Latinoam�rica
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Mar para Bolivia: un derecho hist�rico, una necesidad para la integraci�n latinoamericana
Katu Arkonada
Chile ha ocupado el Litoral y se ha apoderado de �l con el mismo t�tulo que Alemania anex� al imperio la Alsacia y la Lorena, con el mismo t�tulo con que los Estados Unidos de Am�rica del Norte han tomado Puerto Rico. Nuestros derechos nacen de lo victoria, la ley supremo de las naciones. Que el Litoral es rico y vale muchos millones, eso yo lo sab�amos. Lo guardamos porque vale, que si no lo valiera, no habr�a inter�s en su conservaci�n.
Abraham Konig, Ministro Plenipotenciario de Chile en La Paz,
1900
El mar que pedimos por justicia, es un mar para los pueblos […] el mar es para
la Patria Grande; el mar para los bolivianos es irrenunciable, Bolivia jam�s se
va a quedar en paz hasta que no se resuelta este tema del mar, porque resolver
estos temas es parte de la integraci�n.
Evo Morales Ayma, Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, 2014
El 15 de julio Chile ha oficializado ante la Corte Internacional de Justicia
de La Haya una impugnaci�n de la propia competencia de la CIJ para resolver la
demanda mar�tima presentada por el Estado Plurinacional de Bolivia en abril de
2013, consolidada con la presentaci�n de una memoria con los argumentos
hist�ricos y jur�dicos bolivianos para reclamar una sentencia de La Haya que
obligue al Estado chileno a negociar una salida con soberan�a al mar Pacifico,
salida que le fue arrebatada a finales del siglo XIX en una invasi�n sin que
mediara ni tan siquiera una declaraci�n de guerra previa.
Antecedentes hist�ricos
Cuando Bolivia declara su independencia en 1825 y pasa a llamarse Republica de
Bol�var (es el propio Sim�n Bol�var quien env�a la primera Constituci�n que tuvo
el pa�s), nace con aproximadamente 400 kil�metros de costa sobre el Oc�ano
Pacifico.
En 1829 se crea la Provincia boliviana del Litoral, y en 1867 la misma se
constituye como Departamento, conformado por dos provincias, La Mar y Atacama,
que contaban a su vez con 4 puertos, Antofagasta, Cobija, Tocopilla y
Mejillones, adem�s de dos poblaciones interiores, Calama y Antofagasta.
Las mismas constituciones chilenas de 1822, 1823, 1828 y 1833 declaraban que su
l�mite por el norte era el Desierto de Atacama.
En 1879 Chile invade el Departamento del Litoral entrando por el puerto de
Antofagasta y quit�ndole a Bolivia por la fuerza su acceso soberano al mar y un
territorio de aproximadamente 120.000 km2 extremadamente rico en recursos
naturales, especialmente guano, salitre, b�rax, cobre y plata.
En 1904 Bolivia se ve obligada a firmar un Tratado de Paz con Chile en el que a
cambio de reconocer la soberan�a de Chile sobre el territorio ocupado
militarmente, el tratado otorgaba a Bolivia el derecho al libre tr�nsito
comercial por su territorio, compensaciones econ�micas y la construcci�n por
parte chilena de un ferrocarril entre Arica y La Paz.
Compromisos de Chile para negociar
Han sido innumerables las veces en los �ltimos 100 a�os en que Chile ha accedido
a negociar una salida con soberan�a al mar desde que Bolivia comenz� su demanda
ante foros internacionales por primera vez en la Conferencia de Paris de 1919 y
la Liga de las Naciones (germen de las Naciones Unidas) entre 1920 y 1922.
En un primer momento, en 1929, Chile quiso poner un candado a la salida al mar
para Bolivia cuando firma el Tratado de Lima con Per� por el que se queda con
Arica y cede Tacna al pa�s vecino, pero colocando una clausula por el que
ninguno de los dos pa�ses pod�an ceder a un tercer pa�s la totalidad o parte de
los territorios fruto del acuerdo.
