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31 años después, el legado de Allende y la UP crece cada día
Eduardo Andrade Bone
En Chile como en muchos lugares del mundo, 31 años después del sangriento
golpe militar que depusiera al presidente Salvador Allende y al gobierno de la
Unidad Popular, lo cierto es que la memoria histórica se va imponiendo cada día.
La obra trascendental del gobierno de la Unidad Popular no puede pasar al
olvido. Por más que la extrema derecha (UDI-RN) y los gobiernos de la
Concertación pretendan establecer un manto de oscuridad, sobre los logros
alcanzados bajo el gobierno de la UP, la verdad se abre paso día a día, y por
más que intenten denostar la figura del presidente Allende, su trascendental
legado de justicia social democracia y libertad, nuevamente comienza a hacerse
carne en la lucha del pueblo chileno.
El presente año los homenajes a Allende y a todas las víctimas de la dictadura
fascista, enca- bezada por el ex dictador Augusto Pinochet, encuentra al país
con un ex militar completa- mente abandonado por sus partidarios, desaforado en
el marco de los crímenes de la deno- minada "Operación Cóndor" e investigado por
enriquecimiento ilícito.
Y por otro lado, nos encontramos con los reportajes de la periodista Loreto
Daza, para el diario La Tercera, en donde denuncia los dineros recibidos por la
Democracia Cristiana de parte de la CIA, para enfrentar la campaña presidencial
de 1964, enlodar la imagen de Salvador Allende, desplegar una gran campaña del
terror y realizar diversas acciones encubiertas que permitieran restar votos al
candidato de la izquierda. Posteriormente en pleno gobierno de la Unidad
Popular, la CIA entregó recursos económicos al conjunto de la oposición, para
echar las bases para el posterior derrocamiento del gobierno de la Unidad
Popular, lo que produjo su efecto el 11 de septiembre de 1973.
Al recrear la verdad histórica, lo cierto es qué el gobierno de la Unidad
Popular, independien-temente de sus errores y desaciertos, que por cierto los
tuvo, éste cayo esencialmente por el papel jugado por la Casa Blanca, el trabajo
desarrollado por la CIA, las trasnacionales y la alianza entre la derecha
chilena y un sector de la Democracia Cristiana, que buscaban una sali- da a la
crísis que habían generado ellos mismos, a través de un "golpe blando", para que
poste- riormente los militares les devolvieran el poder. En ese entonces,
quienes controlaban el poder económico, ni siquiera estaban dispuesto a aceptar,
que el proceso de cambios en marcha, se se llevara a efecto bajo los propios
estamentos legales de la democracia burguesa, que ellos mismos habían
construido. Cuando se dieron cuenta que el proceso de cambios era irreversible
recurrieron al fascismo y el golpe de Estado, para abortar el sueño posible, que
los trabajadores y el pueblo chileno habían comenzado a construir.
De allí la importancia que revisten las palabras de Mireya García, dirigente de
la Agrupación de Familiares Detenidos Desaparecidos, cuando con motivo de los
homenajes a Allende expre-saba: "Creo que a este país le hace falta trabajar el
tema de la memoria, porque son actos, son recuerdos, son homenajes, pero también
es el rescate de una historia", afirmaba. Y de lo que se trata hoy, es
precisamente eso, rescatar en toda su integridad, la magnitud de la obra del
gobierno encabezado por el compañero Salvador Allende y la Unidad Popular.
No por que Lagos y sus cuatreros, pretendan minimizar la figura inmortal del
presidente Allende, habiendo traicionado su legado de justicia social, para
entregarse en cuerpo y alma a la voracidad de los capitales nacionales y
extranjeros, y de las políiticas terroristas que emanan de la Casa Blanca, el
pueblo chileno no vaya a encontrar su cauce y así crear su propia alternativa,
ante el saqueo de que es objeto Chile. Sin duda que tomara su tiempo, pero el
resentimiento social, las grandes frustraciones que vive el pueblo chileno y la
desconfianza hacia la corompida clase política que gobierna el país, permitirá
que las organizaciones del pueblo chileno, dejando de lado sectarismo y
conductas antiunitarias, nuevamente se encau- cen por la senda del Frente del
Pueblo, del Frente de Acción Popular y de la Unidad Popular para construir un
sueño distinto, puesto que los interesés de los trabajadores y de todo el pueblo
deben estar por encima de los propios interesés de grupos o partidos políticos.
Es el mejor homenaje que se le puede realizar a Salvador Allende y todas las
víctimas del fascismo criollo, más aún cuando el camino por una alternativa
distinta pasa por la construcción de la unidad de todo el pueblo, al decir del
propio presidente Allende.
Mientras la figura inmortal del presidente Allende crece día a día y las nuevas
generaciones van descubriendo la verdad de los hechos históricos y los logros
del gobierno de la Unidad Popular. Los partidarios del golpe y del régimen
militar, ante la realidad de los hechos, se han visto en la obligación de tener
que conmemorar casi en silencio el golpe militar, que culminara con miles de
partidarios de la izquierda asesinados, en las cárceles, desaparecidos, en el
exilio, con una económia entregada a las decisiones de las mafias del FMI, BM y
con un dictador desaforado e inves tigado por robos y enriquecimiento ilícito.
El próximo año celebraremos los 35 años del triunfo en las urnas de la Unidad
Popular, en un año que además se celebrarán elecciones presidenciales y frente a
ello, no cabe otra cosa, que desplegar todos los esfuerzos unitarios habidos y
por haber, para romper con la legalidad establecida por la dictadura y dar paso
a la alternativa de todo el pueblo chileno, puesto que las grandes necesidades
de los chilenos no pueden seguir esperando, el pliego por Un Chile Justo, de la
Central Unitaria de Trabajadores, debe ser la base de la construcción de la
unidad de todo el pueblo, por la memoria histórica y un Chile que tiene un sueño
posible.