Pa�s Vasco
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"Argala", un militante que sigue haciendo historia
30 a�os desde que la guerra sucia dirigida por Madrid atent� contra la vida del
dirigente independentista
Gari mujika
Gara
Lo escribi� el hist�rico dirigente abertzale Telesforo de Monz�n tras la
muerte en atentado de Be�aran, en Angelu, un d�a como hoy de hace 30 a�os: "No
os enga��is. El vac�o de Argala en Euskadi lo hab�is logrado y lo sentimos
todos. Pero no es m�s que un simple manantial agotado. Porque aqu� pasa al rev�s
que en la Naturaleza. De un manantial agotado surgen otros muchos manantiales. Y
el torrente se hace mucho m�s arrollador. Porque aqu� -como en todos los
movimientos nacionales vivos- el torrente incontenible es el Pueblo. Agur Jos�
Miguel y agur Argala. En medio del combate, a los dos os quise y a los dos os
saludo".
El veterano Monz�n no fue el �nico que reconoc�a la talla del dirigente de ETA
nacido en Arrigorriaga. Adversarios pol�ticos e incluso enemigos tambi�n la
reconocieron. Tanto el reci�n nacido diario "El Pa�s" como "El Diario Vasco" lo
llevaron a portada y editorializaron tras su muerte. Con amplias fotograf�as
sobre el estado en el que qued� el Renault de Argala en el que colocaron la
bomba, los dos rotativos informaban del "asesinato" del dirigente de ETA en
Angelu. Ambos admit�an su relevancia pol�tica, para lo que recog�an
declaraciones y notas de condena de grupos como el PSOE de Euskadi, que conden�
"este brutal atentado". Mario Onaindia, por su parte, tildaba de "asesinato
fascista" la muerte. Y el que fuera consejero de Transportes y Comunicaciones
del Consejo General Vasco, Juan Mar�a Bandr�s, dec�a que Argala era una de las
personas de la organizaci�n armada con m�s capacidad de an�lisis pol�tico.
El que fuera presidente del PNV en aquellas fechas, Xabier Arzalluz, en una
entrevista concedida a la revista ``Intervi�'' declaraba lo siguiente: "Quienes
entregan la vida por su pueblo merecen nuestra admiraci�n y respeto, aunque
reconozcamos todo cuanto nos separa de sus modos de actuaci�n". Decenas de
organismos y agentes pol�ticos denunciaron el atentado contra Argala.
En estos d�as en los que peyorativamente se subraya la juventud de los actuales
militantes de ETA, cabe resaltar que Jos� Miguel Be�ar�n Orde�ana falleci� en
Angelu con tan s�lo 29 a�os. Una edad casi impensable para la ingente labor
pol�tica que dej� en su haber. Nacido en 1949 en una familia abertzale en
Arrigorriaga, las problem�ticas obreras y las injusticias sociales fueron su
principal acicate para la toma de conciencia y su implicaci�n total en la lucha
por la liberaci�n nacional y social de Euskal Herria.
El resumen del proyecto pol�tico en los conceptos independencia y socialismo,
fue teorizado por el joven militante vizcaino, siguiendo el camino que Txabi
Etxebarrieta ya hab�a avanzado en ese aspecto. El idea de Pueblo Trabajador
Vasco, que impl�citamente lleva esa misma acepci�n, fue puesta en circulaci�n
por Argala.
Pero Argala aplic� adem�s muy concienzudamente la dial�ctica marxista que
profesaba, con sus a�os de militancia en una organizaci�n armada que cumple
ahora 50 a�os. Una continuidad que el propio Be�aran ya vaticin� tras el fracaso
de las conversaciones de Txiberta y la aceptaci�n por parte de los jeltzales del
marco estatutario que deriva de la Constituci�n espa�ola.
Cinco a�os despu�s del "carrerazo"
Lo recordaba tambi�n el recientemente fallecido Javi Larreategi, Atxulo,
compa�ero de filas de Argala, con el que particip� en una de las acciones con
mayor alcance pol�tico jam�s llevado a cabo por la organizaci�n armada ETA: la
muerte del almirante y sucesor de Franco, Luis Carrero Blanco. "Hab�a fracasado
el intento de Xiberta y todas las posibilidades de afrontar la ruptura con el
franquismo desde la unidad de acci�n con el PNV hab�an fracasado. Argala estaba
muy preocupado con eso y dec�a que se hab�a perdido una oportunidad hist�rica y
que quedaba lucha, por lo menos, para otros veinticinco a�os", se�alaba a GARA
Atxulo, justo en el veinticinco aniversario de su muerte a manos de la guerra
sucia.
Tras el refer�ndum del 6 de diciembre en el que la Constituci�n fue rechazada en
Euskal Herria, los servicios secretos espa�oles dirigidos por Jos� Mar�a Bourgon
llevaron a cabo una de sus acciones m�s ambiciosas. Justamente cuando se
cumpl�an cinco a�os del atentado que se cobr� la vida del sustituto de Franco en
Madrid, una potente carga explosiva se llev� la vida de Argala. D�as antes, el
que fuera ministro espa�ol del Interior Rodolfo Mart�n Villa hab�a dado cuenta
de que en pr�ximas fechas habr�a importantes noticias con respecto a ETA.