Ya en los a�os 50 el propio Presidente de Estados Unidos Harry Truman se refiri�
en varias ocasiones a la posici�n chilena de otorgar una salida al mar con
soberan�a para Bolivia (en este caso a cambio del uso de las aguas del Lago
Titicaca) sobre la base de la posici�n del nuevo mandatario chileno Gabriel
Gonz�lez Videla; y en 1961 y sobre esa misma base Chile presenta un memor�ndum
ratificando su obligaci�n de negociar un acceso al mar con soberan�a para
Bolivia.
Otro de los momentos en que Chile y Bolivia estuvieron cerca, restableciendo
relaciones diplom�ticas y oblig�ndose a "buscar f�rmulas de soluci�n a la
situaci�n de mediterraneidad boliviana", fue parad�jicamente en 1975 durante los
gobiernos de los militares de derecha Hugo Banzer y Augusto Pinochet cuando se
dieron las famosas negociaciones (y abrazo entre fascistas) de Chara�a.
La propia Organizaci�n de Estados Americanos (OEA) durante su IX Asamblea
General aprob� una resoluci�n calificando la demanda mar�tima de Bolivia como
asunto de inter�s hemisf�rico, recomendando a los dos pa�ses que "inicien
negociaciones encaminadas a dar a Bolivia una conexi�n territorial libre y
soberana con el Oc�ano Pacifico". Asimismo en 1980 y 1981, se aprobaron
resoluciones (con el voto favorable de Chile) que instaban al dialogo con el fin
de dar a Bolivia un acceso al mar con soberan�a. Es de destacar tambi�n la
resoluci�n de la XIII Asamblea de la OEA de 1983 en el que mediante consenso y
de nuevo el voto favorable de Chile, se conminaba a los dos pa�ses a que
"inicien un proceso de acercamiento y reforzamiento de la amistad de
los pueblos boliviano y chileno, orientado a una normalizaci�n
de sus relacione s tendente a superar las dificultades
que los separan, incluyendo en especial una
f�rmula que haga posible dar a Bolivia
una salida soberana al Oc�ano
Pac�fico sobre las bases que consulten las
rec�procas conveniencias y los derechos e
intereses de las partes involucradas".
En los �ltimos a�os se han dado numerosos procesos de acercamiento y negociaci�n
entre Chile y Bolivia, destacando las de 1987 en Montevideo entre los
respectivos cancilleres; entre 2000 y 2001 se sucedieron una serie de encuentros
negociadores en Algarve (Portugal), Brasilia, Panam� y Quebec; en 2003 y durante
la XIII Cumbre Iberoamericana en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia), Carlos Mesa
y Ricardo Lagos hablaron de una salida al mar con soberan�a; en 2005 Rodr�guez
Veltze y Ricardo Lagos se reunieron hasta en 4 ocasiones en Nueva York,
Salamanca, Mar del Plata y Montevideo tratando temas como el del
enclaustramiento boliviano; ya con Michelle Bachelet en el poder, en el 2006 se
construy� entre Bolivia y Chile una Agenda Bilateral de Dialogo que constaba de
13 puntos, en el que el punto 6 era el Tema Mar�timo. Esa fue la �ltima vez que
los dos pa�ses se sentaron a dialogar sobre la cuesti�n del mar son soberan�a
para Bolivia, pareciera que con el paso de los a�os Chile ha ido derechizando
sus posiciones, cada vez m�s conservadoras, y durante los �ltimos a�os las
declaraciones de las autoridades gubernamentales chilenas han ido en la l�nea de
negar la existencia de asunto pendiente ninguno entre Chile y Bolivia, por lo
que la posici�n boliviana ha virado de intentar negociar con alguien que no
quiere negociar, a acudir a instancias internacionales como el Tribunal
Internacional de Justicia de La Haya para hallar una soluci�n.
