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Pa�s Vasco

 

Euskal Herr�a
El proceso de paz en la encrucijada

Gustavo B�ster *
Sin Permiso
http://www.sinpermiso.info/

Durante el mes de octubre, el proceso de paz en Euskal Herria se ha visto sometido a dur�simas pruebas. Desde la huelga de hambre de 63 d�as de De Juana Chaos y su posterior enjuiciamiento para evitar su excarcelaci�n, hasta la incautaci�n legal de las herriko tabernas, el procesamiento de la direcci�n de Batasuna y, finalmente, el robo de 350 armas cortas en Vauvert (Francia) y el aviso de Zapatero de que "tendr� consecuencias para el proceso de paz".

A pesar de estos intentos de "judicializar" el proceso de paz, de volver a hacer de la represi�n una soluci�n para las contradicciones acumuladas y los avisos de lo que puede implicar un nuevo ciclo de represi�n-violencia que representan los actos de kale borroka y el robo de armas, el debate pol�tico sigue abri�ndose camino con enorme dificultad. La prueba de ello es la capacidad de movilizaci�n de la sociedad civil vasca por las condiciones que hagan posible avanzar en el proceso (la legalizaci�n de la izquierda abertzale, la reagrupaci�n de los presos vascos en Euskal Herria, el sobreseimiento de los macro-procesos�). Pero tambi�n el apoyo internacional al proceso de paz que supone la declaraci�n de personalidades (ver recuadro) y la derrota del PP en el debate en el Parlamento Europeo.

La izquierda abertzale sigue comprometida con el proceso de paz

A mediados de septiembre, la prensa espa�ola se hacia eco de un duro debate en el interior de ETA que habr�a enfrentado al ex diputado vasco Josu Urrutikoetxea, principal negociador con el Gobierno, con el responsable del aparato militar, Garikoitz Aspiazu, en una asamblea de ETA del mes de agosto. Aspiazu exig�a un plazo de tiempo corto para la legalizaci�n de la izquierda abertzale y la formaci�n de la mesa de partidos como condiciones para entrar en una segunda fase de la negociaci�n y de contactos con el gobierno. El propio Gobierno desment�a que esos contactos estuvieran teniendo lugar en Noruega y se reafirmaba en la vigencia de la Ley de Partidos, exigiendo a Batasuna que resolviese ella el problema de su ilegalizaci�n mediante un nuevo proceso constituyente que acatase expresamente las exigencias de dicha Ley.

A pesar de las expectativas creadas tras la declaraci�n de "alto el fuego permanente" de ETA el 22 de marzo del 2006 y de los m�s de tres a�os sin atentados mortales, la realidad es que, tras obtener el apoyo de los grupos pol�ticos �a excepci�n del PP- en sede parlamentaria y anunciar su voluntad de iniciar el di�logo con ETA si se verificaba "el fin del uso de la violencia", el Gobierno Zapatero no ha dado pasos sustanciales.

El Gobierno Zapatero parece ante todo priorizar la gesti�n del debate pol�tico interno fuera de Euskal Herria, en especial con el PP, poniendo en primer plano el minimizar la posible erosi�n de apoyo de su electorado de izquierdas y del centro. Pero con ello pierde la iniciativa de los ritmos pol�ticos del proceso de paz. Por un lado, debe ser una Batasuna ilegalizada la que responda a la vez  a la presi�n de su propia base y a la necesidad de movilizar por las condiciones que hagan posible socialmente el proceso de paz en Euskal Herria. Por otro, acepta el condicionamiento continuo que implica la movilizaci�n extraparlamentaria y a trav�s del aparato judicial y administrativo de la derecha y del PP, que solo puede salir perdiendo electoralmente si avanza el proceso de paz.

