País Vasco
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Comunicado de
Batasuna
El proceso vasco se pone en marcha
Mesa Nacional de Batasuna
El anuncio realizado el pasado 28 de junio del 2006 por el Presidente español,
señor Zapatero, señalando a la opinión pública española e internacional su
intención de poner en marcha el proceso de diálogo con la organización armada
vasca ETA para buscar una salida política y negociada al conflicto vasco, es un
evento de primera magnitud política que requiere por parte de Batasuna una
análisis pormenorizado de sus antecedentes.
1.- El tiempo transcurrido desde el 14 de noviembre de 2004, fecha de la
presentación pública de la Propuesta de Anoeta, ha confirmado la existencia de
una profunda crisis del modelo de articulación del Estado español acordado con
la dictadura española en el comienzo de la transición y cuyo principal exponen
es la actual Constitución española de 1978 del que emana el denominado Estado de
las Autonomías. Dicha crisis no responde únicamente a la capacidad de la
izquierda abertzale para agravarla, sino que lo completa la progresiva
concienciación de otros pueblos no españoles sometidos a la administración
española.
2.- Partiendo de aquí, la situación vasca actual se caracteriza por haber tomado
una orientación diferente al resto de las reivindicaciones nacionales en el
Estado, que mayoritariamente se mueven en la perspectiva de negociar mejoras
estatutarias. En Euskal Herria el objetivo del proceso no es la reforma
estatutaria de Vascongadas o de Navarra, sino el reconocimiento del derecho de
autodeterminación para las provincias vascas, es decir, el derecho de la
ciudadanía vasca a ser consultada sobre su futuro y la obligación de todas las
partes de respetar dicha voluntad emanada por los y las ciudadanas vascas en la
consulta popular.
3.- También es cierto que, ahora mismo, la izquierda abertzale no plantea
obtener la independencia, el socialismo y la reuskaldunización en el marco de la
negociación y posterior consulta popular, pero, siendo esto cierto, tampoco
cierra esa posibilidad si algún día la mayoría de la sociedad vasca apuesta por
ese camino. El resultado del proceso debe superar los marcos jurídicos y
políticos actuales pero no debe cerrar ninguna posibilidad en el futuro.
4.- Recordemos que en la Propuesta de Anoeta de noviembre de 2004 se
especificaban dos ejes paralelos pero de incuestionable influencia mutua en el
avance del proceso de resolución: uno entre ETA y el Gobierno de Madrid y París,
y otro, entre las fuerzas políticas que trabajan en Euskal Herria, la Mesa de
los Partidos Políticos, acompañado por los movimientos populares, sociales y
sindicales que atañe a los contenidos políticos de una propuesta consensuada
para la resolución democrática del conflicto que debe de ponerse definitivamente
en marcha con la incorporación oficial del PSE-PSN a los contactos que ya se
vienen realizando con las demás fuerzas políticas. ETA ya ha manifestado su
voluntad de acatar la decisión adoptada, algo que deberían hacer todas las
partes implicadas.
5.- Una revisión crítica y autocrítica de las experiencias anteriores en las que
los procesos puestos en macha también habían producido treguas e intentos de
acuerdo (Argel en 1989 y Lizarra-Garazi en 1998, por citar las más importantes),
pese a todas las diferencias innegables entre ellas, confirma una especie de
lección histórica que ha traído por la calle de la amargura a Madrid y al PNV:
que es imposible exterminar a la izquierda abertzale, que es imposible acabar
policialmente con ETA y que, para mayor desgracia de los unionistas y de sus
peones vascos, simultáneamente ha ido creciendo el apoyo social a una solución
negociada. En ello encontramos la principal razón para explicar la actuación del
Presidente Zapatero.
6.- A partir de aquí, excepto el PP-UPN, el resto de fuerzas que habían apostado
por la destrucción o al menos por la paralización definitiva de la izquierda
abertzale y el avance soberanista en Euskal Herria, se enfrentan a la necesidad
de reorientar parcial o totalmente su estrategia porque, con diferencias, ven,
primero, que aumenta la demanda de soberanía y que dentro de ésta, la opción
independentista tiende al alza; segundo, que ha quedado confirmado de nuevo que
la izquierda abertzale es una fuerza estructural capaz de mantenerse activa bajo
las peores represiones e ilegalizaciones y de crecer de nuevo al superarlas; y,
tercero, que la síntesis de estos dos puntos más la táctica abertzale de
mantener múltiples conversaciones discretas, puede hacer que aquél partido que
no quiera sumarse al proceso quede apartado de él en el futuro.
7.- El mayor riesgo existente en la actualidad es que el PSOE y el PNV opten por
una vía reformista con dos caras. Una, la más aparente, consistiría en dar una
imagen de voluntad de resolver las formas más externas del conflicto, buscando
desactivar la movilización popular, marear a la opinión pública, cansarla
mientras que, en secreto, desarrollar la otra cara, la negociación a la baja con
el objetivo de reformar el vigente estatuto de forma que parezca que se ha
conseguido algo substancialmente nuevo cuando lo único que se buscaría en
realidad sería su encaje en la Constitución española rechazada en su día por la
ciudadanía vasca. Una vez cerrado el pacto, se daría carpetazo al proceso de
resolución del conflicto y de avance democrático amenazando abiertamente a la
izquierda abertzale con su exclusión si no aceptase lo pactado entre ellos.
