País Vasco
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Un mes desde la iniciativa de ETA
Movimientos y muchas fotos fijas para treinta días ¿sin violencia?
Gara
«Se me ha pasado sin darme cuenta», dirá mucha gente. No pensarán lo mismo las víctimas de la dispersión, los detenidos y encarcelados, quienes no pueden reunirse ni manifestarse sin ser perseguidos
Son las fotos fijas del conflicto que sufre Euskal Herria.
También ha habido algunos movimientos.
Pasaban pocos minutos del mediodía cuando se anunciaba una declaración de ETA.
Era el pasado 22 de marzo. La organización armada decretaba un alto el fuego
permanente que entraría en vigor el día 24. La noticia traspasó las fronteras de
EuskalHerria a gran velocidad y se extendió no sólo por Europa, sino que llegó
también hasta puntos del globo situados a miles de kilómetros de este país. Al
día siguiente, GARA publicaba un segundo comunicado de ETA, en el que se
concretaba que el cese de acciones comenzaría en la medianoche del 23 al 24.
El contenido En esos documentos, ETA indicaba que «el objetivo de esta decisión
es impulsar un proceso democrático», encaminado a «construir un marco
democrático para EuskalHerria, reconociendo los derechos que como pueblo le
corresponden y asegurando de cara al futuro la posibilidad de desarrollo de
todas las opciones políticas. Al final de ese proceso los ciudadanos y
ciudadanas vascas deben tener la palabra y la decisión sobre su futuro».
ETA manifestaba que «corresponde a todos los agentes vascos desarrollar ese
proceso y adoptar los acuerdos correspondientes al futuro de EuskalHerria,
teniendo en cuenta su pluralidad y su totalidad. Respecto a los estados español
y francés, eran emplazados a «reconocer los resultados de dicho proceso
democrático, sin ningún tipo de injerencias ni limitaciones».
La organización armada insistió en estas ideas en el número 110 de su revista "Zutabe"
cuyo contenido se publicó de manera resumida en este diario el 12 de abril,
donde se volvía a situar «la llave del proceso» en manos de «los ciudadanos y
agentes vascos» y se instaba a Madrid y París a abandonar la represión y a
mostrar su voluntad para una salida negociada.
Primeras reacciones Prudencia y esperanza. Fueron dos de las palabras más
escuchadas durante las horas y jornadas siguientes al anuncio de ETA. En
EuskalHerria la noticia fue valorada positivamente cada cual con sus matices por
casi todo el arco político. La excepción vino de la mano del PP y del Gobierno
de Nafarroa, conformado por UPN y CDN. Desde el Ejecutivo de Lakua, el
lehendakari Ibarretxe anunciaba una ronda con el resto de formaciones con
implantación en la CAV.
En el Estado español, José Luis Rodríguez Zapatero apostaba por la «calma» y
también anunciaba que se reuniría con otros líderes políticos. Al norte de
EuskalHerria, Jacques Chirac hablaba de «una gran esperanza para España», sin
asumir la implicación del Estado francés en el conflicto.
El ambito internacional El anuncio de ETA puso a EuskalHerria en la primera
línea informativa y política mundial. Ya el día 22, el primer ministro británico
Tony Blair aplaudió la decisión de la organización armada, un «paso bienvenido»
para la Casa Blanca y la apertura de una «oportunidad histórica» para el Sinn
Féin.
Pero el primer gran espaldarazo internacional se produjo el día 23 en el Consejo
Europeo, donde los líderes de la UE mostraron su respaldo al Gobierno español
mediante una declaración oficial. El respaldo europeo llega también desde el
Grupo de Apoyo al Proceso de Paz en Euskal Herria, formado por un grupo de
europarlamentarios que defiende «el derecho de los vascos a decidir su futuro
libremente».
El 5 de abril, el Papa Benedicto XVI realizó una declaración oficial que obtuvo
gran eco y en la que pedía que «se intensifiquen los esfuerzos por consolidar
los horizontes de la paz». Al día siguiente se pronunció en tono similar durante
una visita a Madrid Kofi Annan, secretario general de la ONU. Desde Idaho, lugar
con una importante colonia vasca, el Congreso y el Senado aprobaban una
declaración favorable a impulsar una «paz duradera» basada en un «proceso
democrático».
La dispersión no da tregua Entre las cosas que no han cambiado en este mes, cabe
destacar que se mantiene la distancia entre los presos vascos y sus familiares y
allegados.
Los cuentakilómetros no cesan de dar vueltas, a la espera de que la bolita de
esa macabra ruleta se pare en cualquier curva de camino a una cárcel.
El 26 de marzo, Etxerat celebró en Biarritz una asamblea de urgencia ante el
agravamiento de las condiciones carcelarias y las modificaciones jurídicas
encaminadas a dar un nuevo paso hacia la cadena perpetua.Eso tampoco ha
cambiado. Desde el Gobierno español se da largas al asunto, mientras que desde
el francés, su ministra de Defensa, la vasca Alliot-Marie, manifestó que «si hay
una voluntad real de alto el fuego, se podrán abordar todos los temas». También
se mantienen las entregas y extradiciones.
