Argentina, la
lucha continua....
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El empleo público en cifras
Por Mario Hernandez
En el día de ayer administraciones y servicios del Estado nacional,
provinciales y municipales se vieron paralizados y llenas las plazas de las
principales ciudades del país. En Buenos Aires, una multitud de trabajadores
bonaerenses y porteños de ATE, de otros sindicatos y organizaciones sociales
desbordaron las calles, desde Plaza de Mayo hasta Tacuarí, incluidas las
arterias diagonales.
Los trabajadores estatales contaron con la adhesión de sindicatos de la CTA
Autónoma y de los Trabajadores. Entre ellos, los docentes de CONADU Histórica,
la FND y CTERA; profesionales de la Salud de FESPROSA y CICOP y judiciales de la
FJA.
Había también estibadores portuarios, periodistas del SIPREBA, trabajadores de
Cresta Roja, ferroviarios, organizaciones territoriales, ambientales y de
derechos humanos.
Al cierre del acto el Secretario General bonaerense, Oscar de Isasi, advirtió
que "el poder pergeñó una ingeniería" para dividirlos y desalentarlos. "Nos
dijeron para qué van a hacer paro, si no hay plata. Si sos precario, para qué
marchar, si no sabés qué te puede pasar. Pero ver esta plaza, ver que los
hospitales bonaerenses funcionaron hoy como un domingo, que los auxiliares de
Educación no fueron a las escuelas, que la administración pública estuvo
paralizada, que los astilleros estuvieron vacíos, me llena de orgullo", expresó.
Por último, el Secretario General de provincia de Buenos Aires anunció que los
estatales se movilizarán el 29 de febrero próximo a la Casa de Gobierno en La
Plata, para acompañar la jornada de paro de los docentes y auxiliares de
Educación.
De mala leche
En este marco la Vicepresidente, Gabriela Michetti, de visita en Brasilia,
concedió una entrevista reproducida por Clarín, donde sostiene que "el gobierno
anterior aumentó la planta de la administración pública nacional, provincial y
municipal, en 1.500.000 de personas".
Al respecto, Le Monde Diplomatique en su edición de febrero publica un artículo
"El empleo público en debate" de la periodista Verónica Ocvirk, fundado en
estadísticas y análisis de expertos en la materia. Veamos qué dicen sobre las
cifras.
"La mayor parte del empleo público está hoy en las provincias y se trata de una
dotación que en aproximadamente un 70% está formada por docentes, médicos y
policías. La administración pública en realidad representa una cantidad de
empleados bastante baja", señala Maximiliano Rey, politólogo, co-profesor
adjunto regular de la UBA y autor, junto a Horacio Cano y Arturo Laguado Duca,
de El Estado en cuestión, una obra de publicación reciente que analiza las
características de la administración pública argentina durante los últimos 50
años.
"Es cierto que la cantidad de empleados públicos creció en los últimos años.
Pero también fue un período en el que el Estado se agrandó en el mejor sentido
del término, ampliando su rol de regulación, diseminando delegaciones de
distintos organismos por el territorio, creando universidades y recuperando
empresas públicas. Aún así las cifras que indican la cantidad de empleados
públicos no son una locura. A mi entender cuando se habla de "ñoquis" hay detrás
una mirada ideológica, porque si bien puede haber sectores del Estado donde se
trabaja de una forma más flexible, no es la generalidad de los casos", advierte.
Otro trabajo, Metamorfosis del sector público nacional, que llevó a cabo el
Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento
(CIPPEC), en base a los empleados de la administración estatal -Presidencia,
Ministerios, Congreso Nacional, Poder Judicial, organismos descentralizados y
empresas estatales, sin considerar a los trabajadores municipales y
provinciales-, contabilizó en 2015 un total de 773.000 empleados, casi 290.000
más que en 2003, cuando había solo 484.000.
El mayor incremento se registró en las empresas públicas. YPF con 22.000
empleados, la Administradora de Recursos Ferroviarios con 20.000, el Correo
Argentino con 17.000, Aerolíneas Argentinas con 10.700 y Aguas y Saneamiento con
6.000. Se trata en general de trabajadores que eran contabilizados como empleo
privado y que se convirtieron en empleados públicos a partir de la estatización
de esas empresas.
