26 de octubre del 2002
Cátedra libre Ernesto Che Guevara
Por la revolución mundial
Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo
Un comentario al "Mensaje a los pueblos del mundo a través de
la Tricontinental"
Néstor Kohan:
Al elaborar el programa de la Cátedra optamos por seguir las
recomendaciones metodológicas de Carlos Marx. Nos parecía no sólo
lo más acertado sino también lo más útil. En Marx,
el método de exposición de lo que uno ha estudiado consiste en
partir y comenzar por lo más maduro, lo más desarrollado, el resultado
final para, a partir de allí, remontarse hacia atrás, hacia el
pasado, hacia las condiciones de posibilidad que constituyeron en su despliegue
a lo largo de la historia y en su desarrollo la posibilidad que genera el resultado
"maduro". Finalmente, una vez que se recorre ese proceso de génesis y
constitución histórica, volver al presente, volver al resultado
final. Pero esa "vuelta", ese retorno, implica haber recorrido todo un camino
en el medio, haber recorrido todas las mediaciones. El retorno del final nunca
es igual al abordaje del principio. A ese método se lo ha denominado
de diversos modos: "círculo concreto-abstracto-concreto", "método
procesual-estructural", "método histórico-lógico", etc,etc.
No es ésta la ocasión para profundizar en ello. Simplemente queríamos
dejar en claro, queríamos explicitar el presupuesto metodológico
desde el cual nos proponemos abordar el estudio del Che.
Nos pareció interesante comenzar la Cátedra con el texto más
"maduro" de Guevara. Aquel que fue considerado uno de sus últimos mensajes
políticos. Históricamente fue algo así como su "testamento
político" (aunque el Che no lo pensó en esos términos,
porque no se pensaba morir, no fue a Bolivia a morir como un mártir ni
un suicida, como dicen por allí algunos biógrafos apresurados
y malintencionados...). pero, de algún modo, su último mensaje,
el "Mensaje a los pueblos del mundo a través de la Tricontinental" resume
su apuesta política madura a favor de la revolución mundial, contra
el imperialismo, por el socialismo.
Por eso comenzamos por allí. No es un capricho. No es arbitrario. Este
mensaje conserva, según nuestra modesta opinión, en sus trazos
esenciales y estratégicos, vigencia en la actualidad. No en aquello
que se fue con la historia o que pertenece a la historia, al pasado, a lo pretérito,
sino en aquello que define una perspectiva revolucionaria integral, universal,
"globalizada" para utilizar un término muy en boga en nuestra época....
Con el máximo de los respetos, creemos que el internacionalismo no
nació en Seattle.
Después intentaremos ir desagregando los diversos componentes internos
de su pensamiento integral, de su perspectiva totalizante del socialismo y el
lugar que el sujeto juega en su creación, para, hacia el final, regresar
hacia el presente, a la vigencia del pensamiento revolucionario del Che en la
actualidad.
Ese es el criterio metodológico de esta Cátedra.
Entonces, lo que teníamos que discutir hoy en la Cátedra era cuál
es el primer texto que vamos a dar. Porque no podemos empezar con la primera
carta que Guevara envía a sus familiares cuando está viajando
como mochilero, porque eso no es representativo del conjunto del pensamiento
político del Che. Entonces se nos ocurrió que era más interesante
empezar por el final, empezar por el texto más "maduro" del Che, el que
sintetiza toda su visión estratégica de la revolución
mundial, para después sí, una vez que uno tiene el panorama
global del pensamiento del Che, ir hacia los orígenes, ir hacia la genealogía,
ir hacia los procesos de constitución –mediados por la práctica
insurgente y por los debates teóricos y políticos-.
El presupuesto metodológico consiste, entonces, en desarrollar una Cátedra
con un sentido histórico. Porque para nosotros, como dijimos al comienzo
del año, el Che no es Dios, el Che no nace de una burbuja ni viene de
un plato volador y cae al planeta Tierra: como sujeto pensante y actuante es
producto de una época.
Y si uno no sabe en qué contexto se dieron esos debates, qué fue
la Revolución Cubana, cómo surgió el movimiento antiimperialista
continental, etc.; aparece la figura del Che aislada, y por lo tanto uno lo
convierte en un héroe, en un ícono de adoración irracional.
Y para nosotros no es eso. Por eso vamos a intentar a lo largo del año,
hacer una aproximación histórica, porque el método de Marx
es, justamente, un método historicista y dialéctico. La dialéctica
marxista es histórica. Se articula a partir de la historia.
Y vamos directamente al texto de hoy.
Este texto fue publicado por primera vez hace 35 años, el 16 de abril
de 1967, en un suplemento especial de una revista que sigue saliendo hoy, que
se sigue publicando actualmente: TRICONTINENTAL.
