LUIS MATTINI
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FIDEL CASTRO HA MUERTO
Por Luis Mattini
Información que solo puede escribirse con la fuerza y precisión del en pretérito perfecto, porque este acontecimiento es un pasado no acabado aún.
Fidel no esperó que la HISTORIA lo absolviera. Su última decisión le perdona y lo absuelve de sus pecados, sus prácticas de realeza, sus crímenes y nos devuelve aquel Fidel que supimos admirar y, en mi caso y el de mis viejos compañeros del PRT-ERP, seguir.
Porque Fidel decidió ser cremado. Ultimo gesto de grandeza que frustra la pestilente necrofilia y manipulación de cadáveres, que suelen practicar los iberoamericanos de izquierda o de derecha.
Hecho cenizas, su cuerpo no podrá ser venerado ni embalsamado.
Lindo sería, que se entendiera este, su último mensaje y no lo reprodujeran tampoco en ese hibrido metalucho llamado "bronce", que tanto admiran las clases dominantes, con el que intentaron matar a Lenin, al Che o al general San Martín, entre muchos otros…, metal pretencioso, despreciado por los herreros y odiado por los porteros porteños , que se cansan de lustrarlo.
Además por suerte hoy no hay un versero, como el muy católico Belisario Roldan, que sufrimos en la escuela primaria, quien en la inauguración del monumento a San Martin, en Bouglone Su Mer expresó "Padre nuestro que estas en el bronce"
Porque claro está que Fidel fue un hombre de hierro
Ya que sin esa mano de hierro no hubiera podido resistir la permanente agresión del imperialismo norteamericano, ni la insospechada ambigua admiración de la mayoría del pueblo cubano con las costumbres yanquis. O creer que los yanquis son los únicos poderosos sin recordar que la única guerra que ganó EE.UU. , fue la guerra civil.
Tambien es posible que Fidel, nunca haya leído al General San Martin, quien como el Che renunció al poder afirmando: «el sable del libertador se transforma en el sable del tirano si este no se retira ». y así, la "mano de hierro" de Fidel, se transformó en la mano el amo liberador por muchos años
Pero repito: decidir ser cremado nos devuelve ese hombre de hierro y, con el Che, podemos decirle; "Hasta la Victoria siempre".