Nos encontramos nuevamente, como viene sucediendo desde hace varios años, los que fuimos compañeros, amigos, junto a los familiares de los desaparecidos y asesinados de nuestra Facultad durante la Dictadura cívico, militar, clerical.

Venimos a homenajearlos y a reivindicar su lucha por un mundo mejor, más justo y más solidario, como así también a la lucha que vienen realizando las madres y las Abuelas de Plaza de Mayo.

Nosotros, sus compañeros y amigos, seguimos reivindicando con, el criterio de inclusión que utilizan todos  los organismos de derechos humanos, a otros compañeros que no figuran en la lista actual de desaparecidos, como es el caso de Julio Cesar Provenzano, Guillermo San Martín y Daniel Barbatte.

Estamos en un momento muy especial y difícil de nuestro País, el gobierno actual evidencia signos de hacer retroceder, desde el Estado, los logros obtenidos en materias de los DDHH, sociales y laborales.

Como se avizoraba ya en 2015, estaban simulando y esperando la oportunidad para mostrase tal como son.

Estos grupos son violentos por naturaleza, lo llevan en su ADN político, son el otro lado de la grieta, los que desde el comienzo de nuestra historia utilizaron su poder y la violencia contra los sectores populares.

Recordemos, entre otros, la muerte de Moreno, la de Dorrego, la lucha de federales contra unitarios, la Campaña del Desierto, la Guerra contra el Paraguay, el golpe contra Yrigoyen, el bombardeo de Plaza de Mayo, el golpe contra Perón, los fusilamientos del 56, la proscripción durante 18 años, los golpes del 62, del 66 y la mayor dictadura, asesina, la de 1976.

Hoy cuentan con el apoyo de poderosos medios de comunicación, escritos, radiofónicos y con la televisión basura; salen a matar y matan, como en los casos de Santiago Maldonado, de Rafael Nahuel y, más cerca, la del pibe tucumano Facundo Ferreira, entre otros menos resonantes.

Recientemente reivindica el asesinato realizado por Chocobar, con la felicitación de Macri y Bullrich implementando, de hecho, una nueva doctrina para las fuerzas de seguridad.

Este poder está conformado por hijos, nietos y bisnietos de las dictaduras, sienten nostalgia de los represores, quieren reinstalar la teoría de los dos demonios que justifique la persecución de los pobres, de los inmigrantes latinoamericanos y afro, de los cabecitas negras, de los pueblos originarios, de los jóvenes, de las mujeres que luchan por sus derechos, de los que luchan por su identidad sexual y de todo aquel que no acuerde con sus valores e intereses.

Actualmente en la Argentina hay numerosos detenidos injustamente por cuestiones políticas con causas inventadas en connivencia con la justicia cómplice del gobierno.

Para imponer este modelo neoliberal oligárquico en beneficio de minorías y en detrimento de las mayorías populares, es necesario montar un aparato represivo que les posibilite avanzar en la destrucción de la producción y de la economía nacional; el cierre de industrias y el despido de miles de trabajadores; achicamiento del sistema del Estado; la degradación de la educación pública en todos sus niveles; el cierre de escuelas especiales y para adultos; del sistema de ciencia y tecnología; la destrucción del sistema de jubilados y pensionados con el robo a los mismos; la degradación del sistema de ayuda social; la imposición de la censura y la persecución de periodistas que no acuerdan con su proyecto; entre otras políticas.

Vemos con mucha preocupación y repudiamos el retroceso en materia legislativa, muchas de ellas acompañada por seudo opositores, realizada a través de DNU y la sanción de leyes que modifican derechos adquiridos por los sectores populares.

Especialmente destacamos la respuesta social que generó que debieron dar marcha atrás con la sanción de la ley que permitía el 2x1 para los genocidas.

Repudiamos también el grave deterioro de la justicia con el nombramiento de jueces amigos, el apriete y despido de los que no les responden, es así como llegamos a esta situación en la que tenemos decenas de presos políticos y luchadores procesados.

También repudiamos con todas nuestras fuerzas el intento de avanzar nuevamente con "medidas alternativas de prisión", que se otorgarían a reconocidos culpables del genocidio, entre ellos Alfredo Astiz, uno de los mayores símbolos de la dictadura.

De consolidarse el plan del gobierno tendremos un País muy alejado del que imaginaron nuestros compañeros y amigos que comprometieron su vida por una sociedad más solidaria y más justa. Revertir esta situación requerirá de mucho tiempo y esfuerzos, por ello no adherimos al "ojala que a Macri le vaya bien".

No debemos olvidarlos, a ellos, a los que lucharon, a los que se comprometieron, por nuestro futuro y, principalmente, por las generaciones que nos continuarán; debemos comprometernos, en la medida de nuestras posibilidades, a la defensa de nuestros derechos y los del pueblo.

Este compromiso y la participación popular han permitido ponerle freno y hacer retroceder a muchas de las intenciones del gobierno de avanzar a favor los intereses de las minorías del poder, como fue el retorno a la cárcel del genocida Etchecolaz.

En este marco, debemos apoyarnos y cuidarnos entre nosotros, no nos olvidemos que en estos conflictos los perjudicados y víctimas siempre están de nuestro lado.

Más allá de nuestras convicciones personales es válido finalizar con un párrafo del Padre Eduardo de la Serna del Grupo de Curas en Opción por los Pobres, que dice:

"… me permito soñar para mis hermanos y hermanas otro mundo posible. Aunque el hecho de que los pobres puedan comer, trabajar, descansar, ver fútbol, y hasta vacacionar resulte una peligrosa cercanía para cierta clase media. Es por ese otro mundo posible que celebraría que se vayan cuanto antes…."

Como siempre terminamos reivindicando a nuestros y a todos los detenidos desparecidos.

¡Por la libertad de todos los presos políticos y sociales!

¡30.000 compañeros detenidos – desaparecidos. Presente!

¡Ahora y siempre!