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Italia procesa a
cuatro personas por la muerte del 'banquero de Dios' en 1982
Roberto Calvi, que apareció ahorcado en un puente de Londres, presidía el
Ambrosiano
La Vanguardia
Cuatro personas, vinculadas a la mafia, fueron imputadas ayer en Italia como
presuntos autores de la muerte de Roberto Calvi, que apareció ahorcado en un
puente de Londres en 1982. El banquero de Dios presidía el Banco Ambrosiano,
cuyo principal accionista era el Vaticano, y su muerte fue considerada un
suicidio hasta 2003. La fiscalía sostiene que Calvi fue asesinado porque se
había apropiado de dinero de la mafia y por miedo a que chantajease.
Un tribunal de Roma ordenó ayer el procesamiento de cuatro personas -con
antecedentes mafiosos- como presuntos autores de la muerte de Roberto Calvi, un
caso que dejó de considerarse suicidio en el 2003 y cuya vista está fijada para
el 6 de octubre del presente año. La noticia fue difundida por el abogado de uno
de los cuatro imputados.
El llamado banquero de Dios apareció ahorcado en el puente de los Blackfryars de
Lonfres con cinco kilos de piedras y ladrillos en los bolsillos el 18 de junio
de 1982. La muerte se produjo pocos días después de la quiebra del Banco
Ambrosiano, la entidad que dirigía Calvi y de la que el Vaticano -mediante el
Instituto para las Obras Religiosas (IOR)- era el principal accionista. Este
hecho y sus tratos con el responsable de las finanzas vaticanas, el arzobispo
estadounidense Paul Marcinkus, crearon serios problemas a Juan Pablo II y
propiciaron teorías de la conspiración recogidas en obras de éxito como la
película El Padrino III. El asunto se convirtió en uno de los mayores escándalos
en la historia de la Italia de la posguerra, pródiga en incidentes y sobresaltos
de esta índole.
La justicia británica lo consideró un suicidio, hecho que no fue aceptado en
Italia. En un sumario paralelo instruido en Roma desde 1992, el juez aceptó
finalmente en el 2003 las pruebas forenses aportadas por la fiscalía, 21 años
después de los hechos, y lo consideró un caso de homicidio.
Entre estas pruebas destacaba la ausencia de lesiones óseas en las cervicales y
la inexistencia de restos de los ladrillos que había en los bolsillos en las
manos de Roberto Calvi. El equipo forense estuvo encabezado por un experto
alemán, Bernard Breinkmann.
La gestión de Roberto Calvi fue un fiasco y dejó un agujero de 1.400 millones de
dólares . Aunque el Vaticano declinó cualquier responsabilidad en las cuentas y
gestión del Banco Ambrosiano, aceptó versar 241 millones de dólares a los
acreedores de la entidad al aceptar la existencia de una responsabilidad
'moral'.
Las tesis de la fiscalía italiana apuntan a la implicación de la mafia. Los
cuatro imputados son el empresario Flavio Carboni, su antigua compañera
sentimental Manuela Kleinszig y los mafiosos Giuseppe Pippo Caló y Ernesto
Diotavelli. Carboni, de 72 años, es un nombre clave en algunos escándalos
relevantes de la Italia de los sesenta y los ochenta: estafas, falsedad, tráfico
de estupefacientes y de armas. Por su parte, Pippo Caló está considerado un
tesorero de la Cosa Nostra y permanece en prisión desde el año 1985. El tercer
hombre del cuarteto es Diotavelli, acusado de pertenecer al clan mafioso romano
de la banda de los Maglia.
Los fiscales Maria Monteleone y Luca Tescaroli creen que los 'cuatro procesados.
con la ayuda de otros no identificados todavía, se valieron de organizaciones
mafiosas para decidir la muerte de Calvi'. Calvi blanqueaba dinero en la entidad
que presidía.
La muerte, según la versión de los fiscales, fue 'un castigo por haberse
apropiado de notables cantidades de dinero pertenecientes a organizaciones
criminales y para impedir a Calvi que pudiera chantajear a referentes
político-institucionales, de la masonería de la Logia P2 y del Instituto para
las Obras Religiosas'.
El abogado de Carboni, Renato Berzone, ha rechazado las imputaciones de que
fuese su cliente quien ordenase el asesinato.
Carboni era amigo de Roberto Calvi, viajó a Londres -junto a su novia, la
austriaca Manuela Kleinszig- y fue uno de los dos últimos hombres que vieron con
vida al banquero, al que dijo ver muy angustiado. El otro testigo era su chofer
y guardaespaldas, Silvano Vittor. El abogado Berzone ha reiterado que 'Calvi
cometió un suicidio', según demuestran informes médicos. Las pruebas recabadas
por la justicia italiana hicieron que el caso fuese reabierto en Londres hace
también dos años.
Un 'suicidio' a la medida de las conspiraciones
El supuesto suicidio de Roberto Calvi alimentó sospechas permanentes por la
oportunidad de la muerte. El Banco Ambrosiano venía de quebrar y el hombre que
lo sabía todo fue encontrado con la soga al cuello en el céntrico puente de
Blackfryars de Londres con cinco kilos de piedras y ladrillo en los bolsillos de
la chaqueta, un pasaporte falsificado y 11.700 dólares en monedas diversas.
En lo que respecta al Vaticano, el asunto afectó especialmente al arzobispo
Marcinkus, que negó cualquier irregularidad. No obstante, fue apartado de la
dirección del IOR en 1989 después de haber sido exonerado judicialmente. Fue
nombrado director del IOR -la entidad financiera de la Santa Sede- en 1969 por
el Papa Pablo VI. El episodio del Banco Ambrosiano está considerado uno los
claroscuros del papado de Juan Pablo II.