La Izquierda debate
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Programas alterglobales
Claudio Katz
El surgimiento del movimiento alterglobalizador constituye un importante
acontecimiento de la última década. Se ha gestado en las marchas y
deliberaciones que desde el año 2001 rodearon a los cinco encuentros centrales
del Foro Social Mundial.
Estas iniciativas debutaron confrontando con las cumbres anuales que realizan en
Davos las corporaciones más transnacionalizadas. Pero posteriormente el
movimiento se afirmó en el escenario político, con multitudinarias
manifestaciones que se han convertido en la pesadilla de muchos banqueros e
industriales. Las protestas también desafían a varios presidentes y ministros,
porque desde las movilizaciones contra la invasión norteamericana a Irak han
incorporado un nítido perfil antiimilitarista.
La instancia más novedosa del movimiento son los foros que congregan multitudes
en la discusión de proyectos alternativos. Del primer encuentro en Porto Alegre
que reunió a 20.000 personas se pasó a un nuevo evento con 120.000 participantes
(2003) y luego a otra reunión con 155.000 concurrentes de 135 países (2005).
La envergadura de estas actividades ilustra el impacto de la acción mundialista.
Para el año 2006 están previstas reuniones en Latinoamérica (Caracas), Africa y
Asia y se trabaja para concretar en el 2007 un nuevo evento global unificado. El
próximo encuentro de Caracas en enero será especialmente significativo, puesto
que también corona una serie las actividades regionales en oposición al ALCA.
La marchas y deliberaciones altermundialistas ha permitido contrarrestar las
críticas oficiales, las campañas denigratorias y las amenazas represivas
ensayadas contra el movimiento. Las protestas sortearon la desvalorización
mediática y la descalificación intelectual. Mantienen un significativo impacto
callejero y han forzado un cambio de actitud del establishment, que pasó del
desprecio irónico a la polémica despechada.
La prensa habitualmente presenta al movimiento como una simple reacción contra
la globalización, sin notar que en realidad constituye un intento de concebir
otra mundialización. Por eso resulta más adecuado definirlo como el embrión de
un proyecto alterglobalizador.
Pero es igualmente difícil caracterizar al movimiento y evaluar su futuro. El
alterglobalismo no sigue hasta ahora la trayectoria de amoldamiento al status
quo que caracteriza a muchos ex progresistas, pero tampoco continúa la tradición
de los agrupamientos anticapitalistas. Se mantiene alejado de la práctica que
han desarrollado los grandes aparatos partidarios o eclesiásticos de alcance
global. Pero no retoma la tónica del internacionalismo revolucionario que en el
pasado desenvolvieron los anarquistas, socialistas, comunistas y trotskistas.
Un Consejo integrado por representantes de 129 organizaciones coordina
actualmente las actividades del Foros Social Mundial. Esta dirección convoca a
las marchas y orienta los ejes temáticos de los foros, que se desenvuelven como
actividades abiertas, múltiples y autoconvocadas