Una entrevista a Eduardo Galeano
¡Un uruguayo que nos enorgullece!
Marcelo Salles
Rebelión
Traducido del portugués para Rebelión y Tlaxcala por Ulises Juárez Polanco (www.juarezpolanco.com)
Marcelo Salles – En su libro "Patas arriba. La escuela del mundo al
revés", usted dedica un capítulo completo a los medios de comunicación de masa.
Quisiera escuchar su evaluación de los medios de comunicación de masa dentro del
sistema de poder vigente, y cómo contribuyen para transmitir esa cultura de
impotencia.
Eduardo Galeano – Sí, transmitiendo una cultura de impotencia que tiene en una
de sus bases esa cultura de perpetuación, de esa idea que tenemos derecho a
existir mientras aceptemos que nuestra existencia es una obediencia. Si
pretendemos existir con un proyecto, la situación se complica. Entonces, los
medios de comunicación al servicio de esa visión conformista de la historia, del
mundo, de la vida, están ahora más concentrados que nunca. Los espacios de los
medios de comunicación independientes, de la expresión independiente, se han
reducido mucho. Con una excepción, que creo muy importante: el internet. El
internet realmente ha abierto espacios de enorme difusión a voces que hoy día
encuentran posibilidad de difusión increíble. Y eso es una noticia buena que la
realidad ha dado contra todos los pronósticos, dado que el internet nació como
una operación militar del Pentágono para organizar sus operaciones. Es decir,
nació de la muerte, del exterminio del prójimo, ya que la guerra es eso. Y
después se convirtió en un espacio que contiene un poco de todo, que no es
único, pues incluye muchas expresiones de afirmación de la buena energía de la
vida, de la energía multiplicadora de lo mejor de la vida, la libertad, la
voluntad de justicia.
Marcelo Salles – Acaba de mencionar el internet, inicialmente usado
por el Pentágono y después invertido. Recientemente en París las periferias
protestaron y usaron gasolina para encender las bombas molotov, es decir, usando
el mismo combustible del sistema. Quisiera saber si usted cree que el sistema
tiene ese carácter autofágico y si es posible explorarlo más.
Eduardo Galeano – No sé. Creo que las contradicciones del sistema capitalista
son reales y no producto de una mente tan enferma, febril, ni de algún
terrorista conspirador, enemigo de la humanidad. Esas contradicciones tienen
como consecuencia una marginalización social creciente. Y esa marginalización va
a continuar produciendo acontecimientos que muchas veces serán controlables,
otras no tanto, y que pueden crear alternativas. Vamos a ver que sucede, ya que
nadie sabe. Esos movimientos, como esos del banlieu, en París, que según
un amigo mío, no sé si es verdad, ban viene de banir, que significa
castigar, prohibir, expulsar, echar. Y lieu significa lugar. Lugar de
expulsión, lugar de castigo. La idea es muy interesante, porque es exactamente
eso lo que está sucediendo. Pero por el momento son explosiones de puro
desespero y no tienen ninguna perspectiva de futuro. Tanto es la desesperanza
que muchos de los carros quemados son carros de los propios quemadores. Son
hijos quemando el carro del padre, que es un obrero pobre, que consiguió comprar
un carro pobre, que está siendo quemado por los suyos. Es una agresión contra un
sistema segregacionista, que humilla, además que tiene algo de autodestructivo,
suicida, como sucede en los movimientos que son de puro desespero. La esperanza
que la gente tiene es que eso pueda, después, desembocar en otras cosas, como
muchas veces ocurre en América Latina, que comienzan con una rabia que explota
ciegamente y después encuentra caminos para convertirse en algo bastante mejor.