¿De dónde salió el nombre de la revista? Cuando el texto se publica,
Ernesto Guevara está en Bolivia, y todavía no se sabía
públicamente que él estaba ahí. El nombre de la Tricontinental
proviene de una conferencia mundial que se hizo en enero de 1966 en La Habana.
Se llamó la Conferencia Tricontinental de los Pueblos. Agrupó
a pueblos de los tres continentes que en aquel momento estaban desarrollando
la lucha antiimperialista y que están presentes en el texto del Che:
América Latina, Asia y África. De la Conferencia Tricontinental
participaron - el Che hace referencias, unas veces abiertas, otras implícitas
- los dos grandes "colosos" que en aquella época encabezaban lo que se
suponía era la alternativa al capitalismo: la Unión Soviética
y China.
En la Conferencia Tricontinental se formaron informalmente tres bloques. Allí
hubo una delegación argentina muy importante. Una delegación plural
y heterogénea, con representantes marxistas, peronistas de izquierda,
socialistas, comunistas, etc.
La Conferencia Tricontinental - el mensaje del Che no se entiende al margen
de ese momento histórico - se dividió en tres grandes bloques
políticos, tres grandes "grupos de opinión" para llamarlos de
algún modo: a la hora de votar, a la hora de discutir qué era
el imperialismo, cuáles eran los métodos para enfrentarlo, cuál
era el eje de la lucha...
Por un lado, el bloque encabezado por la Unión Soviética,
acompañado por la mayoría - no todos – de los partidos comunistas
latinoamericanos.
Por otro lado, el bloque de China, acompañando por Indonesia,
algunos países africanos, y unos pocos partidos comunistas latinoamericanos.
Y el tercer bloque estaba encabezado por Cuba, acompañando de Vietnam,
que llevó una importante delegación, tanto de Vietnam del Norte
- en esa época estaban divididos por el imperialismo en dos países
- como también del Frente de Liberación de Vietnam del Sur (Vietcong).
El tema de Vietnam es muy importante en el pensamiento político y estratégico
del Che.
Muy bien: este tercer bloque estaba conformado por Cuba, Vietnam, y acompañados
por el PC de Venezuela, encabezado por Douglas Bravo, que seguía la línea
del Che Guevara y Fidel Castro, en "oposición" a la línea soviética.
También muchos otros países africanos. Y también partidos
y movimientos revolucionarios latinoamericanos. Porque era una Conferencia que
agrupaba a Estados, pero también a partidos y movimientos. Algo similar
– aunque muy lejano... - a lo que es y fue durante la última década
el Foro de San Pablo, o el Foro Social Mundial de Porto Alegre. Pero en esa
época, las ONG's no existían, entonces iban los Estados no-capitalistas,
y partidos, movimientos, frentes, grupos guerrilleros del Continente. Tenía,
obviamente, un componente mucho más radicalizado que el Foro Social.
Se discutían los "cómo", pero nadie discutía que la perspectiva
era el socialismo. Ese era el suelo común, bien distinto al del Foro
Social Mundial...donde conviven corrientes muy heterogéneas.
El bloque de Cuba y Vietnam levantaba como método fundamental de lucha
contra el imperialismo, la lucha armada, a la que paradójicamente se
opusieron allí tanto la delegación china como la soviética.
Bueno, era una época de pleno conflicto chino- soviético, eso
aparece en el texto del Che, lo podemos discutir después. La República
Popular China, que logra el triunfo de su Revolución en el año
1949, a comienzos de los años '60 se distancia del que había sido
su principal aliado, la Unión Soviética, y empieza una confrontación
muy fuerte entre ambos, incluso con ejércitos paralelos en las fronteras,
con riesgos de guerra. Y esa división se generalizó en todo el
mundo. Todos los partidos comunistas empezaron a dividirse en "prosoviéticos"
y "prochinos".
Ese conflicto está presente en el pensamiento del Che. Amargamente, porque
el señala muchas veces la "guerra de zancadillas" que estaban haciendo
las dos superpotencias socialistas, y ambas estaban dejando solo a Vietnam...
En Argentina gobernaba entonces el general Onganía, después del
golpe de estado de junio del '66. Y también podemos decir, brevemente,
como bosquejo, que esa década, en la que el Che escribe este texto fue
una década de rebeldías políticas y culturales al mismo
tiempo. Fue una década donde se independizó Argelia, luego de
una guerra donde el ejército francés - el hoy famoso Le Pen era
un torturador en Argelia - implementó la tortura sistemática y
luego se las enseño a nuestros generales en la Escuela de Guerra argentina.
Varios países africanos se descolonizaron. En los países capitalistas
desarrollados hubo una ola de grandes huelgas fabriles, como en Italia, por
ejemplo. Y una gran efervescencia estudiantil durante toda la década.
