País Vasco
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II Aniversario de la propuesta de Anoeta
Otegi: «La izquierda abertzale sigue con la rama de olivo en la mano» El portavoz de Batasuna repasa los dos años transcurridos de la Propuesta de Anoeta
Hace mañana dos años Batasuna presentaba ante un abarrotado Velódromo de
Anoeta sus compromisos y un método para la resolución del conflicto en términos
democráticos. Arnaldo Otegi, encargado de dar voz a aquella propuesta en nombre
de toda la izquierda abertzale, repasa para GARA sus recuerdos de aquel día y su
lectura de lo acontecido desde entonces.
Otegi recalca que la izquierda abertzale mantiene firme aquella apuesta, cuya
metodología es hoy comúnmente aceptada. A su entender sería necesario que se
extendiera también el compromiso de ir a las raíces del conflicto.
GASTEIZ
Tarde del 14 de noviembre de 2004. Unas 15.000 personas llenaban el Velódromo
de Anoeta. La atención de todos los medios de comunicación estaba focalizada en
la propuesta que iba a hacer pública Batasuna. Se palpaba en el ambiente que
aquel no era un acto meramente propagandístico.
Había un movimiento de fondo.
Cuando
Arnaldo Otegi iba a tomar la palabra llevaba en la mano un pañuelo palestino. El
presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Yaser Arafat, había muerto tres
días antes en París. En un momento de su discurso, Otegi colocó el pañuelo en el
atril como muestra de solidaridad con el pueblo palestino y, como hiciera Arafat
treinta años ante la asamblea de la ONU, aseguró que la izquierda abertzale se
presentaba con una rama de olivo en la mano y, como aquel, pedía que no dejaran
que la rama de olivo cayera al suelo.
Dos años
después y tras más de siete meses desde que ETA hiciera público un alto el
fuego, Otegi insiste en que «nosotros seguimos con la rama de olivo en la mano y
no la vamos a dejar caer. Pero para eso hay que arriesgar políticamente. La
izquierda abertzale lo viene haciendo desde hace años. Lo que comprobamos con
decepción es que en otros sectores imperan más los cálculos electorales y a
corto plazo».
«Hay que arriesgar»
El líder independentista añade que «lo que la izquierda abertzale quiere es
que se solucione el conflicto político de una vez por todas y hemos dado
muestras fehacientes de ello. Cuando oímos que hay que verificar la voluntad de
ETA nos parece un sarcasmo. ETA es una organización que lleva cuarenta años en
este país, que lleva más de tres años que no realiza atentados mortales y que
desde hace siete meses mantiene un alto el fuego permanente. Lo que nosotros
queremos verificar es si hay ambición histórica, si hay responsabilidad política
y si hay voluntad política para respetar la identidad nacional de este pueblo y
a sus habitantes, para respetar las condiciones democráticas, para respetar las
libertades democráticas y para respetar la decisión que libre y democráticamente
adopte su ciudadanía. Esa es la verificación que queremos hacer enfatiza el
dirigente abertzale, y desgraciadamente vemos que ahí está el problema. El
debate sobre la violencia trata de ocultar el debate de verdad: si vamos al
corazón del conflicto y le damos solución».
Arnaldo Otegi
no quiere hablar de «momento histórico» para referirse a aquel 14 de noviembre,
porque «el adjetivo de histórico se emplea demasiado». Lo que sí destaca es que
cuando tomó la palabra «sentía una gran responsabilidad porque era consciente de
que la izquierda abertzale en su conjunto estaba presentando allí un método
eficaz para construir una solución al conflicto. Era una apuesta renovada de la
izquierda abertzale para buscar una alternativa al conflicto mediante el diálogo
político y soluciones democráticas».
«Los dos carriles en marcha»
A su entender, «es evidente» que desde entonces se ha avanzado.
«La perspectiva que da el tiempo afirma es que el método que se planteó en
Anoeta, y en el momento político en el que se planteó, es algo que ha dado
frutos. Hoy ya nadie discute que ésos son los dos raíles por los que debe
buscarse una solución al conflicto. Tan es así que esos dos carriles, aunque con
las dificultades objetivas y evidentes y las crisis que estamos padeciendo en
estos momentos, son dos raíles que ya se han puesto en marcha».
Ante las
denuncias que reiteradamente suele hacer el PNV señalando que ETA en la práctica
no asume la propuesta de Anoeta, Arnaldo Otegi responde que «el PNV tiene el
interés de decir permanentemente que ETA busca la tutela del proceso político.