Quiero decir, abriendo perspectivas. Si no, quedaría sólo como un testimonio de
que esa es una situación insoportable y que hasta ahora el sistema venía
disimulando lo insoportable de la situación. Y esa reacción tan expresiva, tan
curiosa, fue una reacción contra el desprecio cotidiano, multiplicada hoy porque
las personas que tienen alguna cosa que ver con el mundo árabe son los nuevos
demonios, los nuevos terroristas. Y el mundo del bien necesita tener demonios
para justificarse. ¡Ese mundo gasta hoy 2 mil 300 millones de dólares por día en
la fabricación de la muerte, en la industria de la muerte! Es hasta difícil
imaginar como es posible eso. Bueno, para que eso sea posible, que ya es un
escándalo, necesitas tener demonios, y una lucha contra el mal. Al mismo tiempo
tienes tantas criaturas muriendo de hambre, muriendo de enfermedades curables.
¡Es un escándalo! ¡Ese mundo es escandalosamente injusto! Pero ahí necesitas de
demonios.
Marcelo Salles – ¿Por ejemplo?
Eduardo Galeano – Hugo Chávez es un demonio. ¿Por qué? Porque alfabetizó a 2
millones de venezolanos que no sabían leer ni escribir, aunque vivían en un país
que tiene la riqueza natural más importante del mundo, que es el petróleo. Yo
viví en ese país algunos años y conocí muy bien lo que era. La llaman la
"Venezuela Saudita" por el petróleo. Tenían 2 millones de niños que no podían ir
a las escuelas porque no tenían documentos. Ahí llegó un gobierno, ese gobierno
diabólico, demoníaco, que hace cosas elementales, como decir "Los niños deben
ser aceptados en las escuelas con o sin documentos". Y ahí se cayó el mundo: eso
es una prueba de que Chávez es un malvado malvadísimo. Ya que tiene esa riqueza,
y gracias a que por la guerra de Iraq el petróleo se cotiza muy alto, él quiere
aprovechar eso con fines solidarios. Quiere ayudar a los países suramericanos,
principalmente Cuba. Cuba manda médicos, él paga con petróleo. Pero esos médicos
también fueron fuente de escándalos. Están diciendo que los médicos venezolanos
estaban furiosos por la presencia de esos intrusos trabajando en esos barrios
pobres. En la época en que yo vivía allá como corresponsal de Prensa Latina,
nunca vi un médico. Ahora sí hay médicos. La presencia de los médicos cubanos es
otra evidencia de que Chávez está en la Tierra de visita, porque pertenece al
infierno. Entonces, cuando se lee las noticias, se debe traducir todo. El
demonismo tiene ese origen, para justificar la máquina diabólica de la muerte.
Marcelo Salles – ¿Cómo está el tema del agua en el mundo?
Eduardo Galeano – El día en que el Frente Amplio ganó las elecciones en el
Uruguay, a finales de octubre de 2004, se realizó el Plebiscito de las Aguas.
Fue el primero y el último en la historia universal. Primera y única vez –no fue
contagioso, tristemente – que el pueblo fue consultado para ver qué quería hacer
con el agua, pues ahora tenemos que recuperar aquella concepción islámica de que
el agua es sagrada. Todo mundo habla que, y es verdad, el agua será el petróleo
del mañana. Los países que tienen agua están obligados a defender el agua que
tienen y también a democratizarla en el uso que se le da. De ahí que se hiciera
ese plebiscito para saber si el agua sería un derecho de todos o sería un
privilegio de empresas privadas. Cerca de 65% votaron por el agua como propiedad
pública, colectiva. El Uruguay fue el único país que hizo un plebiscito. Y
Bolivia había conseguido el milagro de la desprivatización del agua, con una
serie de insurrecciones colectivas. Allá, la privatización llegó a niveles
surrealistas. Era increíble. En Cochabamba se había privatizado la lluvia. Las
aguas de las lluvias no podían ser almacenadas. Los campesinos no podían recoger
las aguas de las lluvias sin antes pagar a las empresas concesionarias. Es la
empresa preferida de Bush en Iraq, que después fue recompensada en Iraq, ¿cómo
es el nombre?
Marcelo Salles – Bechtel.
Eduardo Galeano – Bechtel. Y después, en La Paz, hubo un proceso parecido: la
empresa Suez-Lyonnaise, que es francesa, no conseguía explicar porqué la parte
más alta de la ciudad, que es la parte más pobre, tenía que pagar una mayor
factura, que era cinco o seis veces más grande que cuando el agua era nacional.
