Argentina, la
lucha continua....
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Garabateamos algo….entre nos….
** Por Rene Vasco Irurzun
Cualquier intento de colocarnos en la contradicción, inherente a la política y el desenvolvimiento del poder, es posible que frustre el pensamiento, porque la parcialidad nos pone sus límites, pero quien no la tiene?
Si intentamos salirnos?, Es posible observar que hay situaciones que desencuadran y desestructuran los caminos discursivos establecidos. Se podría intentar?
En ninguna de las grandes organizaciones y movimientos Sociales agrupados en torno al gobierno se percataron o sintieron el olor siquiera del advenimiento de situaciones que los desbordaban- Tampoco desde la fusiforme oposición.
No habrá un suficiente enraizamiento en los territorios? O el rol que juegan en los territorios no es el de compartir y proyectar las existencias, sino mas bien transitan un camino alejado al de muchos jóvenes que allí habitan?, O los territorios están hoy organizados por el narcotráfico? Todo parecería indicar que los saqueos tuvieron sus particularidades y es por eso que llaman la atención y causan sorpresas a todo el arco político sindical, oficialista u opositor
¡Podría pensar alguien seriamente que el moyanismo tiene la capacidad de conducir estos acontecimientos? .- No creemos que puedan existir conductores si estos no está compenetrados en los problemas sociales existentes, son parte de ellos y los expresan profundamente junto a los demás.
También resulta poco creíble pensar que lo determinante pueda ser la distribución de dineros para movilizar. Cuestión esta que no negamos que exista, y que haya incitadores; tampoco, pero conducir es otra historia.
Es que los jóvenes actores de los saqueos, son los hijos de las políticas o de los intentos por gestionar una profunda crisis civilizatoria que envuelve a los gobiernos de distinto signo. Mas particularmente son lo hijos directos del modelo que se desarrolla desde el 2003 en adelante. Pero además y entre otras cuestiones, estos jóvenes están atravesados también por una memoria genético social de los acontecimientos del 2001
- El llamado modelo político en curso, que establece su esencia en la afirmación presidencial de que “el capitalismo es consumo”, dispara la pregunta que consumo? Quienes consumen y que consumen? Quien produce para ese consumo?
Mas allá de los discursos patrióticos y liberadores de envoltorio, que hacen a la presentación de ese consumo y esa producción, que poco tienen de soberanía porque el proyecto está diseñado, estructurado y depende de un mercado mundial , que nos asigna el rol de productores de bienes primarios extractivos agropecuarios. La orientación de los capitales necesarios para este esquema constituye la base material de la producción y el consumo, diseñados si por el gobierno. Así se desarrollo una articulación entre mercado mundial y consumo interno. Este esquema tan anti distributivo, deja afuera a millones de personas, para quienes el Kitchnerismo organizo un extendido sistema de asistencialismo. Esto da una base de ingresos a los sectores excluidos, que otorga básicos beneficios económicos, pero condiciona los sentidos, asimétriza pensamientos, mata desenvolvimientos y drogadiza la creatividad. Volatiliza la organización desde abajo y funcionaliza hacia arriba. Este asistencialismo hoy esta trastocado por la creciente violencia de una distribución más concentradora de dinero que resulta ser la inflación actual.
En este esquema, muchos quedan más que sumergidos, ahogados y fundamentalmente una gran proporción de jóvenes, marchitos en sus aspiraciones, endeudados, a los que llamarles marginales seria ya tan perimido como escuchar a los que mencionan al lumpen proletariado. Ni Ni los llama algún sociólogo, porque ni trabajan ni estudian, y casi casi quieren decir que ni existen, pero resulta que están. Sí, son muchos sobre todo jóvenes a los que alienantemente se les han borrado los sentidos de dignidad de la vida, Se percibe que para ellos participación electoral es motivo de intercambio mercantil, y resulta muy difícil explicar que democracia no sea un negociado. Son plenamente conscientes que el conocimiento en las escuelas no tiene nada que ver con su existencia, porque vida no es lo que transcurre para ellos. El inmediatismo se siente en términos absolutos, raya en un sentido atemporal, tan profundo que un plasma de 42 hoy y ya, conseguido de cualquier manera es maravilloso, significante. Tan bueno como un par de llantas, (zapatillas) que aunque sea duren una noche y el día siguiente sea de calabozo. Son ellos los que de pequeños, recorren los grandes supermercados juntando en un carrito lo que desearían comprar, y al llegar a la barrera detectora lo abandonan. Para ellos no es que la droga, la policía, o la justicia o los políticos sean delincuentes. Menos carga de dignidad que eso, son un curro, un negocio otro, al que tal vez, si le tiran una tabla salvavidas, se