País Vasco
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Batasuna verifica la actuación «saboteadora» del PSOE
Tras dos semanas de la entraba en vigor del alto el fuego permanente de
ETA el Estado español pretende evitar la puesta en marcha de un proceso
democrático en Euskal Herria
Tal día como hoy, hace dos semanas, entraba en vigor el alto el fuego
permanente de ETA. Ayer, Joseba Permach hizo balance de lo acontecido durante
este periodo, para concluir que el Estado español, con el PSOE a la cabeza,
mantiene una actitud de «chantaje y sabotaje permanente» a «las expectativas de
paz», al impedir que la formación abertzale haga política. Batasuna abrirá una
ronda con otros agentes para buscar fórmulas que garanticen ese derecho.
Dos detenidos por la Ertzaintza uno de ellos enviado a prisión; encarcelamiento
de Arnaldo Otegi; fianzas millonarias para el propio portavoz de Batasuna, Juan
Joxe Petrikorena y Juan Mari Olano; prohibición de un acto en el que se iba a
presentar un programa político; amenaza de imputación según indicaba ayer "El
Mundo" contra la nueva Mesa Nacional de Batasuna.
Dos semanas después de que entrara en vigor el alto el fuego permanente de ETA,
éste es el balance verificado por Batasuna acerca de la actuación durante este
periodo del Estado español y de su máximo responsable en la actualidad, el
Gobierno liderado por el PSOE.
Joseba Permarch, quien compareció ayer en Donostia junto a Marije Fullaondo,
aseguró que para cualquier ciudadano de Euskal Herria resultaba «impensable
imaginarse hace 15 días que el Estado español, con el PSOE a la cabeza», iba a
«responder a las expectativas de paz con el chantaje y sabotaje permanente».
Al otro lado de la balanza situó la «impresionante manifestación» celebrada en
Bilbo el pasado sábado y las declaraciones llegadas desde otras partes del mundo
jefes de estado o el propio Papa Benedicto XVI incluidos abogando por «la
apertura de un proceso de paz y soluciones».
Ante estas dos realidades, Permach denunció que «hay formaciones políticas que
pretenden retrasar la puesta en marcha de un proceso democrático», aunque
resulta «más que evidente que los ciudadanos y ciudadanas piden que se ponga en
marcha cuanto antes una mesa de formaciones políticas para ir a las raíces del
conflicto y buscar una solución».
Situación estructural
En este contexto, Batasuna estima necesario «garantizar» su derecho a la
participación política y «el respeto a los derechos civiles y políticos». Para
ello, la formación independentista quiere abrir una reflexión «con todos
aquellos agentes políticos, sindicales y sociales que afortunadamente han
reivindicado estos últimos días el derecho que tiene Batasuna a hacer sus actos
políticos».
Permach explicó que la cuestión no se limita a dar «una respuesta urgente» a un
hecho puntual como la prohibición del acto del Kursaal, sino de una situación
estructural «mucho más importante, el derecho a la participación política que
tiene Batasuna y un sector social importantísimo», algo que «hay que garantizar
si queremos sacar adelante las expectativas».
Durante el turno de preguntas se le pidió que concretara sus manifestaciones
sobre aquellos que, a su juicio, pretenden «retrasar» la puesta en marcha de una
mesa.
Para Permach, «hay formaciones que dicen que lo único que toca en estos momentos
es ‘verificar’ no se sabe qué voluntad, cuando en este país todo el mundo sabe
que si ETA ha dicho que declara un alto el fuego permanente quiere decir que
declara un alto el fuego permanente». Recordó como ejemplo que el PSOE no dudó
de ETA cuando la organización armada rechazó cualquier implicación en los
atentados del 11-M en Madrid.
Permach abundó en el tema y aseguró no entender por qué desde algunos
formaciones «no se hable de la necesidad de poner cuanto antes en marcha esa
mesa. En estos quince días se han puesto más barreras y obstáculos para iniciar
un proceso democrático que en cualquier plazo anterior de quince días desde que
gobierna Zapatero».
Interrogado acerca de quienes dicen que Batasuna convocó el acto del Palacio
Kursaal con «mucha publicidad», recordó que el anuncio se realizó a través de
una comparecencia similar a la de ayer y a todas las que esta formación ofrece
casi a diario.
