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La Izquierda debate

Argelia: �50 a�os de revolucion?

Gara

El pasado 31 de octubre, se cumplieron 50 a�os del inicio de la Guerra de Argelia. Aunque la ocupaci�n colonial tuvolugar en 1830, con el desembarco de las tropasfrancesas y la toma de Argel,el 1 de noviembre se considera la fecha oficial de lainsurrecci�n armada argelina y el comienzo deuna guerra de liberaci�n que se prolongar�a hasta marzode 1962, cuando se da la firma de los acuerdos de Evian._
Ahora bien, este tiempo no ha pasado indiferente, siendo quiz� la juventud argelina el testigo m�s fiel de su huella. Por eso puede resultar interesante preguntarse: �qu� conocen las nuevas generaciones de este momento hist�rico? �qu� papel ha jugado la escuela en la construcci�n de la memoria colectiva de la poblaci�n argelina? o �c�mo ha influido todo ello en la construcci�n de la identidad argelina?
El 1 de julio de 1962, seis millones de argelinos votaron �s�� a la pregunta ��quiere que Argelia se convierta en un Estado independiente cooperando con Francia en las condiciones definidas por la declaraci�n del 19 de marzo de 1962? Solamente 16.534 personas votaron �no�. Dos d�as despu�s, el GPRA, gobierno provisional de la rep�blica argelina, regresaba de T�nez.
La guerra hab�a dejado un balance de un mill�n de muertos y un �xodo de mill�n y medio de personas. El estado magreb� ten�a entonces 10,2 millones de habitantes, m�s de dos tercios menores de 25 a�os y s�lo el 18% de los ni�os en edad de escolarizaci�n iban a la escuela.
Al hilo de este �ltimo dato, el nuevo gobierno argelino tuvo que enfrentarse a dos retos. Por una parte, emprender y asegurar una escolarizaci�n masiva y, por otra, escribir una historia nacional propia que remplazara la historia de los manuales galos que durantes d�cadas hab�an dominado el panorama escolar. Una tarea realmente dif�cil ya que el Estado argelino no dispon�a de cuadros arab�fonos debido a la presencia francesa y, por el contrario, contaba con un contingente de ense�antes franc�fonos y millares de cooperantes y voluntarios franceses.
Curiosamente, toda la generaci�n de la independencia descubri� el mundo a trav�s de los manuales franceses: Bordas, Magnard, Hachette... La lengua francesa consigui� en 15 a�os m�s avances que en 130 a�os de colonizaci�n. Ahmed Taleb Ibrahimi, ministro de Educaci�n de 1965 a 1970, afirmaba recientemente que �nuestra naci�n hab�a sido quebrantada durante 130 a�os, vaciada culturalmente. Necesit�bamos un Pante�n�.
del mito al silencio
La historia nacional no conoci� mejor suerte. As�, en esta fase se sacraliz�, se mutil� su tiempo, como si no hubiera habido un recorrido hist�rico que condujese a la fecha fundacional de 1954 y se mitificaron los valores de la revoluci�n, para de esta manera poder legitimar el poder militar y la existencia de un partido �nico, el FLN, caracter�sticas que perdurar�an durante m�s de tres d�cadas.
A partir de 1965 y con la llegada del Gobierno de Boum�diene, la ense�anza y las cuestiones de identidad fueron delegadas a los reformistas islamistas, se recuper� la lengua �rabe, pero �sta fue un mero instrumento pol�tico para contentar a los ulemas y las fracciones islamistas del poder, que ahondaban as� en la identidad arabo-islamista m�s que en la recuperaci�n de unas se�as de identidad argelinas.
Junto con la lengua, durante treinta a�os el silencio fue el gran protagonista de las p�ginas de la historia. Las figuras emblem�ticas de la revoluci�n desaparecieron de los textos, se maquillaron eventos como el asesinato de Abdane Ramdane, se ocultaron querellas internas del partido y el �xodo de los argelinos que colaboraron con la ocupaci�n francesa, y se silenci� la participaci�n de las mujeres en la guerra de liberaci�n.