pueda acceder. La conformación de identidades es de una fragilidad que tienen una valoración positiva en su disposición al consumo, al narcotráfico, los pichones son para ellos una naturalidad, y llegar a transas una verdadera aspiración. Tienen una fuerte inclinación para alistarse en el reclutamiento para el trabajo delictivo, muchas veces forzadamente policial. La esquina y la precariedad de códigos que allí se establecen, le permiten zafar del hacinamiento, no solo por amontonamiento físico sino de violencia interelacional. Saben que es un ascenso social en el barrio ser transa. El tema es ser algo que se pueda tener acceso a ser. Y embarazarse, le da un sentido vivificante y de atención de los que las rodean altamente significativo, y muy por encima de cualquier enseñanza escolar. Y muchos de esos jóvenes son padres circunstanciales, que se olvidan de su paternidad después del fume de celebración. Y podríamos seguir describiendo a estos jóvenes que tienen en esencia un amasijo en sus sentidos, que enrolla desde al asitencialismo al paco. Pero en sustancia, poseen una pérdida del sentido más vivificante de la existencia, por eso su vida o la de cualquiera puede derramarse por motivos que son insignificantes y sin que les resulten traumáticos, sino que parecería que hasta distintivos. De allí que su ética se codifica en subsuelos sociales a veces insondables.-
Si lo podríamos pensar con más profundidad, son productos de un sentido de la distribución, que tienen los que creen que ésta es solo económica. De un desarrollo que se mide en términos del PBI, y el ingreso per capital, y que el progreso es el desarrollo de esta maravillosa tecnología que nos está destruyendo la poca vida. El viejo concepto de pobreza ha fenecido para emerger una precarización que se instala profundamente en los sentidos.-
Cabria considerar que todos esos acontecimientos sociales que significaron los procesos de 19 y 20 de diciembre, fueron tan importantes que tallaron en la vida social de la Argentina profundos surcos de nuevos valores y sentidos de la vida, de relaciones sociales que apuntaban hacia un posible transcurrir emancipador, que siguen emergiendo sistemáticamente de una y otra manera. El Kitchnerismo fue uno de sus productos y también el kitchnerismo sigue intentando ser su definitivo sepulturero.
Estos saqueos en los que se quieren montar desde la política, unos para denostar a sus adversarios o enemigos, otros para salvar las gobernabilidades, resultan esfuerzos vanos ya que no asumen la existencia de procesos sociales que a unos u otros golpean impactantes, por encima del espectáculo que intenten montar y de explicaciones que quieran representar lo que difícilmente puedan concretar. Estos jóvenes a los que se les ha saquedo la vida, muy difícilmente acepten liderazgos permanentes. La velocidad de degradación de sus existencias tiene la vertiginosidad del mundo que habitamos, y es tan veloz como la reproducción del capital. Los vínculos que establecen son plásticos y tan transitorios como la circulación del dinero electrónico-
El Kitnerismo sigue sorprendiéndose con situaciones que le son extrañas y que parece algo cansado para seguir creando formas eficaces de un control social extendido. Es que el accionar de variados actores sociales parece haber retomado protagonismo en las movidas callejeras. Estas manifestaciones apreciamos, no son fundadoras de la constitución de nuevos vínculos sociales, de novedosas relaciones, o de acontecimientos que marchen en un sentido emancipador, será por eso de que la historia se puede presentar de distintas maneras, unas veces para adelante y otras para atrás, independientemente de su masividad y contundencia social.
En Bariloche, chispa que inicio la hoguera, ciudad en la que por lo menos, más de treinta mil habitantes están sumergidos en la profundidad más honda que la pobreza, fundamentalmente con muchos jóvenes precarizados, fue notable como los saqueos no obedecieron a reclamos de alimentos ni de determinados bienes, sino más bien de la convicción de que no está al alcance de los jóvenes, un proyecto de vida que les permita elevar su condición social. Aquí en Rio Negro, la respuesta gubernamental de proponer entregarles módulos alimentarios fue como tirar más nafta al fuego demostrando una visión muy parcial y perimida de lo que significa la abismal y violenta diferencia social que parece haberse establecido a través de las políticas del Estado, como una condición estructural. Y mientras estas asimetrías, o desigualdades sociales extremas sigan existiendo, en el marco de una excitación por el consumo, y una impúdica demostración y ostentación del lujo, con una inflación saqueadora, y una maquinaria que aliena profundamente, estos problemas seguirán reventando sucesivamente.-
**El Vasco es uno de los ocho facilitadores en la Escuela de Autogestión Social en Cipolletti, a la que asisten jóvenes expulsados en su mayoría del sistema formal de aprendizaje.