VOLVER A LA PAGINA  PRINCIPAL
Argentina, la lucha continua....

Mi colega era un esp�a de la Federal

OJOS VENDADOS

En medio de esc�ndalos de secretarias y valijas que remiten a otras �pocas, esta noticia peg� en las tripas de miles de militantes y periodistas que cubrieron las actividades de los movimientos sociales en la Argentina desde hace m�s de una d�cada. Porque al pelado Balbuena --ex estudiante de radio y periodismo, ex movilero y hasta la semana pasada miembro de la agencia de noticias Rodolfo Walsh-- lo conoc�an todos. No hay dirigente social que no haya sido su entrevistado. Y result� ser oficial de Inteligencia de la Federal. Apenas trascendi� el dato la ministra de Seguridad lo pas� a disponibilidad, mientras que m�s de un centenar de organizaciones pol�ticas, sociales, sindicales, estudiantiles, de derechos humanos y de medios de prensa alternativos repudiaron el "espionaje sistem�tico al movimiento popular" y exigieron el desmantelamiento de toda estructura destinada a este tipo de actividades. Seg�n pudimos establecer, el dato habr�a sido filtrado en medio de una interna de la Federal.

El caso lejos de ser una golondrina perdida, se suma a otros episodios similares ocurridos a partir de 1983. Reiteramos la breve rese�a de antecedentes de esa mala costumbre de hacer inteligencia interior, prohibida por varias leyes.

 

Balbuena era ese "pesado" que siempre insist�a en grabar unas palabras para su programa de radio. Era el que llegaba primero y se iba �ltimo de cada manifestaci�n y corte callejero. No se le conoc�a pensamiento propio pero parec�a inocuo, era dedicado y persistente. Hace pocos d�as descubrieron que es otro tipo de "pesado".

En el caliente diciembre de 2001 comenz� a ser parte de la red de corresponsales populares de FM La Tribu y al a�o siguiente entr� en la agencia de noticias Rodolfo Walsh. Hab�a sido vecino y compa�ero de la escuela primaria de uno de los fundadores de ese pionero medio alternativo, Roberto Grinberg, con quien se reencontr� mientras estudiaban periodismo. "A partir de la relaci�n personal que ten�a conmigo se sum� a la agencia en 2002", dijo Grinberg en la conferencia de prensa del martes 7 en la sede de Correpi, de la que participaron 124 organizaciones (ver listado al final de la nota).

"No es un infiltrado en la agencia Walsh particularmente, se ha metido en todo el movimiento popular, la agencia fue el medio del que se vali� para entrar en el resto de las organizaciones", dijeron los integrantes de la redacci�n. Durante la conferencia explicaron que hace veinte d�as les lleg� el dato de una fuente propia, que les acerc� una lista de nombres entre los que figuraba Am�rico Alejandro Balbuena como oficial de inteligencia de la secci�n Reuni�n de Datos, divisi�n An�lisis. En la redacci�n se quedaron azorados, no lo pod�an creer. Finalmente, el abogado Eduardo Soares confirm� que eran cierto con una fuente vinculada al ministerio de Seguridad de la Naci�n.

El domingo 5 la agencia hab�a difundido que "Am�rico Alejandro Balbuena, oficial de inteligencia de la Polic�a Federal, hab�a ingresado en 2002 y se mantuvo hasta hace pocos d�as espiando a sus integrantes". Luego de detallar que "ten�a a su cargo la agenda de actividades pol�ticas, lo que le permiti� tener un mapa del movimiento popular", responsabilizaron al gobierno nacional. "Nosotros no hab�amos hecho ninguna denuncia en el ministerio ni en Tribunales porque consideramos que no es un ataque a nosotros como agencia sino a todas las organizaciones que se ven afectadas por el espionaje del Estado, y por eso las decisiones las tomar�amos en conjunto. Pero nos llam� la atenci�n tanta celeridad en pasarlo a disponibilidad", dijo en la conferencia otro de los miembros de la Walsh.

