La Izquierda debate
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Paraísos incompletos
Octavio Rodríguez Araujo
La Jornada
Gilberto López y Rivas me ha enviado un interesante artículo de la analista
cubana Janet Comellas sobre el derrumbe del llamado socialismo en los países de
Europa central y del este, incluida la Unión Soviética. No estoy muy seguro de
que las afirmaciones de Comellas sean exactas, como por ejemplo el pleno empleo
del que escribió, pero en general no habría objeciones fundamentales.
La autora sintetiza su artículo de la siguiente manera: "El empleo estaba
garantizado de por vida y, aunque el ingreso monetario tendía a niveles medios,
era estable y seguro. El gobierno garantizaba la alimentación y la vivienda, al
igual que el acceso gratuito a la educación y a la salud." El cuadro que nos
pinta de lo que ocurre actualmente en esos países es desolador. Algunos datos
reveladores: "En Bulgaria, Rumania, Rusia, Kazajstán, Ucrania, Kirguizistán,
Turkmenistán, Uzbekistán y Moldavia, los pobres alcanzan más de 50 por ciento de
la población. Las naciones asiáticas como Armenia, Georgia y Uzbekistán han
visto descender estrepitosamente el nivel de vida en 80 por ciento y alrededor
de 25 por ciento de sus habitantes ha emigrado o devenido indigente". Más
adelante cita a James Petras, quien dijera, con razón, que no hay modo de
rebatir que el capitalismo "empeoró los niveles de vida y cercenó beneficios y
garantías." Y, también citando a Petras, nos habla de bandas capitalistas que
sustituyeron lo que ella califica de socialismo (concepto con el que no estoy de
acuerdo para describir a los estados de la Unión Soviética y de su zona de
influencia).
La primera pregunta que me surge es de dónde salieron esas bandas. Sabemos que
no eran, en su mayoría, rusos que vivieran en el extranjero, sino que eran de
adentro. Todavía más, hay suficientes indicios documentados de que muchos de
ellos eran parte de la nomenclatura y que en el "socialismo" arroparon,
toleraron o dirigieron bandas criminales relacionadas con el mercado negro, la
prostitución, el narcotráfico y el tráfico de influencias basado en un sistema
de privilegios para la burocracia (y sus intelectuales, científicos y artistas
afines) en el que no se inscribía la mayoría de la población. Esos mismos
burócratas privilegiados, todos del Partido Comunista (con excepciones fuera de
la URSS), fueron los que facilitaron y promovieron la venta de empresas
estatales que, por serlo, no podían vender como si fueran de su propiedad, pero
sí recibir jugosas comisiones por su intermediación.
La otra cuestión estaría referida a la sociedad que no formaba parte de la
burocracia estatal-partidaria, es decir, de la mayoría de los pueblos de esos
países. Si el socialismo, suponiendo que hubiera existido, era el paraíso de los
trabajadores donde tenían todo asegurado, como se mencionó en la cita de
Comellas al principio, ¿por qué la sociedad se avino, sin mayores obstáculos, a
la nueva situación y aceptó, casi sin protestas, la conversión de su sistema no
capitalista en otro capitalista que es el que priva en esos países ahora?
¿Setenta años de supuesto socialismo (de socialismo, según sus publicistas) no
fueron suficientes para formar un hombre nuevo que hasta glandularmente
rechazara el capitalismo por lo que es y por lo que se suponía que era según la
propaganda de los partidos comunistas y los gobiernos de entonces? ¿Cómo
explicar que con la liberalización iniciada en 1985 por Gorbachov miles de
supuestos socialistas reiniciaran movimientos en contra de sus gobiernos en los
países del este y centro de Europa? Incluso en la República Democrática Alemana
(con uno de los niveles de vida más altos del llamado bloque socialista), y
desde antes de la caída del Muro de Berlín, se iniciaron manifestaciones de
descontento contra Erich Honecker (opositor a las reformas de Gorbachov) y luego
contra Egon Krenz antes de ser obligado a dimitir.
Si estaban tan contentos con empleos de por vida, habitación, salud y educación
gratuitas o subsidiadas ¿por qué a partir de la abolición de restricciones
húngaras en la frontera con Austria (23/8/89) hubo fugas masivas de alemanes y
luego a Berlín occidental incluso antes del 9 de noviembre de 1989 cuando se
abrieron los puntos de acceso del Muro? No se puede pasar por alto que el Muro
de Berlín no fue erigido para evitar la contaminación capitalista en la
República Democrática Alemana (que nunca fue democrática), puesto que el muro de
3.6 metros de alto, con sus dobles vallas de alambre, trincheras y 300 torres de
vigilancia fue construido por Alemania oriental para evitar que sus ciudadanos
se pasaran a occidente. Tampoco puede obviarse que, a pesar de tales
restricciones, se fugaron arriesgando su vida más de 5 mil personas y más de 190
murieron en el intento, razón por la cual fueron juzgados tanto Honecker como
Krenz responsables de esos asesinatos.
He sostenido como hipótesis, y vuelvo a decirlo, que si en los países de
orientación socialista se hubieran respetado las libertades de asociación,
expresión y tránsito, en lugar de haber sido reprimidas desde 1956 (en Hungría),
la sociedad hubiera apreciado con mayor objetividad el notable beneficio de
contar con empleo, salud, educación, vivienda y alimentación que le garantizaba
el sistema y que, obviamente, no se garantiza (salvo parcialmente en los países
más desarrollados) en el capitalismo. Quizá de no haber habido tantas
restricciones los habitantes de esos países serían defensores, hoy, del
socialismo. No tengo forma de saberlo, pero es probable.