Detenciones Los nuevos tiempos tampoco van con Javier Balza. En el haber de la
Ertzaintza están las dos primeras detenciones de este mes. El 27 de marzo, Dani
Yaniz y Koldo Danborenea fueron arrestados en Bilbo por presunta relación con un
comando de ETA. El primero quedó libre y el segundo está encarcelado.
Por su parte, la Guardia Civil detuvo el pasado martes a Ibon Meñika, uno de los
enjuiciados en el «caso Jarrai-Haika-Segi» y que ha sido ocusado de portar unos
«bonos» para ayudar económicamente a ETA.
El 18/98 continua Lo que tampoco ha variado es la celebración del macrojuicio
por el sumario 18/98. Más de medio centenar de personas sigue enfrentándose a
importantes peticiones de cárcel. Su delito es haber trabajado en determinadas
empresas o medios de comunicación, o haber formado parte de diferentes
organismos políticos y sociales.
Con la mesa a vueltas Una mesa, dos mesas, tres mesasS ninguna mesa. Parece una
canción infantil un globo, dos globosS, pero este tema ha centrado buena parte
del debate. La derecha española dice que no hacen falta mesas, Zapatero que este
método «está superado», la izquierda abertzale que «hay un pueblo, un conflicto
y una sola mesa», y otros apuestan por una mesa para la CAV, otra para Nafarroa
y una tercera para Ipar EuskalHerria.
¿Y para cuándo? Unos dicen que cuanto antes, y otros, como el PSOE y el PNV, que
«primero la paz, luego la política». La mesa se ha convertido en muchos momentos
en elemento arrojadizo. Los firmantes del Acuerdo Democrático de Base lo han
dejado claro: «Ya no existe ningún pretexto para no formar la mesa».
Zapatero, «verificador» El verbo verificar ha sido uno de los más conjugados
durante estas últimas semanas. El padre de la criatura fue Rodríguez Zapatero,
quien señaló que su Gobierno tendría que «verificar» si la decisión de ETA es
«la antesala del final definitivo». De ser así, anunció que acudirá al Congreso
español antes del verano para solicitar luz verde antes de iniciar un diálogo
con la organización armada. Desde la izquierda abertzale se le ha respondido que
también habrá que «verificar» si realmente está dispuesto a respetar la decisión
de la ciudadanía vasca.
En estas semanas, las fuerzas policiales españolas han entregado a Rodríguez
Zapatero dos informes. Según subrayó el pasado lunes el presidente español, el
alto el fuego «es real y cubre todos los aspectos». Con esta última precisión se
refería a unas manifestaciones del presidente de los empresarios navarros, José
Manuel Ayesa, quien denunció la existencia de unas cartas de ETA remitidas a
empresarios navarros en las que se solicitaba dinero.
Al margen de estas «verificaciones», Zapatero dio un golpe de timón al modificar
la composición de su Gobierno. Quitó a José Bono de la cartera de Defensa, a
donde llegó, procedente de Interior, José Antonio Alonso. Y su lugar lo ocupó
Alfredo Pérez Rubalcaba, una de las tres personas conocedoras directamente de
todos los entresijos del proceso. Además, el presidente español se ha reunido
con los portavoces de diferentes partidos en el Parlamento de Madrid para
explicarles la situación de primera mano.
«Protagonismos y pinzas» El mismo día en que el alto en fuego entró en vigor,
JuanJosé Ibarretxe anunciaba su intención de poner en marcha una mesa
multipartita después del verano. El PSE salió rápidamente al quite, pidiendo que
se deje liderar el proceso al presidente español. Por su parte, Batasuna lleva
tiempo resaltando que Ibarretxe está limitado por ocupar un cargo institucional
correspondiente a tres de los siete herrialdes.
Aunque nadie ha negado el papel relevante del lehendakari en este proceso, el
PNV con Urkullu como principal protagonista ha aprovechado estas posturas de PSE
y Batasuna para acusar a ambas formaciones de menoscabar a Ibarretxe y buscar
una «pinza» contra la formación jeltzale.
Además, el propio Euzkadi Buru Batzar se está posicionando en contra del plazo
declarado por el lehendakari «después del verano», ya que Imaz no se cansa de
insistir en la necesidad de separar «proceso de pacificación» de «proceso de
normalización». Lo contrario sería, a su juicio, dar la razón a ETA y
desligitimar la apuesta estatutaria del PNV hace treinta años. Incluso dedicó a
este tema su discurso durante el Aberri Eguna.
Durante estas semanas, Ibarretxe ha mantenido reuniones con todas las
formaciones presentes en la CAV excepto el PP, que rechazó la invitación. A su
vez, el lehendakari se reunió el 4 de abril con Rodríguez Zapatero. Ambas partes
se ofrecieron mutua colaboración.