En el '68, un año después del asesinato del Che, florecen el "mayo
francés", también en EE.UU., Alemania, Japón, en México,
etc.
Y en el plano cultural, podemos recordar brevemente, como parte del contexto,
fue una década donde afloró un conjunto de teorías y de
corrientes críticas, contestatarias, con pretensiones revolucionarias,
en el terreno de las ciencias sociales y de la política. La rebeldía
contra el sistema no sólo atravesó a la práctica política
y a la militancia política. También "cortó en dos" la vida
científica y la vida cultural.
Por ejemplo, la teoría de la dependencia, que surgió entre
algunos intelectuales latinoamericanos como crítica de la economía
política "oficial" de aquellos años. Una crítica contra
la teoría que tenía en aquella época la CEPAL (Comisión
Económica Para América Latina). La CEPAL era una institución
ligada a las Naciones Unidas que proponía que los países latinoamericanos,
para salir de la pobreza y el subdesarrollo se tenían que "modernizar".
Y modernizar implicaba para ellos... introducir el capitalismo en la agricultura,
desarrollar grandes vías de comunicación, etc.
La teoría de la dependencia sale a cuestionar eso: plantea que no tiene
sentido creer que los países latinoamericanos no tienen un capitalismo
muy desarrollado y que si adelantamos un poquito vamos a ser como EE.UU., sino
que plantea que el capitalismo es un sistema mundial, donde América
Latina es parte de la periferia, y el imperialismo es parte de las metrópolis.
El "subdesarrollo" entonces, es la consecuencia necesaria del sistema mundial
capitalista, no un hecho accidental o accesorio de segundo orden.
Es también la década en la que surge la Teología de
la Liberación, aunque todavía no con ese nombre. Probablemente,
el nombre se lo proporciona en 1974 un teólogo peruano, Gustavo Gutiérrez.
Pero ya la práctica - algo de eso habló Raúl Suárez
el viernes pasado - estaba en ese momento: Camilo Torres es uno de los principales
y máximos exponentes de esta corriente, y en el Mensaje del Che aparece
Camilo Torres...
En el plano de la estética, fue una década de modernización
cultural donde la vanguardia se entrecruzó con la política. En
Buenos Aires, el célebre Instituto Di Tella se fractura y se generan
expresiones militantes, donde la vanguardia artística se entrecruza con
la vanguardia política, como es el caso de "Tucumán Arde".
Mientras tanto, en EE.UU, en las metrópolis imperialistas, también
fue una década de fermento, de crítica, y de "indisciplina social".
Fue la década del "hippismo", que se puede discutir si era o no revolucionario,
pero era una década de cuestionamiento a la sociedad de consumo y a sus
normas de vida. Hasta en el plano de la literatura fue una década muy
revulsiva en EE.UU.: fue la época de la "generación beat", con
escritores "malditos" como Burroughs, como Kerouak, que elogiaban el hacer grandes
viajes con la mochila al hombro y no trabajar mansamente en una oficina o en
una fábrica.
En el plano de la sociología fue una década donde se cuestionó
la disciplina como disciplina misma, incluso en EE.UU. Un gran pensador, Charles
Wright Mills, cuestionó a toda la sociología norteamericana por
ser cómplice en las guerras de rapiña de EE.UU. Los sociólogos
yanquis, decía Wright Mills, investigan cómo dominar mejor, cómo
hacer mejor la guerra. Un discípulo suyo, Alvin Gouldner, señalaba
que los sociólogos académicos norteamericanos estudian cómo
ganar la guerra de Vietnam, cómo neutralizar la protesta de los negros,
de los afroamericanos en Estados Unidos. Los sociólogos "científicos"
–el estructural-funcionalismo, por ejemplo- son cómplices del sistema,
decían Wright Mills y Alvin Gouldner.
Asimismo, fue una década donde se dio un debate mundial sobre le tema
del humanismo y el marxismo, si son o no compatibles. El Che Guevara tomó
posición - más adelante nos dedicaremos a leer más detenidamente
las posiciones del Che sobre el tema del humanismo - pero no fue el único
que escribió, hubo una literatura muy importante en esa década,
sobre el tema del "joven Marx", el problema de la alienación - una categoría
que hoy se incorporó al lenguaje de la vida cotidiana, pero que es de
origen filosófico - y el terreno de esa discusión fue la década
del '60.
Bueno, este es un esquema muy general, sumamente abstracto y limitado, de las
grandes líneas de emergencia de nuevas corrientes de ciencias sociales,
de indisciplina social y renovación cultural.