Seg�n inform� P�gina12, la ministra de Seguridad Nilda Garr� dispuso que se investigue a todos los jefes de la secci�n Reuni�n de Informaci�n de la Divisi�n An�lisis de la Polic�a Federal. "Seg�n Garr� es claramente incompatible ser PCI (Personal Civil de Inteligencia) y trabajar en una agencia de noticias monitoreando a las organizaciones sociales", dice el art�culo. De modo que eso era Balbuena, un PCI que durante once a�os "estableci� v�nculos de confianza y amistad con luchadores y luchadoras sociales para socavar a sus organizaciones", tal como dec�a la Walsh en su primer comunicado. Por ejemplo, sus v�nculos eran con los familiares de las v�ctimas de Cromagnon, del desaparecido Luciano Arruga, de la masacre de Avellaneda y de otras v�ctimas de la represi�n estatal, como as� tambi�n con un amplio espectro de integrantes de organizaciones que va desde la Federaci�n Universitaria de Buenos Aires hasta el colectivo La Alameda, pasando por los trabajadores del Subte y los pueblos originarios.

"Era casi m�s antiguo que nosotros en la agencia. Parec�a tan bobo, a veces dec�a boludeces, a m� me sacaba de quicio, pero ya era medio personaje entonces todos dec�an 'no te enojes, es Am�rico'", relat� a este sitio Oscar Castelnovo, de la Walsh. Al principio fue un golpe duro para todos pero en particular para Grinberg, hubo d�as de mucho "baj�n", luego pudieron reaccionar y se hicieron fuertes. "En este lugar hay mucha solidaridad, y con el acompa�amiento de todas las organizaciones decidimos enfrentar esto todos juntos", dijo el periodista, quien enmarca este episodio dentro de una pol�tica represiva que, a su criterio, es superior en todos los rubros a los dem�s gobiernos. "Acusamos al gobierno porque no entendemos c�mo puede estar un servicio trabajando diez a�os en la polic�a y que nadie se d� cuenta, y si bien entr� a la agencia en la �poca de Eduardo Duhalde hoy es responsabilidad de esta administraci�n. Sabemos que los estados son represivos porque es su esencia de clase, no es un ataque al kirchnerismo en s�, es una denuncia al Estado nacional, a los estados provinciales y tambi�n al de la Ciudad", concluyeron en la conferencia de prensa.

Entre los dirigentes hubo coincidencia en se�alar que este no es un caso aislado sino una pr�ctica generalizada en varias fuerzas de seguridad. Correpi incluso elabor� una cronolog�a de los hechos de infiltraci�n que llegaron a detectar, y otras organizaciones mencionaron sus propios casos, como la Asociaci�n de Ex Detenidos Desaparecidos, con el esp�a Alberto Amarilla. Tambi�n recordaron al esp�a militar Ra�l Tarife�o, que lleg� a ser candidato en las elecciones de 2007 por el MST en Neuqu�n.

Para la abogada Myriam Bregman, del Ceprodh, el caso de Balbuena evidencia que "el espionaje est� direccionado hacia organizaciones pol�ticas, sociales y gremiales", y que "la Federal tambi�n tiene su Proyecto X como denunciamos en el caso de la Gendarmer�a". En tal sentido exigi� "el listado completo de todos los infiltrados en las organizaciones populares y el desmantelamiento de todos los programas y organismos destinados a estas tareas". Bregman afirm� que la Federal "tiene una divisi�n espec�fica que proviene de la dictadura, con mil agentes, que se rige por legislaci�n secreta de la �poca de la Libertadora y que ning�n gobierno desde 1983 hasta ahora se ha atrevido a tocar".

Varios dirigentes indicaron que informaci�n recolectada por Balbuena aparec�a en causas de la justicia contravencional por cortes de calles y otras manifestaciones. La abogada Mar�a del Carmen Verd� record� que ya en 2002 cuando hubo una marcha a la casa de Salta tras el asesinato de An�bal Ver�n, se abri� un proceso contra los manifestantes con datos aportados por la Federal. Para Verd� "es inveros�mil que ahora investiguen qu� hizo y d�nde estuvo estos diez a�os, y que no supieran que no le pagaban el sueldo para dirigir el tr�nsito". Y opin� que esto es un "nombre nuevo para una historia vieja de infiltrados que hemos detectado, desde los burdos buchones que se meten disfrazados en las marchas hasta los servicios de inteligencia del Servicio Penitenciario que luego de nuestras visitas hostigan al preso para que les cuente de qu� hablamos". Sin embargo, la letrada de Correpi destac� que tanto Balbuena como varios de los gendarmes denunciados en Proyecto X apelaron al recurso de hacerse pasar por periodistas.

Ahora bien, �c�mo lleg� a la agencia Walsh el dato sobre Balbuena? Seg�n dos fuentes consultadas, un grupo de agentes "pesados que responden m�s a la dictadura que a Garr�" mantiene un disputa adentro de la fuerza y la intenci�n era que "saltaran" los jefes del falso periodista. Por eso les insist�an que sacaran la informaci�n r�pido, pero los miembros de la agencia se tomaron el tiempo de confirmar la versi�n, en primer lugar, y luego convocar a las organizaciones para hacer la denuncia p�blica de manera conjunta.