En segundo lugar aparece la administración central, que creció un 44%, unos
100.000 trabajadores, principalmente en el Ministerio de Desarrollo Social y en
el Poder Judicial.
Por último, en la administración descentralizada –ANSES, AFIP, PAMI y otros-, se
incrementó un 41%, incorporando cerca de 90.000 empleados en los últimos 12
años.
Aclarado que 480.000 no es lo mismo que 1.500.000 como sostiene por ignorancia o
de mala fe la vicepresidente, cabe preguntarse…
¿Es demasiado grande la planta de empleados públicos en Argentina?
El índice de trabajadores públicos de acuerdo a la población económicamente
activa (PEA) puede ser un buen indicador para comparar con otros países. La
cantidad de empleados estatales en Argentina, tomando en cuenta tanto a la
Nación como a las provincias y municipios, se calcula en 3.700.000, lo cual,
considerando una PEA de 22.000.000, arroja que cerca de un 17% de los argentinos
trabajan en el Estado.
Esos valores demuestran que nuestro país no escapa a la media de la región
latinoamericana y que está por debajo de los países desarrollados como Noruega
(34%), Dinamarca (32%), Suecia (26%), Francia (22%), Canadá (20%) y el Reino
Unido (18%).
Al observar la composición del empleo estatal argentino puede notarse que son
las provincias las que han visto aumentar sus dotaciones de trabajadores de
manera más significativa, en general por transferencias de personal de salud y
educación desde la Nación en las últimas décadas.
Un estudio de la Corporación Andina de Fomento (CAF) y el Centro de Estudios
Distributivos, Laborales y Sociales de la Universidad Nacional de La Plata (Cedlas-UNLP)
analiza el papel central que ocupa el Estado en las sociedades y economías
nacionales: "Provee servicios básicos como defensa y justicia, ofrece servicios
sociales como educación y salud y con frecuencia participa en sectores
productivos a través de empresas estatales. Para realizar este vasto conjunto de
actividades el Estado emplea a un gran número de trabajadores: de hecho el
sector público es, típicamente, el principal empleador en las economías
modernas".
Presentar la idea de un Estado agrandado desmedidamente, como lo hace Gabriela
Michetti, persigue generar un clima de opinión favorable a los despidos.
Es normal que se dé cierto recambio en el plantel de empleados públicos al
iniciarse una nueva gestión, incluso despidos puntuales en determinadas
reparticiones, lo novedoso de la gestión macrista es que se cuentan por miles.
Sobre el particular, en el día de ayer tuve oportunidad de entrevistar en la
marcha de los estatales al ex diputado Claudio Lozano, que a través del
Instituto de investigaciones económicas de la CTA-A, lleva registrados más de
28.000 despidos de empleados públicos. A lo que se agrega que el gobierno
reconoció que pueden haber más ya que están analizando alrededor de "25.000
contratos que se habían iniciado en los últimos tres años".
Esta situación facilitada por un mayor grado de flexibilización, ya que hay una
planta permanente muy chica y un enorme sector de contratos de diferente índole:
planta transitoria, pasantías, becas, contratos de empleo público, locación de
servicio, de obra, con organismos internacionales, con universidades y
fundaciones, entre otros, y cada uno con su propia normativa salarial y laboral.
Hace 20 años eran más los trabajadores de planta que los contratados, pero esa
relación fue invirtiéndose a favor de éstos últimos.
Hugo Godoy, secretario general de la Asociación de Trabajadores del Estado
(ATE), señaló que los despidos masivos son "un disciplinamiento de cara a la
próxima discusión salarial", pero añadió que: "La precarización laboral dentro
del Estado, que aumentó durante el kirchnerismo, terminó volviéndose un terreno
fértil". Desde 2009 solo se llevaron a cabo 13.000 concursos, precisamente para
blanquear a esos trabajadores informales, contra los que ahora apunta el
Ministro de Modernización, Andrés Ibarra.