La organizaci�n armada de cuya direcci�n formaba parte Argala emiti� una nota al
d�a siguiente en la que hac�a una semblanza del joven militante de Arrigorriaga:
"Nosotros, que durante largos a�os de militancia en ETA hemos compartido con �l
las alegr�as y las penas de la vida clandestina, conocemos muy bien su gran
esp�ritu de sacrificio, su enraizamiento total en la lucha revolucionaria y en
la causa nacional y social del Pueblo Trabajador Vasco. Argala no era, como
algunos han pretendido, un combatiente ocasional nacido durante la �poca
franquista. Argala era m�s que eso, era un revolucionario en todo el sentido del
t�rmino. Pero un revolucionario vasco con sus ra�ces en las esencias
patrimoniales del Arbol Vasco".
Despu�s de que la represi�n policial forzase su huida de Arrigorriaga cuando
contaba con tan solo 21 a�os, en 1970, Argala comienza a asumir y a formar parte
de la historia de ETA y, por consiguiente, tambi�n del pa�s. Al poco de huir de
su pueblo natal, y pese a estar enmarcado en el aparato militar de ETA, jug� un
papel importante en el denominado VI Biltzar Nagusia, entre 1971 y 1972. Eran
a�os claves para el futuro de ETA como organizaci�n armada. Be�aran Orde�ana
acu�� entonces la frase de "yo discuto con todos; intelectualizo ante los
militares y militarizo ante los intelectuales". Unas palabras que reiteran la
conexi�n entre la teor�a y la pr�ctica.
Esa praxis lleg� con el secuestro del empresario Zabala, en el que, seg�n
recogen publicaciones de la �poca, particip� el propio Argala y que derrumb� la
tesis de algunos sectores que se esforzaban en intentar vincular a ETA con el
empresariado y la burgues�a.
En aquellas �pocas convulsas, en las que el goteo de ca�das de militantes de ETA
era incesante, Argala no pudo, por motivos de seguridad, acudir a una asamblea,
de modo que fue castigado por indisciplina. Aquellas sanci�n afect�
personalmente al joven militante, hasta el punto de que lleg� a plantearse la
posibilidad de ir a Am�rica del Sur a seguir su lucha desde all�.
Pero el destino ten�a otra tarea para Argala. El a�o 1973 le llega en Madrid,
donde pasa casi todo al a�o hasta llevar a cabo la sonada acci�n armada contra
la vida del sucesor de Franco, el almirante y presidenete del Gobierno, Luis
Carrero Blanco. Primero se plane� su secuestro y al verse imposible, ETA opt�
por matarlo. UN atentado que sit�a en una encrucijada a las autoridades
fascistas y a quienes dise�aban ya un postfranquismo sin ruptura ni reforma
alguna.
La circunstancia de que por aquel entonces ETA estuviera dividida en cuatro
frentes y las continuas tensiones entre los "obreristas" y los "militaristas"
deriv� finalmente en una nueva escisi�n. De esta �ltima asamblea, en 1974,
surgir�an ETA-pm. y ETA-m. Argala tuvo, una vez m�s, un important�simo papel en
estos debates y, por consiguiente, en el dise�o de la estructura, el
funcionamiento y los presupuestos pol�ticos que la nueva organizaci�n armada
hac�a ante la esperada muerte del dictador de El Ferrol y la llegada de un
anunciado postfranquismo. �l fue quien elabor� el famoso Agiria de 1974 en el
que expon�a los presupuestos de ETA para la intervenci�n en la nueva etapa
pol�tica que se abrir�a con la muerte de Franco, con el objetivo de que no
derivara en "una democracia burguesa".
Tambi�n se atribuyen a Argala numerosos escritos aparecidos en las publicaciones
de ETA-m. Cabe rese�ar el Zutik 69, de febrero de 1978, que fue el �ltimo
editado por ETA-m. y que contiene un exhaustivo an�lisis sobre el momento
pol�tico iniciado tras las primeras elecciones de 1977.
Su legado pol�tico se completa con el testimonio que dej� grabado en la v�spera
del atentado contra su vida, as� como del pr�logo autobiogr�fico para el libro
de Jokin Apalategi "Los vascos, de la naci�n al estado". Al ser publicado pocos
d�as despu�s de su muerte, se considera un relato p�stumo del joven militante.
La muerte de un ni�o
Mucho se conoce sobre la capacidad anal�tica y estrat�gica de Argala en el campo
pol�tico, pero, sin embargo, muy poco sobre las razones de fondo que le
empujaron a militar en ETA. Seg�n relata su familia y se recoge en la edici�n
monotem�tica que public� la revista ``Punto y Hora de Euskal Herria'' en 1979,
Jos� Miguel Be�aran Orde�ana nunca pudo olvidar la honda impresi�n e indignaci�n
que le caus� la muerte de un ni�o en el hospital comarcal como consecuencia de
la inasistencia y negligencia m�dica.