En esta situaci�n, el comunicado de la Mesa Nacional de Batasuna de 7 de octubre, supuso una constataci�n de las contradicciones del proceso, de la incapacidad del Gobierno Zapatero para avanzar con iniciativas en el mismo, respondiendo a la declaraci�n de "alto el fuego permanente" de ETA. Pero tambi�n del compromiso adquirido por la izquierda abertzale con la estrategia "Orain Herria, Orain Bakea", cuyo objetivo es situar la resoluci�n del conflicto en el marco democr�tico del derecho a decidir de los ciudadanos vascos. La Preocupaci�n de Batasuna es que el Gobierno Zapatero parece ser incapaz de romper plenamente con la herencia del PP, situando el proceso pol�tico multilateral �que implique a todas las fuerzas pol�ticas vascas- en primer plano, y sigue a remolque de las estrategias de bloqueo de la derecha pol�tica y judicial, que creen que el proceso de paz debe ahogarse en una nueva ola de represi�n contra la izquierda abertzale.

El aparato judicial y la aplicaci�n del Pacto Antiterrorista

Una y otra vez, el principal obst�culo para el avance del proceso de paz ha sido la voluntad del aparato judicial de seguir aplicando la estrategia y la legislaci�n antiterrorista pactada por el Gobierno Aznar con el PSOE. Una estrategia que dio el control de la mayor�a de los �rganos juridiccionales a la derecha judicial y que aplica la l�gica represiva dise�ada por Garz�n para los macroprocesos: incriminar con ETA en un solo continuo organizativo a toda la izquierda abertzale y a parte del nacionalismo, sobre la base de compartir los mismos objetivos estrat�gicos independentistas. El �ltimo eslab�n de esta estrategia es la Ley de Partidos que ilegaliz� a Batasuna al exigirle la condena expresa de la violencia protagonizada por ETA.

La nueva situaci�n creada por la declaraci�n de "alto el fuego permanente" de ETA y de voluntad de dialogo del Gobierno, apoyado por todas las fuerzas pol�ticas menos el PP, no ha tenido ning�n eco en el aparato judicial que, por el contrario, alegando que "la justicia no esta en tregua", ha intentado impedir que se den las condiciones del proceso de paz arreciando la represi�n legal contra la izquierda abertzale.

Frente a ello, el Gobierno Zapatero se ha declarado impotente. Ni desde el Ministerio de Justicia, ni desde la Fiscalia General ha sido capaz de una movilizaci�n de los sectores progresistas de la judicatura y la fiscal�a a favor del proceso de paz. La prueba m�s dura en esta situaci�n ha sido la huelga de hambre de De Juana Chaos, a qui�n se le mantiene en prisi�n por una nueva acusaci�n de escribir art�culos en Gara, con una petici�n inicial de 96 a�os. La huelga de hambre, que amenazaba con un fin doblemente tr�gico de la muerte de De Juana Chaos y del fin del proceso de paz, fue detenida en el �ltimo momento, con una nueva concesi�n de la izquierda abertzale de aceptar una solicitud de pena de cuatro a�os. El fiscal que llevaba el caso renunci� en protesta, pero el juicio contra De Juana Chaos �y su actitud en el mismo- ha puesto de manifiesto una vez m�s el compromiso de la  izquierda abertzale con el proceso de paz.

Sin embargo, al mismo tiempo, la fiscal�a iniciaba un proceso de incautaci�n de las herriko tabernas sobre la base de su pertenencia al aparato financiero de Batasuna como fuerza ilegalizada. Y la tensi�n aumentaba exponencialmente ante la entrada, registro e incautaci�n por parte de la polic�a en los locales sociales de la izquierda abertzale en todos los puntos de la geograf�a de Euskadi. Una tensi�n a la que la izquierda abertzale ha ido dando salida a trav�s de una movilizaci�n "controlada", pero que tambi�n ha acabado alimentando actos "descontrolados" de kale borroka, incluidos ataques a alguna sede del PSE.

