Pueblos Originarios |
Huelga Mapuche: La hora crucial
Andrés Figueroa Cornejo
"Parece que este gobierno no nos va a matar directamente todavía. Pero nos va
a privar de libertad, que no es tan distinto."
J.Z. Fotógrafo de Trinchera de la Imagen
A dos meses de iniciada la huelga de hambre de los prisioneros políticos
mapuche, el estado de salud de los ayunistas y los fundamentos de su causa
cobran notable simpatía nacional e internacional. Piñera manifiesta escasa
voluntad de diálogo, mientras la vida de 34 comuneros se extingue en medio de la
indignación multiplicada.
La causa mapuche, fuera de toda agenda y catálogo político de la partidocracia
en el poder, se extiende como pólvora en territorios cada vez más amplios de la
sociedad chilena y la atención internacional.
La conmemoración del golpe de Estado del 11 de septiembre mezcló la imagen
señera de Salvador Allende con la presencia ardiente de organizaciones mapuche y
los cantos generales, exigiendo la libertad de los comuneros prisioneros. La
actualidad del homenaje de todos los años, esta vez, estuvo teñida de calor y
color originarios.
Ya el jueves 9 de septiembre, en el Parque Almagro, los conjuntos musicales
históricos del pueblo –Inti Illimani e Illapu-, junto a los trovadores más
recientes, como Pancho Villa y el hip-hop siempre lúcido de SubVerso, actuaron
en el Parque Almagro, en Santiago, para los muchos que solidarizan con las
reivindicaciones de los 34 presos políticos mapuche en huelga de hambre –a los
cuales ya sería preciso agregar a 4 originarios más de la comuna de La Florida
que se sumaron hace pocos días al ayuno-.
Como era de esperar, el Estado, a modo de represión selectiva, el mismo 11 de
septiembre detuvo al periodista Marcelo Garay Vergara, consejero metropolitano
del Colegio de la Orden y reportero de la Radio Nuevo Mundo, cuando salía de su
casa. Marcelo fue aprehendido por agentes de la Brigada de Investigaciones
Policiales (BIPE), por un requerimiento de la Fiscalía Centro Norte, para
declarar sobre una detención anterior de la que fue objeto en Padre Las Casas
(localidad cercana a Temuco) el año pasado, cuando cubría una historia
relacionada con el pueblo Mapuche. Ya Marcelo Garay había denunciado el
hostigamiento de la policía desde que fue a cubrir profesionalmente la
militarización de las comunidades mapuche el 2009.
Bajo un Santiago ceniciento, en la tarde del primero de septiembre alrededor de
tres mil mapuche y chilenos se congregaron para solidarizar con la huelga de
hambre, convocados por la Coordinación de Organizaciones Autónomas Mapuche de
Santiago.
Sus razones se resumen en que no se les aplique la Ley Antiterrorista ; no sean
juzgados duplicadamente por la justicia militar y la civil; el retorno a la
normalidad de las zonas militarizadas, y la demanda máxima de la recuperación de
sus tierras usurpadas históricamente, antes y después de la creación del propio
Estado chileno.
El ayuno fue iniciado por reos políticos de las cárceles de Temuco y Concepción
hace dos meses. El miércoles primero de septiembre se agregaron dos menores de
edad recluidos en la cárcel de Chol Chol.
Tanto la solidaridad mundial, a través de organismos asociados a los Derechos
Humanos, como Amnistía Internacional, protestas y ocupaciones de embajadas en
países europeos, la hermandad reluciente de los indígenas y populares de
Latinoamérica; como el creciente apoyo chileno de personas, organizaciones
sociales y políticas independientes de los que mandan, sindicatos, la iglesia de
los desheredados, gremios y colegios profesionales se multiplican, apresurando
la primavera a lo largo de todo país y obligando a los medios de comunicación
dominantes a visibilizar la huelga, jaqueando el silencio racista y de clase de
Sebastián Piñera.
Los presos políticos mapuche (PPM) están procesados o condenados por su supuesta
participación en ocupaciones de tierras, consideradas ilegales por el Estado, e
incendios de instalaciones agrícolas, en el contexto del asentamiento de
empresas agrícolas y forestales en la región de La Araucanía, tierras
ancestrales del pueblo originario.
Eric Millán, representante de los ayunistas de la cárcel de Temuco, dijo
firmemente que los prisioneros "van a seguir la huelga hasta las últimas
consecuencias. Hasta que este gobierno deje de aplicar la Ley Antiterrorista,
como el doble procesamiento, y la devolución de las tierras usurpadas. Ellos no
se dejarán alimentar por ningún medio".
-El gobierno sugirió instalar un mediador en el conflicto…
"El gobierno no se ha acercado, sólo habla a través de la prensa. Y aquí los
únicos mediadores somos nosotros."
