medios para cubrir todas
las situaciones provinciales se deshace cuando nosotros, sin un peso y con mucha
voluntad, logramos revertir situaciones de injusticia y de abuso de nuestros
derechos.
El secretario Duhalde prometió entonces transmitir las preocupaciones expresadas
en esa reunión en una charla con el presidente Néstor Kirchner. Neka Jara (MTD
Solano) opinó que eso no alcanzaba: que era necesario un pronunciamiento público
de parte de la Secretaria.
Los funcionarios de la Secretaría solicitaron a los presentes que valoren,
cuanto menos, la política llevada a cabo con respecto a la memoria, lo cual les
ha valido presiones y amenazas. Maristella Svampa (Red de Intelectuales,
Artistas y Académicos) valoró esa política, pero señaló la ausencia de una
política para el pasado reciente ni para el presente. Dijo que en la actualidad
hay una invisibilidad de esos derechos y remarcó que el secretario Duhalde tiene
la obligación de pronunciarse no solo respecto del pasado, sino sobre los
derechos humanos hoy.
Duhalde se defendió: "No somos nostálgicos", aseguró. Y agregó: "No crea que no
hay resistencias".
Por último, los presentes remarcaron la urgencia de las respuestas a los
reclamos presentados."¿Vamos a esperar que las causas de Pepino lleguen a cien?
No pueden contemplar los tiempos políticos cuando hay semejantes necesidades.
Así es la defensa por los derechos humanos: urgente e impostergable".
El jefe de gabinete, Rodolfo Mattarolo y reiteró:
-Trasladaremos estas preocupaciones al Presidente.
-Le pedimos, entonces, que tramiten en forma urgente una reunión con el
Presidente, así podemos expresarles estas preocupaciones directamente, expresó
Neka Jara para finalizar la reunión.
Cuando participar es un crimen
Además de los debates, los protagonistas de la Semana Contra la Criminalización
de la Protesta mantuvieron encuentros para denunciar el acoso judicial que
sufren. Expusieron sus reclamos ante el Defensor del Pueblo de la Nación y el
Colegio Público de Abogados. Conversaron con las Madres y escucharon a
movimientos de desocupados. Al terminar la recorrida, quedó claro que los jueces
tratan de controlar aquello que el 19 y 20 de diciembre del 2001 estalló: la
participación
Uno
Una Madre de Plaza de Mayo escucha el relato de Pepino Fernández. Hace preguntas
cortas y profundas. Y regresa al silencio, mientras las palabras de Pepino le
pintan el pueblo de Mosconi, con sus sombras, pero también con las luces que
enciende la batalla por defender la dignidad y la ilusión de cambiar un destino,
que imagina que puede –y debe- ser distinto. El encuentro dura casi una hora, un
tiempo compartido con las medialunas y el café que alimentan la merienda que
ofrece la anfitriona. Al fin, esa Madre dice:
Mi hijo era como ustedes. Se lo llevaron a los 19 años. Estaba en segundo año de
Medicina y era todo amor. No sé si ayudaba a los demás tanto por una cuestión
militante, sino por afecto, de sensibilidad. Me quitaba los libros de la
biblioteca y me decía: mamá, acá los libros duermen. Mejor que lo tenga alguien
que los despierte. Y los regalaba… Todos los días pienso si lo habrán torturado.
Y cómo. Si lo habrán hecho sufrir. Qué habrá pensado, cuánto le habrá dolido…
Nunca vamos a poder hacer el duelo. Para las Madres, ese día nefasto es siempre
ayer.
Otro
El encuentro es casual. En el café de las Madres están Pepino, Hippie y Marina
Schifrin esperando el auto que los llevará hasta Puente Saavedra, a la reunión
organizada por las asambleas de zona Norte. Toti Flores y Soledad, del MTD de La
Matanza llegan allí un día tarde. La conferencia en la Universidad de las Madres
fue ayer, pero ellos creían que era hoy. Y la confusión se enmienda con una
rueda improvisada que permite el intercambio. Marina había estado toda la semana
preocupada por lograr un encuentro con docentes, para charlar sobre los temas
que le interesan: la educación, la profesión, el gremio. Sin embargo, será ahí
donde recibirá las novedades que quiere llevar a Bariloche. Soledad cuenta la
experiencia del jardín que acaba de inaugurar el movimiento de trabajadores
desocupados en el que trabaja, intensamente. Es un sueño, completo y real, que
les permite integrar familias, problemáticas, soluciones. Cuenta que el próximo
año piensan seguir con la apertura del ciclo preescolar. Y cómo docentes, padres
y chicos piensan juntos qué mejorar, cómo sumar, acompañándose y apoyándose.
Hippie Fernández interviene, sonriente, para hacer la pregunta del millón.
-A veces me pregunto si los docentes piensan, en el algún momento, en su
responsabilidad. Si piensan que el aula es responsabilidad de ellos y lo que
allí hacen tiene consecuencias. Si son autocríticos, porque están llevando
adelante una educación que no sirve, que ellos saben que no funciona. Se lo digo
siempre a mis hermanas, que son docentes. ¿No piensan que ustedes transmiten los
valores de una sociedad que no funciona?
