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México: Cambios sorprendentes cuando los maestros estudian género
Sara Lovera
SEMlac
Los libros de historia no tienen imágenes femeninas, pero una profesora las
incluye en clase; otra organiza un equipo de fútbol mixto y una más escribe las
notas a padres de familia, con un lenguaje no sexista; mientras una cuarta
decide presentar un proyecto para el cambio curricular de la educación básica.
Estas son acciones de cambios sorprendentes que ocurren entre quienes dan
educación a niños y niñas de Guadalupe, un pequeño poblado de Nuevo León, a
1.200 kilómetros de la capital hacia el norte de México, luego de recibir en un
curso conocimientos sobre la desigualdad entre hombres y mujeres, con teoría de
género.
Algunas maestras, mayoritariamente alumnas del mencionado curso, dijeron haberse
enfrentado a obstáculos en las familias de sus educandos. Eso las llevó a
realizar asambleas de padres y madres, en las que salió a relucir la violencia
contra las mujeres, y a reflexionar sobre los cambios necesarios para que tal
fenómeno termine.
Se trata de un estudio empírico realizado por la profesora Nora Carolina
Rodríguez Sánchez, quien organizó un grupo focal para saber qué había sucedido
con el alumnado de una Especialidad de Actualización que imparte la Universidad
Pedagógica Nacional (UPN), en esa localidad.
Rodríguez Sánchez dijo a SEMlac que la investigación evidencia que se pueden
lograr cambios sorprendentes desde la escuela, pese a que es necesario enfrentar
una trama compleja de factores históricos, adaptaciones regionales, decisiones
políticas, administrativas y burocráticas.
Tomar la decisión de transformar la especialidad en un diplomado, con recursos,
como parte de una política nacional, depende del gobierno federal y ese cambio
podría ser importante si se considera que, actualmente, más de un millón 34.000
mexicanas y mexicanos son profesores de los niveles básicos de enseñanza.
El propósito es que la especialidad sea un diplomado, pero no centrado en valor
para el escalafón del docente, sino en una opción fundada de crecimiento y
cambio.
Los fundamentos
Explicó la profesora que el estudio confirma la posibilidad de transformar las
prácticas educativas si se origina en el conocimiento, la introspección, el
análisis, la autocrítica y la innovación de la misma práctica. Esta es la
principal razón para asociar el factor educativo con la igualdad de
oportunidades para las niñas en el proceso formativo.
Agrega la entrevistada que es la escuela, como institución social, la facultada
para formar ciudadanos críticos, reflexivos y transformadores de su realidad,
porque tiene el privilegio de incidir desde la primera infancia en los procesos
que conforman la personalidad, el carácter y las actitudes.
Incluso, ayuda a construir una identidad moral en los patrones socioculturales
"donde podemos identificar los relativos a estereotipos de género", abundó.
La indagación se enfocó en las prácticas educativas como fuente y función
específica para las personas. Ya no podemos esperar más tiempo, ahora el
gobierno tiene un compromiso con la UNESCO para educar en equidad e igualdad de
aquí a 2015, sentenció.
Los hallazgos
El móvil de quienes se apuntan en el curso es, en primer término, la búsqueda de
puntajes de ascenso laboral, lo cual constituye un obstáculo y una oportunidad.
Se halló que algunas maestras se inclinan hacia la búsqueda de equidad, al
elaborar autobiografías donde relatan sus vivencias de la infancia y evidencian
su desacuerdo en ser tratadas con discriminación, tanto en su casa como en la
escuela. Hablan de situaciones que les provocan molestia, como haber tenido que
atender a sus hermanos o a las hermanas menores, y haber estado sujetas a la
voluntad autoritaria del padre.
Los maestros hombres mostraron poco interés por la especialización e ingresan
por motivos estrictamente relacionados con el escalafón y, algunos de ellos,
después de un curso inductivo al postgrado, deciden darse de baja por no estar
de acuerdo con la temática.
Rodríguez Sánchez dijo que hay resultados del trabajo realizado muy alentadores:
se transformaron importantes prácticas modificando el lenguaje sexista, tanto en
lo oral como en lo escrito. Por ejemplo, al enviar recados a la casa, los
profesores se dirigen tanto al padre como a la madre y se especifica si se
refiere a su hijo o a su hija, lo cual les acarrea no pocas dificultades pues la
mayor parte del profesorado se opone a la inclusión de las categorías femeninas
en los discursos.
Luego, incluyen a los padres de familia en actividades extraescolares, no sólo a
las madres, quienes tradicionalmente son las que participan con la escuela.
Quienes acudieron al estudio hicieron cambios a su planeación didáctica, con
actividades variadas que permiten la participación de las niñas en tareas
percibidas como masculinas y viceversa. Esto también acarrea dificultades porque
algunas madres se oponen a que sus hijos reciban una educación de esta
naturaleza, o de lo que perciben como un trato rudo para sus hijas.
Cambios sorprendentes
El grupo de enfoque organizado con egresados y egresadas da cuenta de
modificaciones aún más profundas a su actividad profesional.
La autopercepción que tienen como docentes empeñados con el establecimiento de
un clima donde campea la equidad, les ha permitido hacer cambios radicales en el
trato con los padres y madres de familia, organizando talleres para reflexionar
sobre la violencia en los barrios donde viven situaciones conflictivas.
En Pueblo Nuevo, en el municipio de Apodaca, Nuevo .León, estos talleres se
organizaron con evidencias y testimonios de mujeres maltratadas de la propia
comunidad, y sirvieron a los participantes de elementos de análisis de casos,
para llegar a conclusiones significativas respecto a la prevención de la
violencia en la familia y para comunicarse con la misma en términos comprensivos
e incluyentes.
En el desarrollo curricular se aprecian cambios radicales. Se hicieron
descripciones detalladas del contenido de los libros de texto y se han propuesto
cambios, como en la asignatura de Historia, donde las imágenes y los textos
mencionan prioritariamente la participación masculina y sólo en casos
excepcionales se nombra a las mujeres.
Estos egresados también propician el desarrollo de competencias comunicativas
tanto en niños como en niñas, cambiando la tradición de que las últimas son
mejores en ámbitos curriculares relacionados con el español, la redacción o la
comunicación oral y los varones tienen más capacidad para las matemáticas, la
lógica y el cálculo.
También modificaron la educación física, organizando equipos mixtos de fútbol,
sobre la base del respeto de unos y otras, que es fundamental para llevar a cabo
la actividad.
Se detectó el comienzo de actividades de difusión de la perspectiva de género en
las escuelas donde trabajan, porque estos maestros/alumnos se convirtieron en
los mejores publicistas de la temática, a través de trípticos y material
gráfico.
Asimismo, ampliaron su participación en las juntas de consejo técnico de las
escuelas, discutiendo temas como la discriminación sexual, la igualdad de
derechos de hombres y mujeres, y cuestionando situaciones que se aceptan como
normales en una sociedad patriarcal.
Incluso, un grupo de ex alumnas impulsó la firma de un convenio entre la sección
sindical y el Instituto Estatal de las Mujeres para ofrecer un diplomado a
quienes forman parte de dicho sindicato. Este diplomado se ha llevado a cabo al
menos en una ocasión.
Sin embargo, a juicio de Rodríguez Sánchez, se necesita verdadera voluntad
política de los gobiernos que hablan de deseos de transversalidad de género,
pero no ponen dinero para estas acciones
Urge conjugar esfuerzos y renovar acuerdos pactados, nacional e
internacionalmente, para establecer una estrategia que abarque a toda la
población escolar del país, porque el hecho es que funciona, insistió.