Lo que queremos expresar al mencionar algunas de estas rupturas y estas emergencias
–aquí sólo mencionadas, habría que estudiarlas en profundidad-
es que el Mensaje del Che no está escrito "en el aire", es el producto,
el punto de llegada de una década que en todo el mundo, desde Asia,
América Latina y África hasta las metrópolis norteamericana,
alemana, inglesa, etc., estaba fermentada por la indisciplina y la búsqueda
de nuevos horizontes.
Se podría pensar, por ejemplo, que la disciplina social que el capital
le había impuesto a la fuerza de trabajo a nivel global mundial a través
de dos guerras mundiales, se empezó a resquebrajar en la década
del '60. Fue una década de gran rebelión contra el capital, a
la que siguió, en la década del '70, una contrarrevolución
que hoy se conoce popularmente como el "neoliberalismo". Esta década
donde aparecen Pinochet (uno de sus iniciadores a nivel mundial), luego Margaret
Thatcher, Ronald Reagan, todo el conservadurismo...
Pero la década del '60 es justo el interregno entre el fin de la disciplina
de la fuerza de trabajo, que se implementa sobre todo en Europa Occidental a
partir de la Segunda Guerra Mundial, y la contrarrevolución neoliberal.
Se ubica justo en el medio.
Luego de contextualizarlo, pasemos entonces al texto del Che. Para señalar
puntos de discusión:
Primer punto: el Che empieza hablando que es una década de "optimismo",
porque supuestamente hay paz: "Hay un clima de aparente optimismo en
muchos sectores de los dispares campos en que el mundo se divide". Más
adelante Guevara se pregunta si la paz que genera el optimismo es real.
¿A qué está haciendo referencia con el optimismo y la paz?
Fundamentalmente, a la política oficial que en aquella época tenía
la Unión Soviética, que se llamaba, en el lenguaje de sus dirigentes,
la "coexistencia pacífica": la posibilidad de competir con el
imperialismo en el terreno económico y en el terreno ideológico,
pero no competir con el imperialismo en el terreno político-militar.
Recordemos que después de la Segunda Guerra Mundial hubo un reparto del
mundo, de "zonas de influencia", en un acuerdo famoso en Yalta. Allí,
la Unión Soviética se comprometía a "no generar disturbios",
a no apoyar activamente a movimientos revolucionarios en la zona de influencia
norteamericana. Y efectivamente fue así: gran parte de las rebeliones
y revoluciones, desde la rebelión juvenil del Mayo Francés de
1968 hasta la Revolución Cubana de 1959 o las guerrillas africanas, no
tuvieron apoyo soviético. A pesar que la URSS tenía una cantidad
de armas impresionante, incluso un gran arsenal nuclear... La URSS apoyó
a Cuba mucho después, pero la vieja idea difundida, según la cual
"Sin el apoyo ruso no había revolución cubana", es un poquito
–para decirlo elegantemente- unilateral, porque la revolución triunfó
en 1959 sin armas soviéticas, sin asesores soviéticos, sin tropas
soviéticas, sin dinero soviético. El vínculo entre Cuba
y la URSS es posterior al triunfo de la revolución.
El Che Guevara polemiza con esa tradición de la coexistencia pacífica,
cuando habla al comienzo de su mensaje del "desmedido optimismo" que reina,
como si viviéramos en paz porque no hay guerra mundial, y entonces se
pregunta si la paz será verdadera. Está discutiendo con la posición
soviética.
¿Dónde se puede encontrar esto? Porque quizás algún compañero
pueda desconfiar de lo que estamos diciendo, y tal vez plantear que la URSS
no decía eso...
Muy bien, además de las opiniones que todos podemos tener, hay documentos.
Por ejemplo, hay documentos de una conferencia mundial varios años anterior
a la Tricontinental (recordemos que la Internacional Comunista fundada por Lenin
había sido disuelta por Stalin en 1943) donde se sancionó la "coexistencia
pacífica" y la estrategia de "tránsito pacífico". En su
declaración se planteaba que: "La clase obrera y su vanguardia el
partido marxista-leninista tienden a hacer la revolución por vía
pacífica [...] En varios países capitalistas, la clase obrera,
encabezada por su destacamento de vanguardia, puede conquistar el poder estatal
sin guerra civil" (Declaración de la Conferencia de Representantes
de los Partidos Comunistas y Obreros. Bs.As., Anteo, 1960). Esta Cinferencia
agrupó - así decía la liturgia de la época - a todos
los partidos comunistas y obreros del mundo (los que estaban enrolados en la
línea pro-soviética). Allí encontramos, está editado
en español, que explícitamente se sostiene que el camino hacia
el socialismo tiene que ser un camino pacífico, es decir, que tiene que
haber una "vía pacífica al socialismo".