Más
En la oficina de la Defensoría del Pueblo de la Nación, Anselmo Cella recibe y
sella la denuncia presentada por la doctora Mara Puntano acerca del acoso
judicial a los integrantes de la Unión de Trabajadores Desocupados de Mosconi,
en general, y Pepino Fernández, en particular. Luego, Pepino quien saca de su
bolsa de plástico blanca un papel y se lo entrega. Es una carta, fechada en
agosto de 1999, donde denuncia ante las autoridades la contaminación del agua de
su pueblo. "Las petroleras tiran los deshechos a cielo abierto, en medio del
monte. Son tóxicos y matan todo. Y lo que es peor, se filtran en los arroyos que
nos dan el agua. Nadie nos recibe la denuncia, porque los jueces dicen que no
tienen competencia en esos temas. Yo a veces digo: no fuimos a Afganistán, ni
fuimos a Irak, pero en mi pueblo hay cada vez más gente sin piernas. Se las
cortan por la diabetes. Y hay celíacos, cuando nunca tuvimos. Y bebés que nacen
hidrocéfalos. ¿Dónde se ha visto que pasen esas cosas y nadie se las tome en
serio? Nos están matando, ¿entiende?".
Cella escucha, atento, promete una respuesta y luego, a manera de opinión
colaboradora e incluso respetuosa, sugiere que los piquetes han cortado la
relación entre los sectores medios y los desocupados:
-Deberían hacer algo para recuperar el apoyo de la clase media.
-Es cierto. Quizá deberíamos darles clases de derechos humanos, responde la
doctora Puntano.
Final
En el quinto piso del Colegio Público de Abogados la comisión asesora de
Derechos Humanos recibe a Marina Schifrin y Mara Puntano. Los escritorios forman
un cuadrado perfecto, que desparrama a la docena de abogados sentados en
posición de escuchar, hablar y pensar. La doctora Puntano les cuenta los dos
pedidos que ha elevado un juez salteño al Tribunal de Ética con la intención de
quitarle la licencia. Cuenta el estado de las cárceles, de los encarcelados.
Cita los indignantes fallos de la Cámara de Casación en los casos de Marina y
los trabajadores ferroviarios, donde se pone claramente en palabras la intención
de limitar la participación ciudadana en las escasas medidas de la urna.
Escuchándola, resulta claro deducir qué quieren decirnos esta serie de fallos.
Escritos con más torpeza por los jueces salteños, quienes directamente refieren
en sus sentencias la prohibición de participar en reuniones organizadas por la
UTD. O con mayor pericia por los jueces del Tribunal de Casación, cuando se
permiten citar al doctor Miguel Ángel Ekmedjian (Tratado de Derecho
Constitucional, t.II, pág.599, Ed. De Palma) para afirmar: "la única forma
legítima y verificable de la expresión soberana del pueblo, es el sufragio. Por
medio de éste, el pueblo rechaza o acepta las alternativas que le propone la
clase política. (…) Otros tipos de presunta expresión de la voluntad popular,
distintos del sufragio (tales como reuniones multitudinarias en plazas o lugares
públicos, encuestas, huelgas, lock-outs u otros medios de acción directa, vayan
o no acompañadas por las armas, etc.) no reflejan realmente la opinión
mayoritaria del pueblo, sino a los sumo, la de un grupo sedicioso".
El Derecho es una herramienta de control social, dicen los que saben definirlo.
La raya que trazan estos fallos, detrás de la cual deben permanecer quietitos y
silenciosos los excluidos, intenta disciplinar aquello que el 19 y 20 de
diciembre desacomodó. No se trata de defender las instituciones democráticas,
sino los privilegios de quienes las usan. Y las gastan. La decadencia es así: no
tiene metáforas.
El doctor Ángel Di Paola es quien plantea que de lo que se trata no es de
defender o criminalizar la protesta social, sino de profundizar o limitar la
participación ciudadana en los asuntos públicos. "Están condenando a quienes
salieron a la calle para efectivizar el pleno ejercicio de derechos humanos no
suspendibles".
Por un momento, al menos, el debate acerca de la criminalización de la protesta
superó los pobres límites a los que lo han confinado los cuatro poderes:
funcionarios, jueces, legisladores y periodistas. No se trata ya de normas de
tránsito – quien tiene derecho a pasar primero: el que maneja un auto o el que
está obligado a mantener a toda su familia con 150 pesos por mes- sino de una
nueva víctima del terrorismo de Estado: los derechos sociales. Esos que, como
decía el dictador Videla "No existen, no tienen entidad. Desaparecieron. No
están".
Participaron de la cobertura de las notas de la Semana contra la Criminalización
de la protesta Jairo Straccia, Virginia Vallejos, Fernando Díaz, Martín Bergel,
María Quimey Lillo y los integrantes de lavaca.org
Integraron la red de difusión y distribución del material del Taller de
Contrainformación: Movimiento de Trabajadores Desocupados de Solano (MTD-Solano);
Movimiento Teresa Rodríguez; Movimiento Barrios de pie ; Agencia Walsh,
colectivo Intergaláktica, Centro de Estudios Legales y Sociales (Cels), diario
digital independiente Pacificar, sitio web paginadigital, programa radial La
retaguardia, programa radial Telepronter, revista digital Segundo enfoque,
revista La Pulseada, Equipo de Educación Popular de la Universidad Popular
Madres de Plaza de Mayo, Revista América Libre, Universidad Trashumante, Red de
Intelectuales, Artistas y Académicos por la Defensa de los Derechos
fundamentales (RIAA), agencia Copenoa, medio digital lafogata; agencia
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