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Latinoam�rica

La polic�a de �lite de Brasilia carg� con gases y balas de goma contra manifestantes
Cr�nica de una represi�n a la protesta

Dar�o Pignotti
P�gina 12

Los indignados en Brasilia reprochan que el gobierno haga un gasto enorme en la remodelaci�n del estadio nacional Mane Garrincha; vienen a continuar las movilizaciones que se destaparon en San Pablo y R�o, que seguir�n esta semana.

"�Prensa, prensa!" Eso fue lo que grit� al ver que un grupo de polic�as pertenecientes a la Tropa de Choque de Brasilia apunt� hacia donde me encontraba entrevistando a unos j�venes indignados con los cientos de millones de d�lares estatales destinados a la remodelaci�n del estadio nacional Mane Garrincha en lugar de reforzar el presupuesto en educaci�n y transporte. Ser�a liviano asegurar que los polic�as con uniformes camuflados oyeron el �"Prensa, Pprensa!" proferido con algo de desesperaci�n por este cronista. Tampoco se puede afirmar que los miembros del grupo de elite de la polic�a brasiliense, adiestrados para disparar con armas letales y entre quienes no debe haber miopes, hayan visto la credencial de corresponsal, emitida por la Presidencia de la Rep�blica, que les mostr� con insistencia.

Lo cierto es que la respuesta dada a mis ademanes y el sonoro pedido para que no tiren fue el disparo de una bomba de gas lacrim�geno que cay� bastante cerca de m�, tanto como para sospechar que apuntaron al blanco. Pocos segundos despu�s otro proyectil impact� junto a una se�ora sexagenaria, quien aparentemente era uno de los 71.000 espectadores que una hora m�s tarde ovacionar�a a Neymar por su golazo a los tres minutos del primer tiempo de la goleada brasile�a 3-0 frente a Jap�n, el s�bado, en la apertura de la Copa, antesala del Mundial de 2014.

El ajuste de cuentas de la polic�a con los reporteros tiende a ser la regla y no la excepci�n en Brasil a medida que se calienta la protesta social y pol�tica. El jueves pasado al menos ocho periodistas fueron heridos, uno de ellos corre el riesgo de perder la visi�n, en los ataques de la Polic�a Militarizada de San Pablo contra miles de manifestantes contrarios al aumento del transporte p�blico.

Desde el s�bado, con el inicio de la Copa de las Confederaciones, esta naci�n gigante qued� en la mira de la opini�n p�blica global, que en julio seguir� la visita del papa Francisco a R�o de Janeiro, en 2014 asistir� a la Copa del Mundo y en 2015 a los Juegos Ol�mpicos.

Y aunque los diez a�os de gobiernos del Partido de los Trabajadores, ocho con Lula da Silva y dos con Dilma Rousseff favorita para la reelecci�n seg�n encuestas recientes, hayan transformado al pa�s, a�n no ha sido posible enterrar dos herencias de la dictadura: la ley de (auto)Amnist�a que aborta todo proceso contra los represores y las polic�as militarizadas de las 27 provincias, entrenadas para funcionar como un estado represor, subyacente al Estado de Derecho.

La victoria de Brasil 3-0 sobre Jap�n el s�bado en Brasilia fue una fiesta puertas adentro, mientras en las inmediaciones del estadio se registraban escenas de guerra urbana unilateral, porque no hubo registro de ataques de envergadura por parte de los participantes en la marcha.

La Polic�a Militarizada de la Gobernaci�n de Brasilia estaba ensa�ada en una represi�n contra militantes, en su mayor�a de izquierda, a trav�s de un despliegue de hombres y equipamientos apropiados para repeler un ataque terrorista, apoyados por un drone similar a los utilizados por Estados Unidos, complementado por helic�pteros volando a baja altura. Y todo ese aquelarre montado a pocas cuadras del despacho de la presidenta en el Palacio del Planalto.

Despu�s de correr para escapar de los gases lacrim�genos y con un impacto de bala de goma en su pierna derecha Jean Junior, de 19 a�os, aspirante a ingresar en la Universidad de Brasilia, afirma "estoy con miedo y con alegr�a, porque la protesta est� yendo bien". "Nosotros no queremos la violencia y ellos la quieren", dice Jean y exhibe im�genes que tom� pocos minutos antes de decenas de muchachos arrodillados, algunas chicas con flores, frente a la cancha, siendo agredidos por elementos armados por el Estado para celar por el cumplimiento de la ley, no para violarla. El chico est� armado con una "tablet" y planea repeler la desinformaci�n mediante la divulgaci�n en las redes sociales del accionar de las fuerzas de seguridad. "Queremos que se vea esta represi�n salvaje, porque los de la (TV)Globo la esconden pasando nada m�s lo que pasa adentro de la cancha, el partido en serio se est� jugando ac� afuera."

