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Las sagradas riquezas del Vaticano
Hajo Goertz - José Ospina
Deutsche Welle
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El Vaticano es un Estado rico. Sus negocios empero son misteriosos y
mantenidos en secreto. ¡Con razón! Tampoco en casa de San Pedro las riquezas son
distribuidas equitativamente.
El Papa parece un hombre pobre: no recibe salario y ni siquiera tiene un
portamonedas. En términos terrenales, el Papa actúa como un monarca absolutista
que no hace cuenta en monedas. Aún así, recibe todo lo que necesita. Desde
zapatos nuevos hasta un buen vino.
¿Más pobre que rico?
El historiador Hartmut Benz se ha ocupado de las finanzas del Vaticano. Benz
relativiza las dimensiones de sus riquezas. El Vaticano es más pobre que rico,
si se tiene en cuenta la monumental tarea que desempeña', dice Benz quien
asegura que con las bajas sumas que el presupuesto fiscal pone a disposición, es
difícil cubrir los gastos.
'Desde hace muchos años el Vaticano depende de la solidaridad de la iglesia
mundial. Más de 100 comunidades eclesiásticas nacionales nutren con sus
donaciones las arcas del Vaticano'.
Riquezas sí tiene
Aún así, el Vaticano sí es un Estado rico. El caso es que sus riquezas son
invendibles. Ni la catedral de San Pedro ni las piezas artísticas de sus museos
pueden ser comerciadas. Estas propiedades aparecen en los balances con valores
simbólicos. El hecho de que el mismo Vaticano no publique cifras sobre su
capital, obliga a los especialistas a trabajar con estimaciones. Los cálculos
oscilan entre uno y 12 mil millones de euros.
Entradas y salidas
La balanza corriente de entradas y gastos es, de otro lado, modesta. Benz
explica que la dirección eclesiástica, la llamada Santa Sede y el Estado
soberano de la Ciudad del Vaticano llevan presupuestos separados. Sus montos
anuales se calculan en unos 210 millones de euros. A pesar del crecimiento
continuo de las entradas ambos presupuestos registran un déficit del 5% desde
2000, correspondiente a unos 10 millones de euros.
Una suma irrisoria comparada con la que dispone Colonia (Alemania), la
arquidiócesis más rica del mundo: 680 millones anuales. La de Chicago (EEUU)
tiene un presupuesto anual similar. Las diócesis más pudientes subvencionan la
dirección romana de acuerdo a sus posibilidades.
Alrededor de las ganancias percibidas por los dineros del Vaticano puestos a
intereses o provenientes de transacciones bursátiles rodean toda suerte de
misterios. La Santa Sede posee valores en inmuebles, acciones, obligaciones y
oro. A ello se suman entradas por arriendos, divisas y especulación monetaria.
Estas sumas son administradas por la tercera entidad financiera Istituto per le
Opere di Religione (IOR), considerada el banco del Vaticano. No estando
supeditado al control monetario del Estado italiano, el IOR no publica balances.
Moral y ganancias
Algo de lógica si hay en los negocios del Vaticano. Pablo VI habría ordenado no
invertir en consorcios químicos que produzcan anticonceptivos o condones o en la
industria metalúrgica vinculada a la producción de armas. La regulación se
ordenó hace 30 años después de publicarse que el Vaticano participaba en
negocios contrarios a los sermones de sus pastores. No se sabe con certeza si el
Vaticano vendió sus acciones de Chrysler tras la fusión de esta con la Mercedes.
Si no es así, el Papa estaría, por lo menos, indirectamente, involucrado en la
industria armamentista europea.