Argentina, la
lucha continua....
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Los l�mites hist�ricos y el armado del Bloque Popular
Mariano Massaro
Rebeli�n
1- Diagn�stico
La primer consideraci�n a realizar buscando esclarecer la actual etapa del proceso pol�tico en Argentina, esta vinculado a la visible modificaci�n del Bloque Hist�rico Dominante, que supo ejercer el momento hegem�nico, y que ahora encuentra dificultadas manifiestas para continuar. Lo que estamos observando es el reacomodamiento del Bloque. La segunda cuesti�n condensa en la ofensiva emprendida por el capital, sus fracciones y sus representaciones pol�ticas. Considerando estos elementos partimos de la hip�tesis de que el Bloque Dominante choc� contra sus propios l�mites hist�ricos. La existencia de dichos l�mites liber� parte de la ofensiva del capital. Puesto en otras palabras, los intereses que representaban los actores que integraban el Bloque, son interferidos en su reproducci�n a causa del desarrollo del proceso, lo cual fuerza a desarmar la alianza t�ctica que parec�a estable.
La situaci�n descripta entrelaza fuertemente los elementos que la componen. Cuando actores econ�micos fuertes ven obstruida su posibilidad de incrementar sus m�rgenes de rentabilidad ponen en cuesti�n su participaci�n en la alianza t�ctica (siempre creen que existen otras opciones que s� la aseguren). Otro hecho muy significativo esta vinculado a la conducci�n ideol�gica y moral, la cual constantemente es disputada entre los mismos sujetos que componen el Bloque. As�, cuando uno o varios de los sujetos ven reducida su injerencia en la conducci�n moral a manos de otros aliados t�cticos, las tensiones se incrementan. Sobre el particular y, solo a t�tulo enunciativo dir�amos que los sectores medios socialdem�cratas fueron perdiendo su capacidad de influencia moral sobre quienes ejercen la hegemon�a en el Bloque Hist�rico.
La deserci�n de algunos actores erosiona la correlaci�n de fuerza que el Bloque ostentaba, permitiendo una arremetida pol�tica y econ�mica como la que observamos en esta fase. La interrelaci�n es absoluta. El Bloque Dominante de tradici�n popular registrar una proceso de reconfiguraci�n; no ocup� ni ocupa la totalidad del escenario, sino que disputa constantemente con el Bloque de tradici�n liberal/neoliberal, el cual no ejerce conducci�n, pero resulta insoslayable su peso espec�fico. Este es el contexto donde se reconfigura el primo de ello.
Cada uno de estos actores ingresa buscando un inter�s sectorial espec�fico. La sinergia de esos intereses va definiendo un proceso pol�tico, econ�mico, social y cultural, pero cuando la preeminencia de la pol�tica habilita la construcci�n o reedici�n de un proceso popular la suma resultante del proceso puede terminar interfiriendo con los intereses espec�ficos de las partes. All�, comienza la realineaci�n del Bloque Dominante y el nacimiento de otro Bloque que buscar� ser Dominante. En el proceso 2003/2012 la hegemon�a de ese Bloque la tuvo la ra�z popular. Es decir, conviv�an intereses heterog�neos pero toda medida estrat�gica quedaba supeditaba al programa del actor popular, en este caso: empleo, inclusi�n social, reconocimiento de derechos civiles, econ�micos y pol�ticos, aumento del consumo interno. Sostener esta din�mica acent�a tensi�n nacidas de los diversos intereses en el Bloque. Parte de �ste proceso es lo que estamos observando.
2- Reacomodamiento del Bloque Hist�rico no es Crisis Org�nica
Esta claro que el proceso de reconfiguraci�n que atraviesa el Bloque Hist�rico (popular), se ha extendido en el tiempo, sin embargo continua siendo Dominante y Dirigente. Dominante atento que se impone sobre la realidad pol�tica, sin encontrar actor pol�tico articulado que dispute la conducci�n del Estado en sentido amplio, ni que tenga la fuerza de generar una direcci�n cultural y moral alternativa. Y Dirigente, porque sigue estando sostenido por amplios consensos.
Otro punto trascendente a destacar, se vincula a la continuidad del v�nculo con muy amplios sectores de representados; esto contin�a inalterable. Indudablemente la salida de diversas actores re dibujo el mapa, pero dicho v�nculo perdura. La �ltima cuesti�n a considerar hace referencia a si sostiene la hegemon�a del proceso o no. Puesto en esos t�rminos, resulta indudable que s�, pero debemos destacar que la s�ntesis de su influencia se ha reducido, sin afectar la totalidad de su condici�n hegem�nica. Por todas estas consideraciones la actual reconfiguraci�n del Bloque Hist�rico Dirigente no puede considerarse una crisis org�nica en t�rminos gracianos.
3- L�mite Hist�rico
Part�amos estas l�neas observando la existencia de un fen�meno, el cual caracteriz�bamos como el choque del Bloque Hist�rico con sus propios L�mites Hist�ricos.
Un l�mite hist�rico es en sustancia la imposibilidad de superar el estado de cosas; Es el m�ximo desarrollo posible de acuerdo al estado de cosas al que ha conducido el proceso hist�rico. Un l�mite hist�rico interact�a con la ontolog�a de los actores sociales, pol�ticos, econ�micos y con el desarrollo alcanzado por las fuerzas productivas.
