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El movimiento feminista en Tanzania
Entrevista a Fatma Alloo, pionera del feminismo africano contemporáneo
Joanne Henry
Oozebap
Fatma Alloo es una de las pioneras del feminismo africano contemporáneo.
Nacida en Zanzíbar, a principios de los ochenta trabajó como periodista en Dar
es Salaam y como productora de radio en Uganda durante la guerra. En 1987, fue
una de las fundadoras de TAMWA (Tanzania Media Women's Association), una de las
organizaciones feministas principales de África. Destaca además por su papel en
los medios de comunicación y el cine. En 1999 ganó el premio del MNET con un
documental sobre los vestidos khanga, y también forma parte del Festival de Cine
Internacional de Zanzíbar y del colectivo Zanzibar Women on Net (ZaWoN).
¿Qué te llevó a convertirte en una activista de los movimientos sociales?
Empecé en TAMWA (Tanzania Media Women's Association) en 1987. Esto significó el
inicio de mi activismo. En aquella época, todo lo que hacíamos tenía como
objetivo crear un espacio para expresarnos, y escogimos el terreno de los medios
de comunicación para reivindicar los asuntos de género y participar en la lucha
por los derechos de la mujer. En aquel tiempo, en nuestro trabajo, nos empezamos
a dar cuenta de los patrones de comportamiento patriarcal arraigados ya en
nuestra educación, o incluso en las historias que se debían cubrir. Como mujeres
periodistas, sólo nos daban temas de salud o relacionados con la mujer. Todos
los cargos superiores eran para los hombres, aunque algunas mujeres tenían más
experiencia. El hecho de ser ciudadanas de segunda sólo por una razón de género
se convirtió en algo del todo inaceptable.
¿Cómo llegaste al feminismo y a identificarte como activista feminista?
Cuando TAMWA empezó, publicamos nuestra propia revista y hacíamos programas de
radio desde nuestra perspectiva. Empezábamos a tratar la violencia contra las
mujeres. Cuestionábamos esta violencia de género en casa, y hablábamos del acoso
sexual en las calles y en los puestos de trabajo, o del hecho que en los
colegios las chicas no finalizaban el curso porque se quedaban embarazadas...
También impartíamos programas de alfabetización. Lo que pasó fue que las mujeres
que seguían nuestros programas nos empujaron hacia el activismo. Nos
preguntaban: ¿Y una vez conozco mis derechos, qué? ¿Dónde voy si me enfrento con
la violencia doméstica? Estas preguntas hicieron que creáramos el Centro de
Crisis en Dar es Salaam, en una barrio de clase obrera. El Centro está en la
calle Msichoke, y msichoke significa "no estar cansado". ¡Lo encontramos
muy significativo!
¿Cómo surgió TAMWA?
TAMWA se formó tras la Conferencia de Mujeres de Nairobi, en 1985. Esta
conferencia enfatizaba la importancia de la movilización de las mujeres,
enfrentándonos a la raíz de esa subyugación a las normas patriarcales y
trabajando para erradicarla. TAMWA surge desde nuestras propias historias de
dolor, y tras constatar que, salvo que nos reuniéramos e hiciéramos algo, nada
cambiaría un sistema patriarcal. Veíamos que los medios de comunicación -de los
cuales formábamos parte como periodistas- necesitaban nuestras voces y nuestra
perspectiva. Como periodistas, también vivíamos las historias personales en
casa. Estos fueron los motivos que dieron a luz TAMWA. En esa época, en Tanzania
había un periódico gubernamental, un periódico del partido y una emisora de
radio controlada por el gobierno, y no había televisión... Toda la formación
periodística iba dirigida a los hombres. Así que en TAMWA decidimos publicar
nuestro propio portavoz que se llamó Sauti ya Siti, que significa "Voz de
Mujeres". En el primer editorial ya dejábamos muy claro que luchábamos por la
justicia y los derechos humanos, y que no pararíamos hasta lograrlo.