Algo que después, de manera trágica, y con toda la honestidad
revolucionaria que tuvo, al punto que entregó su vida en este proyecto,
intentó llevar a cabo Salvador Allende en Chile. La transformación
del capitalismo al socialismo por vía pacífica, y fundamentalmente
parlamentaria e institucional. Muchas veces, cuando se recuerda y se machaca
con "el fracaso" del Che en Bolivia, no se dice una sola palabra del supuesto
triunfo, de la supuesta viabilidad, del supuesto realismo que habría
acompañado al camino alternativo frente a la propuesta del Che, es decir,
al camino emprendido por Salvador Allende y sus compañeros y compañeras.
Esto lo planteamos, demás está decirlo, con todo el respeto
del mundo y toda la admiración personal por Salvador Allende, por su
integridad ética y política y por su entrega a los valores más
nobles de la humanidad. Pero, al mismo tiempo nos preguntamos: ¿no vamos
a extraer ninguna consecuencia política de 1973, ninguna conclusión
teórica del supuesto "triunfo de la vía pacífica al socialismo"
que nos proponen –todavía hoy...- como alternativa viable y realista
frente al fracaso del Che Guevara?
Años después, esa misma doctrina de la vía pacífica
preconizada por los soviéticos desde fines de los años '50 y ensayada
por Salvador Allende y la Unidad Popular en Chile hasta 1973, la adoptó
como estrategia oficial el "eurocomunismo". Es decir, los partidos comunistas
de Francia, Italia y España, a mediados de la década del '70,
antes de convertirse oficialmente en socialdemócratas (como en el caso
italiano).
GRAN PARTE DE LOS TEÓRICOS ACADÉMICOS EUROPEOS ACTUALES –o
de los últimos años- que promueven la peregrina idea de que no
hay que luchar por el poder, de que "la idea de revolución es vieja y
anticuada", de que el marxismo constituye apenas una ideología economicista
"que no entiende de política y aplasta a los movimientos sociales"...son
HIJOS DIRECTOS DEL EUROCOMUNISMO. Conformaron sus bases teóricas
y filosóficas en el interregno europeo que se abre con la derrota de
1968 y se cierra con el auge del EUROCOMUNISMO y la "vía pacífica".
Conviene no olvidarlo a la hora de discutir el problema del poder...
Pero en la década del '60, esa era la posición oficial de la Unión
Soviética. Exactamente contra esa posición discute el Che Guevara
en este "Mensaje", cuando comienza problematizando la noción de "paz".
¿A qué llamamos "paz"? ¿Cómo vamos a construir una paz mundial
real, que no presuponga al mismo tiempo guerras de masacre permanente?
Después el Che plantea otro tema para discutir: formula la idea y la
noción del imperialismo entendido como sistema mundial. En esa
época, no estaba de moda pensar así. Hoy en día, hasta
cualquier periódico burgués nos habla de "sistema mundial", de
"la globalización", de "orden mundial". Hasta el diario La Nacion
o Ámbito Financiero [diarios argentinos de extrema derecha y sumamente
conservadores], hablan de "la globalización".
En aquella época, hablar de "sistema mundial", no era lo que predominaba,
a pesar de que en el pensamiento político del Che esa idea constituye
el eje de su estrategia.
Años después, un académico norteamericano, Emmanuel
Wallerstein, publicó varios tomos a partir de 1974, para entender la
historia del capitalismo como un sistema mundial. La idea consiste en no estudiar
el capitalismo país por país –separados y aislados- sino en forma
inversa, ya desde sus inicios, desde la transición desde el feudalismo
al capitalismo, entendiéndolo como un sistema mundial. Y después
se puso de moda eso en la Academia, también. El último libro que
discute sobre esta idea - sobre el cual vamos a polemizar mucho en esta Cátedra,
porque ha tenido una repercusión enorme en el campo progresista, y nosotros
discrepamos profundamente con esa visión - es el texto de Toni Negri;
"Imperio".
Negri también plantea hoy al capitalismo como una sociedad mundial...Aunque
da la impresión que cuando Negri dice por allí que "los viejos
internacionalistas proletarios", "los viejos revolucionarios", no tenían
una visión mundial, sino una visión país por país,
está planteando las cosas de manera completamente unilateral y forzada.
Basta leer el "Mensaje" del Che para corroborar que su perspectiva no tiene
nada que ver con lo que plantea Negri.
¿No será que cuando Negri habla, polémicamente, contra "los viejos
internacionalistas", "los viejos revolucionarios", que no llegaban a mirar al
mundo como una unidad...está pensando en realidad en sí mismo?
Sería mejor que hablara en primera persona...en lugar de atribuir al
conjunto de la izquierda mundial sus propias debilidades de los años
'60 –por ejemplo su limitación eurocéntrica, su provincianismo
político reducido a Italia y a Europa Occidental-.
Otro tema para discutir: ¿cuál es el campo privilegiado de la lucha en
el planteo del Che?
