COMPAÑERAS
|
Humanizar el periodismo, con visión de género
Sara Lovera
SEMlac
Marrakech, Marruecos, noviembre (Especial de SEMlac).- Las mujeres periodistas
en el Magreb y en los países occidentales del Mediterráneo siguen marginadas de
los puestos de decisión y los temas de la condición femenina apenas están
dibujados en el contenido de los medios convencionales de la región.
Reunidas en la casa de la Asociación Ennakhil de promoción de las mujeres, de
esta ciudad y con el entusiasmo de la Xarxa Internacional de Dones Periodistes
del 22 al 24 de octubre, bajo los auspicios de ocho organizaciones, las
profesionales mostraron esos hechos en estudios y análisis.
Por primera vez la agenda periodística incluyó la unificación de acciones con el
fin de denunciar la violencia contra las mujeres, hecho que en este país afecta
a muchas de ellas, aunque las estadísticas son limitadas o están por hacerse.
Las periodistas y redes reunidas también se comprometieron a difundir la demanda
de las marroquíes para conseguir en 2009 la paridad en la participación
electoral, un asunto fundamental, porque -según Zakia Lamrini, presidenta de la
Asociación Ennakhil-, si las mujeres ocupan posiciones políticas el proceso
hacia la igualdad será más rápido.
¿Cómo hacer un buen periodismo que refleje la realidad de las mujeres? La
pregunta que parecería diluirse en un mundo de contradicciones, nuevas
tecnologías de la comunicación y más de 30 años de feminismo y derechos de las
mujeres, fue el meollo de las discusiones de las periodistas y comunicadoras
reunidas en el III Encuentro Mediterráneo.
El buen periodismo es el que mira y escucha. Es el capaz de incluir las voces
diversas y distintas sin prejuzgar. El que refleja la dignidad de la persona y
difunde qué significa la cultura y la tradición, que mira al otro y a las otras,
que no inventa desde su mentalidad. Todos estos conceptos fueron repasados en la
cita.
Las y los participantes fueron concientes de que aplicar el principio de dar voz
a las mujeres significa contribuir a los cambios, lentos y difíciles de la vida
de millones de ellas, que en el Magreb empiezan a romper los milenarios
silencios, a pesar de que, en casos como el de Marruecos, en el campo son
analfabetas el 65 por ciento y desconocen sus derechos, establecidos tanto en el
estatuto constitucional como en la nueva ley de familia.
Las y los periodistas en la rivera oriental de la diáspora Mediterránea
acordaron construir la organización femenina de la profesión, sumándose a los
trabajos de la Red Mediterránea para abrir espacios en una prensa que, en
Marruecos, se asoma lentamente a la libertad.
Diálogo necesario
Si se ve un poco más allá, dijo la italiana Nella Condorelli, "somos la misma
historia", de rivera a rivera del Mediterráneo, y vivimos los mismos problemas.
En Italia sucede, comentó, el más profundo conflicto de intereses entre los
medios y la sociedad, y las mujeres siguen invisibles, se desconoce su historia
y todavía hay que luchar por conseguir pequeños avances.
Conderelli, directora de Mujeres en la ciudad, una especie de suplemento en el
periódico electrónico Artículo 21, sostuvo que hay dos pistas fundamentales para
conseguir la visibilidad de las mujeres: la formación de las periodistas en una
visión incluyente y de género y la profesionalización que les permita entrar en
todos los medios y poner en el centro de sus informaciones a las mujeres.
Abrir pequeñas hendiduras y aprovechar las nuevas tecnologías para difundir lo
que sucede a unas y otras mujeres en el mundo, se delineó como un objetivo de
trabajo con las organizaciones no gubernamentales y alternativas de
comunicación.
Y es en el Mediterráneo donde, según expertas, ocurre la mayor desigualdad entre
países, desarrollos y pueblos; y donde, por la cultura milenaria de opresión
femenina, se vive la mayor desigualdad entre hombres y mujeres. La nueva ley de
Familia se aprobó en 2003 y apenas en 2005 el gobierno del Rey Mohamed VI acordó
la elaboración de políticas públicas e instituciones para atender la condición
femenina.
Por su parte, Jamal Edwin Naji, de la Cátedra UNESCO en Rabat, presentó el
resumen de un estudio que muestra cómo las periodistas de la región siguen
sometidas a prejuicios, falta de oportunidades de desarrollo personal y
profesional y dificultades muy diversas. Esas profesionales hoy representan
hasta el 30 por ciento en las redacciones de los diarios árabes/magrebíes.
Contó cómo hace apenas muy poco tiempo se negaba la capacitación a las mujeres
periodistas en el uso de nuevas tecnologías, porque se pensaba que iban a perder
el tiempo frente a la computadora, usando la Internet para "chatear y chismear",
por eso los hombres fueron los primeros entrenados.
Las mujeres periodistas transitan sin garantías, como lo mostró Nadia Lamhaidi,
profesora de periodismo en Marruecos, quien explicó que en los años de
modernización en este país, tan recientes que no llegan a la década, existen
leyes que obligan a los medios a equilibrar la información entre hombres y
mujeres, un código deontológico y un reglamento para evitar la imagen
distorsionada de las mujeres, pero "nada de eso se cumple".
En Marruecos, apenas en 2000, llegaron las primeras 35 mujeres al parlamento y
no hace más de un quinquenio que se ratificó la Convención contra todas las
formas de discriminación de la mujer (CEDAW) y el primer cambio jurídico de
importancia, donde se reconocieron los derechos humanos de las mujeres en el
país.
Ello ocurrió en octubre de 2003 con la promulgación de una ley de familia que
modificó muchas miradas y empezó a crear instituciones, públicas y privadas,
para mejorar la condición de las mujeres.
El encuentro de periodistas ratificó la necesidad de fortalecer las redes -ahí
representadas por la Red SEMlac, la Red Latinoamericana de Periodistas, la
Internacional con Visión de Género y la Internacional de Cataluña- ; difundir
las leyes, especialmente la de la Familia en Marruecos, para que las mujeres
conozcan de ellas e iniciar una larga jornada de difusión sobre las distintas
violencias que se ejerce contra este sector poblacional, tanto en casa como en
las zonas de conflictos bélicos, económicos, sociales y culturales.
Las comunicadoras "buscamos acercarnos y conocernos", afirmó Montserrat Minobis,
presidenta de la Red Internacional de Mujeres Periodistas de Cataluña, al contar
cómo se han ido tejiendo las redes de las profesionales en busca de contribuir,
desde su trinchera, a los cambios y a la democracia sin la cual no se accederá a
la igualdad.
Recordó igualmente que las periodistas deben vigilar los acuerdos europeos que
firmaron compromisos de ayuda al desarrollo, de cooperación y soluciones humanas
a la migración.
La reunión se celebró en el espacio de Ennakhil (Palmeral en Marroquí), una
asociación para el desarrollo de las mujeres y se firmó una declaración de
compromisos para continuar en el proceso de hacer visible a la mitad del mundo.