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17 de septiembre de 2002

Cómo funciona el Imperio: la segunda vía

James Petras
Traducido para Rebelion
por Gabriela García Cedro

Introducción
En el último año, la construcción del imperio del los EUA ha enfocado principalmente la conquista militar, las amenazas de guerras regionales y un aumento masivo de operaciones de inteligencia y militares clandestinas. Particularmente, desde la guerra y ocupación de Afganistán, el inminente ataque sobre Irak y el fallido golpe militar en Venezuela, la vía militar en EUA ha llevado la delantera en el debate público. Sin embargo, la política estadounidense opera en dos vías, la militar y la político-diplomática, para expandir y consolidar su poder imperial. Aún hoy mientras los medios y las autoridades se centran en los preparativos de guerra de EUA, en las bases cotidianas sobre muchos asuntos cruciales del día, los diplomáticos estadounidenses, los operativos de inteligencia y las agencias permaneces activos intimidando, sobornando, y presionando a los supuestos adversarios para aceptar y colaborar con el imperialismo de EUA o al menos refrenar su crítica hacia él. Numerosos casos cobran importancia en estos días. Sabotear la operación de la Corte Internacional de Justicia, a la cual EUA se opone, diplomáticos de Washington han presionado exitosamente a varios países para firmar acuerdos bilaterales proveyendo impunidad a soldados estadounidenses en sus países. La lista incluye Rumania, Argentina, Colombia, Inglaterra (y por supuesto Israel, que vio la oportunidad de obtener impunidad para sus criminales de guerra) y la lista continúa alargándose.
Los diplomáticos de EUA pudieron prevenir a la UE y otros miembros de pasar cualquier resolución significante en cualquier problema mayor, incluyendo los blancos de combustible, el recalentamiento global y la reducción de la pobreza en la reunión global de Johannesburgo. En relación a las recientes decisiones adversas de la Organización de Comercio Mundial (World Trade Organization. WTO) concerniente a las prácticas comerciales de Estados Unidos, oficiales y diplomáticos de comercio han amenazado a europeos y otros diplomáticos con horribles consecuencias si ellos realmente implementan las sanciones de la WTO. Los europeos se abstuvieron de implementar esta reglamentación. Es claro que la construcción del imperio opera en dos vías interrelacionadas en las que las amenazas políticas y económicas son usadas para subordinar a los competidores aliados al tiempo que los clientes retroceden por el poder del ejército y la fuerza militar o las amenazas contra los adversarios detectados.
La vía político-diplomática es también usada para cooptar y/o reprimir la oposición dentro de los países clientes, particularmente una oposición que se ha convertido de insurrección popular a política electoralista legal. El proceso por el cual el canal diplomático opera para silenciar o limitar la oposición legal es evidente en una reciente conferencia internacional organizada para discutir y debatir el Plan Colombia y la política de los Estados Unidos y sus implicancias para América Latina. La conferencia tuvo lugar en El Salvador, entre el 20 y el 22 de julio de 2001 y fue auspiciada por el Departamento de Filosofía de la Universidad de El Salvador y fue programada para desarrollarse en el hall de conferencias de la Universidad.
La operación del canal diplomático
Uno de los objetivos principales de las políticas oficiales extranjeras de EUA en la Embajada es la de convertir a líderes políticos de la oposición en aliados de Washington. Las técnicas incluyen convencerlos para pasar de la acción directa de los movimientos de base (ya sean armadas o civiles) al la política electoral. La embajada ofrece a estos líderes la legalidad para la separación de la lucha de las masas por cambios socio-económicos. Con legalidad y acuerdos institucionales, los políticos opositores son vulnerables ante futuras presiones de la Embajada para evadir ataques directos en la política norteamericana.
Oponiéndose a la oposición, la Embajada utiliza sus recursos políticos locales y extranjeros para sostener la posición política de Washington – evitando, así, la confrontación directa y haciendo aparecer que el debate está entre los adversarios nacionales o regionales.
En nuestro estudio del caso de la intervención de diplomáticos estadounidenses para minar la conferencia de El Salvador, los oficiales de la Embajada combinaron varias de las técnicas mencionadas más arriba para debilitar la efectividad de la conferencia.
Contrariamente a la propaganda de Washington, hay mayor preocupación por la manipulación política para imponer uniformidad en apoyar la línea política de Washington en un debate libre y abierto de ideas.
Este ensayo se traza sobre un memorando (al que se referirá como memo en el texto) emitido desde la embajada de los EUA en El Salvador en julio de 2001 por vía segura Acta de libertad de información.
El primer punto a resaltar es que la Embajada caracterizó el evento como un ejercicio de propaganda organizada a pesar del escenario académico y la presencia de varios Premios Nobel prominentes (José Saramago y Adolfo Pérez Esquivel), el presidente del Concilio Mundial de Iglesias (Arzobispo Pagura de Argentina), el entonces presidente del Parlamento Argelino (Ahmed Ben Bella) y dos reconocidos profesores de México y los Estados Unidos – Heinz Dieterich y James Petras. Los auspiciantes incluyeron al Frente Martí de Liberación Nacional (FMLN), el principal partido opositor y anfitrión de las fundaciones locales y las ONGs de EUA.