Creo que ETA ha dejado muy claro que comparte el esquema de Anoeta y que, por
tanto, el acuerdo político es el que se tiene que discutir y acordar entre las
fuerzas políticas de este país. No hay ningún intento por parte de ETA de
tutelar eso. Otra cosa es negarle a ETA opinión política. ETA puede tener la
opinión política que tenga. Nos gustará más o menos, pero tiene perfecto derecho
a expresarla.
Digo esto además en un sentido constructivo, porque a la hora de hacer un
análisis integral sobre el proceso a todos nos hace falta saber la opinión de
ETA. Pero eso nada tiene que ver con un intento por parte de ETA de tutelar la
mesa en términos políticos».
Cuando
Batasuna hizo público su oferta en Anoeta, el PSOE respondió al día siguiente
que «es un paso, pero no es el paso que esperábamos». La declaración, sin
embargo, unida a otras señales que se vieron en esos días, venía a reflejar que
el Gobierno español hacía una valoración positiva de la propuesta. Arnaldo Otegi
elude responder directamente a si cuando Batasuna lanzó su oferta lo hacía con
red, sabiendo que iba a tener una acogida favorable del PSOE. «Nosotros recuerda
teníamos abierto un canal con gentes del Partido Socialista y por lo tanto
intuíamos (y ya se sabe que en la política muchas veces la intuición juega un
papel fundamental) que podía construirse esa oportunidad y que ése era el
momento de cambio de ciclo en el país, que apuntaba a la necesidad de plantear
un método concreto para la solución del conflicto. Sabíamos que teníamos red
popular suficiente, sabíamos que hacíamos un planteamiento razonable y creíamos
que en el contexto del Estado ésa era una oportunidad que podía ser explorada
por el Gobierno español. En ese sentido nos sentimos satisfechos de haber tenido
esos efectos en ese momento».
«Está mal, pero tiene solución»
De la esperanza que se vivió hace dos años se ha pasado a momentos en los que
el futuro se ve más turbio. Preguntado sobre si se siente decepcionado por la
actitud del Gobierno español, Otegi se muestra cauto. «En los momentos más
delicados puntualiza hay que hacer las valoraciones más serenas posibles, y éste
es un momento muy delicado. A nadie se le escapa que las cosas están realmente
mal y que hay ciertas condiciones en el entorno que no permiten augurar que se
pueda construir en condiciones un proceso de diálogo multilateral. Hay que
mantenerse firme en la denuncia de estos blo- queos y en señalar quiénes son sus
responsables, en este caso el Gobierno español. Pero al mismo tiempo hay
trasladar a la ciudadanía el mensaje de que se sigue trabajando, que esto tiene
solución, siempre y cuando haya una voluntad clara, por parte del Gobierno
español y de las formaciones políticas, de darle una solución».
Otegi insiste
con vehemencia en que «la clave está en las formaciones políticas de este país.
A nosotros nos corresponde lograr un acuerdo satisfactorio, a nosotros nos
corresponde plantear un método y una agenda política para el diálogo, y a
nosotros nos corresponde alcanzar un acuerdo que permita a este país decidir
libre y democráticamente su futuro.
Es nuestra responsabilidad. No echemos balones fuera, ni al tejado de ETA ni al
de la kale borroka. Es nuestra responsabilidad alcanzar ese acuerdo y la
izquierda abertzale sigue con la misma predisposición de hace siete meses y que
hace dos años para alcanzar ese acuerdo. Desgraciadamente no observamos la misma
voluntad, ni la misma determinación, ni sobre todo la misma ambición histórica
por parte de otros agentes, y fundamentalmente por parte del Gobierno español».
Más difícil hacer la paz
En este contexto recobran vigencia sus palabras en Anoeta de que es más
difícil hacer la paz que la guerra. «Eso apunta es una evidencia en todas las
partes del planeta donde hay conflictos políticos y militares y, sobre todo, en
aquellos donde hay problemas nacionales. Solucionar un conflicto es ir a las
raíces del conflicto y darles una solución satisfactoria de manera acordada y al
mismo tiempo profundamente democrática. Y solucionar el conflicto de este país
es dar solución satisfactoria, acordada y democrática a los dos grandes
problemas históricos, que son el debate territorial y el del ámbito de decisión.
Sobre eso hay que discutir y sobre eso hay que acordar».
En opinión de
la izquierda abertzale, «ése es el proceso.
Cualquier otro intento de hacer lecturas de proceso en otra dirección es
escamotear la responsabilidad y desperdiciar una oportunidad histórica que nos
ha costado muchos años construir y que ahora parece que algunos están en ella
con un cierto aire de frivolidad y de falta de responsabilidad que nos preocupa
enormemente».