Latinoamérica
|
Del desalojo al paro general
Ubaldo Oropeza
Izquierda Socialista
El desalojo del zócalo capitalino por más de 3 mil policías federales lejos de ser un logro para el gobierno federal y la oligarquía reaccionaria, se ha convertido en un hecho histórico, una ruptura histórica dentro de la lucha de clases en nuestro país.
El desalojo del plantón
Aunque el gobierno había lanzado un ultimátum y dando como hora límite las 4 de la tarde para que se desalojara el zócalo, el movimiento magisterial, particularmente la base de la sección 22 de Oaxaca se mantenía firme en defender su plantón. Los medios de comunicación de la burguesía confundían todo el rato dando noticias que todos los profesores ya no estaban en el zócalo y que los únicos que se quedarían eran grupos anarquistas para enfrentarse con la policía.
Esto está muy alejado de la realidad, en las barricadas que fueron montadas en cada una de las boca calles que rodean la plancha central habían cientos de profesores, profesoras, estudiantes, compañeros de base de Morena, trabajadores, etc. El quedarse hasta el último momento e irse replegando minuto a minuto fue un acto de miles que resistieron y que no se buscaba enfrentar a la policía sino replegarse dignamente.
El gobierno de Peña Nieto, al igual que en Atenco, quería dar la impresión de fuerza. El tiro le salió por la culata. Una vez replegados fuera del zócalo el movimiento fue avanzando hacia Eje Central en el cual se concentraron miles de personas. Ahí se sintió la fuerza del frente único en las calles, independientemente si eras profesor, sindicalista, estudiante o morenos, la solidaridad contra la represión izo salir a las calles a todo mundo.
Hasta este momento los enfrentamientos prácticamente fueron nulos, estos se suscitaron una vez que toda la gente estaba en Eje Central. Ahí hicieron gala los provocadores, policías vestidos de civiles los cuales estaban provocando todo el rato. No podemos negar que todos los concentrados sentían una rabia contra la policía federal y no faltaron los que se enfrentaron con piedras y palos en un hecho de digna resistencia.
El repliegue al monumento a la revolución fue convulso por los diferentes choques con la policía, en una de las calles hubo atropellados por una camioneta de la PF. Este hecho ha sacudido fuertemente la conciencia de miles en todo el país y se puede decir que después del 13 de septiembre nada volverá a ser igual para el gobierno de Peña Nieto.
El apoyo en los estados de la república
Cuando los diferentes sectores en lucha se enteraron del desalojo que se estaba sucediendo en el zócalo de la capital, en por lo menos 9 estados hubo movilizaciones de apoyo. Esta respuesta es acorde al mismo proceso de lucha que se ha desatado en 27 estados y que está poniendo en cuestionamiento todo el régimen corporativo del SNTE.
En Oaxaca es donde las protestas fueron más a fondo, se tomo por algunos momentos el palacio de gobierno, se tomaron la radio y televisión del estado y se bloquearon carreteras. En Veracruz también la respuesta fue bastante intensa, se tomo el aeropuerto de la ciudad de Minatitlan y en otras ciudades hubo manifestaciones y bloqueos de carretera. En Tlaxacala, Estado de México, Baja California y Chiapas también se manifestaron los profesores contra la represión.
Esta lucha está calando profundo en la conciencia de miles de profesores que por décadas se han mantenido dóciles al charrismo sindical y todo el régimen de corrupción del SNTE. Alguno incluso especula sobre estas movilizaciones y hablan de la intervención priista en estas manifestaciones.
Este argumento es ridículo, lo que se está viviendo es un profundo movimiento de base por la defensa de sus derechos laborales. Si estas reformas pasan los profesores pierden todo lo que se ha ganado con años de lucha. No habrá más estabilidad laboral, prestaciones, ni siquiera derecho a demandar ante tribunales la pérdida de sus conquistas o despidos injustificados.
Esta es la base sobre la que se levanta esta insurgencia sindical y por la cual están respondiendo como un solo hombre al llamado de auxilio en el momento del desalojo.
El levantamiento espontáneo en las escuelas
Un síntoma de la tensión social que hay y la forma en cómo se van a dar los siguientes acontecimientos es lo que paso en algunas escuelas del DF. Estudiantes de la ENAH de forma espontánea cerraron los dos carriles de periférico y en asamblea votaron el mantener la escuela en paro indefinido.
Estudiantes de la UNAM, en Ciudad Universitaria se organizaron en las diferentes facultades y sacaron una marcha interna llamando a la solidaridad contra la represión. Esta movilización termino con un cierre de de insurgentes sur y con una asamblea general de estudiantes los cuales se van a sumar a la lucha. También se sumaron al paro indefinido estudiantes de la Facultad de Filosofía y letras.
