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Argentina, la lucha continua....

Las enseñanzas del proceso chileno

Mario Roberto Santucho.

"El Combatiente" Nº 91

El 11 de septiembre el imperialismo yanqui y la burguesía chilena, con su columna vertebral, las FF.AA. contrarrevolucionarias, derribaron al Gobierno Popular de Chile, asesinaron a Salvador Allende y a 5 de sus colaboradores y desataron una bárbara represión a la clase obrera y el pueblo chileno con el declarado objetivo de "extirpar el marxismo", es decir de destruir, aniquilar a las fuerzas progresistas y revolucionarias del pueblo hermano. La clase obrera y el pueblo chileno resistieron el golpe contrarrevolucionario y hasta una semana de producido, siguió la lucha, con bajas por ambos bandos, pero con un mayor desgaste de las fuerzas revolucionarias, inferiores en armamento y preparación militar.

El golpe del 11 de septiembre marca un viraje estratégico en la lucha de clases en Chile, con singular influencia sobre el desarrollo de la lucha revolucionaria en todos los países latinoamericanos y en especial Argentina y Uruguay. La utopia de una revolución en paz, de un tráfico pacifico del capitalismo al socialismo en Latinoamérica quedo una vez más al desnudo.

Pero no solo el problema de los principios y métodos de acción revolucionaria fueron puestos a prueba confirmando dramáticamente que la única vía del derrocamiento del capitalismo es en nuestro continente la vía armada. También quede evidenciado a donde conducen el reformismo y el nacionalismo burgués, a donde lleva la conciliación con las clases dominantes, la "unidad del ejercito con el pueblo" que preconizara tozudamente el valeroso Presidente Allende. Todas estas cuestiones son de vital actualidad para los revolucionarios argentinos y el movimiento progresista de nuestro país en general, por la importante batalla ideológica y política que esta liberando contra el nacionalismo burgués populista y el reformismo que presionan en sectores de la vanguardia y el pueblo vía peronismo burgués y burocrático.

¿Reforma O Revolución?

En el país hermana dos tesis fundamentales se enfrentaron en el campo popular: las tesis del Presidente Allende, del P.C. y de la mayoría de la dirección del P.S. de que existía una vía chilena al socialismo, pacifica, posible por las particularidades del país, principalmente por la características de sus FF.AA. "profesionales", marginadas tradicionalmente de las grandes empresas, con un origen de clase no oligárquico. Esta tesis sostenía que actuando con habilidad en base al "muñequeo" (la"muñeca" de Allende) y aislando al enemigo principal, se lograría avanzar progresivamente, fortaleciendo el campo popular y debilitando el campo de la contrarrevolución hasta terminar imponiéndose, siempre pacíficamente, legalmente.

Opuesto a esta posición el MIR y sectores afines, sostenía firmemente que no hay otro camino que la lucha armada que debía dejarse de lado conciliación y avanzar sin dilaciones en la movilización del pueblo, el desarrollo del doble poder y la preparación político-militar para grandes enfrentamientos que inevitablemente habrían de producirse. El MIR llamaba a no confiar en las FF.AA. contrarrevolucionarias, a buscar apoyo en su base, en las clases y soldados, a basar la estrategia y la táctica revolucionaria en la movilización y organización del pueblo, a organizar un ejército popular, a desarrollar el doble poder a partir dem los comandos comunales dejando de lado el parlamento burgués.

Allende, el P.C. y la mayoría de la dirección del P.S. aplicaron su línea reformista, e intentaron por todos los medios aislar al MIR, de contener la movilización obrera y popular, de impedir el desarrollo de los comandos comunales, de impedir el armamento y la preparación militar de las unidades del MIR. Al mismo tiempo buscaban apoyarse en la jerarquía militar, haciéndoles concesiones, manteniendo y mejorando su armamento, mejorando sus sueldos y dándoles participación clave en el gobierno, buscaban también acuerdo con la Democracia Cristiana. En una palabra, la línea reformista llevo al gobierno de la Unidad Popular a combatir a sus aliados, las fuerzas revolucionarias y apoyarse y confiar en sus enemigos, las FF.AA. contrarrevolucionarias y la Democracia Cristiana. La línea reformista aplicada por la UP tuvo su quiebre definitivo en Chile el 11 de Septiembre; los nacionalistas populistas de la burguesía chilena, las FF.AA. y la D.C. mostraron ese mismo día su verdadero y horrible rostro contrarrevolucionario.

Ahora, la clase obrera y el pueblo chileno deberán enfrentar un duro y prolongado combate, partiendo de una situación de inferioridad, con parte de sus recursos dilapidados por la irresponsabilidad reformista. Al frente de la lucha estará ahora el MIR, que sabrá responder correctamente a las nuevas exigencias, organizar adecuadamente el gigantesco potencial revolucionario del pueblo chileno, desplegar en todo su poderío político-militar la energía y combatividad de las masas chilenas, desarrollando paralelamente la lucha armada y la lucha política, conduciendo victoriosamente al pueblo hermano, por la vía de la guerra revolucionaria, hacia el aplastamiento definitivo del enemigo de las FF.AA. contrarrevolucionarias y de las empresas explotadoras, hacia la verdadera instauración del socialismo chileno, hacia la conquista de la felicidad que el pueblo chileno merece.