Bueno, el Che Guevara allí prioriza, como lo hacía la Conferencia
Tricontinental: Asia, Africa, América Latina. Ese es el eje principal
–no único- de la confrontación con el imperialismo.
Tampoco era común esto, porque en la tradición revolucionaria
existió, durante mucho tiempo - y hoy sigue existiendo - un fuerte EUROCENTRISMO.
¿Qué quiere decir esto? Que hasta que no se libere la clase obrera inglesa
o alemana, nosotros, los de América Latina, Asia y Africa, no tenemos
nada que hacer...Mejor cruzarnos de brazos.
Esta visión, supuestamente "marxista", todavía hay quien la repite,
en el campo académico, Y muchos marxistas europeos, que se sienten genuinamente
revolucionarios, continúan repitiendo hoy esta idea. Algunos los escriben,
otros simplemente lo piensan y no lo dicen. Pero sus estrategias políticas
se asientan implícitamente en esta visión.
El Che pone esto en discusión. De manera ácida, dura, mordaz,
polémica.
Otro punto en discusión es el papel de la OEA y de las Naciones Unidas.
Esto sigue aún hoy en debate. El domingo pasado apareció un artículo
muy polémico del periodista argentino Horacio Verbitsky, donde cita informes
de la OEA y de la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas,
según los cuales los revolucionarios colombianos son "terroristas, violadores,
torturadores, asesinos...".
Es un tema que tenemos que seguir discutiendo, si para nosotros es confiable
lo que dicen las Naciones Unidas, que han avalado todas las guerras, que se
han puesto siempre –en nombre del "derecho"...- del lado de los poderosos. El
Che tenía una opinión muy fuerte al respecto. Dice explícitamente:
"las Naciones Unidas y la OEA son máscaras del imperialismo".
Por lo tanto jamás las vamos a aceptar como una fuente fidedigna. Bajo
la bandera "neutral" y "equidistante" de las Naciones Unidas se han masacrado
y se han bombardeado pueblos enteros. En la época del Che y hoy en día
no ha cambiado mucho la cosa. Quizás ha empeorado....
Por otra parte, Guevara sostiene que "Vietnam, esa nación que representa
las aspiraciones, las esperanzas de victoria de todo un mundo preterido, está
trágicamente solo". ¿Por qué "solo"? Pues porque Vietnam
está aislado en su enfrentamiento con EEUU. El Che critica aquí
a las dos superpotencias (China y URSS): " [...] Pero también son
culpables los que en el momento de definición vacilaron en hacer de Vietnam
parte inviolable del territorio socialista, corriente, sí, los riesgos
de una guerra de alcance mundial, pero también obligando a una decisión
a los imperialistas norteamericanos. Y son culpables los que mantienen una
guerra de denuestos y zancadillas comenzada hace ya buen tiempo por los
representantes de las dos grandes potencias del campo socialista".
De esta forma el Che le cuestiona al Pacto de Varsovia (un pacto de asistencia
recíproca en el plano político-militar que tenían la Unión
Soviética y los países del Este) por qué no incluyeron
a Vietnam dentro de su territorio inviolable. Si las potencias imperialistas
invadían Polonia había guerra mundial, si invadían Rumania
había guerra mundial. Si invadían o bombardeaban la Unión
Soviética había guerra mundial. ¿Por qué, entonces, si
invadían o bombardeaban Vietnam no había guerra mundial? ¿Qué
razones geopolíticas llevaban a dejar solo a un pueblo del Tercer Mundo
para que impunemente lo desangren, y no tomarlo como un territorio propio? Lo
discutiremos más adelante cuando analicemos la lucha entre el internacionalismo
y la razón de Estado en el pensamiento socialista.
Por último, el Che plantea las tareas continentales de América
Latina. Este tema sigue pendiente en la izquierda argentina y latinoamericana
aún hoy. El Che es muy terminante: tiene una formulación muy famosa,
que es casi idéntica a la formulación de 1928 de José Carlos
Mariátegui, que dice que la tarea actual es "o revolución
socialista, o caricatura de revolución".
Él en ningún momento acepta que en América Latina
las tareas consistan en construir una "revolución nacional", "democrática",
"progresista", que deje para... el día de mañana el socialismo.
Plantea de una manera muy tajante, muy polémica, que si no se plantea
la revolución socialista, eso es "una caricatura de revolución",
y que a la larga termina en fracaso o en tragedia, como pasó tantas veces.