Compa�ero de banco, de cancha, alumno, el falso notero tipo CQC alternativo fue desenmascarado: era nada menos que un buch�n de la Federal disfrazado de periodista "del palo". Una cara conocida por muchos de los que pelean, resisten, paran f�bricas, frenan desalojos, reclaman tierras, y por tantos otros que cubren esas luchas. Por eso el estupor primero, la bronca despu�s, el asco de haber formado period�sticamente a un esp�a de la polic�a (pudo haber sido alumno de esta periodista) �A qui�n reportaba? �Qu� dec�a? �C�mo lo hac�a? �Usar�a otra ropa, otro lenguaje cuando volcaba sus informes a sus superiores? �Cu�nto da�o hizo? �A d�nde fue a parar esa informaci�n y para qu� la us� la Federal? En el poco probable caso de que hubiera actuado por su cuenta, �no ser�a alarmante semejante actividad aut�noma de un agente de una fuerza de seguridad?

Los agentes infiltrados de la Federal no se parecen en nada a los facheros de ficci�n que produce Hollywood. Son apenas distintos a cualquier colega, s�lo dicen boludeces. Castelnovo dice que "siempre hacen lo mismo, lo pasan a disponibilidad cuando el infiltrado nuestro era de ellos, como si fuera uno solo". Y de despide con una inquietante duda. "Lo peor es que no nos dimos cuenta, y entonces no podemos dejar de preguntarnos cu�ntos m�s habr�".

Antecedentes de inteligencia interior

ESA MALA COSTUMBRE DE ESPIAR FRONTERAS ADENTRO

El uso de los recursos humanos y materiales del Estado para realizar tareas de inteligencia o espionaje, aunque vedado por la ley, se reitera en las �ltimas d�cadas en variados �mbitos, desde la estructura montada por el jefe de Gobierno Mauricio Macri hasta las actividades de los marinos de la base Almirante Zar. Pero los antecedentes se remontan a 1997, cuando el ministro menemista Carlos Corach realiz� "espionaje ideol�gico" a pobladores, organizaciones y dirigentes de las "villas de emergencia".

Dos a�os m�s tarde, el tambi�n menemista Carlos Alderete usaba los recursos del PAMI para espiar a pol�ticos de la Alianza, periodistas y jubilados. En 2000 el Ej�rcito hizo seguimientos a la justicia federal en C�rdoba. Ese mismo a�o, en marzo, cinco oficiales de la Fuerza A�rea fueron procesados por hacer tareas de inteligencia a una decena de periodistas, a una ONG de mujeres y a agrupaciones estudiantiles y pol�ticas. El caso de los aviadores esp�as hab�a sido revelado por P�gina/ 12, y uno de los periodistas espiados lleg� a ser indemnizado. Seis meses m�s tarde, el juez Mart�n Silva Garret�n orden� a la Polic�a Federal, al Poder Ejecutivo y al ministerio del Interior que "pongan fin de inmediato a toda actividad de servicios de inteligencia" sobre partidos pol�ticos y organizaciones sociales.

En marzo de 2007 la polic�a salte�a investig� a docentes en huelga. Y en julio del mismo a�o este diario inform� que fiscales y polic�as federales entregaron informes a la Unidad de Apoyo para la Investigaci�n de Delitos Complejos en Materia de Drogas (UFIDRO) sobre la "presunta amenaza del narcoterrorismo de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia)". En esos trabajos pusieron bajo la lupa los "secuestros de la Triple Frontera" y las actividades en el pa�s del vocero de las FARC, Javier Calder�n. Entre los "denunciados" de participar en ellas figuraban Luis Farinello, Adolfo P�rez Esquivel, Patricio Echegaray y la Universidad de las Madres de Plaza de Mayo. "Estos informes, en los que se describen actividades pol�ticas y sociales pero no se habla ni de un porro, habilitan a que nos investiguen a todos los militantes sociales que, por ejemplo, participamos de varios foros en la Triple Frontera por el tema del acu�fero. Apuntan a deslegitimar a dirigentes populares vincul�ndolos con las FARC y a insistir con que la Triple Frontera es 'ese sitio oscuro a atacar', como sostiene (George) Bush", hab�a dicho en aquel momento la Liga Argentina por los Derechos del Hombre.

Fuente: lafogata.org

������