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País Vasco

Cuándo un Estado absolutista no consigue doblegar la voluntad popular

Askapena

La llamada "moción ética" contra la izquierda, convertida en cuestión de Estado, está siendo uno de los ejes de la confrontación política en su actual fase ascendente. La evolución de los acontecimientos está dejando al descubierto muchos elementos de interés. Haremos una recopilación de datos para extraer las conclusiones que aportan los mismos.
El día 15 de abril, la moción de censura ha sido presentada también en Elorrio, otro ayuntamiento gobernado por la izquierda vasca. Su alcalde hace un análisis público del papel que está jugando el PSOE como inquisidor mayor y el PNV como su escudero fiel. Percibe que en la calle cuenta con respaldo social y nadie del pueblo plantea la necesidad de cambio. Ese mismo día se conoce que el Ayuntamiento de Arrasate celebrará el 24 de abril la sesión en la que se discutirá la moción presentada contra la izquierda. El grupo municipal de Ezker Batua-Zutik, que cuenta con tres concejales en Arrasate, asegura que no ve elementos nuevos como para cambiar su voto, contrario a la moción de censura. La reafirmación en su postura es opuesta a la que mantiene la dirección de su partido, tanto en Madrid como en Euskal Herria; ambas ejecutivas se ven comprometidas ya que han cedido a las presiones del PSOE. Los concejales de Arrasate trasladan a los dirigentes de Izquierda Unida tanto su malestar como su análisis: consideran que la moción de censura no aporta nada a la gobernabilidad del municipio y que el criterio de las bases no puede estar supeditado a los compromisos políticos de sus ejecutivas. La discrepancia entre bases y ejecutivas se prevé tormentosa.
El día 16 confirma las previsiones. La decisión de los concejales de Arrasate desata un vendaval a nivel de Estado. Tanto la dirección regional como la estatal de Izquierda Unida reaccionan de forma autoritaria. Los dirigentes de IU confiesan que están soportando fuertes presiones por parte del PSOE y, olvidados de la democracia interna, quieren obligar a sus concejales a que cambien de opinión. En una vergonzosa escalada de coacciones, van endureciendo por horas su postura chantajista: primero, exigen de los concejales de Arrasate su inmediata y pública rectificación. Como estos no ceden a las presiones de sus ejecutivas, advierten éstas que modificarán los estatutos de Izquierda Unida para que sus concejales no dispongan del actual margen de maniobra en asuntos que afectan a la seguridad del Estado. El PSOE ha perdido toda compostura y está manteniendo una actitud prepotente y chantajista en todas las direcciones. Tras poner contra las cuerdas a los dirigentes de Izquierda Unida quiere hacer otro tanto con el Presidente vascongado; lo critica descaradamente porque no adopta la misma actitud servil que mantiene su partido, el PNV, y que los socialistas reclaman. La portavoz del Ejecutivo vasco, presionada por el PSOE y algo distante del PNV, reclama inútilmente más respeto para el Ejecutivo de Ibarretxe.
El día 17 de abril ETA atenta contra una sede del PSOE en Bilbao. El atentado produce importantes daños materiales y ningún herido de consideración. Todos los partidos españolistas reiteran su consabida retórica condenatoria; ninguno de ellos plantea un esfuerzo en la búsqueda de soluciones y el atentado revuelve todavía más las ya tormentosas aguas en las que mueve la "moción ética". IU sigue su escalada claudicante y amenaza a sus concejales en Arrasate con expulsarlos del partido si no se pliegan a los compromisos que IU federal asumió con el PSOE. Este partido, tratando de imponer su estrategia represiva a cualquier precio, protagoniza un nuevo choque con Eusko Alkartasuna. Otra formación que no sabe qué hacer y que traslada mensajes contradictorios respecto a la actitud que piensa adoptar. Eusko Alkartasuna, incomodos por las presiones socialistas, les recuerdan a éstos su historia enfangada en el terrorismo de Estado: el PSOE no tiene autoridad moral para dar lecciones de ética a nadie.
El día 18 de abril contraataca el Estado con una de sus ofensivas más socorridas: ensañarse contra la sociedad civil: detienen a 10 jóvenes en Gipuzkoa echando mano de unas imputaciones por sabotajes que tenía congeladas desde el año 2005 (agresiones judiciales en conserva para momento políticos delicados). También el PNV utiliza en el tema de la moción un truco muy socorrido: aparenta fortaleza y amenaza al PSOE con no respaldarle en Arrasate si este partido sigue zahiriendo al Presidente vasco. El día 20 de abril, el texto de la moción y los diversos textos alternativos permiten visualizar las discrepancias que existen entre los diferentes partidos constitucionalistas. Mientras el PNV y el PSOE siguen registrando su "moción ética" en los diferentes ayuntamientos donde tiene presencia institucional ANV, este partido, por su parte, anuncia que presentará una moción alternativa para centrar el debate abierto por los "pseudo-éticos".
El día 24 se debate la moción en Arrasate. Altos cargos del PSE acuden a un salón de plenos repletos de cámaras y periodistas. Los simpatizantes de la izquierda acuden también al salón de plenos y se manifiestan en la plaza y calles adyacentes seguidos de cerca por la policía del PNV. En una tensa y apasionante sesión, la voluntad popular no se doblega a la presión del poder. A despecho del PSOE-PNV, la moción no prospera y se desata un terremoto de ámbito estatal. Sus impulsores abandonan la sala abochornados y el pueblo festeja su victoria. La moción se sigue debatiendo en otros municipios donde cosecha sucesivas derrotas (en Hernani y Bergara). Pero, al tratarse de una cuestión de Estado, éste activa todos sus mecanismos contra la democracia participativa. El PSOE lanza el discurso de "con él o con ETA": quienes no respaldan la moción, son terroristas. El PNV, que ha quedado en el mayor de los ridículos, asegura que insistirá en su labor servil. Izquierda Unida federal da por expulsados a sus concejales que no apoyaron la moción. Y la Audiencia Nacional, último recurso del estado contra la izquierda, toma cartas en el asunto. El día 30 de abril, el juez Garzón imputa a la alcaldesa de Arrasate un delito de pertenencia a banda armada y dicta contra ella prisión incondicional. Lo que no pudieron conseguir por cauces democráticos lo obtienen por cauces represivos. El pueblo de Arrasate, al conocer la noticia, sale a las calles. Allá les espera la policía del PNV para reprimir la rabia popular.
A modo de conclusión: el PSOE, tras haber fracasado en la mesa de negociaciones para asimilarla, ha elegido la estrategia de guerra total contra la izquierda vasca. En dicha estrategia cuenta con el respaldo miserable del PNV. A pesar de todos los recursos que están utilizando, han fracasado estrepitosamente en su intento de aislar a la izquierda recurriendo a "la moción ética". El resto de partidos vascos tienen una actitud confusa pero algo menos servil que el PNV. Izquierda Unida ha evidenciado su escasa calidad democrática y su sometimiento al PSOE; también han quedado al descubierto las contradicciones entre la base y las ejecutivas. La Audiencia Nacional, expresión de la justicia politizada, se ha evidenciado como la baza más segura con cuenta la España despótica. La izquierda, a pesar de tanto acoso, se manifiesta profundamente arraigada en su pueblo, con unas convicciones profundas y con un compromiso ejemplar.

Fuente: lafogata.org