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Medios y Tecnolog�a

Contribuci�n al debate sobre el copyright

Los propietarios de la nada

Carlos Mart�nez
Arroba

Se ha discutido mucho sobre si la llamada "propiedad intelectual" pod�a ser considerada como una aut�ntica propiedad. Los debates actuales sobre las patentes de software y el canon de la SGAE han conseguido que participen y sean o�dos, no s�lo los juristas y legisladores, sino todos los ciudadanos. Lo que hab�a sido una pol�mica para una minor�a ha transcendido a todos nosotros cuando tenemos que pagar un canon � que seguramente ira a parar a alg�n artista que viva en Miami - por nuestra copia privada, por leer un libro en la biblioteca p�blica o nos amenazan con la c�rcel por utilizar un programa de p2p o para copiar cds.

Para los romanos, creadores del derecho tal y como lo entendemos hoy, s�lo podr�a ser objeto de propiedad aquello que pudi�ramos poseer f�sicamente (una finca, un esclavo), los derechos estaban vinculados a la posesi�n. La apropiaci�n de las ideas surge con el triunfo del modo de producci�n capitalista. Al mismo tiempo que se privatizan los montes p�blicos (y las propiedades de la iglesia) mediante la amortizaci�n, se "inventan" y desarrollan las denominadas propiedades industrial e intelectual, a las que se cataloga como formas "especiales de propiedad" por las que el uso de determinada t�cnica se atribu�a s�lo al titular inscrito en el registro de la propiedad intelectual o industrial.
La distinci�n entre una y otra propiedad radica b�sicamente en el uso de ellas. As� la propiedad industrial protege las marcas y las invenciones con usos industriales, mientras que la intelectual se ocupa de las obras art�sticas, literarias o cient�ficas. En las leyes espa�olas y europeas siempre los programas inform�ticos han sido considerados como propiedad intelectual. Tambi�n se diferencian ambas propiedades en que mientras las industriales se inscriben en el registro de patentes y marcas, existe otro registro con alcance m�s limitado para la propiedad intelectual. As� ha sido hasta ahora, ya que los grupos de presi�n formados por las grandes multinacionales del sector intentan por todos los medios que se legalice las patentes de software. Estas corporaciones, desde que existen, han presionado a los estados para que cada vez menos bienes y servicios sean de uso com�n. La mercantilizaci�n de la cultura no nos puede sorprender, es otra forma de aumentar la cuenta de resultados de las grandes corporaciones.
Pero, desde un principio hubo juristas que criticaron la creaci�n de estas nuevas propiedades. Por una parte, los que partiendo del derecho romano, entendieron que al ser derechos inmateriales son inapropiables. Y otros entienden que lo creado por la mente humana nunca es obra de una sola persona, sino que es fruto de un acervo cultural y social.
Una de las cosas que nos diferencia del resto del mundo animal, es que los humanos nacemos con muy pocas conductas programadas gen�ticamente, todo lo adquirimos por el proceso de endoculturaci�n. Nada mas nacer, a los ni�os nos visten de azul y a las ni�as las visten de rosa y les ponen pendientes, seguidamente ninguno se libra del bautismo. A partir de ese momento somos una esponja seca que va absorbiendo todos los conocimientos de nuestro entorno a los que tenemos acceso. Primero, aprendemos el lenguaje, �l que ser� imprescindible para adquirir el resto de conocimientos que conformaran nuestro propio saber, seg�n Noam Chomsky esta facilidad con la que aprendemos el lenguaje s� que tiene relaci�n con nuestra "programaci�n" gen�tica.
La cultura no es m�s que la acumulaci�n de saberes trasmitidos de generaci�n en generaci�n para adaptarnos al medio del que formamos parte.

La cultura es algo vivo o cambiante, pero en nuestra civilizaci�n los cambios ocurren mucho m�s r�pidos gracias, entre otras cosas, a las nuevas tecnolog�as, si lo comparamos con la lenta evoluci�n cultural de las sociedades prehist�ricas. La t�cnica actual no es m�s que la mejora o evoluci�n de otras t�cnicas anteriores. Nada se inventa de la nada o "ex-novo", como dir�an los juristas. Los grandes inventos son fruto del trabajo de muchos hombres y mujeres aunque, en ocasiones, aparece como inventor una persona en concreto que no deja de ser la c�spide de una pir�mide humana y, en la mayor�a de las ocasiones, el que aparece como titular de una patente no es mas que una corporaci�n multinacional que se ha apropiado del fruto del trabajo de sus empleados a cambio de un salario. Claro que estos argumentos pueden utilizarse tambi�n a favor, podr�a decirse �que diferencia existe entre fabricar un autom�vil o crear un programa inform�tico? Bueno, nadie va a negar el derecho a cobrar por realizar un trabajo, pero s� podemos criticar las situaciones de abuso que el sistema de patentes esta creando: monopolios y consiguiente unilateralidad en la fijaci�n de precios, as� como que suponen un freno a la innovaci�n.
Tambi�n, los defensores de las patentes dir�n que de esta forma se fomenta la investigaci�n y desarrollo, ya que se garantiza que durante un tiempo se se reserva el uso del procedimiento patentado, financiando as� de esta manera la investigaci�n. Pero lo parad�jico es que, a pesar de vivir en econom�as de mercado, la investigaci�n y desarrollo dependa, muchas veces, de entidades financiadas con presupuestos p�blicos, es decir, financiadas por todos nosotros. Me estoy refiriendo a las universidades, muchos avances tecnol�gicos se desarrollan en estos centros, para ser apropiados seguidamente por entidades privadas. Adem�s, pr�cticamente todos los investigadores son formados en las universidades p�blicas. No es disparatado creer que las personas formadas en entidades financiadas a cargo de sociedad est�n en deuda con ella y que, sin perjuicio de ser profesionales bien pagados, los frutos de su trabajo reviertan en mayor medida al colectivo social que ha invertido en su formaci�n.
Quiz�s, lo m�s grave no sea el aspecto econ�mico, sino la privatizaci�n de las herramientas para comunicaci�n. En la era de las comunicaciones, estas est�n en manos de un monopolio llamado Microsoft, su sistema operativo, navegador, cliente de correo son de uso mayoritario, creando est�ndares haciendo complicada la subsistencia de otros programas. Es como si el castellano o ingl�s estuvieran sujetos a patente y la mayor�a de la gente los usara gratis pero "pirateados" y de forma clandestina. Si, realmente, el poder pol�tico tiene un sincero inter�s en fomentar la sociedad de la informaci�n no lo puede hacer sino desde herramientas de todos nosotros, es decir, software de c�digo abierto y libre.
No esta nada clara la legitimidad de las propiedades intelectuales e industriales, por ello las diferentes legislaciones no la reconocen de un modo absoluto, sino que la sujetan a t�rminos temporales y/o a su uso efectivo. Cuando leemos o escuchamos a sus defensores parece que estuvi�ramos hablando de la propiedad de una finca, no es as� en ning�n caso como hemos visto. De todas formas el problema es de tipo econ�mico, nuestros sueldos no nos alcanzan para, que una vez pagada la hipoteca, la comida, la luz y el agua, pagar los que nos piden por la m�sica, los libros, las comunicaciones o el software. La cultura no debe ser un bien accesible solo para los mas pudientes. Tenemos un problema los ciudadanos con los "propietarios de la nada". Pues nada es una idea registrada en un papel.

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