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Eduardo Galeano

3 de marzo de 2003

La inflación

Eduardo Galeano
La Jornada

Había sido un viviente flaco, pero fue un globo en la muerte. .
Para clavar la tapa del ataúd, toda la familia tuvo que sentarse encima. Y toda la familia opinó sobre la inflación del difunto: .

-Parece sapo. .
-La muerte hincha. .
-Es el gas carbónico. .
-Es la mala leche. .
-Es el alma
-sollozó la viuda. El alma quiere salirse del traje. .

El traje, un tweed inglés de alta categoría, color gris perla, había sido el único lujo en toda la vida del finado. Él se lo había mandado hacer, de medida, cuando ya le volaban cerca las lechuzas y vio que estaba por llegar al finalmente. .
Herencia, no dejó. Ni una lira. Y muchos años después, cuando se abrió el ataúd, estaba en jirones el traje que había vestido su muerte. .
Nicola Di Sábato contó el desentierro de su tío. Nicola, que descargaba arena en un muelle de Avellaneda, había llegado a la Argentina huyendo de los perros del hambre. A él le gustaba reír, cocinar y compartir historias de su lejana infancia, en su lejana Italia. .
Esas cosas del tiempo: Nicola contó que el tiempo se había comido al tío y había deshecho su traje relleno de dinero. Los billetes, miles de billetes, un poco desteñidos, habían durado más. Pero ya no valían nada.