Latinoamérica
|
Economías ilegales y territorialidad en Latinoamérica
Fernando Carrión
ALAI
Muy poca importancia se le ha asignado a los mercados ilegales dentro de la
economía, quizás debido a la invisibilidad que producen sus metodologías,
indicadores y fuentes, pero también a las implicaciones morales, legales,
políticas y culturales nacidas en el marco de la política de la "guerra a las
drogas".
Lo cierto es que existe una importante masa monetaria proveniente de los
mercados ilícitos. Los datos a la mano nos muestran que en 1998 Michel Camdessus
(Director del Fondo Monetario Internacional - FMI) estimó entre el 2% y el 5% de
la economía mundial, mientras Moisés Naim estableció para el año 2004 un volumen
del 10%. Esto significa que en 6 años se duplicó, lo cual evidencia una
significativa tendencia alcista. Si este ritmo de crecimiento se mantiene hasta
ahora ¿cuál sería en este momento el aporte de los mercados ilegales a la
economía mundial?
En América Latina se calculaba para el año 2002 una participación del 6,3% del
PIB (alrededor de 75 mil millones de dólares). En un estudio que estamos
llevando a cabo con el patrocinio del IDRC hemos detectado que la cifra regional
debe ser superior a los 120 mil millones de dólares, una cantidad similar a los
137 mil millones de inversión externa que recibió la región en 2013 (CEPAL).
¿Dónde están estos recursos?
En América Latina no existen investigaciones que muestren donde se encuentran
estos recursos; sin embargo, si seguimos los estudios de Forgione en Italia
(2009), podemos afirmar que entre el 40% y el 50% sirven para reproducir el
ilícito y dinamizar este segmento del mercado (corrupción, tecnología, armas,
sueldos, sicariato); y entre el 60% y el 50% para ser blanqueado en la economía
legal.
La economía se dinamiza con el dinero destinado a reproducir el ilícito y con el
que se invierte en los mercados legales menos regulados, con rápida liquidez y
son funcionales a la reproducción de los ilícitos. Los enlaces con las áreas
formales de la economía son evidentes, tanto que los límites entre los mercados
legales y los ilegales son imperceptibles.
Los sectores de la economía donde tienden a ubicarse estos capitales son muy
variados, según la sociedad que se trate, aunque la mayoría de ellos son de base
urbana. Por ejemplo, el sector inmobiliario es una actividad económica donde
tiene mucha incidencia; en la actualidad en las ciudades más grandes de América
Latina hay un crecimiento del sector que tiende a ser explicado como si
existiera una burbuja, una sobre oferta o un boom inmobiliario. El sector
comercial, automotor y de turismo son otros sectores atractivos para el lavado
de activos provenientes de las economías ilegales.
En la sociedad se desarrollan nuevas culturas vinculadas a la ganancia rápida y
fácil, a las nuevas formas de consumo, a los contenidos de las narco novelas y
de la música (narcocorridos) y, también, a la nueva capacidad de generación de
empleo y de entrega de beneficios –que son buenos amortiguadores sociales– para
contar con grupos de apoyo para sus fechorías.
La reproducción de los ilícitos requiere de recursos económicos que financien el
control de los territorios estratégicos, como son los lugares de producción o de
traslado de narcóticos; así como también el financiamiento del mantenimiento de
las fuerzas militares irregulares.
Adicionalmente, la ilegalidad necesita dinero para enquistarse en las
estructuras estatales de tal manera de hacerlas permisivas al delito mediante
las modalidades de "plata" (corrupción), "plomo" (intimidación) y "democracia"
(elecciones), con lo cual las políticas pierden eficacia y las instituciones se
deslegitiman. De esta forma las instituciones estatales son minadas por la
corrupción y por la creación de estructuras paralelas al poder constituido
conduciendo, por un lado, a su debilitamiento para el control de estas
actividades y, por otro lado, a la expresión de "Estado fallido", que no es otra
cosa que la "certificación" propia de la política de "guerra a las drogas".
