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Reportajes

12 de mayo de 2003

Entrevista con Noam Chomsky
"EE.UU. apoyará en A. Latina cualquier sistema que mantenga el poder de élite".

BBC en español

Noam Chomsky es reconocido como una autoridad mundial en lingüística. Pero, además, el profesor del Instituto Tecnológico de Massachussets es una de las voces críticas más importantes de Estados Unidos.
Sus opiniones, a menudo a contravía con la política oficial de su país, siempre son motivo de controversia.

Chomsky ha escrito innumerables ensayos y libros analizando temas sociales y políticos, y ha sido también uno de los más fuertes críticos de la intervención estadounidense en Irak.

¿Por qué la opinión publica en EE.UU. no ha sido más crítica acerca de la postura del gobierno de George W. Bush con respecto a Irak?.

La oposición a esta guerra no tiene precedentes históricos. Se han visto protestas de gran escala incluso antes de que comenzara el conflicto.

Durante la guerra de Vietnam demoró años que la gente reaccionara.

Por un lado no es verdad que la opinión pública no haya sido crítica con Bush.

Sin embargo, por otra parte, es cierto que el nivel de crítica en EE.UU. a la política gubernamental seguida con Irak es mucho más bajo que en otras partes del mundo, que en Europa o América Latina.

En cuanto al reflejo del tema en la prensa, por ejemplo, he leído un artículo del New York Times, que informa con total ausencia de crítica los comentarios presidenciales sobre una "victoria" en Irak en el aspecto de la lucha contra el terrorismo porque se desbarataron las conexiones entre Irak y la red Al Qaeda.

El presidente seguramente conoce que esta es una aseveración falsa. Quienes escriben sus discursos y sus consejeros ciertamente conocen que esto es una mentira, que no hay relación entre Irak y al-Qaeda.

Teniendo en cuenta todo esto, ¿se podría afirmar que la libertad de expresión en EE.UU. se ha visto lesionada a raíz de la guerra?.

No. La libertad de expresión está protegida en EE.UU. más que en cualquier otro país que yo conozca.

Esto es una verdad desde la década de los años 60. Sin embargo, hay una diferencia entre libertad de expresión y la forma en que esta es usada.

Cuando esa libertad de expresión está en buena medida monopolizada por las grandes corporaciones cercanas al Estado y se transmite propaganda de Estado ridícula y acrítica, la libertad de expresión se está usando para transmitir una imagen distorsionada del mundo.

En septiembre pasado comenzó la propaganda a favor de la guerra con el pretexto de que Irak constituía una amenaza para la seguridad nacional y que estuvo implicado en los hechos del 11 de septiembre, todo lo cual se sabe que es mentira.

Pero ha habido una gran cantidad de propaganda que ha hecho que grandes sectores de opinión creyeran esos falsos argumentos.

¿Hay alternativas a ese control de la prensa del que usted habla?

Lula es ahora el presidente de Brasil. Ganó sirviéndose de la prensa brasileña tradicional.

Hay organizaciones, activistas, que van más allá del poder institucional; se sirven de él y crean alternativas, y lo han hecho con mucho éxito.

No es una labor que se lleve a cabo de manera subterránea sino todo lo contrario. Es público y significativo.

¿Cree que en la era de internet, de la información digital que circula libremente, ha cambiado el papel y las perspectivas de la prensa tradicional?.

La prensa fundamentalmente no ha cambiado. Los grandes medios son ligeramente mejores y más abiertos que antes.

Por ejemplo, durante la guerra de Vietnam no hubo crítica en los periódicos; esta no fue autorizada; sólo se podía criticar asuntos como el costo de la guerra, pero no se permitían serios cuestionamientos.

Sin embargo, la opinión pública sí era radicalmente crítica; lo contrario de la prensa. El 70% de los estadounidense consideraba la guerra equivocada e inmoral.

Los periódicos son ahora mejores porque el país ha cambiado. Se ha vuelto más civilizado en muchos aspectos.

El activismo que se inició en los setenta se ha extendido mucho más y ha permitido grandes cambios en la conciencia y la autopercepción del país.

No sólo en cuanto a la guerra, sino en cuanto a los derechos de la mujer, el medio ambiente y muchas otras cuestiones.

El movimiento por la justicia global que se desarrolló en los noventa se ha extendido. La prensa no puede dejar de reflejar estos cambios, esta labor, lo que está pasando dentro de un país y una cultura.

¿Considera que luego de esta guerra va a cambiar en algo la política estadounidense con respecto a América Latina?

No creo que vaya a ocurrir un cambio sustancial; hay que recordar lo que ha sido la política de EE.UU., hay que recordar lo que ha ocurrido en los últimos cien años.

La política de EE.UU. en Latinoamérica ha sido sistemática. No tiene nada que ver con la oposición a la guerra, que fue unánime en todas partes del mundo a nivel popular.

En Latinoamérica EE.UU. tolerará, de hecho apoyará, cualquier sistema formal democrático, mientras tenga poca sustancia y asegure apoyo a programas políticos estadounidenses y mantenga poder de élite

Si los países se salen de ese molde, como Brasil, con los instrumentos neoliberales creados en los últimos treinta años para este efecto, EE.UU. tratará de estrangular a ese país, y se asegurará de que las políticas gubernamentales no obedezcan al reclamo popular, sino que respondan a los requerimientos de la banca internacional.

En su opinión, ¿qué puede hacer América Latina frente a lo que algunos llaman "la cada vez mayor presión de Estados Unidos" para que acepte sus condiciones?.

Esos países van a resistir, pero tienen que aprender a vivir sin ilusiones. No tiene caso tener ilusiones con cien años de documentada experiencia, y no hay bases para pensar que esta situación vaya a cambiar.

No es imposible que uno de los próximos objetivos de aplicación de la ahora llamada doctrina Bush de guerra preventiva sea la región andina, ya que es una fuente importante de recursos que está casi fuera de control

Está rodeada de bases militares; hay mucho ejército, y es posible que puedan de nuevo argumentar que esto es una amenaza terrorista para EE.UU., como ha ocurrido en el pasado.

Hay que recordar lo que ocurrió con Nicaragua en los 80 que fue declarada amenaza a la sobrevivencia de Estados Unidos; el gobierno de Ronald Reagan declaró emergencia nacional en el 85 por la amenaza a la seguridad nacional que presentaba Nicaragua.

Alguien que observe esto desde Marte no sabría si reír o llorar; lo cierto es que esto ha ocurrido en el pasado, y no es el único caso.

Sin embargo, como ya usé anteriormente el ejemplo de Brasil, insisto en que se puede lograr un cambio en América Latina, en el mundo.

Eso es lo que pretende el Foro Mundial de Porto Alegre.

Los instrumentos de dominación y control que son ahora los instrumentos neoliberales han sido socavados. Es posible hacerlo.

Cuando el uso de la violencia para controlar el mundo es socavado surgen oportunidades, alternativas.

No puedo pensar en nada mejor que en el lema del foro social mundial de Porto Alegre: "Otro mundo es posible." Es algo alcanzable y la gente lo puede crear.