«Batasuna está llevando a cabo su labor política, algunos de esos actos se
ilegalizan y algunos otros no, como esta rueda de prensa», apostilló.
Se insistió en la posibilidad de que la izquierda abertzale «cree un nuevo
partido» o «cambie de siglas», tal y como han sugerido José Luis Rodríguez
Zapatero o Cándido Conde-Pumpido.
Un debate ficticio
«Parece que hay quien pretende plantear un debate sobre partidos o sobre siglas.
En estos momentos, hay una conculcación permanente de derechos civiles y
políticos en lo que es la actividad de Batasuna y del conjunto de organizaciones
de la izquierda abertzale; un apartheid político y una situación institucional
que no representa la voluntad popular, el juicio 18/98», enumeró.
«Toda una realidad prosiguió que pone en evidencia la no existencia de
condiciones democráticas. Y a toda esa realidad es a la que debe responder el
PSOE si tiene un mínimo de voluntad y responsabilidad ante la situación que se
está abriendo en Euskal Herria».
Permach explicó que lo que se reivindica es «el derecho a hacer política,
nuestro derecho y la legitimidad de poder apostar por el camino de los últimos
meses y años, que es intentar traer cuanto antes a EuskalHerria un escenario de
paz, justicia y democracia donde todos los proyectos políticos puedan ser
defendidos. Y que Batasuna pueda defender su proyecto político de forma pacífica
y democrática. Es el PSOE el que debe valorar cómo acaba con una estrategia de
ilegalizaciones».
El portavoz abertzale comentó que «parece que ahora nosotros tenemos que
interpretar la Ley de Partidos. ¿Se le está diciendo a la Mesa Nacional de
Batasuna que puede cambiar el nombre y punto final, cuando en este país se ha
ilegalizado a Herritarren Zerrenda, a Aukera Guztiak, a AuB y a 253
plataformas?», se preguntó.
Ziarreta pide el final de la Ley de Partidos
Unai Ziarreta, secretario general de EA, se mostró ayer muy crítico con la
decisión de Grande-Marlaska, aunque recordó que la prohibición tiene su origen
en la Ley de Partidos, una norma que «nace del Pacto Antiterrorista».
«El alto el fuego permanente es un paso histórico por parte de ETA y ahora el
Gobierno español debe dar algún paso. La derogación de la Ley de Partidos sería
un paso importante por parte del Gobierno y un paso decisivo para sortear los
diferentes obstáculos que se van a presentar a partir de ahora», apuntó en una
entrevista en TVE. El dirigente de EA subrayó que «no se puede pedir a Batasuna
que participe y se integre en la vida política, y luego prohibir sus actos».
No obstante, matizó que resulta equivocado pensar «que porque Batasuna entre en
el Parlamento Vasco o pueda realizar sus actos se va a solucionar el conflicto
vasco». Tampoco si el debate se centra en «un nuevo Estatuto con unas cuantas
competencias más».
«Por ahí no vendrá la solución permanente del conflicto. Nos tenemos que centrar
en el derecho a decidir que tiene este pueblo, y en el asunto de la
territorialidad. Me imagino que el PSE o el PP llevarán [a una mesa de
partidos], con toda legitimidad, la Constitución y el Estatuto. Pero no cabe
duda de que la sociedad quiere una solución definitiva al conflicto, y para ello
debemos tratar dichos temas», añadió. Ziarreta expuso que «normalización» es «el
que todas las ideas se puedan defender y tener la posibilidad de ponerlas en
práctica», algo que, apostilló, no se permite con el actual marco político.
Más rechazos
Los partidos políticos Zutik y Batzarre, así como Gazte Abertzaleak las
juventudes de EA denunciaron ayer la prohibición del acto del Kursaal y
defendieron el derecho de Batasuna a hacer política.
LAB tilda la prohibición de hecho «grave y preocupante»
LAB tildó de «grave y preocupante« la prohibición del acto del Kursaal y subrayó
que «mantener la agresión permanente contra la izquierda abertzale, aunque se
disfrace de decisión jurídica, es totalmente irresponsable y deja entrever una
falta de voluntad real del Gobierno de Zapatero de abordar un proceso político».
El sindicato reclamó la derogación de la Ley de Partidos e instó a la sociedad
vasca «a no dejarse llevar ni derrotar por estrategias inaceptables y a defender
el derecho de todos a ejercer y defender con libertad cualquier proyecto».