Como fundadora de TAMWA, ¿qué papel particular tuviste en el desarrollo de la
organización?
Mi papel fue el de coordinar y crear debates y foros. También escribía los
editoriales de la revista, que salía trimestralmente en inglés y kisuahilí, con
una tirada de 10.000 ejemplares.
Explícanos la estructura y los programas de TAMWA.
TAMWA empezó como una organización de voluntarias formada por doce mujeres.
Inicialmente teníamos la revista, después vino el Centro de Crisis, después los
"16 Días de Activismo", y poco a poco muchas cosas más. La estructura fue
creciendo a medida que aprendíamos a organizarnos.
¿Cuáles son los principales retos en una organización como TAMWA?
Los desafíos son muchos, pero pienso que aguantamos por el sueño de un mundo
mejor y por el hecho de que lo estábamos creando juntas. Nos apoyábamos una a
otra, desafiábamos la comunidad sumando fuerzas. El otro desafío era la
formación tecnológica. En TAMWA habíamos decidido coger el toro por los cuernos
y hacer lo que queríamos de manera independiente. Nos interesaban los
ordenadores y la autoedición, pero no sabíamos cómo utilizar estas herramientas.
Así que, en lugar de pedir a alguien de fuera que nos lo hiciera, apostamos por
la formación de tamwanitas como algo crucial para que las mujeres marcaran una
diferencia en el mundo tecnológico. ¡Y lo hicimos!
Una de las estrategias de TAMWA ha sido la distribución de material
pedagógico. ¿Qué clase de impacto ha tenido esto, especialmente en las zonas
rurales?
Sí, TAMWA publica folletos sobre violencia doméstica y violación para informar a
la población, prevenirla y explicar qué dice la ley. Este material ha
contribuido a que hombres y mujeres vieran que existen desigualdades que
provienen de los valores patriarcales. Las discusiones sobre la reforma de
algunas leyes empezaron por la propiedad de la tierra y el acoso sexual. Las
alumnas de las zonas rurales nos escribían para decirnos que no querían clases
extraescolares con profesores masculinos, ya que las acosaban e incluso
violaban. También interpelamos a los diputados en programas de radio.
Empezábamos a entender que, como mujeres, teníamos unos derechos, pero si
nosotras mismas no los reivindicábamos, nadie lo haría por nosotras. La sociedad
participaba en estos asuntos, y los que toman decisiones empezaron a
escucharnos.
¿Cómo ha cambiado el papel y la aparición de las mujeres en los medios de
comunicación desde la existencia de TAMWA?
Antes, los medios de comunicación sólo mostraban a las mujeres como amas de
casa, y a las periodistas se les confiaba pocas responsabilidades. Esto ya no es
así. Los medios de comunicación mismos han cambiado, pasando, desde 1986, de los
medios controlados por el partido único a los privados. Esta liberalización dio
pie a mucha diversidad, pero también nos desafiaba en términos de cómo reflejar
y representar no sólo a las mujeres, sino a la sociedad en general. De todos
modos, aunque la imagen de las mujeres ha mejorado, no podemos afirmar que
nuestros medios de comunicación hayan anulado la imagen de las mujeres como
objetos sexuales o víctimas.
¿Cómo podemos emplear de manera eficaz los medios de comunicación en África
para que no perpetúen los estereotipos de pobreza, necesidad, dependencia y
violencia?
En África necesitamos crear nuestras propias imágenes. Una vez, estaba enfadada
por la imagen que se daba de las mujeres como objetos sexuales, cuando un amigo,
un hombre, me dijo: "La única manera de cambiar el imaginario es creando
nuestras propias imágenes". Si ponemos como referente a TAMWA, esto es verdad.
En África, necesitamos crear nuestras propias imágenes y ponerlas a nivel
internacional. Esto es también la razón por la que estoy implicada en la
creación de imágenes a través del Festival de Cine Internacional de Zanzíbar (ZIFF)
/ Festival of the Dhows.
Actualmente eres la vicepresidenta y asesora de medios de comunicación y
desarrollo en el ZIFF. Explícanos este papel y el trabajo general del ZIFF.
El ZIFF trata de temas imprescindibles como el de la globalización y promueve la
convivencia. El aspecto de crear nuestras propias imágenes desde nuestras
historias es la fuerza de conducción de este festival. Reúne además las culturas
de los países dhow que comparten el océano Índico (el continente africano, los
estados del Golfo, Irán, India y las islas del Índico). El objetivo del festival
es mostrar cine y vídeo internacional. Las producciones compiten para los
premios Dhow. A estos premios se llama dhow por los barcos de comercio que
navegan gracias al monzón, y que han vinculado las poblaciones de esta zona del
océano Índico durante siglos. Los dhows han formado, de hecho, la memoria
colectiva de la región y han nutrido su identidad. Los temas del festival
incluyen diversidad cultural, integridad individual, justicia social, mujer,
infancia, diáspora, cultura y conservación...
¿Cómo este acontecimiento promueve la presencia de las mujeres en los medios
de comunicación y en la sociedad en general?
Tenemos una muestra dedicada a las mujeres donde mostramos las historias de y
sobre mujeres, con nuestras propias heroínas, como Bi Kidude -que ahora tiene 88
años y todavía toca la percusión y canta-. También mostramos el trabajo de las
mujeres en el campo visual, artístico, en los medios de comunicación, el
teatro... Recreamos también historias en vivo, como por ejemplo la de la
princesa Salma (que fue la primera mujer en escribir la historia de Zanzíbar en
el siglo XIX) y la lucha contra el colonialismo.
Según tu experiencia, ¿cuáles son los medios de comunicación más ideales para
dar voz a las mujeres del continente y por qué?
Los mejores medios son la radio, el teatro y, ahora, la televisión. La radio,
que en África es el medio más fuerte incluso hoy en día, tiene una capacidad de
alcance mucho mayor. En Tanzania existe una tradición muy buena de artes
escénicas y narración oral en casi todas las zonas. La televisión es más
reciente. ¿Sabes que cuando empezamos con TAMWA, no había ninguna televisión en
Tanzania porque teníamos un presidente, Mwalimu Julius Nyerere, que creía que
una sociedad que no puede crear sus propias imágenes no debería estar dominada
por otras imágenes?
Es una visión muy progresista... ¿Cómo ha afectado esta posición del
presidente Nyerere a la naturaleza y a la calidad de los medios de comunicación
actuales?
Nyerere rechazaba totalmente las imágenes de "Cultura Coca-Cola", sosteniendo
que no podríamos tener imágenes pues se sumarían a la colonización de nuestras
mentes. Pero las políticas neoliberales actuales han arrinconado esta opinión.
Una característica interesante en el panorama televisivo de Tanzania es que las
cadenas privadas vinieron primero, en concreto cuatro. Cuando la televisión
estatal las siguió, el reto fue crear programas interesantes. Ahora tenemos
cinco cadenas, además de muchas radios y periódicos, y como he dicho también
existe una tradición muy fuerte de artes escénicas y narración tradicional. En
mi opinión, éstas todavía tienen mucha influencia en la población.
¿Cómo los medios de comunicación tradicionales encajan con los medios más
nuevos y la tecnología?
Los medios de comunicación tradicionales en Tanzania han intentado incorporar
las tecnologías modernas. También han intentado ganar aceptabilidad en el
sentido moderno de convertirlo en una "disciplina" a nivel universitario.
Tenemos una Facultad de Artes Escénicas muy buena en la Universidad de Dar es
Salaam y también la famosa Escuela de Artes Bagamoyo. Allí se forma mucha gente
joven con una gran habilidad por casar la tradición con la modernidad. Utilizan
el teatro de calle, el teatro comunitario y la producción de películas. Estos
jóvenes profesionales también están jugando un papel importante en los
movimientos sociales de Tanzania.
Explícanos el trabajo radiofónico de TAMWA y su impacto en las comunidades.
Desde el principio, hemos hecho mucho trabajo a través de la radio. Hemos
utilizado los programas de radio para hablar de temas que normalmente no
aparecen. Por ejemplo, si estamos hablando de por qué hay tantos embarazos en
las escuelas, realizamos una serie de programas que lo traten con profundidad,
abordando las causas, quién está implicado, qué dice la ley, qué dice la
sociedad, y se buscan soluciones sugeridas por las mismas chicas afectadas.
¿Qué respuestas os llegan tras estos programas?
Dependiendo del programa, generamos mucho interés, especialmente en temas de
violencia, mutilación genital y acoso sexual. Algunas oyentes quieren permanecer
anónimas, pero muchas hablan sin tapujos, especialmente en estos últimos años.
Nuestro sueño sería tener nuestra propia emisora -antes lo intentamos, pero la
legislación no lo permitía-. Quizá podamos abrir una radio comunitaria... Por
ahora carecemos de recursos humanos y financieros, pero la idea está ahí.
¿Y con la televisión?
No se ha hecho mucho en este campo. Hemos aparecido en la televisión
intermitentemente cuando se hablan de algunos temas o en debates. A veces
mostramos los documentales que hemos producido.
Hablemos de estos documentales...
En TAMWA hemos producido documentales sobre vidas de mujeres, con el objetivo de
dar visibilidad. Por ejemplo, hicimos un documental sobre Siti bint Saad, la
primera mujer "comunicadora" (nuestra revista Sauti ya Siti se llama así por
ella). Después de hacer visible su historia, se la proclamó heroína nacional,
cien años después de su muerte en Zanzíbar.
Explícanos el documental con el que ganaste el premio del MNET en 1999.
Es un documental sobre el vestido khanga, una ropa tradicional que las mujeres
visten a lo largo de la costa de Tanzania y Zanzíbar. Crecí con esto. Es una
ropa que se expresa en una cultura del silencio. El documental contaba la
historia de cómo esta ropa está diseñada y llevada por las mujeres, y también su
papel en la lucha por la independencia nacional. Los británicos prohibieron esta
ropa en la Tanganyika colonial si traían consignas estampadas contra el
colonialismo. Para contrarrestarlo, importaban khangas con frases de Winston
Churchill. Entonces las mujeres de Tanganyika boicotearon la ropa. En aquella
época, el movimiento independentista de la India tenía mucha relación con el de
Tanganyika. Así que las mujeres pasaban de contrabando los diseños a la India,
donde se estampaban los khangas. Después volvían de contrabando, de manera que
las mujeres pudieran vestirse con estas reivindicaciones.
¿Cómo funciona el Día de Acción, que se organiza todos los años en el mes de
mayo?
Eso ha sido una tradición instaurada desde los inicios de TAMWA. Ese día,
escogemos un tema que ha sido noticia, ya sea la tasa de mortalidad maternal, o
casos de violación, o asesinatos por violencia doméstica. Los temas como estos
se utilizan para sensibilizar a la población.
¿Ha dado paso alguno de estos acontecimientos a otras iniciativas de
movilización?
Sí. Ahora tenemos la asociación de abogadas, la asociación de médicas y otras
muchas en las zonas rurales. TAMWA ha formado una coalición con las
organizaciones de muchas mujeres -como la Tanzania Gender Network Project (TGNP)
o la Tanzania Lawyer's Association, entre otras- para crear Feminist Activism (FEMACT).
Este es el frente que las mujeres utilizamos para combatir todo aquello que nos
perjudica. Tanzania ha podido aprobar leyes que tienen un fuerte impacto en las
mujeres (cómo temas de propiedad de la tierra, la Sexual Offences Bill, etc.)
incluso con un parlamento donde la presencia masculina es mayoritaria. Esto ha
sido posible por los esfuerzo de la FEMACT. A veces sólo con nuestra presencia
hay un cambio. Hace poco, por ejemplo, salió un caso de unos niños que eran
sodomizados en la escuela por un músico y sus tres hijos. Era rico. La coalición
decidió asistir a todo el juicio y dejar constancia al magistrado y a los
miembros del tribunal que nos encontrábamos presentes, de forma que los sobornos
no pudieran cambiar el veredicto y se hiciera justicia. Y funcionó.
