PLANETA
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Qué fines persigue
Básicamente se trata de convertir los territorios en mercancía para sobreexplotarlos y mediante las infraestructuras creadas por los megaproyectos que componen el IIRSA, trasladar las materias primas extraídas hacia los grandes mercados internacionales.
Para lograr este fin, los territorios deben ser "controlados" y luego "transformados" o "conservados" de acuerdo con los intereses del "dueño-controlador".
Muchos de estos megaproyectos tienen relación con los programas impuestos para la reestructuración de las deudas externas de los países sudamericanos, que aseguren por una parte una sobreexplotación y exportación de recursos, permitiendo a las instituciones acreedoras asegurarse una corriente continua de reembolsos, a veces incluso superiores a los flujos de capitales que ingresaban a nuestros países.
El académico mexicano Andrés Barreda señala que el modo en
que se presenta el dominio de los territorios está directamente relacionado
con los ciclos de reproducción del capital: "Así como los créditos sirven para
el control de la fase inicial del ciclo del capital [la compra, o el
intercambio de dinero por mercancías, medios de producción y fuerza de
trabajo] y los tratados comerciales sirven para el control de la tercera parte
del ciclo [la venta, o el intercambio de mercancías por dinero], los
megaproyectos y los planes regionales de desarrollo son la manera en que los
capitales mundiales logran el control general de los procesos de producción o
segunda fase del ciclo del capital"