La generaci�n de j�venes de entonces, reflej� por medio de las artes pl�sticas y la literatura el problema de la identidad, un tema recurrente, junto con una denuncia sistem�tica de los tab�es y falsificaciones de la historia argelina y las prohibiciones religiosas y sociales.
Miles de j�venes emigraron, como hicieran sus antepasados, en su mayor�a a ese mismo Estado que los coloniz�, a Francia, pero tambi�n a EEUU, Alemania y Canad�. Otros miles, no obstante, emigraron a las ciudades argelinas con mucha peor suerte, pasando a engrosar una masa humana que subsist�a en unas condiciones de vida inhumanas �los turnos para dormir en un mismo apartamento son harto conocidos�, mientras que los gestores del sector p�blico desfalcaban 26 millones de d�lares, equivalente a la deuda externa argelina.
Resulta dif�cil por tanto que la poblaci�n argelina pudiera gozar de una memoria colectiva, p�blica, que a su vez tejiese un relato nacional, unas referencias sobre las que sentar las bases de su pertenencia a un mismo pasado y presente.
La Historia argelina y la de sus j�venes se ha ido modelando en gran medida en el espacio privado, en los hogares, en esa dimensi�n �ntima de los relatos familiares, a trav�s de las famosas par�bolas que acercaban otras versiones de esa parte de la historia, pero tambi�n en esas escuelas que olvidaban la dimensi�n pol�tica de la revoluci�n y subrayaban la violencia institucionalizada del Estado.
Dif�cil pues que la juventud se sustrayese a esas realidades y de una manera colectiva hiciera suya la famosa frase de Freud, �no olvidar el olvido�. Olvido a veces necesario, porque la revoluci�n necesita su tiempo para cicatrizar la tortura, las violaciones, el �xodo. Sin embargo, el Gobierno no pod�a por m�s tiempo relatar una historia sin el apoyo de la sociedad argelina, y prueba de ello fueron los sucesos de 1990.
la juventud argelina
Esa d�cada, de la mano de la juventud, marc� una ruptura en la identidad argelina pero, adem�s, puso de manifiesto la necesidad de un nuevo relato y a ello contribuyeron una serie de elementos: el fin del partido �nico, Kabilia, el ascenso del islamismo, la situaci�n de las mujeres...
Estos cambios, en opini�n de historiadores como Daho Djerbal, son �cambios de fachada, porque la sociedad no dispone de medios para expresarse, existen peri�dicos cerrados y en consecuencia el esp�ritu del partido �nico y el de los militares siguen planeando, y porque las reformas no est�n planificadas y evitan el enfrentamiento con los sectores m�s reaccionarios islamistas�. No obstante, la juventud argelina est� obligando al Gobierno a realizar reformas. Reformas, como la que se plantea para el 2006 en el sistema escolar, o el insistente rumor de una reforma del Estado argelino que contemplase una nueva vertebraci�n administrativa y el reconocimiento de identidades distintas a la �rabe como parte de la realidad argelina.
Los argelinos son ya cerca de 32 millones de habitantes, el 75% de ellos menores de 25 a�os. El pa�s, uno de los m�s ricos del planeta, ha sido despojado de todo por sus dirigentes y la tasa de desempleo alcanza el 30%. Si, como dijera el escritor Habi Ayyoub, �le robaron el aire, el amor, la arena, el fuego y el futuro�, los j�venes argelinos no piensan ya �nicamente en cruzar el oc�ano y saltar las fronteras para huir al extranjero. Hoy una nueva generaci�n quiere vivir en Argelia, y para ello ha entendido de la importancia de recuperar la cr�tica y utilizar los medios de los que disponen: las v�as asociativas, acad�micas, pl�sticas, musicales... Adem�s, ha entendido que su sitio est� en ese lugar del Magreb. El Gobierno de Bouteflika deber�a tenerlo en cuenta. -
(*) Elena Beloki Resa es periodista



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