"Est�n pasando cosas en Brasil, ya hubo movilizaciones fuertes en Sao Paulo (dos la semana pasada y otra programada para �sta) y en R�o de Janeiro, la gente est� cansada, Dilma (Rousseff) tiene que escuchar lo que se dice en la calle", afirm� el joven mientras continuaban los balazos de goma y bastonazos que dejaron al menos 29 heridos y 16 detenidos el s�bado en la capital brasile�a.

Habla a borbotones, se entusiasma, exagera que en Brasil puede estallar una "primavera �rabe" y reconoce que "me falta aprender mucho de pol�tica, pero estoy bien a la izquierda". "Me gusta el f�tbol y no estoy en la cancha porque es cara la entrada, estoy ac� porque estoy molesto con que se gasten millones en este estadio y no haya plata para la educaci�n, la gente est� descontenta en todo Brasil, pero no queremos echar al gobierno", contin�a.

A Jean Junior lo acompa�a otro muchacho con un pa�uelo al cuello y "un frasquito con vinagre para parar el efecto de los gases lacrim�genos". Es Artur Le�n, 18 a�os, tambi�n postulante a la universidad y su carnet de identidad pol�tico es similar al de muchos de los que vinieron a protestar: "No somos de ning�n partido pol�tico porque no vemos nada que nos convenza, tampoco somos un bobos despolitizados", se presenta. "A todos, o por lo menos a casi todos los que estamos ac� nos cans� esto de armar una copa para que la vean los gringos y nosotros afuera, no somos contrarios a Dilma, ella tal vez no sea la culpable, pero es la presidenta y tiene que poner un basta".

El gobierno pareci� carente de reflejos para procesar este nuevo dato de la pol�tica que son las movilizaciones populares y juveniles destapadas en San Pablo, continuadas en R�o y culminadas en Brasilia el s�bado. Otras vendr�n esta semana y posiblemente ser�n m�s multitudinarias que las anteriores.

El fin de semana el Palacio del Planalto demostr� haber tomado nota del escenario y Dilma instruy� al ministro Gilberto Carvalho, un experimentado cuadro del PT, para que busque encauzar la situaci�n alentando canales de di�logo.

Fuente original: http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-222441-2013-06-17.html

Choques en R�o

Las protestas que se produjeron ayer cerca del estadio Maracan�, en R�o de Janeiro, horas antes de que Italia y M�xico debutaran en la Copa Confederaciones, se trasladaron luego a barrios cercanos donde volvieron a ser reprimidas. Durante un primer enfrentamiento, los manifestantes, que quer�an impedir a los aficionados llegar al estadio, fueron dispersados por agentes del Batall�n de Choque de la polic�a militarizada, que dispararon balas de goma y gases lacrim�genos. El tumulto afect� a los hinchas, quienes pasaron momentos de tensi�n y temor, y algunos fueron incluso v�ctimas de los efectos de las bombas. M�s tarde ocurrieron otros dos enfrentamientos de similares caracter�sticas. En el �ltimo de ellos, los manifestantes, huyendo de las balas y los gases y se refugiaron en la Quinta da Boa Vista, usada como parque por los cariocas, especialmente por familias con ni�os. La irrupci�n de los manifestantes, perseguidos hasta la entrada del lugar a tiros de balas de goma y bombas por la polic�a, provoc� terror entre el p�blico y, seg�n testigos, los ni�os entraron en p�nico. "Los polic�as no entraron aqu�, pero tiraron bombas y el gas entr�", dijo un testigo, que integraba un grupo de cerca de 50 personas que festejaban un cumplea�os. Encerrados junto a las familias dentro del parque, los manifestantes llegaron a un acuerdo con la polic�a y se retiraron con las manos en alto y comentando con iron�a a los agentes: "Gracias por dejarnos vivos". Bajo la consigna "�Mundial para qui�n?", los activistas denunciaron como un desprop�sito que el pa�s realice millonarias inversiones en los torneos internacionales, cuando existen problemas graves y urgentes a resolver en �mbitos como educaci�n, salud, vivienda y seguridad, por lo que realizan protestas en cada una de las seis ciudades que reciben partidos durante la Copa Confederaciones.

Por la proliferaci�n de las manifestaciones, la gobernaci�n de R�o de Janeiro decidi� reforzar ayer el n�mero de agentes. El contingente militar dispuesto para la cita en R�o es de 15.000 efectivos de la polic�a militarizada, 2600 agentes de la Polic�a Civil y un n�mero no divulgado de efectivos de la Fuerza Nacional de Seguridad.

Fuente original: http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-222443-2013-06-17.html

Fuente: lafogata.org
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