Se acercan "las últimas consecuencias"
La doctora Berna Castro es parte del equipo médico que atiende permanentemente a
los PPM. La profesional –de larga trayectoria en el ámbito de la defensa de los
Derechos Humanos en Chile- aclara que la huelga de hambre es con consumo de agua
con sal y glucosa.
-¿Cuál es el estado de salud de los comuneros?
"Se encuentran en una situación crítica, muy crítica Están con evidentes daños
de su cuerpo. Han sufrido una baja significativa de peso. Estoy hablando de un
promedio de más de 18 kilos promedio por huelguista, es decir han perdido, al
menos, un 20 % de su peso."
La profesional comunicó que los ayunistas que están en peor situación sanitaria
"son Felipe de Angol, Ramón de Temuco, y Héctor Llentul de Concepción". Desde la
medicina, Berna Castro analizó que "después de las 7 semanas comienzan a tener
daño interno. Ellos han perdido tejido adiposo y gran parte de su tejido
muscular. Entonces el cuerpo, para mantener sus funciones vitales, empieza a
consumir proteínas, vitaminas, minerales de su propio organismo para proteger el
órgano más noble del cuerpo humano: el cerebro. Y ya estamos en esa etapa".
-Uno de los aspectos más controversiales tiene que ver con la negativa de los
huelguistas de permitir hacerse exámenes por los servicios estatales…
"Nosotros le estamos pidiendo al Estado chileno que nos dé garantía en la toma
de exámenes, porque ello nos permite evaluar con mayor precisión sus
condiciones. Pero eso nos ha sido negado. Los comuneros plantean que no existen
las condiciones para realizar las muestras. Los fiscales no han podido comprobar
ninguno de las imputaciones de las cuales se les acusa –de hecho, han perdido
testigos- , y las muestras de sangre podrían emplearse para inculparlos de
incidentes en los que no han incurrido. Nosotros pedimos al Estado las garantías
mínimas. Explícitamente, que esté alguno de los médicos que asisten a los
huelguistas para asegurar el buen uso de los exámenes."
La doctora Castro no dudó en sentenciar que "Sus vidas están en peligro. Además,
en las cárceles donde permanecen los comuneros se están cometiendo violaciones
que configuran tortura por parte del Estado. Que no tengan acceso a la luz del
día implica que los prisioneros pierden la noción del tiempo, y el cerebro, que
ordena las funciones del cuerpo, sin luz solar, altera actividades hormonales
relevantes. Y ello es tortura."
"En Angol –agregó- gendarmería no considera como una herramienta válida la
huelga de hambre de los comuneros, sino que la cataloga de un vulgar mal
comportamiento. En consecuencia, han realizado allanamientos periódicos de noche
en las celdas. En ese contexto, los gendarmes han castigado comuneros e incluso
los han incomunicado."
-¿Cuál es el estado de ánimo de los ayunistas?
"La voluntad y claridad de los huelguistas es fortísima. Yo soy cristiana y aquí
uno ve la capacidad extraordinaria de estos jóvenes en la lucha por la causa de
su pueblo. Y para mí no hay nada superior que aquel hombre que da la vida por
amor."
"El Estado defiende con mucha más fuerza la propiedad privada que la vida"
Alberto Espinoza es abogado asesor de las causas que están en la justicia,
asumiendo la defensa de los PPM en la Corte Marcial en Santiago.
-¿Cuáles son las diferencias entre ser juzgado por una Corte Marcial y una
Civil?
"Hace 5 años que la Corte Interamericana de Derechos Humanos pronunció una
sentencia que establece que bajo ninguna circunstancia se puede aceptar que los
civiles sean juzgados por tribunales militares. Sin embargo, en Chile subsiste
esta judicatura penal especial."
El abogado de Derechos Humanos indicó que "Ello atenta contra principios
asociados al debido proceso, la imparcialidad e independencia del tribunal. El
juez es un militar de carrera que se promueve dentro del generalato. No es un
letrado, en términos de formación jurídica. Es removido por razones castrenses
más que por méritos juridiccionales. Y la Corte Marcial está integrada por tres
miembros de la Fuerzas Armadas y dos ministros de la Corte de Apelaciones de
Santiago. Es decir, los jueces militares hacen mayoría".
Espinoza anadió que "En el aspecto procesal, el procedimiento resulta
inquisitivo, de acuerdo a las reglas de un sumario antiguo que es secreto,
escrito, donde las posibilidades del derecho a la defensa de los imputados son
precarias o prácticamente inexistentes. Es un sumario que se puede prolongar de
manera indefinida. En resumen, que personas civiles sean juzgados por militares
resulta totalmente contrario a los estándares internacionales sobre derecho
sumario. En este caso, los mapuche son civiles, y no han cometido delitos
militares."
