El imperio en 2006
James Petras
La predicci�n m�s dif�cil para 2006 es la direcci�n y trayectoria de la econom�a
estadunidense. En 2005 la econom�a del pa�s desafi� todos los dogmas conocidos
de la teor�a econ�mica: aun a la vista de los d�ficit comerciales sin
precedente, de los monstruosos d�ficit presupuestarios, de una guerra fallida y
de grandes esc�ndalos pol�ticos protagonizados por colaboradores presidenciales,
el d�lar se fortaleci� contra el euro y el yen, la econom�a creci� 3.4 por
ciento y todas las principales casas de inversi�n tuvieron ganancias r�cord.
Parece que la econom�a estadunidense desafi� las leyes de la gravedad, flotando
por encima de la turbulencia pol�tica y de las vulnerabilidades estructurales.
Pero el objetivo de la "profec�a" no es especificar el d�a y la hora de una
aguda declinaci�n y recesi�n, sino identificar las profundas vulnerabilidades
estructurales y los posibles sucesos que podr�an detonar una crisis.
La econom�a estadunidense continuar� divergiendo en dos sentidos. El sector
financiero se expandir� en el exterior, sobre todo las principales firmas de
inversi�n como Goldman Sachs, JP Morgan, Citibank, en tanto el sector
manufacturero, encabezado por el sector automotriz de las tres grandes, decaer�
a�n m�s, y hay buena probabilidad de que General Motors caiga en bancarrota. Las
trasnacionales estadunidenses se expandir�n a escala mundial, comprando
participaci�n accionaria en bancos e industrias importantes, sobre todo en
China, y extender�n el alcance econ�mico del imperio, en tanto la econom�a
dom�stica sufrir�, pues la burbuja especulativa en la vivienda y los bienes
ra�ces estallar� y los altos precios de la energ�a minar�n la competitividad de
las exportaciones, todo lo cual causar� un pronunciado descenso en el gasto de
consumo. El imperio estadunidense se ver� cada vez m�s identificado con sus
gigantes econ�micos, pues sus guerras fallidas conducir�n a un retiro de las
tropas combatientes y a apoyarse m�s en el poder�o a�reo, en las fuerzas
militares de cipayos, las sanciones econ�micas y el acomodamiento de
reg�menes de liberalismo social.
La crisis social dom�stica se profundizar� al expandirse las oportunidades de
ganancias en el exterior.
En 2006, m�s de 90 por ciento de los trabajadores estadunidenses pagar�n por su
costosa atenci�n individual de salud y sus planes de pensiones y, si no pueden
pagar, perder�n su cobertura. Los contratos de trabajo precarios son la norma
para todos, excepto un peque�o sector de empleados p�blicos. La inflaci�n real
(incluidos costos incrementados en salud, educaci�n y energ�a) se elevar� a unas
dos veces el �ndice de precios al consumidor y contribuir� a disminuir m�s los
actuales niveles de vida. El estallido de la burbuja de la vivienda reducir� a
la mitad el "valor en papel" de los propietarios de casa y llevar� a la quiebra
a muchos que ya est�n endeudados. Sin embargo, como ha ocurrido en d�cadas
recientes (despu�s de los fracasos especulativos de Ahorros y Pr�stamos, Punto
com, Enron y otros), si bien millones de peque�os especuladores e inversionistas
en bienes ra�ces perder�n miles de millones de d�lares, su descontento no
encontrar� expresi�n pol�tica. A mayores desigualdades en ingreso, propiedades y
riqueza entre las elites financieras y econ�micas imperiales, por una parte, y
las clases dom�sticas asalariadas por la otra, menor nivel de oposici�n pol�tica
y social organizada. En 2006 Estados Unidos se volver� el pa�s desarrollado con
las mayores desigualdades, con el descenso m�s persistente en los niveles de
vida y el menos capaz de organizar una defensa de los derechos sociales -ya no
se diga una alternativa- contra el modelo de acumulaci�n capitalista centrado en
el imperio. En una palabra, la crisis de los niveles de vida dom�sticos
financiar� una mayor construcci�n imperial en vez de desafiarla.
La expansi�n global estadunidense es sostenible a causa de cambios fundamentales
que ocurren en India, China, Indochina y los reinos petroleros de Medio Oriente.
Estos pa�ses han derribado muchas barreras a la inversi�n externa, a las
empresas conjuntas e incluso a la propiedad mayoritaria de industrias de alto
crecimiento, bancos y fuentes de energ�a. Las trasnacionales y bancos
estadunidenses, europeos y japoneses acelerar�n su entrada m�s all� de las
cabezas de playa y penetrar�n con mayor profundidad en todos los sectores de la
econom�a: 2006 marcar� la transici�n china del "capitalismo nacional" a un
modelo de crecimiento capitalista imperial de conducci�n nacional.
Estados Unidos continuar� sustituyendo la guerra terrestre por la a�rea en Irak:
por cada 10 mil soldados que se retiren habr� cientos de ataques a�reos
adicionales. La pol�tica hacia Irak es un caso cl�sico de "domina o arruina", de
proporciones b�blicas. Como Washington o sus t�teres no pueden dominar, la
pol�tica es reducir el pa�s a un Afganist�n de se�ores de la guerra y
l�deres �tnicos y tribales en conflicto permanente, con base en peque�os feudos.
El debate sobre una nueva guerra en Ir�n no se ha resuelto a causa de las
profundas divisiones en Washington, de las amenazas militares israel�es y el
juicio por espionaje a dos dirigentes del principal cabildo pro israel� (Comit�
Estadunidense Israel� de Asuntos P�blicos, AIPAC, por sus siglas en ingl�s).