Volvamos a la revista Sauti ya Siti. ¿Cómo ha afectado la publicación
de esta revista a la cotidianidad de las mujeres, y también a la de los hombres?
En mi opinión, Sauti ya Siti ha jugado un papel esencial en términos de
movilización. Fuimos la primera organización en hablar públicamente sobre el
acoso sexual en el trabajo. Sauti ya Siti ha sido también la primera revista en
hablar sobre el trabajo doméstico, que ahora tiene una organización (la
Asociación de Trabajadores Domésticos, que se creó hace cuatro años). Hablamos
de temas como la prostitución... Temas como este y el valor del trabajo dentro
de casa generan mucha controversia. Los temas de género siguen siendo polémicos.
Estos debates también han dado paso a otras organizaciones, como el Tanzania
Gender Institute o Kuleana, una organización para los niños de la calle en
Mwanza.
Explícanos tus actividades sobre el trabajo en red y las TIC (Tecnologías de
la información y comunicación). ¿Con qué desafíos te enfrentas como activista?
La mayor ventaja es nuestra capacidad de trabajar en red. Creo que esto es un
aspecto crucial sobre cómo se construye un movimiento. En TAMWA, inicialmente,
utilizábamos la visibilidad de la revista para movilizar a la sociedad,
especialmente en Tanzania, pero también internacionalmente. Con respecto a los
desafíos que teníamos con las tecnologías, el elemento clave entonces era no
lamentarnos con un "pero todavía no tenemos tecnología". Recuerdo que cuando
empezábamos, nadie sabía nada de ordenadores. Fuimos la primera asociación con
ordenadores y los utilizábamos por autoeditar Sauti ya Siti. También teníamos
email gracias a la Association for Progressive Communications (APC). También en
aquella época recibíamos emails del International Women's Tribune Centre (IWTC).
Los imprimíamos y los traducíamos para pasarlos a los medios de comunicación de
Tanzania. Cuando fuimos a Viena para la conferencia sobre Derechos Humanos de
1992, lo cubrimos en directo por la radio a través del teléfono. Como resultado
tuvimos el nacimiento del Centro de derechos humanos en Dar es Salaam, ya que va
hubo gente que se movilizó gracias a que escuchaban las conferencias sobre los
derechos humanos, y generó muchos debates en los medios de comunicación.
¿Cuál ha sido el tema más importante de movilización donde las TIC hayan
tenido un papel imprescindible?
Creo que en todos los temas son importantes, pero con la violencia de género la
tecnología ha sido muy eficaz para consolidar el movimiento. Las campañas contra
la violencia han llegado muy lejos gracias a la tecnología. Logramos formar
parte de un movimiento global que se presentó en la conferencia de Viena, dónde
conseguimos que constara en los documentos: "Los derechos de la mujer son
derechos humanos".
¿Qué papel ha tenido el gobierno en la expansión de las TIC?
Diría que Tanzania está al frente de las TIC en África. Hay un reconocimiento
general sobre la necesidad de crear una sociedad de la información. Tenemos webs
de todos nuestros parlamentarios, y el público puede acceder a ellos. También
tenemos una organización llamada Tanzania ISP (TISPA), que es un conjunto de
proveedores ISP en Tanzania que trabaja con el gobierno sobre asuntos de
tecnología.
¿Qué estrategias tiene TAMWA para facilitar que las mujeres no encuentren
desventajas al acceder a la tecnología?
