La Izquierda debate
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Centroizquierda, nacionalismo y socialismo
Claudio Katz
RESUMEN
El ascenso de varios gobiernos de centroizquierda refleja el fracaso económico,
el retroceso político y el rechazo popular al neoliberalismo. Pero cada proceso
expresa realidades distintas. Lula asumió sin fisuras institucionales en un
marco de recesión y desmovilización social. Kirchner arribó al concluir el
descalabro político creado por una depresión rodeada de sublevaciones. Tabaré
sigue el modelo político del PT en un cuadro económico semejante a la Argentina
y ensayos similares enfrentan en Bolivia con la amenaza de balcanización.
El nacionalismo de Chavez es sustancialmente distinto porque se apoya en la
ventaja petrolera para desplazar a los viejos partidos, hacer reformas y
confrontar con la derecha. Además, estrecha relaciones con Cuba y encabeza una
fuerte polarización político-social. Su proyecto del ALBA no es compartido por
la centroizquierda, porque las clases dominantes de cada país tienen mayores
negocios con las metrópolis que con sus vecinos. La constitución de Petrosur
choca con la privatización del petróleo en el Cono Sur y al Bansur le falta un
club de deudores.
Es incorrecto considerar que Lula y Kirchner encabezan "gobiernos en disputa".
Arbitran entre grupos capitalistas con modelos de ortodoxia socio-liberal o
heterodoxia excluyente en desmedro de los intereses populares. Tanto el PT como
el peronismo han perdido su originalidad contestataria. En Venezuela la
disyuntiva es radicalizar o congelar el proceso bolivariano.
Ciertos enfoques sugieren que el imperialismo norteamericano es invencible e
ignoran que su hegemonía no es un dato nuevo para la región. Tampoco registran
los efectos contradictorios de la desaparición de la URSS y tienden a evaluar la
correlación de fuerzas considerando más las relaciones entre los gobiernos que
la lucha social.
La izquierda puede retomar el legado de los 70 si reconstituye su proyecto
socialista.
Las dificultades no derivan de la adversidad externa sino de las políticas
implementadas en cada país. Es vital comprender porqué los proyectos de
capitalismo regional autónomo son menos viables que en el pasado. La batalla por
conquistas a escala local debe formar parte de una propuesta antiimperialista
radical.
1 CENTROIZQUIERDA, NACIONALISMO Y SOCIALISMO
Claudio Katz1
Los nuevos gobiernos de Sudamérica comparten la crítica al neoliberalismo,
cuestionan las privatizaciones descontroladas, la apertura excesiva y la
desigualdad social. También proponen erigir formas de capitalismo más
productivas y autónomas con mayores regulaciones del estado. Pero su llegada ha
creado dos interrogantes: ¿Conforman un bloque común? ¿Facilitarán el acceso del
pueblo al poder?
LOS FRACASOS DEL NEOLIBERALISMO.
Lula y Kirchner llegan al gobierno porque el neoliberalismo no logró
revertir el retroceso de Latinoamérica en el mercado mundial. Esta pérdida de
posiciones se verifica en el estancamiento de la inversión y del PBI per capita
y es muy visible en comparación a China o el Sudeste Asiático.
Los ciclos de prosperidad continúan sujetos a la afluencia de capitales
financieros y a los precios de las exportaciones. Por eso los beneficios que
obtuvieron los capitalistas durante los 90 fueron inestables. Además, la
reducción de los costos salariales no compensó el estrechamiento de los mercados
internos y la caída del poder adquisitivo afectó la acumulación.
También la apertura deterioró la competitividad y agravó las desventajas de los
empresarios latinoamericanos frente a sus concurrentes. Muchos capitalistas
lucraron con el endeudamiento público, pero el descontrol de este pasivo ha
reducido la autonomía de la política fiscal o monetaria requerida para
contrarrestar las fases recesivas.
El neoliberalismo no doblegó la lucha social. Las clases dominantes no lograron
victorias comparables a las obtenidas en décadas anteriores. Al contrario han
enfrentado sublevaciones que condujeron al derrocamiento de varios presidentes
del área Andina y el Cono Sur.
La acción directa en el agro (Perú), la irrupción indigenista (Ecuador), la
presión callejera (Argentina), el clima insurrecional (Bolivia), las ocupaciones
de tierra (Brasil), el despertar político (Uruguay), las movilizaciones
antiimperialistas (Chile) y las batallas contra el golpismo (Venezuela)
jalonaron el nuevo ciclo de rebeldía que prevalece en la región.
Las clases dominantes han perdido la confianza que exhibieron en los 90 y sus
principales exponentes se han retirado del escenario (Menen, Fujimori, Salinas,
C.A.
Perez, Lozada). Junto a ellos se desmoronó la identificación neoliberal de la
corrupción con el estatismo. La continuada malversación de fondos públicos
durante 1Economista, profesor de la UBA, investigador del Conicet. Miembro del
EDI (Economistas de Izquierda). Su página Web es: