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Juan Carlos Cena

Breve historia de las masacres en la Argentina
El genocidio negro en nuestro país. Parte II

Juan Carlos Cena

El otro tema que casi no se ha investigado y escrito es sobre el genocidio negro en la Argentina. Pero Emilio J. Corbière sí se ocupó e investigó la cuestión de la esclavitud, la explotación, en definitiva el genocidio negro. Me permito transcribir algunos párrafos de su extenso trabajo de investigación sobre el genocidio negro en la Argentina: "el aniquilamiento de la raza negra fue uno de los primeros de los genocidios producidos en la Argentina. El segundo ocurrió con los indios, en la ya famosa Conquista del Desierto, fue una conquista, porque en realidad no era un desierto. A los aborígenes, especialmente los del Sur, se les aplicó la guerra bacteriológica mediante el envío de comerciantes a las tolderías que les entregaban mantas que habían estado en contacto con enfermos de viruela. Así fueron diezmados y luego asesinados -hombres, mujeres, niños y ancianos- por el ejército de línea.

De todas maneras no fuimos los creadores de esa anticipación vernácula del nazismo. Los norteamericanos utilizaron ese método para la conquista del Oeste y el exterminio indígena. Por mucho tiempo se creyó que había sido el célebre general Custer su inventor, pero nuevas investigaciones realizadas por historiadores de los Estados Unidos, según estudió David Viñas, han comprobado que ese método ya se empleaba desde fines del siglo XVIII."

El poco investigado, diría, el casi ocultado fenómeno del esclavismo en el Río de la Plata es el tema investigado, Emilio Corbiere. Este inquiere y saca a la luz la pestilente evidencia, de lo que ocurrió con la cuestión negra, aberrante. 

Dice además,.. "el sistema de la esclavitud, estaba ligada a los comerciantes porteños, particularmente desde mediados del siglo XVIII hasta la Revolución de Mayo. El partido esclavista era muy fuerte durante el sistema colonial español y tuvo, todavía, en los primeros años de la Independencia, una presencia política importante. Los apellidos de los esclavistas permiten advertir su continuidad con el sistema oligárquico". 
"Algunos de esos apellidos fueron Pedro Duval, Tomás Antonio Romero, José de María, Martínez de Hoz, Narciso Irauzaga, Manuel Aguirre, Rafael Guardia, Agustín García, Martín de Alzaga, Andrés Lista, José de la Oyuela, Casimiro Necochea, Francisco del Llano, Cornet, Molino Torres, Manuel Pacheco, Ventura Marcó del Pont, Francisco Antonio Beláustegui, Jaime Llavallol, Francisco Ignacio Ugarte, Diego de Agüero, González Cazón, Juan E. Terrada, Martín de Sarratea, Tomás O'Gorman, Mateo Magariños, Antonio Soler, Domingo Belgrano Pérez, Nicolás del Acha, Miguel de Riglos, Pedro de Warnes, Domingo de Acassuso, Lezica y Torrezuri, Manuel José de Borda y otros."

"Teniendo en cuenta que en 1816, el general José de San Martín tuvo en su poder un censo de esclavos negros posibles de reclutar militarmente, y que ascendía a 400.000, la pregunta es qué pasó con esos seres humanos en estas tierras. La esclavitud, como señalé, no fue totalmente abolida hasta la consagración de la Constitución Nacional de 1853, es decir, cuarenta y tres años después de haberse iniciado el proceso emancipador. Esta demora se produjo por dos razones, una, porque los negros esclavos fueron utilizados, en esa calidad, como fuerza de los ejércitos criollos; en segundo lugar, porque el partido esclavista era muy poderoso entre los comerciantes porteños."

"De todas maneras, la esclavitud era incompatible con la ideología del liberalismo burgués (aunque no en la práctica de ese liberalismo). El liberalismo revolucionario nutría a las corrientes más progresistas de la Revolución de Mayo de 1810. Por eso, en la Asamblea Constituyente de 1813 se otorgó la "libertad de vientres", es decir que quedaron libres los niños negros por nacer, pero los otros, toda la masa humana en poder de los amos, continuaron bajo el régimen de la esclavitud o en distintas formas de servidumbre".

"Fueron esos negros los que nutrieron con su sangre y sacrificio a los ejércitos libertadores y San Martín reconocerá el valor de sus tropas negras y también el ambiente racista de la época ya que no logró unir los batallones negros con los de los mulatos y blancos. Los negros esclavos morirían en la lucha por la Independencia, "por separado", es decir, en riguroso "apartheid".

"Sarmiento, en su obra de la vejez, Conflictos y armonía de las razas en América, recordará la epopeya negra en nuestra tierra. Esos valerosos negros murieron luchando durante el Cruce de los Andes, en la campaña sanmartiniana, en los famosos batallones (regimientos) 7º y 8º, en las batallas de Chacabuco, Maipú, Cancha Rayada y en la Campaña del Alto Perú."

"El comercio de esclavos estaba relacionado principalmente con los comerciantes porteños, es decir, con el partido unitario. El partido saladeril bonaerense, el de Rosas, Anchorena, Roxas y Patrón, Ezcurra, Terrero, carecía de ideas abolicionistas. Los negros también poblaban la campaña bonaerense. Eran utilizados en el trabajo como siervos, especialmente por hacendados y representantes eclesiásticos. Pero los saladeriles no estaban vinculados específicamente con el tráfico de esclavos aunque los utilizaban como mano de obra servil".

"Cuando Juan Manuel de Rosas asumió el poder, tampoco dio la libertad a los esclavos, pero mantuvo un mejor trato con los hombres y mujeres de color. Rosas tenía estrecha relación con las capas populares y en relación a los negros, solía participar con miembros de su familia, de las fiestas en el barrio del Tambor, en Monserrat, en San Telmo y en la Recoleta (el viejo Buenos Aires). Eran los famosos candombes y marimbas".

"Cuando volvieron los antirrosistas al gobierno, después de 1851, no olvidaron a esos negros que habían motivado sus fantasías de terror. La venganza llegaría años después, durante la tragedia de la fiebre amarilla y la Guerra del Paraguay, a fines de los años sesenta". (Síntesis del trabajo El Genocido Negro en la Argentina de Emilio Corbierie)
No se puede hablar de genocidios en la Argentina si obviamos y ocultamos lo que les ocurrió a nuestros negros en todo el territorio. De su aporte cultural, de sus costumbres y maneras de comportamiento.

La limpieza étnica continúa a través de la ocultación y del olvido sobre la existencia de la raza negra en nuestra Nación. No nos debe extrañar cuando se niega y se desprecia a nuestros propios aborígenes, a nuestros propios habitantes de tez morena, a nuestros propios criollos.

Toda una concepción colonial que parte desde la metrópolis hacia el interior del país. Hay un eje que vuela sobre la mentalidad de la ciudadanía, es un eje político instalado, es sobre el desprecio a nuestras nacionalidades étnicas y criollas. Es un desprecio cipayo.

Juan Bautista Alberdi, en su obra póstuma Libro V, decía: La de mayo fue una doble revolución: contra la autoridad de España y contra la autoridad de la Nación Argentina. Fue la sustitución de la autoridad metropolitana de España por la de Buenos Aires sobre las provincias argentinas; el colonialaje porteño sustituyendo al colonialaje Español. Fue una doble declaración de guerra: la independencia y la guerra civil. 
El genocidio negro debe enmarcarse dentro del genocidio general que ha sufrido y sufre nuestra Nación. El genocidio y la represión son herramientas de la clase dominante, que solo muta en el cambió su nombre o investiduras a través del tiempo, pero son los mismo con otro ropaje.
 
* Historiador del Movimiento obrero, especialista en el tema ferroviario y del transporte nacional

Fuente: lafogata.org