La pol�tica y la movilizaci�n como �nicas salidas

Los peligros de esta escalada de "represi�n-violencia", m�s all� de la palabrer�a provocadora del PP, fueron puestos de manifiesto con el robo de 350 armas cortas en Vauvert (Francia), en una acci�n que la polic�a francesa cree que lleva el sello de ETA, pero que no ha sido reivindicada por esta. El proceso de paz no puede ser unilateral, sino que tiene que partir de unas medidas de confianza m�nimas que permitan abrir un campo pol�tico y multilateral de di�logo, que finalmente tendr� que concretarse en una mesa de di�logo pol�tico de todas las fuerzas de Euskadi y en otra paralela en Nafarroa. El objetivo de este proceso no puede ser la derrota represiva de la izquierda independentista vasca, como quer�a la estrategia antiterrorista del PP, sino un acuerdo pol�tico y social que permita que sean los ciudadanos y ciudadanas vascas los que decidan democr�ticamente su futuro pol�tico.

En este sentido, repolitizar el proceso de paz, implicar a todas las fuerzas pol�ticas en el mismo avanzando en la concreci�n de la mesa de di�logo, crear las condiciones de paz con el reagrupamiento de presos, la legalizaci�n de la izquierda abertzale, el fin de la "ofensiva" de la derecha judicial, son la �nica salida realista y deseable. La otra alternativa, la que defiende todos los d�as Rajoy y el PP, la ruptura del proceso de paz y la persecuci�n y represi�n de la izquierda independentista solo pueden conducir a un aumento de la tensi�n y de la violencia, impuestas a una sociedad vasca que ha optado decididamente por dar una salida pol�tica y democr�tica al conflicto.

Pruebas de que esta es la �nica salida sensata lo pone de manifiesto la declaraci�n de apoyo internacional de personalidades, pero tambi�n el debate en el Parlamento Europeo. La derrota del PP, que quer�a alinear detr�s de sus tesis a toda la derecha europea, ha sido profunda. La derecha tiene la mayor�a del Parlamento Europeo. A pesar de ello, la resoluci�n del PP contra el proceso de paz fue rechazada por 44 votos. Y la propuesta del PSOE, apoyada por toda la izquierda europea, tuvo una mayor�a de 10 votos. Con esta decisi�n, todas las instituciones comunitarias han mostrado su apoyo al proceso de paz, aislando en Europa al PP, y reconociendo que el conflicto vasco es "un problema pol�tico", que solo puede ser resuelto por medios pol�ticos, como declaro el portavoz de los socialistas europeos Schultz.

La comparecencia de Otegui y de toda la direcci�n encausada en el sumario 35/02 de la ilegalizada Batasuna el pasado 28 de octubre sirvi� para reiterar que su formaci�n "mantiene intacta su apuesta por dar una respuesta democr�tica al conflicto que vive Euskal Herria". Pero insisti� en que esto "s�lo se puede hacer si se desactivan los instrumentos del pasado que el PSOE pact� con el PP y que hoy son utilizados para golpear a la izquierda abertzale". Y exigi� que el Gobierno Zapatero "garantice unas condiciones de igualdad, que ahora no se dan, para poner en marcha un proceso de di�logo multilateral".

Por su parte, Zapatero recog�a el pulso dos d�as despu�s para reiterar que ser�a bueno para Espa�a que Batasuna aceptara las reglas del juego, anim� a ello a la izquierda abertzale, y dijo que el Gobierno y el PSOE tienen "la m�xima voluntad" de que representen al espacio que tienen, "sin duda alguna", en la sociedad vasca y puedan contribuir a la paz.  Desde esta perspectiva,  la legalizaci�n de la formula pol�tica de representaci�n de la izquierda abertzale, en el marco de la Ley de Partidos era problema de la izquierda abertzale, a la que se le estaba acabando el plazo de tiempo para poder concurrir a las elecciones municipales.

Pero plantear el inicio del di�logo pol�tico como un juego suma cero no parece la formula m�s prudente para avanzar en el proceso de paz. Sobre todo cuando el PP se encuentra al acecho para rentabilizar y explotar las contradicciones inevitables del mismo.
 
* Gustavo B�ster es miembro del Consejo Editorial de Sin Permiso y de la revista Viento Sur.  

Fuente: lafogata.org

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