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Para entender el femicidio desde Argentina
D.R.Femicidios e impunidad es un libro imprescindible para comprender de qué hablamos cuando decimos femicidio, y cuáles son las características de esta forma de violencia de género en Argentina. Editado en el 2005 por el Centro de Encuentros Cultura y Mujer (Cecym), ya está disponible la versión electrónica.
El femicidio es, todos los días y en todas partes del mundo, un conjunto de
relaciones naturalizadas en la cultura patriarcal, donde la violencia, el
silencio y la impunidad rigen como ley primera.
Esta es una de las conclusiones de Femicidios e impunidad, una
publicación del Centro de Encuentros Cultura y Mujer (CECYM) donde se analiza
la impunidad de los crímenes hacia las mujeres en un estudio estadístico sobre
los homicidios en la provincia de Buenos Aires; en publicaciones de derecho,
periodismo, antropología y ciencias sociales; y en el análisis de cómo los
medios de comunicación construyen la noticia cuando la problemática es el
asesinato de una mujer.
El femicidio se ha convertido en los últimos años en un tema al cual los medios
de comunicación comenzaron a tener en cuenta como así también un tópico en
la agenda de las políticas públicas nacionales e internacionales, que desde hace
más de tres décadas están prestando más atención a la lucha de los movimientos
de mujeres contra la violencia basada en la inequidad de género.
Susana Cisneros, una de las autoras del libro, quien analiza el femicidio
íntimo, señala que no se debe rotular al asesino de "pasional" ya que de este
modo se esconden y naturalizan situaciones de violencia extrema: "Cuando un
hombre mata a una mujer, se inscribe en el cuadro la relación de dominación
masculina y subordinación femenina".
Otra de las investigadoras, Marta Fontenla, sostuvo en su investigación
Femicidios en Mar del Plata, que la violencia masculina es sostenida y
reproducida por el Estado "no sólo omitiendo tomar medidas para prevenirla y
proteger a las mujeres contra ella, sino también manteniendo la impunidad de los
perpetradores e incluso directamente a través de sus instituciones y de los
funcionarios".
Los datos
Uno de los estudios realizados y que fue publicado en el libro es el de
femicidios en la provincia de Buenos Aires desde 1997 a 2003. En esa época
ocurrieron 1284 asesinatos de mujeres, de los cuales el 83 por ciento son
femicidios, es decir, que si hay una mujer asesinada cada dos días en la zona
bonaerense, se comete un femicidio cada dos días y medio.
Los asesinatos se produjeron mayoritariamente en edades jóvenes y medias. El 58
por ciento de las víctimas tenían entre 18 y 50 años.
La mayor parte de lo homicidios se realizaron con armas de fuego. El 65 por
ciento de las muertes aparece como femicidio sin otro tipo de delito, mientras
que casi el 35 por ciento de los otros casos, se produce asociado a otros
delitos como robo o violación.
Un dato curioso es que el 16 por ciento de los femicidas se suicida luego de
asesinar a la mujer y se lo vincula con que en la relación víctima-victimario la
mayoría de los asesinatos están a cargo de la pareja o ex pareja de la víctima,
por lo que hay una relación de parentesco. Lo mismo ocurre con las cifras de las
víctimas menores de 5 años, que constituye el 5 por ciento de los femicidios. En
la mayoría de esos casos, los imputados son el padre, el padrastro o la madre.
El 72 por ciento de los casos fueron femicidios cometidos en el marco de una
relación de pareja y los imputados son varones.
Más de la mitad de estos casos fueron esclarecidos, pero aún el 30 por ciento de
los asesinatos siguen impunes.
En la intimidad
Según la abogada Susana Cisneros, el imaginario social y la prensa
sensacionalista se conmueven con el mal llamado "crimen de amor", cuando lo que
ocurre es que un hombre mata a una mujer con la finalidad de controlarla. "El
homicidio no es la pasión ya que ésta es un estímulo y la razón del reproche y
de lo inexcusable de la conducta de quien mata se encuentra en su reacción
extrema de ejercer su poder y poseer el cuerpo y el alma de su mujer", explica
en el libro.
En femicidios íntimos (cuando hay una relación entre la víctima y el
victimario), el primer factor que motiva a los hombres a matar a su esposa sería
el temor de perder su acceso sexual exclusivo hacia su mujer.
En Argentina, el delito de homicidio en estado de emoción violenta -que, a
diferencia de la pasión que es un estado de conciencia caracterizado por la
persistencia del sentimiento, es un raptus de violencia- requiere la existencia
de un factor desencadenante de suficiente importancia como para provocar el
asesinato. Así, la jurisprudencia del país excluye a los crímenes de emoción
violenta de los pasionales y les da un tratamiento privilegiado y atenuado
dentro de lo que son los asesinatos.
La prostitución, el estado, los medios
Los casos de asesinatos y desapariciones de mujeres que ejercen la prostitución
o de aquellas secuestradas con fines de explotación, han saltado en estas
últimas tres décadas en los medios de comunicación y guardan características
similares.
La única investigación que tuvo algún resultado fue la de los casos de las tres
chicas marplatenses desaparecidas: Silvina Caraballo, Verónica Chávez y Ana
María Nores. La sentencia mostró una red de complicidades y vinculaciones entre
proxenetas y distintos poderes del estado. De los allanamientos realizados en
prostíbulos surgieron datos que permitieron vincular las desapariciones de las
tres mujeres y sacaron a la luz, además, al menos 28 víctimas entre mujeres en
relación con la prostitución, desaparecidas y asesinadas en Mar del Plata.
El asesinato en Rosario, Santa Fe, de Sandra Cabrera; de Natalia Melmann en
Miramar; el crímen de la Dársena, Santiago del Estero- en el que desapareció
Leyla Nazar-; la desapariciones de Marita Verón en Tucumán; y Fernanda Aguirre
en Entre Ríos; y el triple crimen de Cipolletti, tienen características
similares. En la mayoría de los casos hay policías y funcionarios del Estado
involucrados que forman parte de las redes de prostitución, fiestas privadas en
las que hicieron participar a las mujeres, o prostíbulos, como los de Sierra de
los Padres o La Perla en Mar del Plata, o los de La Rioja o la Provincia de
Buenos Aires.
"La importancia que los medios tienen es no sólo por su rol de informar, sino
también la posibilidad que tienen de formar; en este sentido, son un instrumento
valioso en la defensa de los derechos, la dignidad y la libertad de las mujeres
víctimas de violencia" concluye la periodista Gabriela Barcaglioni en su informe
de cómo los medios construyen las noticias de asesinatos de mujeres.
Fuente: lafogata.org