La Izquierda debate
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No debemos esperar a que la vanguardia Leninista tradicional desaparezca. Tenemos que facilitar este proceso de desaparición organizándonos de otra manera
El encanto irresistible del anarquismo global
Andrej Grubajic
Tortuga
Supongo que la mayoría de ustedes ya estarán al tanto de lo que ocurrió durante
el Foro Social de Londres. No es mi intención hablar aquí del Foro Social
Europeo. Ya existen análisis excelentes en la red. Sin embargo, hace falta
responder ante el fiasco del foro por el bien del futuro de este movimiento que
llamamos- quizas demasiado generosamente- el "movimiento de movimientos".
Recientemente estuve leyendo uno de los libros clásicos sobre los movimientos:
Movimientos Anti-sistémicos (Anti-systemic Movements por Arrigghi, Hopkins,
Wallerstein). Uno de los argumentos centrales de este maravilloso libro, escrito
en los años 80, es que los movimientos que surgieron después de "la revolución
mundial del 68" y después del "colapso del consenso liberal" descartaron el
eslogan de la vieja izquierda "Conquistemos el poder del estado y luego
cambiemos el mundo." Los autores cometieron un error optimista en su valoración
de que los tiempos de los errores Leninistas ya habían pasado.
La izquierda vanguardista, me temo, es una bestia que muere lentamente. Después
de "la revolución mundial del 94" y después del "colapso del consenso
neo-liberal", existe una secta socialista arcaica llamado el Socialist Workers
Party (SWP-Partido de los obreros socialistas) quienes organizaron un evento que
se supone que es una de las manifestaciones mas emocionantes del nuevo
movimiento global-el Foro Social. Esta misma secta llama a la policía para que
detengan a activistas-en un intento de criminalizar una parte del movimiento.
Después de este indignante precedente, esta misma secta acusa a los que acabaron
en la cárcel de racismo! No quiero perder el tiempo de los lectores escribiendo
sobre el SWP. Muchos ya lo han hecho. Nadie quizás mejor que Peter Waterman
Lo que sí me gustaría hacer sin embargo es decir que no debemos esperar a que la
vanguardia Leninista tradicional desaparezca. Tenemos que facilitar este proceso
de desaparición organizándonos de otra manera. Por "Leninismo" me refiero al
proyecto político en la cual el proletariado (o las masas populares) necesitan
ser animados bajo la tutela de un grupo dedicado de cuadros organizados como
partido. Esta tontería arcaica se conoce por diferentes nombres en los EE.UU.:
el ISO, la Liga Espartaquista, la IAC, etc. etc. Pero es importante que
reconozcamos que esta gente no es solamente aburrida: también puede ser
peligrosa.
Debemos iniciar una lucha en contra de las maneras tradicionales y vanguardistas
de hacer polÌtica. Una lucha, esto es, por otro proyecto polÌtico que es la
articulación de un praxis polÌtica distinta.
Es una lucha que debemos globalizar. Porque horizontales hay, de hecho, en todas
partes. El antiguo eslogan de la tradicional izquierda marxista -conquistar el
mundo y entonces cambiar el mundo- es algo que tenemos que alejar de nosotros.
La responsabilidad del revolucionario hoy es hacer que la idea de revolución del
siglo XIX sea innecesaria. La revolución no va a llegar como una especie de gran
evento apocalÌptico, como un acto o momento insurreccional, si no como un
proceso muy largo que lleva desarollandose a lo largo de la mayoría de la
historia de la humanidad - repleta de estrategias de huida y evasión tanto como
de confrontaciones dramáticas . El mundo no se puede cambiar a través del
estado. Tiene que hacerse de nuevo. En nuestro contexto, esto implicarÌa la
obligación de recordar la vieja idea anarquista de "cambiar el mundo sin tomar
el poder".