De acuerdo con el memo, un oficial político de la Embajada (Poloff) "expresó franca y enérgicamente ... a los miembros del FMLN que la prensa libre (crítica de los EUA) era de retórica inflamatoria y que habría dos costos serios si la conferencia procedía de ese modo". Entre los serios costos para el FMLN, Poloff mencionó que el "FMLN perjudicaría su propia imagen, mostrando que prefería "un aplastamiento anticuado de los Estados Unidos" a la discusión responsable de asuntos serios." Poniendo a la defensiva a Eugenio Chicus, el consejero del FMLN por el comité de asuntos extranjeros, este último hizo notar que el FMLN no podría controlar lo que otros participantes dijeran. Poloff insistió en que "como organizador el FMLN mostraba responsabilidad expresa" y fue a prevenir que "si no tomaban distancia de la retórica inflamatoria, estarían tácitamente ligados a esos comentarios".
Varios asuntos importantes surgieron a partir de este memo. Primero, que la Embajada claramente amenaza al partido político con represalias –serios costos– lo que implica una reversión a la ilegalidad desde que la Embajada oficial clama que su imagen (como partido electoral legal) fue dañada por la vuelta a un aplastamiento anticuado de los Estados Unidos (una referencia a la política anti-imperialista del FMLN cuando representó la insurrección popular) El uso de una retórica violenta e hiperbólica para referirse a las posiciones de disenso de los ganadores del Premio Nobel, arzobispo y académicos como un medio de desacreditar la conferencia es una técnica designada para recordar al FMLN que una condición para la tolerancia estadounidense es que desista de la crítica sistemática a la construcción del imperio de EUA.
La estrategia de los Estados Unidos estaba basada en presionar al FMLN para disminuir la orientación crítica de la conferencia y operar con los parámetros dictados por la embajada.
La proclama de Washington de favorecer una discusión responsable de asuntos serios es una simple estrategia de propaganda, apelando al estilo no-confrontativo de los consejeros legislativos del FMLN como una minoría en el congreso salvadoreño. En realidad la Embajada ha diseñado su propia estrategia para mostrar la conferencia y su cobertura por las redes principales de información. La embajada fue a trabajar para recluir "amistosamente" a periodistas y políticos colombianos "asegurar que el punto de vista de los EUA es articulado" (memo). La estrategia era encontrar periodistas colombianos respetables y, en El Salvador, una "voz razonable desde la izquierda" hacia los Estados Unidos para reunir formas oficiales del gobierno y escritores del ala derechista, para proveerlos con argumentos que presumiblemente los volvieran a El Salvador para mostrar la conferencia. Entre las personas que influirían al respetable periodista colombiano Eduardo Torres, anclado en tres canales de televisión y columnista para el periódico conservador El diario de hoy –se encontraba un tal Francisco Santos, uno de los dueños del mayor diario de Bogotá El Tiempo, a quien la embajada asumió como el que presentaría el punto de vista de los Estados Unidos. Si Santos fue un acierto de la inteligencia de los EUA no es claro, pero hoy él es el Vicepresidente de Colombia, bajo el presidente Uribe –pasado y actual organizador de los escuadrones de la muerte paramilitares.
La búsqueda de la Embajada de una "voz razonable dentro de la izquierda" es una estrategia común, en la cual los individuos con algún pasado en la izquierda y algunos críticos moderados del orden existente son cooptados para hacer el trabajo sucio de desacreditar a prestigiosos críticos como los invitados a la conferencia. Usando sus auto-proclamadas credenciales como activistas de "derechos humanos" ellos pasan la mayor parte de su tiempo atacando a la izquierda y alabando las preocupaciones retóricas de Washington. Sus visiones son ampliadas: como establece el memo –"nosotros podríamos seguir las conferencias con telepress entre periodistas y especialistas colombianos del sector privado. Además, Post (un operativo de la embajada) asegurará que los medios y contactos interesados" estén informados.
Conclusión
La Embajada no tuvo éxito en detener el encuentro, pero ejerció presión en la Universidad para cancelar el uso del hall de reuniones en el último minuto y limitar la cobertura mediática detrás de los varios cientos que asistieron al evento.
La estrategia de dos vías es evidentemente un componente importante en la construcción del imperio. En el contexto salvadoreño, incluyó la Vía 1: la intervención militar en los ochenta y el asesinato de más de 75.000 salvadoreños, seguido de la Vía 2: los así llamados acuerdos de paz, la legalización del FMLN y las tácticas de presión y cooptación. Esta doble estrategia reposa pesadamente sobre "contactos personales", amenaza con rescindir el status legal y la "buena voluntad" embajadora, y en algunos casos la cooptación de izquierdistas razonables, quienes tienen acceso a los medios puede ser usado para desacreditar a la izquierda.
El desafío para la izquierda es focalizar su oposición en dos modos: oponerse a la militarización tanto como a la intimidación y cooptación diplomático-política. La izquierda debe rechazar la retórica imperial que etiqueta "anti-imperialismo" como "anticuado", que habla de una preocupación razonable por los derechos humanos mientras está envuelta en una campaña mundial para violarlos. La construcción del imperio es un proceso integral que combina violencia y diplomacia, represión y cooptación –no hay "buenos diplomáticos" y "malos militaristas", ellos trabajan en tándem, como un modo de promover el mismo objetivo imperial: ellos no trabajan en caminos paralelos– ambos convergen en un mundo donde las voces de resistencia son silenciadas por la violencia y las "voces razonables de la izquierda".


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