Consecuencias del enclaustramiento boliviano
Es dif�cil medir las consecuencias del cercenamiento territorial sufrido por
Bolivia a manos de Chile. La p�rdida de soberan�a territorial, y por tanto
pol�tica, es incuantificable, pero s� se puede hacer una aproximaci�n de las
consecuencias econ�micas que la p�rdida de su litoral han supuesto para Bolivia.
En primer lugar y respecto de los recursos naturales, el litoral boliviano era
extremadamente rico en guano, un fertilizante natural, y salitre, que una vez
consumada la anexi�n del territorio boliviano por parte chilena, convirti� al
pa�s imperialista en el primer productor mundial de ese recurso natural,
permitiendo el desarrollo chileno. Otro elemento que permiti� enriquecerse a
Chile es la plata, mediante la mina de Caracoles situada en territorio
boliviano, y sobre todo cobre, con algunos de los yacimientos m�s grandes del
mundo, que se han convertido en la mitad de los ingresos por exportaciones
chilenas. La Canciller�a boliviana calcula en 900 mil millones de d�lares los
ingresos obtenidos por el cobre extra�do de lo que fue territorio boliviano.
Asimismo Chile ha comenzado a explotar litio, uno de los recursos naturales del
presente y futuro, litio que se encuentra en el antiguo territorio boliviano.
Otros perjuicios que sufre el pueblo boliviano por la codicia de las elites
chilenas es que si bien el Tratado de 1904 ofrec�a como compensaci�n el libre
tr�nsito por puertos chilenos para las mercanc�as bolivianas seg�n el sexto
punto: "La Rep�blica de Chile reconoce en favor de la de Bolivia y a
perpetuidad, el m�s amplio y libre derecho de tr�nsito comercial por su
territorio y puertos del Pac�fico", Chile ha violado este punto innumerables
ocasiones, siendo las m�s importantes durante la Guerra del Chaco entre Bolivia
y Paraguay en que prohibieron la entrada de armas para Bolivia en puertos
chilenos; en 1952 embargando miles de toneladas de esta�o para la exportaci�n; y
en 2004 privatizando los puertos chilenos y tratando de obligar a Bolivia a
someterse a los designios de concesionarias privadas.
Otro elemento de incumplimiento del Tratado de 1904 que causa un da�o econ�mico
a Bolivia es el relativo al ferrocarril Arica-La Paz, que seg�n el Tratado Chile
ten�a la obligaci�n de construir y mantener, cediendo el manejo de la parte
boliviana. Sin embargo, y de manera unilateral, desde 1997 el ferrocarril
suspendi� el transporte de pasajeros, y desde 2001 el de carga, sin que Chile
haya reanudado hasta el momento las operaciones ferroviarias.
Demanda mar�tima ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya
Es por estos antecedentes hist�ricos, por las cuantiosas p�rdidas para el Estado
boliviano, y ampar�ndose en que tanto Chile como Bolivia han suscrito el Tratado
Americano de Soluciones Pac�ficas o "Pacto de Bogot�" que determina someter las
disputas pol�ticas y territoriales ante la Corte Internacional de Justicia, que
el Presidente Evo Morales anuncia en 2011 la intenci�n de acudir a La Haya para
solucionar este diferendo hist�rico de manera definitiva y justa.
El memor�ndum con la argumentaci�n boliviana fue presentado en abril de 2014, y
permanece secreto, con la obligaci�n para los estados de no poder difundirlo.
Pero en la demanda boliviana b�sicamente se argumenta (y demuestra) que Chile se
ha comprometido a lo largo de la historia a negociar una salida al mar con
soberan�a por medio de acuerdos, practica diplom�tica y declaraciones de sus
m�ximos dirigentes pol�ticos.
Chile ten�a el plazo de pr�cticamente un a�o, hasta marzo de 2015, para
presentar una memoria respondiendo a las argumentaciones hist�ricas y jur�dicas
bolivianas, antes de un nuevo plazo para presentar contramemorias y finalmente
dar paso a la deliberaci�n de la Corte Internacional de Justicia, sin embargo ha
optado, mediante la forma de excepci�n preliminar, por impugnar la competencia
de la propia CIJ de La Haya en una maniobra peligrosa, muy peligrosa para los
intereses chilenos.