Los territorios se modifican
La producción social del espacio se transforma profundamente, según la nueva
lógica de las economías legales e ilegales. En palabras de Sassen (1999): "los
cambios en la geografía y en la composición de la economía global produjeron una
compleja dualidad: una organización de la actividad económica espacialmente
dispersa, pero a la vez globalmente integrada".
Esta economía se sustenta en la descomposición mundial de los procesos
productivos, no solo en el territorio (espacios dispersos) sino también en las
fases del proceso general. Los lugares de excepción son parte de un sistema
organizacional compuesto por redes y nodos, que son articulados a nivel mundial
por un comando central tipo holding (cártel de Sinaloa, N´drangueta). Esta
estructura tiene una cualidad única: cuando las partes son atacadas el todo no
se contamina ni se afecta, porque en los lugares dispersos actúan la
tercerización y la franquicia, mientras en el contexto global lo hace el
holding. De esta manera se cuenta con una estructura eficiente en lo
administrativo e inmune frente a las acciones del sistema penal, porque la
tercerización o la franquicia operan como válvulas o fusibles que saltan al
momento de un embate policial. Cuando la policía desarticula una banda o una
organización criminal, el propio holding lo reemplaza inmediatamente con otro
grupo o con fracciones del mismo, gracias a su alta flexibilidad.
Obviamente esta estructura tiene su contraparteen la territorialidad, que se
expresa en tres lugares estratégicos: primero, las fronteras, que son el espacio
donde las economías ilegales tienen un nivel de crecimiento asombroso, donde las
tasas de homicidios son más altas que los promedios nacionales y donde existe
una atracción-proyección desde-hacia el mundo (plataformas o hub).
A partir de principios de este siglo, las regiones fronterizas se convierten en
espacios estratégicos de los mercados ilegales más rentables: narcóticos, armas,
trata de personas, precursores químicos y contrabando. Desde este momento, las
fronteras se convierten en "sistemas globales" que cumplen funciones similares a
las de un nodo de integración por donde ingresan y salen –en tiempo real–
productos (narcóticos), insumos (precursores químicos) o servicios (salud,
santuario) que vienen/van, desde/hacia distintos lugares del planeta.
En segundo lugar están las ciudades, que son lugares preferidos para la nueva
economía, en tanto son proclives a los negocios, producen riqueza, atraen
inversión externa, concentran alta densidad de infraestructuras y servicios, son
espacios de innovación y tienen una masa de consumidores concentrada. La
vinculación de las economías ilegales con las legales encuentra en las ciudades
el escenario perfecto, tal como se puede observar en los sectores inmobiliario o
comercial que sirven para el lavado: pero también las ilegales se expresan
directamente en el jogo de bicho en Brasil para el micro tráfico de drogas, las
oficinas de cobro en Colombia para la venta de servicios de ajustes de cuentas o
los múltiples mercados de venta de productos robados en la mayoría de las
ciudades de la región. Por eso, en mercados como los que hemos visto, con alta
presencia de ilegalidad, no es nada difícil que estos dineros formen parte de la
economía urbana.
También se debe destacar que las ciudades de frontera se convierten en nodos
estructuradores de las regiones transfronterizas; tanto porque los mercados y
los delitos conexos tienden a concentrarse en ellas, como porque asumen la
función de plataformas universales.
Y en tercer lugar, los paraísos fiscales que son el gran espacio donde los
mercados ilegales y legales se encuentran, gracias al predominio de la lógica
offshore (extraterritorialidad) que fortalece los beneficios y los servicios
prestados por los paraísos fiscales. La OCDE estima en 7 billones de dólares el
monto de dinero que mueven los 74 paraísos fiscales, de los cuales 1.6 billones
proceden de los mercados ilegales.
- Fernando Carrión M. es académico del Departamento de Estudios Políticos de
FLACSO Ecuador.
Referencias:
- Forgione, Francesco (2010): Mafia export, Ed. Anagrama, Barcelona.
- Sassen, Saskia (1999): La ciudad global, Ed. EUDEBA, Buenos Aires.
* Este texto es parte de la Revista América Latina en Movimiento, No., 497 de
julio de 2014, que trata sobre el tema de "La cuestión urbana hoy: Entre el
mercado total y el buen vivir".