8.- Básicamente, esta fue la opción del PNV hace un cuarto de siglo, cuando
aceptó la descentralización administrativa impuesta por Madrid con el nombre de
"estatuto". Después, con variaciones, esa misma ha sido siempre su opción cada
vez que la lucha popular ha forzado la posibilidad de una negociación con el
Estado. Históricamente, el PNV siempre ha optado por obstruir, frenar y hacer
fracasar la solución negociada, aun sabiendo los costos y sacrificios humanos
que su decisión acarrearía en beneficio propio. No apoyó el proceso en Argel en
1989 y rompió el Acuerdo Lizarra-Garazi en 1999, al constatar que la única
opción política que se fortalecía en contra de sus intereses era la izquierda
abertzale que adoptaba una forma cada día más clara de alternativa de poder en
Euskal Herria. Hasta ahora, el PNV siempre ha convertido en beneficio económico
propio su principal objetivo, y hoy lo sigue haciendo, tal y como hemos podido
constatar estos últimos meses de la mano de su presidente, Josu Jon Imaz y de su
ministro del Interior, Javier Balza.
9.- Pero a pesar de ellos y de las enormes dificultades de todo tipo, la
izquierda abertzale ha sido capaz de recomponerse y hacer avanzar la sociedad
vasca hasta llegar a la situación actual en la que, además de poner en crisis
los actuales marcos autonómicos, la reivindicación del derecho a la
autodeterminación para Euskal Herria como base de acuerdo de resolución del
conflicto es inevitable. Esa es la principal razón para entender la estrategia
de la izquierda abertzale y su apuesta definitiva por el escenario actual.
10.- Por tanto, el PSOE y el PNV tienen limitaciones e intereses que les empujan
a rechazar, retrasar o condicionar en lo posible, según los casos, la práctica
sostenida con la militancia de la izquierda abertzale y de los movimientos
populares, sociales y sindicales. Lo que nos interesa aquí es insistir en la
esencia política y económica de dichos intereses, porque irán en aumento en la
medida en que avance el proceso y les obligue a posicionarse en uno u otro
sentido. Están atenazados entre sus intereses corporativos, burocráticos y de
partido, por un lado, y la creciente presión popular que exige cada vez más
avanzar conjuntamente hasta donde sea posible en un esfuerzo común por resolver
el conflicto causado por la ocupación española.
11.- Es por esto que la salida actual de algunos de ellos es la de desplazar la
atención pública hacia el ámbito de la desmilitarización del conflicto, los
presos, la relegalización de Batasuna, llevando el tema siempre a Madrid, en
lugar de entrar en el debate político que hay que hacer en Euskal Herria y desde
Euskal Herria, entre las fuerzas políticas, sociales y sindicales, para atender
el contenido político del acuerdo sin el cual la resolución del conflicto es
imposible. El PNV de José Jon Imaz es el más interesado en retrasar y sobre todo
estancar los avances de los que hablamos porque sabe que cuanto más se
profundice en esa dinámica más difícil va a tener su negociación privada y
secreta con el PSOE en Madrid.
12.- Por su parte, el PSOE sabe que tiene que dar una solución al mal llamado
"problema vasco" para asegurar su reelección y para avanzar en la solución de la
crisis española, lo que le lleva a realizar un esfuerzo mayor que el del PNV,
pero aumentando incluso la represión y el castigo a los prisioneros para acallar
las críticas del PP en el Estado y debilitar a la izquierda abertzale cara al
futuro, o así lo pretende. Tiene que hacer malabarismos entre estos dos
extremos, pero el tiempo puede acabársele porque va a ser casi imposible para
estos partidos electoralistas y parlamentaristas seguir avanzando en esta senda
una vez se haya abierto la veda electoral en 2007 y no digamos nada de cara al
2008.
13.- En cuanto a la política del Gobierno francés y de las fuerzas políticas que
lo vienen ocupando estas últimas décadas, sea el PSF o la UMP, siempre ha sido
apoyar la iniciativa del Gobierno de Madrid, independientemente que lo gestione
el PSOE o el PP. Su participación en la represión del movimiento independentista
vasco a pasado de ser un colaboracionista con la autoridades españolas, a ser
estos últimos años un agente directo de la represión con iniciativa e interés
propio, sobre todo desde el momento que constata que existe un claro avance de
la conciencia nacional e identitaria en Iparralde que reivindica la creación de
una institución propia para esa parte del territorio vasco, así como la
oficialidad de la lengua vasca e instituciones económicas propias que
posibiliten acuerdos transfronterizos inter-estatales, pero internos a Euskal
Herria. Hoy por hoy, está por ver si esa ecuación sigue funcionando o no ante la
posibilidad que el Gobierno español avance en la resolución democrática del
conflicto vasco. Todo parece indicar, que con posición propia, el Gobierno
francés no solo no se opondrá a esa iniciativa española, sino que, con intereses
propios, readecuara la suya.
14.- Sin embargo, esto no es problema para la izquierda abertzale que siempre ha
tenido como una de sus señas de identidad supeditar el electoralismo
parlamentario a sus objetivos políticos, a su estrategia de movilización de
masas y a la activación permanente de su militancia.