Chile y Argentina

Con otras características y en un grado diferente, la misma lucha entre reformismo y revolución se esta librando en nuestro país. En la Argentina no hay un gobierno popular pero hay sectores populares que apoyan el gobierno e intentan participar de el. Se trata principalmente del P.C. y de la dirección de la JP y de las organizaciones armadas FAR y Montoneros. El reformismo y el populismo llevan a estas corrientes populares, principalmente a las peronistas recién nombradas, a atacar a sus aliados y unirse a sus enemigos. Con motivo del copamiento del Comando de  Sanidad uno de los dirigentes de Montoneros Firmenich ataco públicamente esa acción uniéndose al coro de la contra rrevolución, uniéndose al ejército burgués, uniéndose a la CGE y la UIA, a los diarios La Prensa y La Nación, a la burocracia sindical.

El reformismo y el populismo sostienen hoy día la absurda tesis que para avanzar en la lucha antiimperialista y revolucionaria es necesario defender al gobierno de Lastiri y unirse al balbinismo, al frondicismo y al ejército contrarrevolucionario. Atacan a nuestra organización y a otras corrientes revolucionarias porque insistimos en la movilización popular, en la continuidad de la lucha armada y no armada, porque nos negamos a negociar con los Carcagno y los Betti la sangre derramada, porque no damos tregua al enemigo a las empresas explotadoras y a las fuerzas armadas contrarrevolucionarias. Sostienen en una palabra el absurdo de que para avanzar en la lucha antiimperialista y revolucionaria es necesario unirse a los agentes del imperialismo y personeros de la burguesía.

Estos compañeros al igual que los reformistas y populistas chilenos, saben que el ejercito prepara activamente la represión, que se multiplican los comandos paramilitares organizados por ellos, Osinde e Iñiguez cuentan con todos los recursos del Estado para organizar bandas fascistas, conocen las declaraciones categóricas de Balbín y Perón deque todos deben unirse para extirpar la guerrilla, ven diariamente como los pequeños islotes progresistas que se logran colocar en el gobierno de Campora son barridos de acuerdo a un plan. Y ante todo ello no encuentran otra manera de resolverlo que llamando a la "unidad nacional", a la unión entre ejercito y pueblo. Ese es el camino más directo para fortalecer al enemigo: ceder constantemente, vacilar, protestar quejosamente, justificar y aplastarse ante los golpes, embellecer ante los ojos de las masas a todos los reaccionarios, presentándolos como amigos del pueblo. Así presento la UP a Pinochet, y hoy estamos ante los resultados.

Acerca del ejército opresor

El marxismo-leninismo entre sus enseñanzas elementales y fundamentales, desnuda el carácter del Estado y especialmente de las FF.AA. organizadas por la burguesía, mostrándolos como órganos de opresión, como la fuerza material que asegura la dominación de la burguesía y demás clases explotadoras, que mantiene sojuzgado a la clase obrera y al pueblo.

Ese carácter opresor y contrarrevolucionario de las FF.AA. burguesas se ha mantenido, consolidado y perfeccionado en la época contemporánea. Hoy día todos los ejércitos de los países capitalistas tienen como razón de ser la lucha contra la revolución social. Los ejércitos latinoamericanos no solo no son una excepción sino que están entre los más unidos y subordinados al ejército norteamericano. Sin ir mas lejos el ejercito argentino tiene su fuente fundamental de formación en las escuelas norteamericanas, y no solamente eso sino que hasta tienen el descaro de tener instructores Yankees en nuestro propio país como es el caso de la Brigada de Infantería de Monte (antiguerrilla) cuya jefatura es ejercida en la practica por oficiales norteamericanos instalados en Tartagal y Formosa. El ejército chileno, el ejército peruano, el ejército argentino y el uruguayo están muy lejos de ser una excepción. Precisamente fueron las FF.AA. chilenas las que supieron cuidar mas la forma que aparentaban tradicionalmente un cierto grado de independencia, de profesionalismo, de apoliticismo, mostrándose tal cual son el 11 de septiembre últimos.

Todos estos ejércitos forman parte del TIAR, entrenan sus oficios y suboficiales en EE.UU., reciben instructores y armamento yankee y orientan toda su preparación hacia la guerra contrarrevolucionaria, hacia la represión de manifestaciones y en la lucha contra la guerrilla.

Teniendo en cuenta esto el Comandante Ernesto Guevara, destacado marxista-leninista de nuestro continente, reafirmo la tesis marxista ya sostenida por Marx, Engels, Lenin y demás revolucionarios, y señalo "la derrota del ejercito con las fuerzas populares y su posterior aniquilamiento como condición imprescindible a toda revolución verdadera"(Obras, Tomo 2, Pág. 411). Nuestro pueblo sintetizo la misma idea en las recientes manifestaciones contra el golpe de Chile cantando masivamente la consigna: "uruguayos, chilenos y argentinos, los militares son todos asesinos".