Después también aborda el tema de la burguesía, a la que
Guevara no denomina "nacional" sino "burguesía autóctona". Un
tema que ha vuelto, en los últimos años, en propuestas y debates
de economistas e historiadores nacional-populistas o de centroizquierda que
plantean que hay una burguesía nacional latinoamericana, que esa burguesía
es un aliado nuestro, que tenemos que hacer alianzas con las burguesías
nacionales contra el imperialismo en defensa del mercado interno, y eso implica
toda una serie de políticas de alianzas en el terreno ideológico,
cultural, etc.
El Che plantea que las burguesías autóctonas son parte del imperialismo,
que no tienen autonomía propia: "las burguesías autóctonas
han perdido toda su capacidad de oposición al imeprialismo –si alguna
vez la tuvieron- y sólo forman su furgón de cola". Esto
fue formulado casi una década antes del plan de Martínez de Hoz...[ministro
de economía de la dictadura militar argentina de 1976]. Es decir, que
para Guevara no habría que haber esperado a 1976 para, recién
allí, empezar a pensar que la burguesía nacional no puede dirigir.
¡No!. Casi una década antes de la supuesta desindustrialización,
ya el Che descree de la capacidad emancipadora de la burguesía autóctona
latinoamericana ("nacional" para sus defensores...).
Por último, Guevara plantea el tema de la confrontación armada,
y tiene una formulación (que podemos discutir, también) donde
señala los límites, muy fuertes (pensemos en el 19 y 20 de diciembre,
donde muchos de nosotros participamos...) de la lucha callejera.
"Y los combates no serán meras luchas callejeras de piedras contra gases
lacrimógenos, ni de huelgas generales pacíficas;
ni será la lucha de un pueblo enfurecido que destruya en dos o tres días
el andamiaje represivo de las oligarquías gobernantes; será una
lucha larga, cruenta" dice el Che, poniendo un límite muy fuerte,
para poder realmente hacer una revolución.
También en este mensaje, Guevara, que antes –en 1965- había afirmado
en "El socialismo y el hombre en Cuba" que "Déjeme decirle, a riesgo
de parecer ridículo, que el revolucionario verdadero está guiado
por grandes sentimientos de amor. Es imposible pensar en un revolucionario
auténtico sin esta cualidad" plantea una dialéctica muy difícil
de aprehender desde los valores inculcados en nosotros por las clases dominantes.
Porque convengamos en que nos han educado –más allá de credos
y religiones- en la cultura del "poner la otra mejilla".
En un célebre poema, decía Bertolt Brecht que:
"Me gustaría ser sabio también / Los viejos libros explican
la sabiduría: / apartarse de las luchas del mundo / y transcurrir sin
inquietudes nuestro breve tiempo. / Librarse de la violencia, / dar bien
por mal, / no satisfacer los deseos y hasta olvidarlos: tal es la
sabiduría".
En esa cultura nos han educado desde pequeños. Si nos hacen el mal,
dar la otra mejilla, o, como dice Brecht, devolver con bien el mal que nos han
hecho. (Por supuesto que Brecht termina su poema diciendo: "Pero yo no puedo
hacer nada de esto: / verdaderamente, vivo en tiempos sombríos").
Sin embargo en esa cultura del agachar la cabeza, resignarse y nunca responder
las agresiones nos han educado. Esa es la base subjetiva de la internalización
de la dominación burguesa.
Muy bien, el Che Guevara se rebela frente a esos valores. Como en su época
escribió Brecht -Pero yo no puedo hacer nada de esto-, de igual
manera el Che no acepta esos valores.
Y entonces –pensando en Vietnam, pensando en las luchas revolucionarias latinoamericanas,
pensando en el colonialismo racista europeo en África, pensando en los
miles de torturados y torturadas de Argentina y América Latina (ya en
los '60...), pensando en las mujeres indefensas violadas por las tropas de ejércitos
entrenados por EEUU, pensando en "las bestias hitleristas"- Ernesto Guevara
sostiene que: "un pueblo sin odio no puede triunfar sobre un enemigo brutal".
Esta formulación no puede separarse del objetivo central de los revolucionarios:
la lucha tiene por finalidad acabar con la explotación y la enajenación
de nuestros pueblos. Esa lucha tiene como valor fundante el amor: "Es imposible
pensar en un revolucionario auténtico sin esta cualidad" nos había
dicho poco antes. No se pueden separar ni escindir ambas formulaciones. El pensamiento
burgués las separa, siempre, invariablemente, cae en antinomias: Odio
o amor. Paz o guerra. El pensamiento burgués, sus categorías analíticas,
sus valores fetichizados y fragmentados, no pueden escapar a las dicotomías.
O amamos y ponemos la otra mejilla, o nos decidimos por la lucha y entonces
odiamos.
