Argentina, la
lucha continua....
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Final de ciclo con sabor amargo
Por Red Eco Alternativo
Ante el inicio de un nuevo ciclo político Maristella Svampa, socióloga e
investigadora, realizó en el programa El peso del Rocío (FM La Tribu) un
principio de balance del ciclo finalizado y un análisis del panorama político
que se abre tanto en el país como en América Latina.
Con el gobierno encabezado por Mauricio Macri recién asumido, Maristella Svampa
indicó que en las elecciones se produjo una derechización de la oferta,
señalando que esto no quiere decir que hubo un corrimiento a la derecha de la
sociedad. Lo que sucedió, según la socióloga, fue que los argentinos tuvieron
que optar entre dos tipos de derecha que sin embargo no son iguales. Planteó que
el kirchinerismo, sin un sucesor más adecuado, debió optar por un representante
de la derecha conservadora, mientras que Cambiemos llevó a un
representante de la derecha empresarial. Esto, destacó, implicó un corrimiento y
colapso de las opciones de centro izquierda.
Por esta razón explicó que el triunfo de Cambiemos no implica que se va a
producir un retorno lineal a la década de los ’90: "La historia no se repite tal
cual y la sociedad no es la misma que en los ’90 (…). Estamos en una sociedad
pos neoliberal con una gran capacidad de protesta y un lenguaje expandido de
derechos relacionada con la crisis que se abrió en 2001. Por lo que no habría
espacio para un retroceso tal".
También en esa línea argumental analizó al gabinete del nuevo gobierno y destacó
que si bien hay muchos CEOs, también hay elementos de desarrollismo, por lo que
hay que ver cómo se da la oscilación entre estos dos elementos.
"El desarrollismo ´a la Frondizi´ alude a la idea de desarrollar planes públicos
e infraestructura, una cierta sensibilidad por lo social pero asociada a menos
Estado, y por otro lado una derecha neoliberal que aparece ilustrada por el
modelo de Sebastián Piñera (presidente chileno entre los años 2010 y 2014) que
es un modelo pos noventista", expresó la socióloga.
Svampa subrayó que como todo gobierno entrante siempre manifiesta mayor
capacidad de escucha que los salientes y en este marco se desarrollará esta
oscilación de elementos: "cuál de los elementos va a triunfar, lo dirá el
tiempo", agregó.
Luego avanzó con un balance del ciclo kirchnerista que se está cerrando,
destacando que se trató de uno de los más largos y complejos de la Argentina.
Explicó que su análisis del kirchnerismo se centra en las continuidades y
rupturas. Remarcó, dentro de las continuidades, las políticas neoliberales y el
modelo económico extractivista y de precarización laboral, y en las rupturas los
juicios por crímenes de lesa humanidad, las medidas progresistas como el
matrimonio igualitario y el rol del Estado en estos años.
Sin embargo, subrayó que estas políticas lejos estuvieron de constituir un
cambio en las relaciones de poder, sino más bien de constitución de un nuevo
orden jerárquico y que no hubo cambios para lograr mayores niveles de igualdad.
Señaló que nunca hubo un gobierno que tuviera tanto dinero en ingresos fiscales
producto del boom de los commodities, sin embargo no hubo cambios orientados a
lograr mayores niveles de igualdad.
Las políticas a las que definió como de orientación asistencial más que
igualitarias favorecieron a la reducción de la pobreza, pero con un carácter
volátil que puede disiparse rápidamente por estar anclada a los precios y la
inflación. Habló entonces de una reducción de la pobreza pero no de la
desigualdad, mayor concentración de la riqueza y leve mejoramiento de los
sectores populares.
Por otro lado, destacó lo que considera una herida política y cultural que tiene
que ver con la prevalencia de esquemas binarios como pueblo/antipueblo,
pueblo/corporaciones que no se atienen a la realidad sino a un discurso épico
imaginario que ha hecho mucho daño y ha dificultado la formación de un espacio
de centro izquierda más plural y democrático. En este sentido afirmó que esta
herida abierta persistirá, beneficiando a la derecha y consolidando más brechas
y divisiones a las izquierdas.
Para cerrar, en relación al panorama político latinoamericano, Svampa se refirió
a lo que considera un final de ciclo con sabor amargo de los gobiernos
progresistas latinoamericanos.
Indicó que estos gobiernos progresistas denominados genéricamente de izquierda
o centro izquierda han hecho un pasajea regímenes populistas. Pero no entendido
en la forma en que lo denomina la derecha sino en el sentido de regímenes
políticos complejos que combinan elementos democráticos con otros autoritarios.
Hay una tendencia a la intolerancia a las disidencias, señaló, y al cierre
hegemónico que centra el poder en los jefes de estado al que denomina híper
liderazgos. El protagonismo respecto a los cambios y conquistas obtenidas recae
en los líderes que para asegurar dichas conquistas deben consolidarse y
permanecer en el poder. Svampa marcó lo negativo que se torna esto en cuanto a
que desempodera a las organizaciones sociales que deberían ser las protagonistas
de los cambios históricos, pero en su lugar se alienta a procesos autoritarios y
se vuelven modelos más clásicos de poder.
"Lo digo con dolor –dijo- pero lo veo en términos políticos", finalizó.