Pero si Israel ataca se desencadenar�n una serie de conflictos en Medio Oriente
que impulsar�n al alza los precios del petr�leo. Si de all� se deriva una
recesi�n econ�mica mundial, el choque econ�mico podr�a neutralizar la influencia
de los sionistas en c�rculos pol�ticos de Europa y, tal vez, inclusive en
Estados Unidos.
Si bien existen muchas contingencias que pueden conducir a una recesi�n
econ�mica mundial y a una corriente antisrael�, es prudente ponderar lo peor. Si
bien el extremismo militar de Tel Aviv puede socavar cualquier reducci�n de las
fuerzas militares estadunidenses en Medio Oriente, el debilitamiento de los
cabildos pro israel�es podr�a permitir a Washington apoyarse en la fuerza
policial y militar iraqu� y kurda. Es muy improbable que �stas puedan sostenerse
contra los insurgentes y la oposici�n de masas. Lo m�s probable es que el
ej�rcito se desintegre y que los funcionarios pro estadunidenses huyan de la
devastada naci�n y vac�en las arcas nacionales en su camino de vuelta hacia
Estados Unidos y Europa. Un resultado probable ser� un r�gimen heterog�neo
clerical-nacionalista en pie de guerra, enfrentado a un miniestado kurdo
secesionista respaldado por Israel, que emprender�a una limpieza �tnica de no
kurdos.
En Washington, el Congreso y los dos partidos pol�ticos se ver�n m�s
desacreditados porque Jack Abramoff, confeso cabildero defraudador, implicar� a
docenas de legisladores, l�deres partidistas y funcionarios gubernamentales en
un enorme esc�ndalo de sobornos. El juicio y persecuci�n judicial de l�deres del
Congreso, sobre todo republicanos, podr�a prevenir la entrada en vigor de una
nueva legislaci�n regresiva y represiva, pero tambi�n precipitar al presidente a
otra aventura militar (bombardear Ir�n) para capear el temporal pol�tico. Por
otro lado, otra fallida intervenci�n militar de la Casa Blanca en el contexto de
un Congreso desacreditado, encabezado por l�deres partidistas criminales, podr�a
encender un movimiento encaminado a entablar juicio pol�tico al Ejecutivo.
Unas fuerzas armadas debilitadas, la decadencia de los clientes neoliberales
ortodoxos y las fallidas iniciativas diplom�ticas en foros regionales orillan a
Estados Unidos a "hacer lugar" a pol�ticos de centroizquierda en Am�rica Latina.
La mayor flexibilidad de Washington encontrar� expresi�n en la continuidad de
buenas relaciones con los presidentes de Brasil, Uruguay, Argentina y
probablemente Bolivia. La hostilidad del Departamento de Estado hacia el
presidente Hugo Ch�vez de Venezuela se ver� atemperada por su p�rdida de
influencia en lo interior y por los cercanos v�nculos entre las empresas
petroleras estadunidenses y venezolanas. Es probable que Washington no
intervenga en las elecciones de Colombia, Chile, M�xico o Brasil, porque todos
los principales candidatos est�n bien dentro de la �rbita neoliberal.
Un resultado improbable en Per�, donde uno de los principales contendientes es
un ex oficial militar "nacionalista" allegado a Ch�vez, producir�a tal vez un
fuerte respaldo para el candidato conservador. Washington pudiera enredarse en
algunos "trucos sucios" en la retaguardia de las elecciones presidenciales
venezolanas, sabiendo de antemano que Ch�vez ganar� por amplio margen.
En otras palabras, Estados Unidos perder� su mayor�a electoral autom�tica en
Am�rica Latina y se ver� forzado a archivar algunos de sus intentos m�s
descarados de imponer su dominio econ�mico. Sin embargo, ninguna de sus bases
estrat�gicas y extensas posesiones financieras y de recursos, ni sus lucrativos
pagos de deuda se ver�n amenazados por la elecci�n de presidentes de
"centroizquierda". El mayor riesgo de este potencial resultado de "cohabitaci�n"
es un levantamiento popular exitoso si la centroizquierda falla: en eso caso es
probable que Washington intervenga con testaferros locales, y ello detonar� la
oposici�n regional.
En suma, 2006 ser� sin duda un a�o extremadamente vol�til e incierto para el
imperio. Las derrotas militares, las crisis internas, una gran ca�da del d�lar y
un debilitamiento general de los fundamentos econ�micos dom�sticos se
yuxtapondr�n a la creciente expansi�n econ�mica en el exterior, las altas tasas
de ganancias financieras, una oposici�n interna extremadamente d�bil y elites
acomodaticias en Asia y Sudam�rica. La mayor amenaza a la construcci�n imperial
no radica en el frente dom�stico ni en el mercado competitivo, sino en la guerra
pendiente con Ir�n, pues un ataque estadunidense o israel� podr�a poner en
movimiento una serie de severos colapsos econ�micos, pol�ticos y militares que
cambiar�an en forma radical todas las predicciones y resultados previos
relativos al estado del imperio en 2006.
El segundo gran colapso en construcci�n es la creciente revuelta popular contra
las monstruosas desigualdades y las horrendas condiciones de trabajo impuestas
por la clase gobernante china en alianza con el capital extranjero. Una
conmoci�n m�s podr�a surgir m�s all� de 2006, en caso de que el auge de
mercanc�as se derrumbe y mine la estrategia exportadora de los reg�menes de
centroizquierda de Am�rica Latina. En ese contexto, es probable una nueva ola de
movimientos extraparlamentarios y antimperialistas que podr�a suscitar temores
en todo el imperio.
Traducci�n: Jorge Anaya
Fuente: lafogata.org