En ocasiones se confunde, o se pretende hacerlo, un ciclo o su fin, con un l�mite hist�rico. El fin de un ciclo puede darse sin haber agotado el l�mite hist�rico. El ciclo puede ser econ�mico o pol�tico. El ciclo hace referencia a la conducci�n/hegemon�a ejercida por un actor en el Bloque Dominante, mientras que el l�mite hist�rico involucra el estado relacional de todos los actores interviniente en el Bloque Dominante. Son cosas diferentes. El ciclo pol�tico, o su terminaci�n consiste en la radiograf�a del momento en que se re acomoda el Bloque Pol�tico, las razones de ello depender�n del proceso pol�tico en s�. La modificaci�n del Bloque Dirigente necesariamente altera el escenario.
Algunos comportamientos/variantes se manifiestan de forma sistem�tica a lo largo de la historia argentina; son una constante. Aparecen como barreras dificultosas de ser superadas. Es incorrecto interpretar dicha reiteraci�n como un ley natural que las determina, y por consiguiente, la cual no puede ser modificada. Dir�a, que se trata de hechos que anclan en como la lucha de clases se fue resolviendo a la largo de la historia, y la interacci�n que esto tiene con la distribuci�n internacional del trabajo.
La modificaci�n de l�mites hist�ricos no es un hecho fortuito, pero s� an�malo, es decir, es solo posibilidad. Ciertamente es poco habitual el rompimiento de esas cadenas. Es un evento que debe considerarse una irrupci�n, es un hecho rupturista que ha de expresarse en todos los niveles, econ�mico, pol�tico, social, cultural, comunicacional. La condici�n de posibilidad late en la articulaci�n de los actores correctos. No puede generarse el hecho rupturista con acciones de coyuntura, puesto que la esencia del limite no radica en la modificaci�n de la coyuntura, sino el proceso que determina la coyuntura. Nadie es o puede ser lo que no es. Tambi�n debe a�adirse que lo que falta para perforar el l�mite debe construir en t�rminos hist�rico, no puede sacarse de la galera.
Un proceso pol�tico de ra�z popular que conduzca hasta la frontera, hasta el l�mite m�ximo de las posibilidades hist�ricas debe ser reconocido; pero incluso toda esa inercia, no pueden asegurar perforar ese techo estructural. All� se debe cambiar de caballo, reconfigurar el marco de alianzas acorde a los intereses que representa el hecho de superar el l�mite hist�rico.
El hecho de situarse frente al l�mite hist�rico implica una din�mica pol�tica diferente a la que condujo hasta ese punto, porque no puede sostenerse de forma indefinida en esa frontera. Incluso llegando con la conducci�n hegem�nica del Bloque Hist�rico, esa misma hegemon�a es puesta en tensi�n porque fue construida, articulada, dise�ada para los l�mites existentes, y no necesariamente concuerde con los consensos necesarios una vez manifestada la voluntad de romper el l�mite o habi�ndolo hecho. Aqu� la urgencia es la construcci�n de una nueva mayor�a democr�tica, nacional y popular.
4- �Cu�les son esos L�mite Hist�rico? Una aproximaci�n
Entrando de lleno en la cuesti�n debemos comenzar a construir una respuesta que pueda explicar cuales son los l�mites hist�ricos en Argentina y en que consisten.
Haciendo una aproximaci�n podr�amos enumerar como l�mites hist�ricos: 1) La falta de una burgues�a nacional s�lida; 2) La consolidaci�n de un proceso industrial que no sea subsidiado por el agro negocio; 3) La tendencia a la primarizaci�n estructural y el l�mite que impone la elevada renta agropecuaria al estrecho beneficio fabril; 4) En t�rminos culturales, la instauraci�n de la lucha de clases en superficie a trav�s de un nuevo sentido com�n; 5) La falta de un proyecto hist�rico de la clase media; 6) La negativa de las �lites y sus representaciones pol�ticas de compartir la conducci�n moral del proceso democr�tico; 7) Los l�mites econ�micos hist�ricos: Fuga de capital/restricci�n externa, inflaci�n, no reinversi�n; 8) La falta de autosuficiencia energ�tica; 9) Los altos niveles de extranjerizaci�n de la econom�a; 10) Alta concentraci�n. La existencia de monopolios, oligopolios y cartelizaci�n.
En el desarrollo de un proyecto pol�tico neo-desarrollista, existen fracciones del capital que se instituyen en l�mites hist�ricos a los proceso inclusivos, distributivos y de sostenimiento del empleo. Ve�amos el caso de parte del empresariado industrial (grandes empresas con posici�n dominante), m�ltiples actores del agro negocio, en general todos aquellos productores de comodities, quienes ven reducidos sus m�rgenes de rentabilidad en etapa de crecimiento mundial de ellos. Las cadenas de intermediaci�n de los productos para el mercado interno. Y en la �ltima etapa, los bancos a quienes se fuerza a disponer parte de su dinero para abrir l�neas de pr�stamos menos rentables que otras operaciones financieras. Las conductas sistem�ticas de estas fracciones del capital cuando un proceso de ra�z popular esta lanzado constituyen un obst�culo.
Habitualmente desde los m�rgenes izquierdos y derechos del espectro pol�tico vern�culo se pone el acento por la imposibilidad de continuar avanzando en las pol�ticas impulsadas por el proyecto nacional y popular. Pero resulta de sentido com�n, preguntarse que pol�ticas son las que fuerzan a los integrantes del Bloque Dominante a emigrar. En otras palabras, cuales son las pol�ticas del proceso nac y pop que hacen percibir al capital que �ste es un "obst�culo" para mantener una tasa de rentabilidad alta? M�s all� de esa respuesta, lo incuestionable, es que este proyecto obstruye la tasa de rentabilidad del capital, al menos en parte.