La hora de reparar una injusticia
La impugnaci�n de la Corte Internacional de Justicia de La Haya de un pa�s que
presume de ser una democracia demuestra las fracturas que la demanda boliviana
ha causado al interior del Estado chileno. El otro pa�s que en el pasado
reciente ha desconocido a la propia Corte es el Estado de Israel. De esta
manera, Chile se convierte en una especie de Israel latinoamericano demostrando
que 100 a�os despu�s de las declaraciones de Konig que abren este texto, la
victoria en una invasi�n militar vale m�s que la justicia y el derecho
internacional. 100 a�os despu�s, nada ha cambiado en Chile, cuyos gobernantes
siguen respondiendo a los intereses de sus elites econ�micas.
Pero Chile enfrenta una Bolivia que por primera vez en toda su historia tiene
una pol�tica de Estado clara, definida y rotunda, que cuenta con el apoyo
de todo un pueblo detr�s; adem�s de un gobierno, que encabeza la demanda en La
Haya contando con el respaldo de la oposici�n, y ha incorporado, para reforzar
la pol�tica de Estado a dos ex presidentes a la causa, Eduardo Rodr�guez Veltze
como Embajador en los Pa�ses Bajos y representante ante la Corte, y Carlos Mesa
en la figura de embajador itinerante para explicar al mundo las razones
hist�ricas y jur�dicas de la demanda.
Dentro de la estrategia boliviana es necesario clarificar que a pesar de que una
invasi�n imperialista y acto de pirater�a no deber�a generar ning�n tipo de
derecho ni legal ni leg�timo, con la demanda ante La Haya no se est� poniendo en
cuesti�n el parad�jicamente llamado "Tratado de Paz y Amistad", sino lo que se
pretende es argumentar que son suficientes las veces que Chile ha accedido a
negociar una salida al mar con soberan�a durante los �ltimos 100 a�os, y por lo
tanto la CIJ obligue a Chile a hacerlo de manera real y efectiva.
En cualquier caso, la impugnaci�n chilena solo se puede explicar desde la
intencionalidad de dilatar el proceso, aun sabiendo que probablemente la Corte
no acepte el recurso y proporcione una primera derrota simb�lica; pero dilatando
el proceso quiz�s la posible sentencia favorable a Bolivia llegue cuando el
gobierno de Bachelet haya terminado (ya que en Chile no hay posibilidad de
reelecci�n consecutiva). Carlos Mesa, ex Presidente de Bolivia explica de esta
manera la impugnaci�n chilena: "Primero, como una actitud que prueba la absoluta
falta de voluntad pol�tica de Chile de encarar una soluci�n definitiva al
problema pendiente entre ambos pa�ses. Segundo, como un intento no solo de
descalificar la competencia de la Corte, sino -sobre todo- de confundir a la
opini�n internacional en torno a la verdadera esencia jur�dica de nuestra
demanda."
De ex presidente a ex presidente, cerramos este texto con las palabras del
�ltimo presidente socialista que tuvo Chile, Salvar Allende, que entend�a como
buen socialista que el pueblo boliviano ten�a un derecho hist�rico sobre un
territorio arrebato de manera injusta y cruel, y como buen internacionalista
sab�a que la salida al mar era parte del proyecto de integraci�n
latinoamericana, de construcci�n de la Patria Grande: "Ha llegado la hora de la
gran reparaci�n de una injusticia, Chile tiene una centenaria deuda y estamos
dispuestos a emprender una soluci�n hist�rica. Bolivia retornar� soberana a las
costas del Pac�fico. No le pedimos nada al sufrido pueblo trabajador boliviano,
queremos solamente reparar el despojo cruel del que ha sido v�ctima. Los
escritores y todos los hombres y mujeres de buena voluntad deben venir a Chile y
explicar sus anhelos, discutir, crear las condiciones objetivas y subjetivas en
el pueblo chileno para poder llegar al feliz entendimiento".