Economía
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El presidente del Banco Mundial dice ahora que el sistema no funciona y que hay que ir a la responsabilidad compartida con el Estado
Roberto González Amador
La Jornada
La crisis financiera que estalló en Estados Unidos mostró "el lado oscuro de la
conexión global", planteó Robert B. Zoellick, presidente del Banco Mundial (BM).
"La cruda realidad es que los países en desarrollo deben prepararse para una
disminución del comercio, los flujos de capital, las remesas y la inversión
interna, así como una desaceleración del crecimiento", añadió.
El sistema multilateral vigente "ya no funciona", afirmó Zoellick, quien propuso
incorporar al Grupo de los 7 países más avanzados a siete naciones en
desarrollo, entre ellas México y Brasil, para conformar "un nuevo grupo
directivo", que "movilice esfuerzos para solucionar problemas".
Responsabilidad compartida con el Estado
Al comenzar la semana en que se reunirán en esta capital ministros de Hacienda y
gobernadores de bancos centrales de 183 países, Zoellick sostuvo: "Debemos
redefinir el multilateralismo económico para ir más allá del eje tradicional en
las finanzas y el comercio". Planteó que "el nuevo multilateralismo debe tender
a la responsabilidad compartida por el Estado".
El presidente del Banco Mundial, en un discurso pronunciado hoy en el Instituto
Peterson de Economía Internacional, en esta ciudad, definió el pasado septiembre
como "un mes difícil de un año inestable". Aseguró que las familias están
preocupadas por lo que depara el porvenir, y que la crisis financiera
estadunidense, que comenzó a tener expresión en Europa, podrían ser un punto
crítico para muchos países en desarrollo. "La desaceleración del crecimiento y
el deterioro de las condiciones financieras, junto con la restricción monetaria,
ocasionarán quiebras de empresas y, posiblemente, emergencias bancarias",
advirtió.
Zoellick aseguró que la arquitectura internacional concebida para hacer frente a
crisis como la que hoy enfrenta el mundo "se está resquebrajando.
"Aunque Estados Unidos y el mundo logren salir de este pozo, debemos
concentrarnos en el porvenir: necesitamos una nueva red multilateral para una
nueva economía mundial", abundó. Un multilateralismo que, dijo, no sea un
sistema fijo ni unitario, sino una red flexible. "El nuevo multilateralismo debe
ser respetuoso de la soberanía de los estados, al tiempo que reconoce el gran
número de problemas que no respetan las fronteras nacionales".
Un Facebook para la diplomacia
Aseguró que el actual Grupo de los 7 (G-7) países más avanzados "no funciona".
Integrado por Estados Unidos, Canadá, Japón, Inglaterra, Francia, Italia y
Alemania, ese grupo, dijo, tiene muchas dificultades para pasar del discurso a
la acción.
"A los fines de la cooperación financiera y económica, deberíamos considerar un
nuevo grupo directivo que incluya a Arabia Saudita, Brasil, China, India,
México, Rusia, Sudáfrica y el actual G-7", propuso.
Dicho grupo directivo reuniría a más de 70 por ciento del PIB mundial; 56 por
ciento de la población del planeta; 62 por ciento de la producción de energía, a
los principales países que emiten carbono y a los mayores agentes de los
mercados globales cambiarios, de capital y productos básicos, aseguró.
"Este nuevo grupo directivo debería reunirse y celebrar videoconferencias
periódicamente para promover la responsabilidad grupal. Los suplentes deberían
mantener diálogos frecuentes e informales. Contará con el respaldo de una red
activa de consultas bilaterales dentro y fuera del grupo. Necesitamos un
Facebook para la diplomacia económica multilateral", agregó.
Planteó que el Banco Mundial, junto con el Fondo Monetario Internacional y la
Organización Mundial de Comercio, pueden contribuir a prestar apoyo a ese "grupo
directivo" de países.
Entre la batería de reformas propuestas por Zoellick se incluye también la del
Banco Mundial. Para definirla y proponerla, propuso la creación de un "comisión
de alto nivel", que será dirigida por Ernesto Zedillo.
Zoellick dijo que el Banco Mundial también debe adaptarse más rápidamente para
satisfacer las nuevas necesidades de los países que reciben fondos y de las
naciones que los aportan. La "comisión de alto nivel" analizará la forma en que
el Banco Mundial debe actuar "de manera más dinámica, efectiva y eficiente, y
legítimamente en una economía política mundial cambiada", añadió.