Súbitamente el precio de agua se dispara y llamaron a los especialistas
franceses junto con el gobierno boliviano para estudiar el caso, para saber cual
es la explicación para este fenómeno sobrenatural: la gente no paga. Respuesta
francesa: "los bolivianos no tienen hábito de higiene". Los mismos franceses que
habían descubierto la ducha hacía quince minutos. No se puede creer en eso
seriamente. Ahí el Uruguay da una respuesta diferente, intentamos dar. Triunfa
el recoger firmas de la población para llamar al plebiscito y a una opción por
la noción pública del agua. Pero no tuvo la menor repercusión mundial. Usted
hizo una pregunta relacionada con los medios de comunicación, quería hablar de
eso pero después lo olvidé. Es un caso típico, ya que es un tema fundamental,
que sucede en un país que no es fundamental, que es un país marginal, pequeño,
del cual nadie habla nunca, no tiene la menor repercusión, no existe. A mí me
lewinskisaron. Desayunaba con Mónica Lewinsky, almorzaba con Mónica Lewinsky,
cenaba con Mónica Lewinsky. Aquella lingüista de la Casa Blanca se convirtió en
una estrella de los medios de comunicación mundiales. Y del Plebiscito de las
Aguas, que es una cosa fundamental en la vida de todo mundo, nadie se enteró que
existió. Eso es un buen retrato de los medios de comunicación. No tuvo ninguna
posibilidad de contagio porque no hubo ninguna repercusión. No se trata de
alguna mente malvada que escoge lo que se divulgará, pero el hecho es que la
información privilegiada es la que viene de los países dominantes, además de las
que hablan sobre los países dominantes. Y lo que sucede en las áreas marginales,
en el Uruguay, por ejemplo, es que no existen, somos invisibles.
Marcelo Salles – Recientemente la Asamblea General de la ONU votó
contra el embargo económico a Cuba, pero el embargo continúa.
Eduardo Galeano – Sí, porque la Asamblea General hace recomendaciones que no
tienen sentido práctico. Son apenas soluciones simbólicas, porque no son
resoluciones, son recomendaciones al poder ejercido por un grupito de países,
que son, como se decía antes, el gran espectáculo del mundo. Ahora la ONU está
bendiciendo la guerra de Iraq, promoviendo procesos electorales y la nueva
Constitución, bajo el patrocinio de la ONU, cuando todo el mundo sabe que un
país ocupado por potencias extranjeras no puede tener elecciones libres. Para mí
está clarísimo que el mundo hoy no es democrático, está siendo dirigido por
algunos organismos internacionales y son estos los que deciden. Hay un
súper-gobierno que gobierna los gobiernos. Por ejemplo: el Banco Mundial decidió
que en 16 países el agua debe ser propiedad privada de empresas. Esos 16 países
fueron obligados a aceptar la privatización del agua. El FMI decide la
frecuencia de las lluvias, la intensidad del amor de los que se aman. ¿Cuántos
países dirigen el FMI? Cinco, y dentro de esos, sobretodo uno. El Banco Mundial
es más democrático, son ocho países. Por eso el nombre "Mundial". ¿Quién decide
las cosas dentro de las Naciones Unidas? En la Asamblea General están todos,
pero sólo formulan recomendaciones, quien toma decisiones es el Consejo de
Seguridad, donde cinco países tienen derecho a veto. Esos cinco países que
precian la paz en el mundo son los cinco principales productores de armas. Es
decir: los que se lucran con la tragedia humana son los ángeles guardianas de la
paz mundial. Mientras el mundo no sea capaz de cambiar esa estructura de poder,
no será democrático. Tampoco habrá paz, ya que si las guerras necesitan de
armas, las armas también necesitan de guerras.
Ulises Juárez Polanco es miembro de Tlaxcala, la red de traductores por la
diversidad lingüística. (transtlaxcala@yahoo.com). Esta traducción es copyleft.