En realidad sobran argumentaciones para demostrar esta verdad marxista-leninista. Lo sorprendente es que haya compañeros que pueden sostener la tesis contraria: la de la progresividad y antiimperialismo de los ejércitos opresores. Lo sorprendente es que haya gente que sostenga el punto de vista reformista-populista de que puede ganarse pacíficamente al ejército y traerlo progresivamente al campo del pueblo. Lo sorprendente es que haya compañeros que esperan y confían que el ejército realice la obra revolucionaria, que el ejército sostenga y defienda políticas populares y antiimperialistas. Es como encargar a un león la custodia de un trozo de carne o esperar que ese animal de a luz, críe y amamante a un corderito. La naturaleza, misión y formación de todos los ejércitos burgueses latinoamericanos los constituyen en la columna vertebral del sistema imperialista y capitalista que oprime a nuestros pueblos, en el más sólido delos partidos políticos de la burguesía, ultimo y fundamental sostén del régimen explotador.

Este carácter no excluye, como es natural, la posible aparición y desarrollo de corrientes progresistas y revolucionarias en el seno de esos ejércitos, fundamentalmente entre los soldados y clase y también aunque en mucha menor medida en la oficialidad. El ejército es parte de la sociedad y siente sus contradicciones. La influencia de la revolución, la justicia de la causa revolucionaria actúa sobre el personal militar, especialmente sobre el soldado conscripto y suboficiales, haciéndolo permeables a las ideas revolucionarias. Los revolucionarios deben darse una activa política de alentar y desarrollar las tendencias de izquierda que pueden y deben existir clandestinamente allí y que se iran ampliando con el desarrollo de la guerra revolucionaria. Nuestra organización se preocupa por este aspecto como lo demuestran los casos de los soldados Gimenez, Provenzano e Invernizzi. Hoy los soldados se pasan de a uno al Ejercito del Pueblo, el día de mañana se incorporaran por unidades completas, pero ello no modificara el carecer del ejercito contrarrevolucionario y la necesidad de aniquilarlo militarmente

La situación en el Cono Sur

El golpe de la CIA de Chile convierte al cono sur de America Latina en un volcán en ebullición. En Uruguay, Argentina y Chile como en la mayoría de los pueblos latinoamericano la guerra revolucionaria, la combinación de la lucha armada como forma principal de lucha con la lucha política de las masas, es sin duda alguna la única vía para la toma del poder, para la realización de la revolución socialista que reclaman cada vez con mayor insistencia, conciencia y combatividad, la masas uruguayas, chilenas y argentinas. Si algunas dudas pudieran haber quedado, el golpe del 11 de septiembre las aclaro totalmente.

El aprendizaje de nuestros pueblos se hace día a día mas rápido y su vanguardia revolucionaria une y multiplica sus esfuerzos por estar a la altura de la circunstancias. El cono sur de America Latina apunta a constituirse en un importante campo de batalla de la lucha de clases internacional. Las masas muestran una energía sorprenderte y creciente, el imperialismo y la burguesía se defienden y atacan con toda su furia, la vanguardia revolucionaria político-militar surge y se desarrolla con paso firme y acelerado, acumulando valiosas experiencias, madurando en la acción conciente. Es el principio de realización de la previsión del Che de un nuevo Vietnam que contribuyera en gran escala a la liquidación definitiva del imperialismo y el capitalismo.

Solidaridad con Chile

Movidos por el sentimiento internacionalista y socialista, amplias sectores de nuestro pueblo se movilizaron en solidaridad con la lucha del pueblo chileno. Esta revolucionaria actitud del pueblo argentino contrasta con las intenciones de la camarilla de Lastiri que pretende mantener relaciones diplomáticas con la Dictadura Militar de Pinochet. Lastiri y compañía, por sus estrechos lazos con el imperialismo yanki, estaban al tanto de la situación en Chile, conocían los preparativos golpistas. No los denunciaron ni se opusieron a ellos. El ejercito de Carcagno a su vez contribuyo con entrenamiento y armas. En síntesis el pueblo exige la ruptura inmediata de relaciones, el gobierno y los militares piensan en mantenerlas.

La lucha del pueblo chileno es nuestra lucha. El moviendo progresista y revolucionario argentino se solidariza y solidarizara activamente con nuestros hermanos trasandinos, repudiando el golpe fascista, exigiendo la ruptura de relaciones con la Dictadura de Pinochet, colaborando prácticamente de todas las formas posibles con los revolucionarios chilenos, principalmente el MIR, uniendo cada vez mas la fuerza frente al enemigo común el imperialismo yankee, los ejércitos contrarrevolucionarios, las empresas explotadoras. La gigantesca y querida figura del Comandante Ernesto Guevara, modelo, ejemplo de internacionalismo proletario, preside la creciente unión y convergencia de nuestros pueblos y sus vanguardias revolucionarias, esta presente en la colaboración mutua, la solidaridad internacionalista señalando el camino con su histórica orientación: "Crear dos, tres, muchos Vietnam, esa es la consigna".

Fuente: lafogata.org