En el CCH sur y Naucalpan hubo participación de los estudiantes en mítines y tomas de calles. Un contingente de la UAM Azcapotzalco llego al monumento a la revolución, eran cerca de 600 jóvenes bastante radicalizados. Hubo un contingente menor del Poli que también se sumo a apoyar a los profesores.
El ambiente entre la juventud es muy radicalizado, la mayoría de los que se enfrentaron, sean estudiantes, profesores y demás compañeros, la gran mayoría eran jóvenes. Su hartazgo a este sistema que solo puede ofrecerle miseria, violencia, desempleo y falta de educación está a flor de piel y se está comenzando a manifestar.
Esta espontaneidad y radicalismo marca las tensiones que se están acumulando en el seno de la sociedad. Un accidente, un cálculo mal hecho por parte del gobierno puede incitar una verdadera rebelión –la lucha contra el desalojo es un pequeño síntoma de esto- las contradicciones están llegando a un punto delicado.
La unidad desde la base
El movimiento de forma instintivo tiende a la unidad, el día de ayer había militantes de Morena, estudiantes, sindicalistas del SME, profesores, etc. Todos en contra de la represión. Este instinto es el camino para enfrentar los ataques que están lanzando la oligarquía y el gobierno de Peña Nieto.
Es absurdo pensar que la lucha contra la educación pública y derechos laborales de los profesores solo les concierne a ellos, o por ejemplo decir que la lucha contra la reforma energética solo la puede encabezar Morena. Estas demandas son de todos nosotros, cualquiera que se oponga a la unidad lo único que está proponiendo, sea voluntario o no, es la derrota de estas luchas.
Es incomprensible por qué Andrés Manuel López Obrador no llama a una lucha conjunta con los maestros y que estos se mantengan al margen de la lucha unitaria con Morena. El sectarismo no es el camino que necesitamos. Por muchos años la táctica de la burguesía ha sido dividir, ahora esa misma idea se reproduce en alguna parte de la dirección.
La unidad no implica el desaparecer como organización independiente, ni dejar de lado tus demandas más particulares. De lo que se trata es poner una fecha, una hora concreta y todos juntos sumar fuerzas para detener los ataques. Golpear juntos y caminar separados, en eso se puede resumir la escancia de la táctica en esta lucha.
La mejor forma de centrar la unidad es la organización de una asamblea nacional de lucha que pueda aglutinar a sindicatos, campesinos, organizaciones sociales e indígenas, estudiantes, morena, etc. En esta reunión se puede organizar un pliego petitorio que pueda aglutinar todas las demandas más sentidas: contra la reforma energética, fiscal, laboral y educativa, contra la privatización del agua y contra el pago de la deuda externa, por la libertad a presos políticos, etc.
Por un paro General
Todos los orígenes de estos ataques se concentran en un solo ente, este gobierno que representa los intereses de la oligarquía y el imperialismo, esta es la fuente de los ataques, para terminar con ellos tenemos que terminar con este gobierno, el problema es cómo.
La única forma de aglutinar todas las fuerzas para derrotar al gobierno es una acción que pueda sumar todos en un mismo día y hora, que puedan hacer la presión suficiente –presión económica, política y social- para terminar con los ataques, es preparar un paro general.
Con esta acción se paraliza al país económicamente, ahí daremos en el corazón del poder oligárquico. Está acción acompañada con la toma de carreteras, edificios públicos de gobierno (camarada de diputados y senadores), bolsa de valores, casetas de peaje, etc. Con la unidad en las calles para paralizar el país con un paro nacional sería el principio del fin de este gobierno y sus ataques.
El miércoles 11 vimos un ensayo de esto, en 27 estados de la republica se movilizaron los profesores democráticos. Este ejemplo nos da la idea que alcance tan tremendo tendría una actividad con todas las fuerzas progresistas en el país.
No podeos permitir que pase la reforma Educativa porque esto debilita la defensa del petróleo. No podemos permitir la reforma fiscal porque eso debilita a la lucha de los profesores. No podemos permitir la reforma energética porque eso va a debilitar las demás luchas. Todos estamos ligados en esto, nadie puede ser omiso en esta lucha. La represión por parte del gobierno no va a debilitar esta lucha sino todo lo contrario, el movimiento va en ascenso y es momento de seguir juntos adelante.
Ubaldo Oropeza, consejero nacional de Morena
Fuente: http://laizquierdasocialista.org/node/3047
Fuente: lafogata.org