La Izquierda debate
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Los caminos de la sobrevivencia de la humanidad
Theotonio dos Santos
En Caracas, el 10 de diciembre de 2004, una reunión de intelectuales y
artistas de todo el mundo en defensa de la humanidad relaciona las cuestiones de
seguridad internacional, bajo el impacto de la pretensión de dominio unilateral
del mundo, conducida por el grupo en el poder en los Estados Unidos, con las
estructuras económicas que presiden las relaciones entre las clases sociales,
los grupos sociales y las naciones y estados. La humanidad necesita encontrar el
camino del diálogo y cooperación antes que se instaure el abismo de la
confrontación global.
El Encuentro de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad reunió a
periodistas, poetas, activistas de los movimientos sociales, artistas,
políticos, científicos sociales, profesionales, literatos de más de cincuenta
países, con especial participación de latinoamericanos. El Premio Nobel
argentino, Pérez Esquivel, fue el encargado de leer el documento final que
resultó de este encuentro lleno de debates de ideas y de estrategias de acción
que puedan generar una cultura de paz alternativa al imperio de la violencia que
se instauró en las relaciones internacionales, sobretodo como resultado del
rechazo de Estados Unidos de América de someterse a las leyes internacionales y
a los organismos encargados de encaminar la relaciones pacíficas entre los
pueblos, en particular las Naciones Unidas.
Lo que más aterroriza en esta coyuntura es la percepción del abismo que se va
profundizando entre los ideales y métodos que se imponen en la nación más
poderosa de la Tierra y los del "resto del mundo". Por más que el resto del
mundo vea en las acciones de violencia impuestas en contra de poblaciones
enteras, obligadas por las armas más poderosas, la tortura y las humillaciones
más brutales a convertirse en "democracias", una amenaza para toda la humanidad,
la mayoría de los votantes de la potencia hegemónica apoya estos métodos y da
plena libertad de acción a aquellos que amenazan a la humanidad. Es importante
constatar sin embargo la existencia de una importante oposición a estos métodos
dentro de los Estados Unidos, como lo demostró una expresiva participación de
intelectuales y artistas de este país en este encuentro.
El sentimiento de impotencia que nace de esta situación amenaza a la humanidad a
regresar a formas de relaciones sociales y humanas próximas a la barbarie. Se
tiran por la ventana años y años de desarrollo civilizatorio, en los cuales se
acumularon principios y métodos de diálogo y convivencia humana que se ha
buscado incrementar, a pesar de los límites y obstáculos interpuestos por las
ambiciones de las potencias mundiales.
Frente a esta situación, se hace necesario repensar el conjunto de los elementos
que forman el sistema mundial y las formas de acción que permiten incidir sobre
él. Es bastante claro que cabe un rol creciente a la sociedad civil y,
sobretodo, a los sectores de vanguardia de los movimientos sociales
contemporáneos en la generación de nuevos instrumentos de acción que permitan
detener estos proceso macro sociales.
No hay duda que los medios de comunicación ocupan un lugar privilegiado en estas
acciones. A ellos les cabe generar una corriente de informaciones y análisis
capaces de neutralizar el imperio de la violencia en las relaciones
internacionales. Sin embargo, el sentimiento dominante es muy crítico con
respecto a los medios contemporáneas, por lo menos en sus formas dominantes. Son
muchas las esperanzas que se depositan en las iniciativas de formas de
comunicación alternativas como la Internet, las televisiones comunitarias, los
periódicos ligados a movimientos sociales, las formas culturales alternativas
como los teatros de calle, los festivales de poesía, los espectáculos de masa,
etc. Una de las resoluciones del encuentro de más efecto práctico es la creación
de una red de redes que tendrá una coordinación a partir de los organizadores de
esta iniciativa. Asimismo, se apoyó con entusiasmo la propuesta de una red de
televisión del sur que sostiene el presidente de Venezuela, Hugo Chávez.
Al mismo tiempo, se apoyó firmemente las iniciativas de integración regional por
más limitadas que sean. En vísperas de la reunión de Ayacucho que pone en marcha
una Comunidad de Naciones Sudamericanas se llamó la extensión para la necesidad
de convertirla en realidad desde abajo hacia arriba, con fuerte participación de
los pueblos de la región. El sentimiento de una unión de inspiración bolivariana
produjo una identificación muy importante con la experiencia en curso en
Venezuela. Es impresionante ver cómo en este país se desarrollan nuevas formas
de conciencia y de participación popular que se basan en un fuerte sentimiento
de unidad continental y latinoamericana. Se encontró entre este colectivo, tan
diferenciado, una tendencia muy fuerte a apoyar iniciativas como la empresa
latinoamericana de petróleo que propone Venezuela y tantas otras en la misma
dirección. Es sorprendente constatar la fuerza que las ideas de cooperación
regional tienen, a pesar de todas las dificultades históricas que estos pueblos
tuvieron para poder actuar en conjunto. Uno se ve obligado a constatar que la
identidad cultural del "latino", como dicen los estadounidenses, es una fuerza
moral profunda que gana especial consistencia cuando recibe soporte estatal.
Yo sugeriría al lector a no considerar a esta iniciativa, una reunión más, entre
las muchas que se realizan en nuestros días. Vale la pena acompañar con cariño
el desdoblamiento de estos primeros pasos, iniciados en realidad en México, en
memorable reunión en el Polyforum Siqueros, este templo escultórico dedicado a
la marcha ascendiente de la humanidad. Parece que las fuerzas de la destrucción,
de la explotación y del terror van a encontrarse cada vez más con la resistencia
moral y activa de los pueblos. Ello se ve en los campos de batalla y en los
embates políticos y diplomáticos, pero se manifiesta también en las iniciativas
culturales que cimientan las relaciones sociales y entre los pueblos.
* Theotonio dos Santos es profesor titular de la UFF, coordinador de la
Cátedra y Red de la UNESCO y de la UNU sobre Economía Global y Desarrollo
Sostenible.