Al subrayar su humildad extrema pese a su nivel intelectual y de compromiso
pol�tico, su compa�era, Asun Arana, explicaba que "era importante porque lo era,
pero nunca quiso serlo". La figura de Argala sirvi� y sirve como referente de
militante por este motivo: quienes lo conocieron han resaltado de �l su car�cter
humilde, solidario, sensible a todas las injusticias, reflexivo, autodidacta,
dialogante, estratega... Hay coincidencia tambi�n en que no hizo gala nunca de
su posici�n de liderazgo en aquellos a�os clave. Ni sali� por su boca que
hubiese tomado parte en el atentado contra Carrero Blanco o en otro tipo de
acciones armadas.
Una muestra de su personalidad fue el hecho de que el magnetof�n en el que
grab�, la v�spera de su muerte, su testamento pol�tico, fue adquirido tras meses
de ahorro y de idas y venidas a distintas tiendas en Ipar Euskal Herria para
comprarla a un precio razonable.
Gracias a aquella adquisici�n, por cierto, parte de su legado pol�tico pervive y
se puede escuchar, tres d�cadas despu�s, en su propia voz.
Un militar espa�ol asume el atentado, y el trabajo de �ngel amigo fija la mirada en neofascistas italianos
En el 25 aniversario de la muerte de Argala, en 2003, �El Mundo� sorprend�a en portada con un titular m�s que singular: �Yo mat� al asesino de Carrero Blanco�. Bajo el seud�nimo de �Le�nidas�, el militar espa�ol asume y detalla c�mo llev� a cabo, junto a otros siete oficiales del Ej�rcito, el atentado que se cobr� la vida del militante vasco. �Nunca entendimos que el Gobierno diera una amnist�a a la gente que atent� contra don Luis Carrero. Por eso, tras el atentado contra Argala nos sentimos tranquilos: hab�amos cumplido con nuestro deber y hab�amos hecho justicia a nuestro almirante�, afirma �Le�nidas�. Pero con la llegada del documental dirigido por Angel Amigo respecto a la desaparici�n de Pertur, �El a�o de todos los demonios�, tambi�n se abre otro camino, que puede ser incluso complementario, para esclarecer la autor�a de qui�n atent� contra la vida del joven dirigente de ETA. Angelo Yzzo fue uno de los italianos que declar� sobre los atentados contra refugiados vascos, y se afirma que ofrece detalles del atentado de Angelu. G.M.
�Como familiares, lo que queremos es que el conflicto se solucione y traigamos la paz�
Pablo y Maite Be�aran Orde�ana, hermanos de Argala, no dudaron cuando GARA contact� con ellos para charlar sobre la muerte de su hermano hace treinta a�os.
Lejos de repetir con qu� sentimientos vivieron aquel tr�gico suceso, Pablo y Maite repasan algunos hechos recientes y miran hacia al futuro reclamando que, �como familiares, lo que queremos es que el conflicto se solucione. Que las causas que lo generan se solucionen, que reconozcan el derecho de autodeterminaci�n y que el pueblo pueda decidir sobre su futuro de forma que, de una vez por todas, traigamos la paz a este pueblo y que no haya sufrimiento para nadie m�s�.
Hace exactamente cinco a�os, en el veinticinco aniversario de su fallecimiento, un acto pol�tico record� la figura de Argala en Arrigorriaga. En ese acto particip� Arnaldo Otegi, por lo que despu�s fue condenado por los tribunales espa�oles. Los dos tienen claro que aquello fue �un juicio pol�tico y el objetivo, que Arnaldo Otegi fuera a la c�rcel�. Pablo recuerda que el mensaje que se lanz� entonces fue �un mensaje de paz�, pero considera que �antes de empezar el juicio la sentencia estaba ya escrita�. Y eso que incluso �el periodista de `El Mundo' reconoci� que le obligaron a sacar la noticia de aquella manera para facilitar la condena contra Otegi�.
La plaza de Arrigorriaga se llama Argala, aunque los intentos para eliminarla son continuos. �El Estado espa�ol intenta borrar cualquier recordatorio a los gudaris vascos. Ellos no son nadie para quitar algo que fue acordado por unanimidad, dos veces, por el ayuntamiento. Y si tanto respetan la decisi�n del pueblo, se ve que quitarla ser�a totalmente antidemocr�tica�. Un caso parejo se vivi� cuando el alcalde intent� organizar un acto por �las v�ctimas del terrorismo� en el que junto a un Polic�a espa�ol y un taxista quisieron incluir a Jos� Miguel Be�ar�n. Lo hizo sin informar a la familia de Argala, pero �stos s� le comunicaron que �consideramos que nuestro hermano no tiene que estar ah�. Porque �l nunca perdi� la dignidad. Argala se dignific� �l solo con su lucha, su sacrificio y el objetivo que llevaba su lucha�.
Preguntados sobre c�mo vivieron aquel 21 de diciembre, sin responder evidencian que el paso del tiempo no merma, ni mucho menos, el recuerdo. �Lo que nunca he sentido es odio�, asegura Maite, a lo que le a�ade que �cuando oigo a las `v�ctimas del terrorismo' y el odio que despiden, la utilizaci�n pol�tica...� G.M.