El hecho de insistir en que otro mundo es posible nace de un movimiento que
practica lo que predica. Como dijo Massimo de Angelis, debemos movernos desde el
movimiento a la sociedad: "en otras palabras, queremos movernos desde el
movimiento a la sociedad no solo persuadiendo a la gente de que se "una" a
nuestro movimiento, si no a través de un lenguaje y una práctica polÌtica que
trace las conexiones entre distintas prácticas e intenta disolver las
diferencias entre dentro y fuera del movimiento, es decir, moverse realmente
"desde el movimiento a la sociedad".
La única forma organizativa que parece apropiada es la propuesta por la
izquierda libertaria: traslación o circulación de las luchas. Significa,
simplemente, pensar en la organización en su sentido más básico: el desarrollo
de la cooperacián entre personas en la lucha; organización interna por cualquier
grupo que se auto-defina como gente en lucha. Es la elaboración de una polÌtica
de la diferencia que minimiza el antagonismo.
De acuerdo con Inmanuel Wallerstein, uno de los autores de Movimientos
Antisistémicos, el libro que he mencionado más arriba, hemos entrado ahora en un
período de "anarquía global". Este es un período de "transición anárquica
global" desde el "sistema-mundo" vigente hacia otro diferente. El "sistema-mundo"
capitalista está en declive. Pero el resultado final de este caos transicional
es totalmente incierto.
Otro mundo que podría ser posible será una consecuencia de cómo actuamos y de
cómo luchamos hoy. Uno de los problemas más inmediatos a los que nos enfrentamos
es cómo encontrar una respuesta adecuada al fracaso del socialismo histórico.
Esta respuesta es, desde mi punto de vista, completamente diferente de la que
plantea el profesor Callinicos y sus estudiantes. Deberíamos celebrar las ideas
que proceden de nuestros movimientos, reflejando nuestras prácticas
organizativas, nuestra horizontalidad y nuestro trabajo en red. Esto significa
que tenemos que mirar a las formas organizativas de las que este movimiento se
dota. La desafortunada idea de la separación entre fines y medios nos llevó al
divorcio entre la "vanguardia" leninista y el "otro mundo".
Esto es algo que tenemos que rechazar hoy, si vamos a crear una sociedad basada
en la ayuda mutua, democracia directa y dignidad. Tenemos que rechazar la
distinción tradicional entre revolución, reforma y anarquismo porque la cuestión
de quién controla el Estado no debería ser foco de nuestra atención. Wallerstein
quizás lleva razón cuando dice que para los viejos movimientos no había "otra
opción" que la de obtener el poder del Estado porque ellos estaban actuando en
el ámbito del "sistema-mundo" capitalista, que era básicamente estable. Hoy,
cuando el sistema mundial capitalista está en crisis, si no estamos dispuestos a
renunciar a nuestros sueños de un mundo democrático e igualitario, debemos
reinventar la idea anarquista de "cambiar el mundo sin tomar el poder". En otras
palabras, la respuesta a la "Anarquía global" es el "Anarquismo global".
Notas
1- Traducido al castellano: Hopkins T.K, Wallerstein, I y Arrighi, G. (1999):
Movimientos Antisitémicos. Akal, Madrid)
Nota de los traductores: Durante el último Foro Social Europeo surgió una
polémica entre los "verticales" (organizaciones muy jerarquizadas como el
Socialist Workers Party y sus diferentes brazos) y los "horizontales" (los
grupos que organizaron los espacios autonomosparalelos al FSE, como los WOMBLES
etc°). Esta polemica o division no es nuevo, y diversos escritores lo han
analizado.
El mismo Grubacic escribe sobre las diferencias entre "tradicionalistas" y "los
nuevos radicales"(vease por ej. Grubacic :"Life after social forums" en ZNET
Febrero 2003). En el estado español hay grupos que también se acogen a esa
definición y cuyo forma de organización política se basa en el asamblearismo, la
horizontalidad y la autonomia de los espacios políticos de las instituciones
vinculados al estado (los partidos politicos y los grandes sindicatos).
Traducción para Tortuga de Cristina Eguiarte, Sara López y David García