Como decía, desde los inicios TAMWA ha utilizado la tecnología y, a través de
esto, el aprendizaje dentro del movimiento asociativo ha crecido. La otra cosa
que debemos tener presente es que las mujeres han sido tradicionalmente las
secretarías. Así, cuando la tecnología cambiaba, eran ellas las que sabían cómo
escribir, y estaban más acostumbradas al uso de los ordenadores. Ahora los
hombres están aprendiendo y toman el control de la tecnología. Diría que en
Tanzania ha surgido un patrón de dominación masculino en este campo técnico. Las
mujeres se asustan con la tecnología y necesitan más tiempo para meterse.
Debemos continuar descolonizando nuestras mentes sobre esto. La generación joven
es nuestra esperanza.
Eres también la fundadora de la Zanzibar Women on the Net (ZaWoN). Cuéntanos
cómo funciona esta red.
ZaWoN surgió tras un taller para mujeres sobre ordenadores e Internet realizado
en 1999, y que desmitificaba la tecnología. Sus objetivos son sensibilizar a las
mujeres sobre el empleo de las TIC, así como beneficiarse de recursos y mercados
para sus productos. Tiene una web y las mujeres pueden tener presencia a nivel
global. Es un proceso lento, pero algunas lo están utilizando eficazmente. Por
ejemplo, hay un grupo de mujeres llamado SASIK que elaboran fundas de cojines
hechas a mano. A través de ZaWoN, han sido capaces de vender sus productos, y
así aumentar sus ingresos, su estatus y su compromiso social.
Entre todo el trabajo que haces, ¿qué es lo que te resulta más significativo?
Cuando veo mujeres jóvenes salir y ocupar su espacio. Cuando están dispuestas a
ir hacia delante. Me siento muy bien cuando voy a las zonas rurales y veo un
grupo pequeño que ha empezado de la nada y que ha conseguido tener un impacto
enorme en su pueblo. Actualmente trabajo en la Fundación para la Sociedad Civil
de Tanzania, y mi tarea es la de ayudar a los grupos a ir más allá de lo que
tienen. Viajo por toda Tanzania y veo el impacto de nuestro trabajo cuando se
crean grupos y asociaciones.
Sobre esto, ¿cómo ha contribuido el movimiento feminista de Tanzania, según
su opinión, a la situación actual del país?
Hoy, en Tanzania, ningún hombre se ríe al escuchar los problemas de las mujeres.
Para mí, esto es un indicador de que las cosas se toman más en serio. Hay
todavía insultos, naturalmente, pero hay mucha más conciencia. Antes, en las
comisarías, la policía se limitaba a enviar a las mujeres a sus casas cuando
venían a pedir socorro. Ahora abren expedientes y rellenan el P3, un formulario
donde consta su llegada. Las mujeres tienen más confianza. Además, como la
situación económica empeora, las mujeres deben ser miembros productivos de la
sociedad. Esto les da poder económico y, por lo tanto, poder social. En las
zonas rurales queda mucho trabajo por hacer, puesto que resulta más difícil de
penetrar en los vínculos culturales que en las ciudades. Dicho esto, podemos ver
que en Tanzania las mujeres tienen poder, pero es todavía un poder dentro de la
estructura patriarcal de la sociedad. Para llegar a ministra, por ejemplo, debes
entrar en estas estructuras patriarcales.
¿Cuáles son tus recuerdos más memorables?
¡Hay muchos! Los tiempos en que conseguimos poner en marcha la revista, o cuando
veo a mujeres que ocupan lugares en los campos tecnológicos y en los medios de
comunicación, y que habían venido a TAMWA buscando su camino....
¿Y tus planes?
Ahora quiero escribir, escribir y escribir. Tengo tanta experiencia social que
ahora estoy preparada para reflexionar. Quiero escribir y con ello inspirar a
las jóvenes y a las nuevas generaciones.
TAMWA http://www.tamwa.or.tz
Tanzania Gender Networking Progamme http://www.tgnp.org
Zanzibar International Film Festival (ZIFF)
http://www.ziff.or.tz
Feminist Africa http://www.feministafrica.org
Fuente: lafogata.org