-Algunos argumentan que estarían involucrados miembros de carabineros…
"Se arrastran hasta la justicia militar supuestos atentados a carabineros, que
por norma constitucional, son una fuerza de orden y seguridad pública, al igual
que la policía de Investigaciones. Es decir, no se trata de una fuerza militar,
pero están bajo la tutela juridiccional de esta judicatura especial. Y ello
también es contrario a la Convención Interamericana de Derechos Humanos. Todo
redunda en un tratamiento muy desigual de la justicia militar."
Alberto Espinoza puntualizó que "Cuando eventualmente son los carabineros las
víctimas, las penas contra los imputados son del infierno, y cuando son los
carabineros los victimarios las penas son muy benevolentes. Aquí hay un doble
estándar. Cuando los carabineros son los victimarios las penas nunca superan los
tres años, con beneficios carcelarios, y nunca son penas de privación de
libertad efectiva".
-¿Por qué pareciera existir una súper esperanza en la justicia civil entre los
familiares y amigos de la causa mapuche?
"En general, es más confiable la justicia civil que la militar. Por su
estructura orgánica y de procedimiento. Sin embargo, también hay que observar
con cierta reserva a los tribunales ordinarios. Sobre todo, porque el problema y
la causa mapuche es tratada con una mirada estatal, integral. La política
regresiva histórica contra el pueblo mapuche se articula desde todos los frentes
del Estado. Y en ese contexto, el Poder Judicial, Legislativo, Ejecutivo y el
Ministerio Público, no están al margen. No hay que pecar de exceso de confianza
al respecto. Aquí vemos cómo el Ministerio Público –teóricamente autónomo- se
alinea con los intendentes y gobernadores al momento de calificar hechos como
terroristas. Y los tribunales de justicia también condenan como terrorismo
conductas que no lo son."
-¿Desde su experiencia y perspectiva, dónde se encuentra el meollo central de
esta lucha?
"El nudo que explica todo esto es la imposición de un modelo económico fundado
en el capitalismo actual. Ello da cuenta del tratamiento con el que se ha
denominado "el problema mapuche". Y se refleja en cómo los violadores de
derechos humanos de la dictadura militar que cometieron crímenes de Lesa
Humanidad, son sentenciados a penas irrisorias, cuando el bien jurídico que
ellos afectaron fue la vida. Y cuando se toca el bien jurídico de la propiedad,
la reacción del Estado chileno es brutal. Se puede ver en las penas que pesan
sobre algunos comuneros mapuche en huelga de hambre que superan los 100 años. Y
Manuel Contreras –jefe de la Inteligencia pinochetista- acaba de ser condenado
con 5 años con pena remitida por el asesinato del sacerdote Antonio Llidó. Que
se diga claramente que el Estado defiende con mucho mayor fuerza la propiedad
que la vida."
-Hace unos días el presidente Piñera envió un Proyecto de Ley para tratar el
tema de la justicia militar y su eventual modificación…
"Proyectos de Ley de esa naturaleza están parados en el Congreso desde hace unos
tres años. Lo que dice Piñera no es nuevo. Aquí el Poder Legislativo ha mostrado
una indiferencia sobre el tema, que puede calificarse de desidia, notable
abandono de deberes o simplemente, de flojera parlamentaria. Si hasta los
militares están por cambiar la judicatura. Y sobre la Ley Antiterrorista ocurre
lo mismo."
Un asunto de razón y fuerza
Los comuneros mapuche han realizado mil movilizaciones, ocupaciones
hospitalarias, interrumpido discursos de Piñera, puesto el cuerpo por su razón,
la misma que la de los presos políticos en huelga de hambre. Pero el tiempo
corre invariablemente y la salud de los ayunistas empeora de manera progresiva,
colocándolos al borde de un riesgo mortal. La sociedad chilena amplía su
sensibilidad. Sin embargo, las autoridades, por convicciones propias y
acompañadas a la vez por el gremio de los dueños de Chile (Confederación de la
Producción y el Comercio) caminan con pies de plomo hacia una resolución del
conflicto. Los discursos de mediación eclesiástica o de un grupo de diputados
autoproclamados al respecto, fortalece la posición desde el poder de que el
pueblo originario y sus presos políticos son seres incompletos, objetos de
ayuda, una suerte de comunidad infantil que adolece de recursos y estatura para
encarar en igualdad de condiciones al gobierno de turno. Pero los mapuche saben
mejor que nadie que sólo pueden confiar en sus propias fuerzas, compuestas
también, por todos aquellos que empatizan con cabeza, respeto y corazón con una
causa justiciera que sintetiza medio milenio de usurpación, crímenes,
discriminación y condena a un pueblo entero.