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"MIREN COMO NOS HABLAN DEL PARAÍSO"



Muerto el papa ¿habra democracia en el vaticano?

Marcelo Colussi
Argenpress

Acaba de morir Karol Wojtyla, el polaco que por 26 años ejerciera el papado de la Santa Iglesia Católica Apostólica de Roma bajo el nombre de Juan Pablo II.

No está de más recordar por qué llegó este polaco al trono de Pedro: en años de plena Guerra Fría su elección fue un ícono en la lucha del por aquel entonces llamado 'mundo libre' (léase: el capitalismo desarrollado) contra los países socialistas, fundamentalmente contra aquellos del Este Europeo. Esa elección, y por cierto el haber actuado a la altura de lo que la misma le requería, significó en muy buena medida que su papado jugara un papel definitorio en la caída de la experiencia soviética. 'Sabemos lo que el Papa ha logrado. Le corresponde el cincuenta por ciento del colapso del comunismo', declaró en algún momento Lech Walesa, líder del proyecto de restauración capitalista en Polonia, posteriormente Premio Nobel de la Paz.

Independientemente del legado que deja Karol Wojtyla -un retrógrado ultra conservador funcional al Opus Dei, secta fundamentalista que viene manejando los hilos de la curia romana con fuerza creciente desde hace unas décadas, papa que desmontó mucho de los avances éticos que venía teniendo la iglesia retrotrayéndola en su pensamiento a posiciones medievales-, su muerte abre una vez más la pregunta: ¿y cuándo va a haber elecciones en el Vaticano?

Una de las instituciones más viejas del planeta, que supo sobrevivir a las más variadas adversidades por espacio de dos milenios, sigue manteniendo en su organización la más absoluta e incuestionable verticalidad. A tal punto que tiene estipulada la infalibilidad de su cabeza rectora, y nada menos que por medio de una encíclica ('Sobre el Magisterio infalible del Romano Pontífice', Concilio Vaticano I, 1870, capítulo IV).

El Vaticano, la institución que fue poder absoluto durante más de diez siglos en toda Europa, llegando a ser poseedor de dos tercios de toda la tierra de ese continente, con más autoridad que los mismos reyes, que se permitió matar medio millón de personas en la hoguera acusándolas de herejes porque no comulgaban con sus creencias, esa institución que, conformada mayoritariamente por varones y que no le da el más mínimo espacio a las mujeres en su dirección pero que se arroga el derecho de dictar las normas éticas para la conducta de las mismas, esa institución ¿llegará a ser democrática algún día?

Muerto un papa -deje o no hijos, eso no importa (muchos los han dejado, pero no viene al caso el asunto)- siempre se plantea la misma cuestión: un cónclave secreto (solo de varones viejos) es el que elige a su sucesor. Si a sus integrantes los inspira o no dios en su tarea de elección, no lo sabemos. Pero si esta institución que tanto bregó por la democracia en los oprobiosos países allende la Cortina de Hierro, y con el extinto sumo pontífice Wojtyla en particular fomentando la libertad de su Polonia natal caída bajo el yugo comunista, ¿por qué no se abre a la democratización? ¿Por qué alguna vez no puede elegir la feligresía a su jefe? ¿Y las mujeres para cuando?

Como alguna vez alguien escribió satíricamente en la pared de algún baño público: 'algo de divino debe tener la Iglesia, pues ha sobrevivido tanto tiempo a pesar de los curas'.

 

* Marcelo Colussi. Psicólogo y licenciado en filosofía. Italo-argentino, desde hace 15 años vive y trabaja en el ámbito de los derechos humanos en Centroamérica. Ensayista y escritor, ha publicado en el campo de las ciencias sociales y en la narrativa.