Medios y Tecnología
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Cada vez más países, incluyendo China, Brasil, India y Cuba, así como la Unión Europea, están cuestionando el control que Estados Unidos ejerce sobre Internet.
Christopher Rhoads
Internet es manejada por una organización privada sin fines de lucro conocida
como la Corporación para la Asignación de Nombres y Números, o Icann. Fue
establecida por el Departamento de Comercio de EE.UU. en 1998 y su sede está en
Marina del Rey, California. Icann tiene un consejo asesor internacional, pero el
gobierno estadounidense retiene el poder de veto sobre todas las decisiones,
como por ejemplo, la creación de nuevos dominios Web.
Icann supervisa los nombres de dominio, una base de datos de direcciones Web y
otros parámetros. Estas medidas aseguran, por ejemplo, que un usuario que
ingresa una dirección Web se conectará a un solo sitio con esa dirección. Aunque
misteriosos y fuera del alcance de los usuarios, los procedimientos son
cruciales para el buen funcionamiento de Internet.
Pero varias naciones, lideradas por países en desarrollo, argumentan ahora que
Internet es una herramienta global y que no debería ser controlada por un solo
país. Sostienen que las decisiones deben caer bajo la jurisdicción de un cuerpo
internacional, como las Naciones Unidas. Su argumento recibió un incentivo a
fines del mes pasado cuando un comisionado de la Unión Europea propuso quitarle
a EE.UU. la supervisión de Icann, revocando el apoyo de la UE a la disposición
actual.
La propuesta fue recibida con una explosión de críticas por parte de
funcionarios estadounidenses, así como algunas compañías europeas preocupadas de
que ese cambio pueda politizar a Internet, agregar burocracia y entorpecer su
naturaleza innovadora.
"Vemos el éxito de Internet y queremos asegurarnos de mantener la receta", dijo
en una entrevista David Gross, el principal negociador de EE.UU. en este tema.
"Si se modifica, el riesgo es que el resultado sea algo mucho peor".
Viviane Reding, la comisionada de la UE para asuntos mediales y de Internet que
formuló la propuesta, dijo a la BBC en una entrevista reciente: "No debe haber
ningún gobierno involucrado en el manejo diario de Internet, ni el gobierno
estadounidense ni cualquier otro gobierno".
Una cumbre acerca de la sociedad de información de Naciones Unidas que tendrá
lugar en Túnez a mediados de noviembre discutirá el tema. Los expertos dicen que
la actual disputa se puede entender en el contexto de un malestar general
respecto de EE.UU. como única superpotencia mundial dispuesta a tomar medidas
unilaterales. En junio, el Departamento de Comercio en Washington emitió un
comunicado diciendo que EE.UU. retendría el control del gobierno de Internet, al
menos en el futuro previsible. Previamente, EE.UU. había indicado que cortaría
cualquier lazo gubernamental con Icann. El asunto se intensificó en agosto,
cuando el gobierno de EE.UU. pidió a Icann que propusiera una incitativa para
agregar un nuevo nombre de dominio para los sitios Web pornográficos. Hace
varios meses Icann había aprobado tentativamente el dominio .xxx, pero en el
último momento el Departamento de Comercio retiró su apoyo, luego de haber
recibido miles de cartas de protesta por parte de grupos crist
ianos y conservadores y otros.
Más allá de los méritos de la decisión, para los críticos de Icann se trata de
una prueba que ese organismo es controlado por EE.UU., dice Lee McKnight,
profesor adjunto de ciencias de la información en la Universidad de Syracuse, en
el estado de Nueva York. "Hasta agosto, EE.UU. no había hecho nada para
incomodar a otros gobiernos", dijo McKnight. "Luego justo antes de estas
reuniones, sí hizo algo unilateralmente".
La idea original detrás de Icann era mantener las decisiones sobre la
arquitectura de Internet en el sector privado y mayormente libre de la
intromisión del gobierno.
"Los gobiernos no han entendido realmente el funcionamiento interno de
Internet", dice McKnight. En los últimos dos años, "se han educado y ahora
quieren poner sus manos sobre los controles". Este cambio de pensamiento sobre
Internet ha surgido en parte debido a su crecimiento global y su creciente
influencia en muchas áreas.
Internet ahora tiene cerca de mil millones de usuarios, según cálculos de la
Organización de Cooperación Económica y Desarrollo (OECD), con sede en París. En
ese lapso Internet se ha convertido en un medio crítico para hacer negocios, así
como recibir servicios como video y teléfono.
Pocos esperan que surjan cambios inmediatos de la cumbre de la ONU en cuanto a
la estructura actual, ya que el gobierno de EE.UU. tendría que aprobarlos.
Pero algunos países comienzan a entender que sí tienen algo de influencia sobre
el funcionamiento de Internet, con ramificaciones potencialmente importantes.
Por ejemplo, los gobiernos pueden ejercer control sobre la red de Internet en
sus respectivos países, bloqueando cierto tipo de sitios Web y otra información.
China, por ejemplo, ha sido la más exitosa en mantener a sitios Web que abogan
por la democracia, uno de los temas considerados tabú por el Partido Comunista,
fuera de las computadoras personales de los chinos.
Expertos como Jonathan Zittrain, profesor de gobierno de Internet en la
Universidad de Oxford, temen que si aumenta esta "cantonización", el valor de
Internet como una herramienta global disminuirá. Esto es porque la fuerza
económica y social de Internet surge de su arquitectura abierta y
descentralizada, permitiendo el acceso a usuarios en cualquier lugar del mundo.
Si los gobiernos comienzan a crear sus propias Internet, esto socavaría la
esencia de su poder. "Ha habido una concepción errónea -y útil- entre muchos
burócratas de distintos gobiernos de que Internet es un fenómeno no geográfico",
dijo Zittrain. "Pero puede ser reacomodado para corresponder a las
jurisdicciones y límites nacionales".