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País Vasco

Kale borroka

Nebera

Primero. En Euskal Herria esta penalizado con una condena superior, el cumplimiento, la quema de un cajero que la violación, acuchillamiento y asesinato de una menor.

Segundo. En el Estado Español la quema de un cajero es o puede ser castigada como una chiquillada, obligando su autor por el juez a sacarse el titulo de la ESO en libertad tutelada, en tanto que esta misma acción en si  Euskal Herria, Comunidad Autónoma Vasca o Comunidad Foral Navarra,  puede llegar a penalizarse con un total de 18 años de cárcel, condena integra por cierto.

La kale borroka, nombre con el que el Partido Nacionalista Vasco intenta desprestigiar la respuesta de la juventud en la calle a la política con la que se le condena, persigue, golpea o detiene, es tan inadmisible, como políticamente incorrecta.

La quema de un autobús, un cajero, el lanzamiento de pintura roja y amarilla, el de un cóctel molotov o de unos cohetes son actos de vandalismo que pueden llegar a crear ese estado de hartazgo y asco infinito que el también socialista alcalde donostiarra utiliza para las reivindicaciones de la aplicación de los Derechos Humanos que familiares y amigos solicitan para los presos políticos de ambos estados, o el recuerdo de unos gudaris muertos hace 15 años.

La respuesta en la calle de forma violenta y/o  contestataria hacia la política del poder no es un hecho aislado del aquí y ahora. Es mas, si me lo permiten, es y ha sido históricamente la manifestación cívica, la otra es la propia guerra o el golpe militar, que el pueblo, su juventud en particular, ha utilizado contra la prepotencia del poder como respuesta a sus métodos y maneras, a su política.

Los intereses del eterno conflicto que mantiene parte de esta sociedad, de este Pueblo, contra los estados que le niegan y estrangulan, contra los dóciles lacayos que le sirven desde dentro, ha generado lo que estos últimos han denominado según el tiempo "Grupos Y" o "Kale borroka" en un intento de confundir y criminalizar las acciones sin necesidad de justificar el porque de las mismas, producto de su también etiquetada izquierda radical a la que no han dudado, Xabier Arzalluz, en declarar su principal enemigo político.

Esto, la criminalización gratuita, va tan lejos como la bondad de los medios de comunicación afines sean capaces de digerir los comunicados puntuales que no necesitan de prueba alguna para señalar o dignidad profesional para rectificar.

Acusar a la kale borroka, como antes lo fue con los grupos y, es dar por probada la culpa de esa izquierda abertzale y es tan gratuita como sus excesos y exabruptos verbales. La presunción de inocencia es tan ajena como olvidada en estos lares.

Batasuna es culpable de su propia ilegalización, de las acciones armadas de la organización separatista ETA y de las de la kale borroka por igual. No crean que estoy exagerando ni tan siquiera un poco, parte de las acusaciones que mantienen a Batasuna en el Macrosumario 18/98 fantaseado por el juez Baltasar Garzón así lo dice y mantiene.

ETA es a su vez la culpable no solo de sus acciones armadas, ahora desde su Alto el fuego unilateral lo es de la ilegalización de Batasuna y de las de la kale borroka. Así lo han dicho por activa y pasiva los políticos del inmovilismo.

La kale borroka quiere ser maniatada y amordazada con ese mismo Alto el fuego y esa ilegalización al ser premisa obligatoria para avanzar en una negociación que tiene visos de convertirse en parte de esas leyendas urbanas que todos dicen conocer y nadie ha visto jamás. Que nadie quiere ponerle mínimos y muchos le ponen peros y trabas.

Por otra parte llamar a los vascos alimañas al dictado telefónico, se supone, de quien quiere desviar sobre nosotros su política genocida y sabe que acaba de explotarle en la cara. Ocultar pruebas a la justicia permitiendo el encarcelamiento de quien no ha cometido delito alguno. Inventarlas si hace falta y reventar puertas e ilusiones de propios y ajenos, entendiendo por propios a sus votantes. Reventar una o mil manifestaciones con medios y métodos tan democráticos, como ilegales algunos de ellos. Todo ello son, no lo duden, daños colaterales.

Retener a quienes han cumplido la totalidad de la condena por motivos políticos amenazando, su Ministro de Justicia Juan Fernando López Aguilar, con la construcción de nuevas imputaciones si fuese necesario,

Mantener, tal vez por las mismas razones, en prisión a los presos políticos gravemente enfermos en clara vulneración de los derechos humanos y fundamentales del individuo y de la legalidad penitenciaria vigente.

Indultar y condecorar a malversadores, secuestradores, asesinos e instigadores de un terrorismo de estado mal oculto y peor investigado. Son también daños colaterales.

Seguramente todos estos demócratas de toda la vida, antifascistas y legales a pies juntillas, prefieren a una juventud enganchada a la droga, sumisa y muda, votante cada cuatro años, futbolera los domingos y española, una juventud tal como ellos la quieren si es políticamente correcta y no produce ese hartazgo y asco infinito, una juventud que es la ilusión de todo poder que solo toma la calle para ir desde, hasta y por donde las marcas limitan su caminar. Una juventud en subcontrata y con contratos tan temporales como peligroso su trabajo.

El poder siempre ha tenido miedo de la juventud porque de los jóvenes de hoy nacerán los hombres del mañana y de ese futuro la historia que les juzgara no solo los titulares de los boceras de turno, lo hará por las acciones que cometieron y aquellas que prohibieron desde el poder y con el poder.

Esta claro que en otra sociedad la ilegalización de las opciones políticas, la kale borroka o respuesta en la calle de la juventud en defensa de sus derechos, la lucha armada y la vulneración sistemática de los Derechos Humanos serian políticamente incorrectos, que dichas conculcaciones serian peleadas por igual por toda la sociedad que las sufre o hace suyas privaciones y ofensas, que solo el poder se llegaría a sentir harto y cansado por estas manifestaciones de libertad, pero estamos en Euskal Herria y aquí hoy cualquier excusa es valida para no avanzar hacia la paz y la solución política de un conflicto cuyo principal enemigo es sin lugar a dudas el poder.

Nebera
2006 septiembre 12
Intxaurrondo (Euskal Herria) 

Fuente: lafogata.org