Por Mariela Pinza
CELAG

El 8 de febrero del a�o 1984, durante el gobierno de Ra�l Alfons�n (1983-1989), se public� en el Bolet�n Oficial el Decreto Nacional 436/1984. El mismo ratificaba la decisi�n pol�tica de subordinar, desde una herramienta legal y constitucional, el rol de las fuerzas armadas al poder civil elegido democr�ticamente por el pueblo. Recordemos que la Argentina estuvo subsumida bajo una dictadura militar feroz que se caracteriz� por niveles altos de violencia pol�tica, con un saldo de 30.000 personas detenidas � desaparecidas. En un escenario pol�tico complejo de construcci�n democr�tica, el gobierno del presidente Alfons�n, tuvo que reconfigurar la estructura militar.

En aquel decreto �que sobrevivi� a los m�s de 30 a�os de democracia ininterrumpida- se estableci� las facultades que se delegan en el Ministerio de Defensa y en los Jefes de los Estados Mayores Generales de las Fuerzas Armadas. Espec�ficamente se le deleg� al Ministro de Defensa lo concerniente a: disponer de los nombramientos y cambios de destino del personal superior del grado de Coronel o equivalentes; de los retiros y bajas obligatorios de los Oficiales Superiores; ejercitar facultades disciplinarias, entre otras funciones. Disponer los retiros y bajas obligatorios de los Oficiales Superiores de las Fuerzas Armadas; del Personal Superior de Gendarmer�a Nacional y de la Prefectura Naval Argentina; disponer tambi�n las altas y ceses del personal de Oficiales Superiores que preste servicios en situaci�n de retiro, seg�n el art�culo 62 de la Ley para el Personal Militar Nro. 19.101; ejercer, en materia de la jurisdicci�n del honor, las facultades que el Reglamento de los Tribunales de Honor de las Fuerzas Armadas (Decreto Nro. 1180/83) conced�a a los entonces Comandantes en Jefe reunidos en forma conjunta [1].

Hasta el mi�rcoles este decreto estuvo vigente y rigi� la vida militar en los diferentes gobiernos democr�ticos los cuales dejaron en manos del Ministerio de Defensa, es decir, en el �mbito de la conducci�n civil, facultades de importancia como el nombramiento de los cargos superiores de las Fuerzas Armadas, que fueron expresi�n y acompa�aron a los diferentes tipos de pol�tica en el �rea de defensa y seguridad seg�n los proyectos pol�ticos de cada gobierno.

Con el decreto 721/2016 promulgado por el presidente Mauricio Macri � que veta el anterior promulgado por Alfons�n � las consecuencias (no deseadas) del "cambio" llegaron tambi�n a la estructura militar. De esta manera hasta hace pocos d�as, prevaleci� el principio democr�tico por sobre los intereses de las Fuerzas Armadas y no al rev�s, en palabras del ex Ministro de Defensa Agust�n Rossi: "En t�rminos pol�ticos durante todos estos a�os la democracia fue generando la conducci�n civil de la Defensa, quit�ndoles m�rgenes de autonom�a a las Fuerzas Armadas, con este decreto se vuelve a empoderar a los jefes de las fuerzas" [2].

En el considerando del decreto promulgado por Mauricio Macri, se destaca y se justifica la necesidad de "establecer procedimientos �giles que permitan atender las cuestiones relacionadas con la gesti�n del personal de las Fuerzas Armadas, en el marco de la conducci�n civil de la Defensa Nacional" [3]. Poniendo especial �nfasis en "simplificar los circuitos administrativos, para dar respuesta a las necesidades del servicio de las Fuerzas Armadas" [4].

Lo que establece este decreto es que las atribuciones del Jefe del Estado Mayor conjunto de las Fuerzas Armadas son la designaci�n de los oficiales y suboficiales del ESTADO MAYOR CONJUNTO DE LAS FUERZAS ARMADAS, con excepci�n de aquellos cargos que constituyan la conducci�n superior. Como as� tambi�n, se delegan en ellos las siguientes facultades, respecto de sus respectivas Fuerzas: la disposici�n de los cambios de destino de los oficiales y suboficiales; la aprobaci�n de las calificaciones de egreso de escuelas o institutos de reclutamiento de los oficiales de las Fuerzas Armadas; disposici�n de las bajas y los retiros obligatorios de los oficiales jefes y oficiales subalternos, entre otras atribuciones como lo relativo a ascensos y premios [5].

Mientras que el Ministerio de Defensa informar�, solamente, la designaci�n o retiros de los cargos relativos a la "Conducci�n Superior" al Estado Mayor Conjunto y a los Estados Mayores Generales de las Fuerzas Armadas. Como tambi�n, sobre los auditores para cada arma [6].

El "cambio" lleg�, y con �l, se comienzan a implementar los mecanismos para la efectiva redistribuci�n de cuotas de poder de sectores que ans�an recuperar los a�os perdidos en complicidad con un gobierno que tiene el objetivo claro, la desarticulaci�n de las funciones del Estado. Por lo pronto, se inaugura la �poca de amistades peligrosas.

[8] Ibid.