El pensamiento burgués no comprende que quien se enfrenta a la barbarie
capitalista, a la barbarie imperialista, a la barbarie nazi, ama al pueblo,
ama al compañero y a la compañera, ama a todo aquel que lucha
por la libertad, ama a todo aquel que no se queda sólo en palabras sino
que también materializa la solidaridad y el compromiso en su vida cotidiana,
pero al mismo tiempo y en el mismo movimiento odia al explotador, odia
al opresor, odia al torturador, odia al racista, odia al violador, odia al verdugo,
odia al nazi, odia al esclavista, odia al apropiador de los hijos de nuestros
compañeros, odia al secuestrador y al genocida.
¿O tenemos que poner la otra mejilla? ¿O tenemos que amar a Videla, a Pinochet,
a Franco, a Mussolini y a Hitler? ¡¡¡¡Por favor!!!!
¿Podría haber triunfado el pueblo vietnamita amando al invasor yanqui,
al que quemaba sus campos, al que tiraba compañeros del Vietcong desde
los aviones y helicópteros, al que prostituía a sus hijas y hermanas,
al que quemaba vivo con Napalm, al que destruía el honor de su pueblo?
¿Podrían haber triunfado los guerrilleros comunistas que en la retaguardia
de las tropas nazis no los dejaban descansar un minuto cuando Hitler invadió
la Unión Soviética si hubieran amado al invasor, perdonándole
sus crímenes, reconciliándose con los genocidas de pueblos enteros?
Pensemos en todas las polémicas que se arman sobre las declaraciones
de las Madres de Plaza de Mayo. Cuando ellas no perdonan, no ponen la otra mejilla,
no se abrazan con los secuestradores de sus hijos e hijas, no quieren reconciliarse
con los opresores y vedugos.
Y sí, el Che es muy fuerte, muy polémico, no tiene nada que ver
con este "chico bueno de pelo largo" que nos quiere presentar el sistema de
propaganda en la voz del poder.
Guevara es muy duro cuando plantea esto de que un pueblo sin odio a sus explotadores,
a sus enemigos, no puede vencer. En nuestra modesta opinión, ese pensamiento
no está disociado de su marxismo humanista. El Che plantea y conjuga
ambas dimensiones al mismo tiempo. Por eso es tan polémico.
Y el último tema que menciona es la unidad, sobre el que se explayó
en una clase anterior el compañero cubano Raúl Suárez Ramos;
el gran tema de la unidad de las fuerzas revolucionarias. El Che plantea que
a pesar de no tener esperanzas en unir a estas dos grandes potencias, él
apuesta a la unidad como eje. Dice así: "Es la hora de atemperar nuestras
discrepancias y ponerlo todo al servicio de la lucha".
El Che no es Dimitrov [dirigente de la Internacional Comunista durante la década
del '30] quien, en el VII Congreso de la Internacional de 1935 planteó
la doctrina del "Frente Popular", es decir, la unidad de la clase obrera con
la burguesía "no fascista" y "democrática". ¡No!, ¡ese no es el
camino del Che!. No se puede hacer la unidad con la burguesía. O revolución
socialista o caricatura de revolución. Esto vale también
para la cultura. No se puede conjugar al marxismo revolucionario con el liberalismo
burgués y "democrático". Son términos antagónicos.
Pero el Che sí quería la unidad: la unidad de los revolucionarios,
la unidad contra el sistema, la unidad de la militancia antimperialista, la
unidad de los trabajadores en todas sus fracciones clasistas y antiburocráticas,
la unidad de los que enfrentan al poder.
Esa unidad, sí que es válida. No conviene confundirla con
la Unidad de Dimitrov. No tienen nada que ver una con la otra.
Por esa unidad reclamaba el Che: "Y si todos fuéramos capaces de unirnos,
para que nuestros golpes fueran más sólidos y certeros,
para que la ayuda de todo tipo a los pueblos en lucha fuera aún más
efectiva, ¡qué grande sería el futuro y qué cercano!".
Y si hablamos de "ayuda a los pueblos en lucha", terminemos entonces con
la ética revolucionaria del Che. Esa ética que no pueden entender
los pusilánimes que lo acusan –desde sus cómodos sillones- de
mil y un pecado. Esa ética que recorre como un hilo rojo todos sus escritos
(que estudiaremos durante el año) y toda su práctica. Esa ética
que Guevara, sin ser un Dios, sin ser un santo, siendo simplemente un ser humano
como cualquiera de nosotros, convirtió en norma de vida.
Creemos que esa ética, presente en toda su obra, está resumida
en una corta y apretada sentencia del "Mensaje a los pueblos del mundo" que
deberíamos hacer nuestra hoy en día:
"No se trata de desear éxitos al agredido, sino de correr su misma
suerte; acompañarlo a la muerte o a la victoria". Estaba pensando
en Vietnam. Pero también en América Latina, en Bolivia, en Cuba,
en Argentina...
Muchas gracias.
Clase abierta del 10 de mayo de 2002