El partido popular La primera reacción del Partido Popular fue la de restar
relevancia al anuncio de ETA y pedir una reunión del denominado Pacto
Antiterrorista. Su líder, Mariano Rajoy, se reunió con Zapatero en La Moncloa.
Una cita que evidenció las grandes diferencias entre ambos.
El PP, obligado entre otras circunstancias por la reacción internacional de
apoyo al Gobierno español, tendió también su mano, pero marcando una serie de
«líneas rojas», que se resumen en la idea de que proceso es igual a la rendición
incondicional de ETA, sin necesidad de abordar cualquier otro tema. Y en ésas se
mantiene. En estos momentos, una de sus mayores preocupaciones radica en la
dimensión internacional que está adquiriendo el tema.
Otegi, encarcelado En una entrevista publicada por "El País" el día 27 de marzo,
Jose Luis Rodríguez Zapatero, al ser preguntado por Arnaldo Otegi, manifestó que
el dirigente abertzale «ha venido manteniendo un discurso a favor de la
esperanza».
Pero eso no le sirvió a Otegi para eludir la cárcel. El 29 de marzo, el juez
Grande-Marlaska decretó para el portavoz independentista, acusado de convocar
una jornada de huelga y movilizaciones, prisión eludible bajo fianza de 250.000.
Para los anteriormente encarcelados JuanJoxe Petrikorena y Juan Mari Olano, fijó
sendas fianzas de 200.000 euros. Los tres saldrían a la calle el 7 de abril.
Otegi volvería pocos días más tarde a la Audiencia Nacional para ser juzgado por
participar en un acto en recuerdo a Argala. La Fiscalía pide quince meses de
prisión.
La gran manifestación El 1 de abril, las calles de Bilbo acogieron una de las
manifestaciones más numerosas de las últimas décadas. Tras una pancarta con el
lema «Konponbide garaia da. EuskalHerria. Erabakia. Adostasuna», 82.000 personas
secundaron una movilización entre cuyos convocantes estaban Batasuna, EA, Aralar,
AB, ELA o LAB.
El PNV no fue. Primero dijo que no se manifestaría con quienes no condenaban la
violencia la de ETA y luego argumentó que el objetivo de la marcha era crear «un
polo independentista» que sea alternativa política a su partido.
Sin embargo, las juventudes de EGI sí estuvieron en el acto.
Texto de UPN y CDN El Ejecutivo foral y los dos partidos que lo componen UPN y
CDN llevan un mes negando cualquier tipo de diálogo. Su campaña se basa en
afirmar que el PSN y los partidos abertzales quieren utilizar a Nafarroa como
«moneda de cambio» para alcanzar la paz.
Ambas formaciones sacaron adelante el 3 de abril en el Parlamento una
declaración en la que se rechaza que el Gobierno del herrialde «esté formado por
fuerzas políticas que no asumen el proyecto de Navarra como comunidad foral
diferenciada». Entre otros epítetos, el acuerdo entre UPn y CDN fue tachado de
«excluyente», «fascista» y «ridículo».
Actos prohibidos El martes 4 de abril, Batasuna anunció para el domingo
siguiente la celebración de un acto en el Kursaal de Donostia, cuyo objetivo era
presentar el renovado proyecto político de la izquierda abertzale.
Veinticuatro horas más tarde, la Audiencia Nacional, tras recibir un informe de
la Ertzaintza, prohibía tanto este acto como cualquier otro similar.
Batasuna advertía que «el PSOE va a cargarse este proceso de paz antes de que
comience».
Aplicando la orden de Grande-Marlaska, la Ertzaintza y la Guardia Civil
comenzaron a perseguir las asambleas locales de Batasuna, logrando que algunas
no se llevaran a cabo. En respuesta a la prohibición del acto del Kursaal, más
de 5.000 personas se manifestaron en Donostia el 9 de abril.
Ahotsal entra en escena El 8 de abril se presentó Ahotsak, una plataforma
conformada por mujeres de todas las formaciones políticas de Eus-kalHerria salvo
las de la derecha francesa y española y de todos los sindicatos. Sus integrantes
han firmado un manifiesto en el que se aboga por una resolución democrática al
conflicto, permitiendo el desarrollo de todos los proyectos y respetando la
decisión de la ciudadanía vasca.
Aberri eguna Los días previos al Aberri Eguna estuvieron marcados por una
decisión del delegado del Gobierno español en Nafarroa, Vicente Ripa, quien vetó
tres actos de Aberri Eguna en Iruñea, Lizarra e Irurtzun. La jornada festiva
estuvo marcada, un año más, por la división en las convocatorias. El denominador
común de todas las celebraciones estuvo en la reivindicación de EuskalHerria
como nación. No faltaron los mensajes de que «quizás el año que viene». -